Exactamente en noviembre de 1986, cuando tenía doce años, comencé a hacer un seguimiento de los libros que leía. En aquel momento ya sabía que leer iba a ser una de las constantes de mi vida; de hecho, lo que me costaba comprender era por qué los demás no lo hacían. Siguiendo el ejemplo de un amigo de mi barrio, unos años mayor que yo, tomé un archivador y empecé a llevar una contabilidad de mis lecturas. En hojas con agujeros tomaba nota del mes y del año, los libros que leía en esos periodos, con un pequeño resumen, el número de páginas, si era la primera vez que lo leía o no, y una valoración.
También en ese mes inaugural de noviembre del 86, hice una recapitulación de los libros leídos hasta entonces (de estos sólo anoté el título), abundan allí los libros de Barco de Vapor, Alfaguara juvenil, Los Tres Investigadores, colecciones de quiosco con títulos de Julio Verne, Emilio Salgari, Stevenson… y como algo curioso El Lazarillo de Tormes, que leí por mi cuenta y riesgo creo que a los once años, tras la lectura de un fragmento en una clase de Lengua, libro que me prestó el mismo amigo del que copié la idea de llevar a cabo la contabilidad de las lecturas. Lo recuerdo como una experiencia desasosegante, a esa edad confundí un libro protagonizado por un niño con un libro para niños. No estaba acostumbrado a una narrativa de un calado tan cruel y el libro me sobrecogió y fascinó.
Siguiendo con lo de mi archivador: en agosto de 1992 me cansé de hacer los resumenes de los libros, que durante la adolescencia se habían transformado en pequeñas reseñas personales, y desde entonces sólo anoto el mes y año, y bajo este epígrafe los títulos leídos, seguidos del autor.
Siguiendo con lo de mi archivador: en agosto de 1992 me cansé de hacer los resumenes de los libros, que durante la adolescencia se habían transformado en pequeñas reseñas personales, y desde entonces sólo anoto el mes y año, y bajo este epígrafe los títulos leídos, seguidos del autor.
Hace unos años, comencé a intercambiar opiniones sobre literatura en un foro dedicado en principio al escritor chileno Roberto Bolaño, que pronto se convirtió en un foro sobre libros en general. Presionada la página web por el nuevo agente de la viuda de Bolaño, el foro acabó por ser casi cerrado, y permanece como una página semiclandestina o fantasma.
Después de unos meses sin comentar libros con casi nadie (muy poca gente de mi entorno lee, o lo que yo entiendo por leer), me decidí, durante los días ociosos del verano, a abrir este blog como una forma de mantener el contacto con las personas que había conocido en aquel foro de Bolaño y poder seguir hablando sobre libros.
Reflexionando sobre esto me doy cuenta de que he vuelto a hacer reseñas y resúmenes de libros como las hacía a los doce años (aunque espero que ahora un poco más sesudas), en un año 86 donde Internet no era (al menos en mi barrio) más que la idea delirante y futurista de una novela de Philip K. Dick.
Después de unos meses sin comentar libros con casi nadie (muy poca gente de mi entorno lee, o lo que yo entiendo por leer), me decidí, durante los días ociosos del verano, a abrir este blog como una forma de mantener el contacto con las personas que había conocido en aquel foro de Bolaño y poder seguir hablando sobre libros.
Reflexionando sobre esto me doy cuenta de que he vuelto a hacer reseñas y resúmenes de libros como las hacía a los doce años (aunque espero que ahora un poco más sesudas), en un año 86 donde Internet no era (al menos en mi barrio) más que la idea delirante y futurista de una novela de Philip K. Dick.
Consultado ahora mi archivador de lecturas, elaboro una lista cronológica de los libros que más me han gustado en 2009, algunos son relecturas:
- El castillo, Franz Kafka
- La plaza del Diamante, Mercé Rodoreda
- A sangre fría, Truman Capote
- Cuentos de Odesa, Isaak Babel
- La educación sentimental, Gustave Flaubert
- El dependiente, Bernard Malamud
- Cuentos reunidos, Sherwood Anderson
- Cuentos completos, Franz Kafka
- El mal de Portnoy, Philip Roth
- El festín del amor, Charles Baxter
- La pesquisa, Juan José Saer
- El amor de una mujer generosa, Alice Munro
- Sudeste, Haroldo Conti
- El caso de Charles Dexter Ward, H. P. Lovecraft
Dejo abajo una foto de hace unas semanas: tomando un café en un bar de Atocha, después de atravesar el Retiro y antes de coger el tren a Móstoles.
Saludos y feliz año nuevo.
- El castillo, Franz Kafka
- La plaza del Diamante, Mercé Rodoreda
- A sangre fría, Truman Capote
- Cuentos de Odesa, Isaak Babel
- La educación sentimental, Gustave Flaubert
- El dependiente, Bernard Malamud
- Cuentos reunidos, Sherwood Anderson
- Cuentos completos, Franz Kafka
- El mal de Portnoy, Philip Roth
- El festín del amor, Charles Baxter
- La pesquisa, Juan José Saer
- El amor de una mujer generosa, Alice Munro
- Sudeste, Haroldo Conti
- El caso de Charles Dexter Ward, H. P. Lovecraft
Dejo abajo una foto de hace unas semanas: tomando un café en un bar de Atocha, después de atravesar el Retiro y antes de coger el tren a Móstoles.
Saludos y feliz año nuevo.