tag:blogger.com,1999:blog-47608589827211546742024-03-17T20:17:25.095+01:00DESDE LA CIUDAD SIN CINES(Blog de David Pérez Vega)David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.comBlogger1049125tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-63845245920732371142024-03-17T20:16:00.004+01:002024-03-17T20:16:35.116+01:00Mis últimas compras de libros de segunda mano<p> En mi canal de YouTube comento cuáles han sido mis últimas compras de libros de segunda mano:</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/KkKZ9d-l6vM" width="320" youtube-src-id="KkKZ9d-l6vM"></iframe></div><br /><p><br /></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-42364802967656991612024-03-10T12:34:00.005+01:002024-03-10T12:34:29.786+01:00Paranoica fierita, por Miguel Ángel Maya<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNavmnb5J8OZX09jADXCBOLw8FfDuvBjx7K_Cn25UZb_6xOF_rRvohkXfhw7tgjIYpWy3QzJ5CHu8Q3peFdKGc1dQGt1gSc0hfDrBArdanHuZIYbmBRf9XGu4LNxOtcXhyOZk2J0Ig2-9HYUhFxEKfDGOfw8uA4s98B08wqFgI8ndVOG8VuL6m5qpEo5-o/s4393/Paranoica%20fierita%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4393" data-original-width="3033" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNavmnb5J8OZX09jADXCBOLw8FfDuvBjx7K_Cn25UZb_6xOF_rRvohkXfhw7tgjIYpWy3QzJ5CHu8Q3peFdKGc1dQGt1gSc0hfDrBArdanHuZIYbmBRf9XGu4LNxOtcXhyOZk2J0Ig2-9HYUhFxEKfDGOfw8uA4s98B08wqFgI8ndVOG8VuL6m5qpEo5-o/s320/Paranoica%20fierita%20portada.jpg" width="221" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Paranoica Fierita</i></b><span style="text-align: justify;">, de Miguel Ángel
Maya</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Carpenoctem. 106 páginas.
Primera edición de 2022 <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Me había fijado por primera vez en el
nombre de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Miguel Ángel Maya</b> (Madrid,
1978) en 2008, cuando ganó el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Premio
Caja Madrid de Narrativa</b> con su novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Últimas 2 horas y 58 minutos</i></b>,
editado por <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Lengua de Trapo</b>. No
llegué a leer este libro, pero lo hojeé varias veces. Más tarde, he
intercambiado algunos mensajes por las redes sociales con Miguel Ángel, sobre
todo tras mi interés por el escritor argentino <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Salvador Benesdra</b>, del que él estuvo investigando con la idea de
escribir una novela. En 2022 me escribió para preguntarme si me interesaría
leer su nueva novela, titulada <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Paranoica fierita</i></b>. La acepté por esa
amistad en la distancia que nos unía y porque la publicaba la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial Carpe Noctem</b>, donde yo he
publicado mi novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Caminaré entre las ratas</i></b>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">La edición de Carpe Noctem presenta
algunas peculiaridades: de entrada, en las primeras páginas del libro está
dibujada –con fondo negro– la cerradura de una puerta y dentro de ella está el
texto inicial de la novela. En estas páginas, un narrador, aún desconocido,
observa los movimientos privados de una mujer en un cuarto de baño y la mira,
efectivamente, a través de la cerradura de una puerta, una puerta antigua
habría que puntualizar. El texto, prescindiendo del uso de puntos, y donde las
frases van de corrido, unidas con la conjunción «y» es desasosegante. En él se
insinúa la violencia y la locura que va a guiar el relato de esta intensa y
corta novela.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Después de estas seis páginas iniciales,
contadas a través de la cerradura de la puerta, pasamos a un paginado más
convencional. Además, se cambia de narrador: ahora pasará ser una mujer que se
despierta magullada en una habitación, con un cadáver ensangrentado a su lado,
y con claros signos de haber sido asesinado de forma violenta, pero ella no
sabe qué ha ocurrido. La narradora, de la que nunca sabremos el nombre,
empezará a contarle a la policía su historia. «Me lanzan preguntas. Son
cuchillos, las preguntas, que buscan clavarse en mi carne y en mi cuerpo, pero
no me encuentran porque de mi boca ni una sola respuesta sale, ni un solo
recuerdo se escapa.» (pág. 17)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En el siguiente capítulo, la narradora
se traslada hasta sus cinco o seis años, cuando vivía con sus padres y su
hermana en una casa «al norte de Saint Simons, cerca de donde empieza el
desierto». Más tarde se citará el nombre de otros pueblos del desierto: San
Elizario, Ruidosa, Candelaria, Las Cruces… Busco estos pueblos en Google y
encuentro que San Elizario es una ciudad de Texas, ubicada en el condado de El
Paso. No se explicita el país en el que se sitúa la acción, pero el imaginario
mostrado sí que hace pensar en la frontera entre Estados Unidos y México. De
hecho, estas primeras páginas en las que se rememora la infancia de la
protagonista, me hacen pensar en la violencia de los escenarios fronterizos que
desarrolló <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Roberto Bolaño</b> en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">2666</i></b>.
