Ustedes brillan en lo oscuro, de Liliana Colanzi
Editorial Páginas de Espuma. 113
páginas. 1ª edición de 2022.
El premio Ribera del Duero al mejor libro de relatos se fundó en 2008
y se convoca cada dos años. Por ahora tiene siete ganadores, y yo he leído
cinco: El final del amor (2011) de Marcos Giralt Torrente, Siete casas vacías (2015) de Samanta Schweblin, La vaga ambición (2017)
de Antonio Ortuño, La
claridad (2019) de Marcelo Luján,
y ahora leo Ustedes brillan en lo oscuro (2021) de Liliana Colanzi (Santa Cruz, Bolivia, 1981).
De Colanzi había leído los tres
primeros cuentos del libro Vacaciones permanentes (editorial
Tropo, 2012). Los leí en los asientos de La
Casa del Libro de Gran Vía, un día que había quedado con un amigo y llegaba
pronto. Me parecieron unos cuentos muy de corte norteamericano; correctos, pero
no excepcionales. Más tarde pensé en leer Nuestro mundo muerto (Eterna
Cadencia, 2016), que sonó más y quedó finalista del Premio de Cuentos Gabriel
García Márquez en Colombia.
En el verano de 2022 me cambié
algunos mensajes con Juan Casamayor,
el editor de Páginas de Espuma, y
quedamos en que me enviaría Ustedes
brillan en lo oscuro para que pudiera reseñarlo.
El libro que se presentó al premio
contaba con cinco cuentos y, en el proceso de edición, se le añadió un sexto,
el titulado Los ojos más verdes, como se explica en una nota que acompaña
al texto.
El primero cuento es La
cueva. En él, el lector asistirá a diversas escenas que tienen lugar en
una cueva, que acaba siendo la protagonista del relato, en diversas épocas,
desde la prehistoria hasta el futuro. Algunas de las escenas seleccionadas son
violentas, y me gustan, sobre todo, aquellas en la que se insinúa una realidad
fantástica –con unos murciélagos mutantes, por ejemplo– pero de tan baja
presencia fantástica que nadie llega a percatarse de ella y no influye en los
acontecimientos del mundo.
A mí normalmente me suelen gustar
los cuentos donde se plantea un nudo de relaciones intensas entre los
personajes, y se insinúa un río de corrientes subterráneas que apenas asoman en
la superficie y, desde luego, La cueva
no es de este estilo. Sin embargo, me parece un relato original y con alguna
escena bella y evocadora.
Atomito, con sus
casi 30 páginas, es el cuento más largo del conjunto y en él se habla de la
vida de una ciudad latinoamericana indeterminada que ha de convivir con una
planta nuclear. Algunas palabras inventadas y algunos términos chocantes
trasladan al lector a un escenario ligeramente futurista, de un futurismo
desastrado y caótico. En sus apenas 30 páginas se entrelazan muchos personajes
y escenas. El ritmo es trepidante. De nuevo, Colanzi no presenta aquí la evolución
psicológica de unos personajes, pero la apuesta por crear un escenario
futurista es potente. Al final, acaba siendo un cuento abiertamente fantástico
y me gusta esta libertad. Me ha recordado a alguno de los del argentino Elvio Gandolfo, que también inventa
futuros ligeramente distópicos.
La deuda es un
cuento más clásico, ya que está narrado en primera persona por una chica joven
que acompaña a su tía a su pueblo natal. Han de buscar a un familiar, que se
supone que se internó en la selva, para solucionar el problema de una herencia.
Está muy bien descrito el ambiente del pueblo, y según avanzan las páginas
descubriremos algunos secretos familiares que se ocultan entre la tía y la
sobrina. Muy buen cuento.
Los ojos más verdes es el
cuento añadido en el proceso de edición y es el más corto del conjunto. La
protagonista es una niña que va a celebrar su décimo cumpleaños, en un pueblo
de la selva donde pasa las vacaciones, y ella se siente más libre que en la
ciudad. El tema de este cuento es el del racismo de una sociedad que hace que
una niña piense que tuvo mala suerte al no heredar los ojos verdes de su padre,
hijo de campesinos italianos. Una niña que va a estar, literalmente, dispuesta
a vender su alma al diablo por conseguir esos ojos verdes. Es un cuento
correcto, pero siguiendo una línea similar al anterior, prefiero La deuda.
El camino angosto es el
cuento que, de forma más clara, elige la ciencia ficción para desarrollarse.
Una ciudad de Bolivia está separada del resto de la población por un campo
eléctrico, y la población luce «collares de obediencia»; sin embargo, algunos
jóvenes han encontrado la forma de pasar de un lado a otro sin achicharrarse
con el campo eléctrico. Este cuento es una crítica a las urbanizaciones
cerradas de algunas ciudades latinoamericanas que dividen a la población por
clases sociales, personas que aunque viven en un mismo país no llegan casi ni a
encontrarse en ningún ámbito. En algún momento se habla de que la gente que
vive dentro del campo eléctrico (que tienen apellidos centroeuropeos) se
refieren a las personas de fuera como «razas inferiores». Me gusta este cuento.
De nuevo me ha hecho pensar en la apuesta narrativa de Elvio Gandolfo.
El sexto y último cuento es Ustedes
brillan en lo oscuro, que habla de un accidente radiactivo que tuvo
lugar en 1987 en la ciudad brasileña de Goiânia. La estructura es similar a la
del segundo cuento, Atomito, como
muchos personajes que recorren sus escenas. Aunque el sustrato de Ustedes brillan en lo oscuro es más
realista que el de Atomito, una
corriente de futuro terror apocalíptico los une. En este último cuento, parece
decirnos Colanzi que hemos leído algunos de los anteriores pensando que eran
fantasías de ciencia ficción, pero que esas fantasías han ocurrido ya en
Latinoamérica y que en realidad forman parte de su pasado y, tal vez, también
de su futuro.
Este volumen de cuentos es, desde
luego, una decidida vuelta de tuerca al folclore del realismo mágico
latinoamericano, con unos escenarios más propios de la saga Mad
Max que de Cien años de soledad.
Igual que otras escritoras
latinoamericanas, compañeras de generación, como podrían ser Mariana Enriquez, Dolores Reyes o Samanta
Schweblin, Liliana Colanzi ha decidido tomar los géneros fantásticos
(terror o ciencia ficción) para hablar de miedos reales de las actuales
sociedades latinoamericanas en constante mutación. Ustedes brillan en lo oscuro es un libro estimulante y original,
como son los premios Ribera del Duero que he leído hasta ahora, donde el nivel
es alto.
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