La construcción lingüística también parece tener a Bolaño como modelo: de forma
continua, Maya traza en la página un misterio y una sensación de amenaza
constante, en muchos casos concreta, pero también indeterminada. «Una noche, la
gente del circo se va. Lo dejan intacto, como si hubieran sido avisados de una
inminente epidemia o sido testigos de algo terrible.» (pág. 19), esta última
construcción («testigos de algo terrible») me parece completamente bolañesca.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En el resumen de la contraportada, la
escritora <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Sara Mesa</b> apunta que esta
obra ahonda en algunas de las obsesiones de Miguel Ángel Maya: «el mundo del
circo, los rituales que sostienen la vida, la locura, la magia, la perversidad
y el mal, el piano como animal mitológico, el cuerpo como topografía del
dolor.» No he leído las anteriores obras de Maya, para poder corroborar las
palabras de Sara Mesa; pero sí que me parece que apunta en la dirección
correcta cuando dice que la atmósfera puede recordar a las de las películas de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">David Lynch</b> y la trama salvaje a lo <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Quentin Tarantino</b>. Toda la extrañeza de
Lynch y toda la violencia de Tarantino se pueden encontrar en estas breves,
pero intensas páginas de Maya, escritas –como ya he apuntado– siguiendo la
estela de Bolaño.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Todo lo más terrible que se puede imaginar
el ser humano lo ha dibujado Maya sobre sus páginas: pederastia, agresiones,
violaciones, asesinatos, abusos y violencias de todo tipo, incluso no faltará
la antropofagia… El padre de la narradora la llevará a ella y a su hermana
hasta los terribles manglares, donde las entregará a las fiestas de siniestros
personajes con las cabezas cubiertas por cabezas de animales. Toda la historia
está recorrida por un aire de distanciamiento onírico. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">La madre iniciará con la narradora una
búsqueda, a través de los pueblos de la región, de algunos de los personajes
del libro (no quiero destripar la trama), que, de nuevo, me ha recordado a las
búsquedas de detectives salvajes de los libros de Bolaño.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">La narradora se encontrará sola a los
trece años, viviendo en una caravana a las puertas de un circo abandonado. La
presencia del mundo del circo, como misterio y como amenaza, es muy intensa en
esta historia, que, sin contar nada extraordinario o mágico, elude el realismo.
A la adolescente de trece años le saldrá un protector inesperado, con el que
iniciará nuevas búsquedas de detectives salvajes, con una atmósfera opresiva en
todo momento.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Además del juego de la cerradura, ya
comentado, habrá otras páginas en las que aparezcan partituras de música, que
yo no sé leer y, por tanto, no sé si tienen significación real en la historia o
son, más bien, decorativas. O incluso una mancha roja, imitando la sangre sobre
la página.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En el tramo final, viviremos un nuevo
cambio de narrador, que acercará al lector a las primeras páginas leídas, y
esta historia misteriosa, en la que yo tenía, en más de una ocasión, la
sensación de estar adentrándose en los resortes internos de una pesadilla, en
la que la lógica narrativa había quedado abolida, cobrará, en gran medida,
unidad y significado. Sin quedar, por ello, unidos todos los cabos expuestos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Quizás el punto débil que le podría
sacar a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Paranoica fierita</i> es que todo
lo terrible que se muestra en esta obra es tan exagerado que a veces parece
bordear la parodia o la búsqueda de lo epatante por encima de la limpieza
narrativa. Las apenas cien páginas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Paranoica
fierita</i> son realmente intensas. Es esta una narración que da más
importancia a la creación de atmósferas que a la de una trama clara (aunque ya
he apuntando que sí que acabará existiendo una trama que se mostrará al final
de la novela). El lenguaje es poético, misterio y oscuro. Lo contado es
terrible, violento y opresivo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Paranoica
fierita</i> es una novela extraña y pesadillesca para amantes de los cócteles
fuertes.<o:p></o:p></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-11976371869808633142024-02-25T17:26:00.005+01:002024-02-25T17:26:58.622+01:00Estupor y temblores y Ni de Eva ni de Adán, por Amélie Nothomb<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8xncYijDYZlwRjROifjrvleI67mYNvbpHjvxnImAg_0vGiN9VY7Duwp9ihsQj-MTe8YZ4bpjumdsMOofdzTmmLIy2zhuaAKe39kZWuJSS3fCFhz28NeVYN5-DKyINjfE6DykvOXn0xfRKeIUjjqmRv-ry-soJhZuhA5-2nS1BEj8W5ZJtbkMWyiXn1E_X/s3149/estupor%20y%20temblores%20portada.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3149" data-original-width="2000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8xncYijDYZlwRjROifjrvleI67mYNvbpHjvxnImAg_0vGiN9VY7Duwp9ihsQj-MTe8YZ4bpjumdsMOofdzTmmLIy2zhuaAKe39kZWuJSS3fCFhz28NeVYN5-DKyINjfE6DykvOXn0xfRKeIUjjqmRv-ry-soJhZuhA5-2nS1BEj8W5ZJtbkMWyiXn1E_X/s320/estupor%20y%20temblores%20portada.jpeg" width="203" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Estupor y temblores y Ni de Eva ni de Adán</i></b><span style="text-align: justify;">,
de Amélie Nothomb</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Anagrama. 143 y 173 páginas.
Primera edición de 1999 y 2007<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Traducciones de Sergi Pàmies <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Había leído <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i></b>
(1999) de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Amélie Nothomb</b> (Kobe,
1967) en enero de 2001, sacándola de la biblioteca de Móstoles. Por esos días
yo trabajaba en una auditora norteamericana, en una de las llamadas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Big5</i>, un terrible infierno laboral, en
el que podías sufrir la condena de padecer 80 horas de trabajo a la semana. Me
recuerdo leyendo este libro en un tren de Meco a Madrid, una mañana. La empresa
me había enviado a Meco para realizar un inventario en una nave gélida, perdida
en medio de un erial. Y aun así me sentía contento por haber podido alejarme de
la oficina por unas horas. Reconfortado en el calor del tren, leía <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i>, que trataba el tema
del terror moderno que los seres humanos viven en las oficinas y del que rara
vez parece ocuparse la literatura o el cine. Me sentí muy identificado con la
Amélie –un trasunto de la autora– que narraba aquella historia de humillaciones
y absurdeces. Es posible que la lectura de este libro sea una influencia para
mi novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Esto no es Bambi</i></b>, que escribí sobre mi experiencia en la
auditora norteamericana.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor
y temblores</i> relata el año que vivió la joven Amélie, de veintidós años, en
la empresa japonesa Yumimoto, año que se corresponde con el comienzo y el fin
de 1990. «El señor Haneda era el superior del señor Omichi, que era el superior
del señor Saito, que era el superior de la señorita Mori, que era mi superiora.
Y yo no era la superiora de nadie.», con esta frase sobre la jerarquía de la
empresa comienza el libro. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor
y temblores</i> se lee como si se tratase de una novela autobiográfica puesto que
la protagonista tiene el mismo nombre de la autora, la misma edad, y ambas
comparten más de un dato biográfico: Nothomb nació y vivió hasta los cinco años
en Japón porque sus padres eran embajadores belgas en aquel país, luego pasó a
China e Indonesia. En la adolescencia se instaló en la Bélgica de sus padres
para regresar a Japón en 1989. En algún momento de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i> se evoca esta remota infancia japonesa, pero el
lector no va a conocer nada de la vida de Amélie fuera de la empresa, tema que se
reservará para la novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni de Eva ni de Adán</i></b> (2007).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Uno de los motivos que me han llevado a
esta relectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i>,
más de veinte años después, es laboral. A mis alumnos de Economía de primero de
bachillerato les pido que lean <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rebelión en la granja</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">George Orwell</b>, y hablo con ellos de los
sistemas económicos, y ahora, que cada vez doy más clases de Gestión de
empresas en bachillerato internacional he pensado pedirles a estos otros
alumnos que también lean un libro. Los temas que trata <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i> me pueden servir para ilustrar el bloque de
Recursos humanos del temario, ya que aquí se tratan asuntos como el de la
jerarquía empresarial, la definición de tareas, la unidad de mando, la
motivación, los choques culturales… Y, además, recordaba, se cuenta con humor y
con un estilo sencillo, elementos que pueden resultar adecuados para alumnos de
dieciséis años.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">«Seguía sin saber cuál era mi misión en
la empresa; pero no me importaba.», dirá Amélie en la página 13, después de
varios días en Yumimoto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Desde el comienzo de la novela, se
abrirá un calvario laboral para Amélie, ya que nadie parece tener muy claro
cuáles van a ser sus tareas en la empresa a la que acaba de llegar. Y así,
diferentes jefes, de la inicial jerarquía nombrada, irán encargándole tareas a
cada cual más absurda. Hay un momento que, como lector, he sentido incredulidad
ante los despropósitos laborales que estaba leyendo, y he llegado a imaginar
que Nothomb estaba simplificando las tareas a las que no podía enfrentarse para
no aburrir al lector con comentarios técnicos sobre el trabajo, y también con
intenciones cómicas. Así, por ejemplo, ha de estar fotocopian el reglamento del
club de golf del jefe a mano, porque este opina que, si se usa la función
automática, el texto no sale del todo centrado. En cualquier caso, tendrá que
repetir las copias (de forma automática o a mano) un sinfín de veces. Cuando un
jefe de otro departamento le pida ayuda a Amélie por sus conocimientos de
francés, y ésta haga un buen informe sobre un producto que la empresa está
pensando importar para Japón (Yumimoto es una empresa de importaciones y
exportaciones), solo va a recibir reprimendas y castigos por haberse saltado la
cadena de mando y ningún elogio porque su trabajo haya sido útil. Amélie ha
firmado por un año de contrato en la empresa y, a pesar de todos los absurdos y
las humillaciones, se ha propuesto cumplir con él, porque renunciar a una
oportunidad en una empresa es algo inconcebible para un japonés, cultura en la
que desea verse integrada. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Como ya he dicho, un aire de farsa se
desprende del texto. Imagino que, en realidad, Amélie Nothomb (la escritora, no
el personaje del libro) se tuvo que enfrentar a muchas tareas absurdas y
repetitivas, que le quitaban la energía, y aprovechó esta experiencia para
retorcer y simplificar los hechos y acercarse a sus vivencias en la empresa
japonesa de una forma simbólica. De este modo más sencillo, pero más irreal,
consigue transmitir esa idea de absurdez sin caer en la autocompasión y
buscando la simpatía del lector, haciendo el texto más ameno, pero menos
punzante. Menos reflexivo y más infantil, más para todos los públicos, en
definitiva. Esta idea me la corrobora una frase de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni de Eva ni de Adán</i>, donde nos narra su vida en Japón, pero esta
vez fuera de la oficina. En esta frase dice «por no hablar de algunas noches
que pasaba en la empresa por no haber concluido mi trabajo.» (pág. 153 de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni de Eva ni de Adán</i>), aquí da a
entender que esta era una situación habitual, y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i> solo se cuenta que esto de salir tarde le
ocurre durante menos de una semana, y la ocupación a la que se le va a asignar
durante sus últimos siete meses en la empresa es tan simple que no podía darse
el caso de salir tarde de la empresa por no haber cumplido con su trabajo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">También se muestra alguna escena un
tanto surrealista, con intención cómica, como que debido a que no consigue
enfrentarse a un trabajo sencillo (como es el de comprobar en yenes el importe
de unos cargos de dietas de los empleados en otra moneda) acaba varias noches
sin dormir en la oficina y esto la lleva al delirio, a quitarse la ropa y a
correr desnuda sobre las mesas, para acabar durmiendo bajo una montaña de
basura.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Como en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El castillo</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Franz Kafka</b>, Amélie no podrá osar
acercarse al líder supremo de la organización, al señor Haneda del que se habla
en la primera línea del libro. En cualquier caso, si pudiera estar en presencia
del señor Haneda ella debería enfrentarse a él con esos «estupores y temblores»
a los que alude el título de forma irónica, ya que esta es la única fórmula
según la cual en Japón los súbditos deberían acercarse al emperador.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En algunos momentos del libro se le
recuerda al lector que se encuentra ante la evocación de los recuerdos de la
narradora. El estilo narrativo es sencillo y, de vez en cuando, aparece algún
cliché en el texto, como «no daba pie con bola» (pág. 68) o «mujer de primera
fila» (pág. 91), que imagino que el traductor Sergi Pàmies elige para trasladar
al castellano un cliché equivalente del francés.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Algunas de las páginas más interesantes
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i> son aquellas
en las que la autora analiza la sociedad japonesa, y sobre todo aquellas que se
ocupan de la posición de la mujer en dicha sociedad; que debe alcanzar, por
ejemplo, la excelencia en el trabajo y casarse antes de los veinticinco años;
pero si se sacrifica por su carrera no podrá encontrar con quien casarse. Y con
este tipo de contradicciones y presiones ha de organizar su vida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Como dije al principio, tenía un gran
recuerdo de este libro, por la cercanía temática que sentí a él en su momento.
Ahora mismo, con el paso del tiempo y las lecturas siento que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i> es un libro
simpático, escrito con sencillez, que sin ser una gran obra cumple su función
de entretener, hablando de un tema que me interesa: el de los abusos laborales.
Creo que puede ser una lectura interesante para mis alumnos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ-rZNRPkM3_WZf8a7Zwc3uOU4rC2N4l6CMG5kZ-lAUkjdvZKVR4c86wHCery5kq3fJx4PWZN4cAprJe02_ZHJPsLAjC1mn0EDnPlEc3HSd_MNxa4zRqz9XXs6iB2hZOJAabZaZnTxcAJrn5Wzpr5W79E9l4Q6kE6zYY2CirinbGFT8X89QHjV4aHr3wCg/s565/ni%20de%20eva%20ni%20de%20adan%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="565" data-original-width="360" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ-rZNRPkM3_WZf8a7Zwc3uOU4rC2N4l6CMG5kZ-lAUkjdvZKVR4c86wHCery5kq3fJx4PWZN4cAprJe02_ZHJPsLAjC1mn0EDnPlEc3HSd_MNxa4zRqz9XXs6iB2hZOJAabZaZnTxcAJrn5Wzpr5W79E9l4Q6kE6zYY2CirinbGFT8X89QHjV4aHr3wCg/s320/ni%20de%20eva%20ni%20de%20adan%20portada.jpg" width="204" /></a></div><br />Después de terminar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i> empecé <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni
de Eva ni de Adán</i> (2007) –que saqué de la biblioteca de Móstoles– porque
sabía que en esta novela Nothomb volvía al tema japonés y tenía entendido que
era una suerte de cara B del otro libro, en el que la autora contaba sus
vivencias en Japón, pero, en este caso, las que no transcurrían dentro de la
empresa Yumimoto. <o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En realidad, la historia contada en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni de Eva ni de Adán</i> comienza a
principios de 1989, justo un año antes de lo contado en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i>. La voz narrativa vuelve a ser la del personaje
llamado Amélie y lo contado va a ser coherente con lo expuesto en la novela
anterior; por tanto, he tenido la sensación de estar leyendo una nueva parte de
la misma novela.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Amélie, de veintiún años, acaba de
llegar a Japón para estudiar el idioma y decide además anunciarse como
profesora de francés. «Me pareció que enseñar francés sería el método más
eficaz para aprender japonés», es la primera frase del libro y es
significativa: Nothomb muestra en ella su búsqueda de las contradicciones con
afán cómico. De este modo, va a conocer a Rinri, un joven japonés de veinte
años que estudia francés en la universidad. Unos capítulos más tarde, Amélie y
Rinri van a dar comienzo a una relación sentimental.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Como en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i>, la prosa usada por Nothomb en esta novela es
sencilla. «Le quería mucho. Y eso no puedes decírselo a tu novio. Lástima. Por
mi parte, quererlo mucho significaba mucho. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Me hacía Feliz. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Siempre me alegraba de verlo. Sentía por
él amistad y ternura. Así era la ecuación de mi sentimiento hacia él y aquella
historia me parecía maravillosa.» (pág. 53)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">A veces, como en la otra novela, también
usa algún cliché o alguna expresión demasiado oral como «Mira quién fue a
hablar» (pág. 21), «arrojar la toalla» (pág. 24), «se les crucen los cables»
(pág. 27), «me importaba un comino» (pág. 41)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni
de Eva ni de Adán</i> el texto se divide en capítulos, a diferencia de lo que
ocurría en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i>, donde
toda la narración iba de corrido. En los capítulos de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni de Eva ni de Adán</i> se narran sucesos normalmente amables, en los
que Nothomb hace hincapié en mostrarnos los choques culturales de una joven
occidental en Japón. Como ya ocurría en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor
y temblores</i>, en esta novela la narradora también juega al despiste, a
mostrarnos que no analiza bien la realidad, con intenciones cómicas. Así, por
ejemplo, aunque al lector le queda claro, desde casi el principio, que Rinri es
un joven de la clase social alta tokiota, de forma recurrente, Amélie hablará
de sus sospechas de que pertenecía a la Yakuza, la mafia japonesa. Se narrará
alguna visita a la costa, una escalada al monte Fuji, a la isla de Sado…, y más
que una historia de amor hacia una persona, Rinri, esta novela acabará siendo
una historia de amor hacia un país, Japón.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Los capítulos tienen encanto, aunque
avanzan sin tener tensión narrativa. Lo único que parece mover la casi
inexistente trama del libro es la capacidad de Nothomb para generar extrañeza
mediante sus exageraciones cómicas, como la de que Amélie se transforma al
subir o bajar montañas y entonces puede caminar por ellas a más velocidad que
el resto de los humanos. Todo esto es simpático, aunque también algo infantil.
En otros capítulos se incide en el exotismo oriental, como la ocasión en la que
en la isla de Sado le ofrecen a Amélie en el hotel comer pequeños pulpos vivos,
ante su repulsión.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Siguen siendo interesantes, como ya
ocurría en la novela anterior, aquellas páginas en las que Nothomb nos habla de
la sociología japonesa: así sabremos, por ejemplo, que los años universitarios
son los años de relajación para el japonés medio, que durante el colegio tendrá
que esforzarse mucho para llegar a la universidad, y que en el mundo laboral no
tendrá tregua hasta que se jubile, pero durante la universidad puede sentarse a
contemplar el paisaje.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Me ha gustado cuando el tiempo narrativo
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni de Eva ni de Adán</i> se acercaba
al de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i>. Así leemos
en la página 152: <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">«Principios de enero de 1990, entré en
una de las siete inmensas compañías niponas que, bajo la apariencia de
negocios, tentaban el verdadero poder japonés. Como cualquier empleado, pensaba
trabajar allí cuarenta años.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En mi tratado de estupor y temblores,
conté por qué apenas conseguí permanecer hasta el fin de mi contrato de un año.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Fue un descenso a los infiernos de una
extrema banalidad. Mi destino no difirió radicalmente del de la inmensa mayoría
de empleados japoneses. Solo se vio agravado por mi condición extranjera y por
cierto genio personal para la torpeza.»<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Por fin, en las páginas finales de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni de Eva ni de Adán</i> conoceremos algo de
la vida de Amélie fuera de la empresa Yumimoto: «Llevaba una doble vida.
Esclava de día, novia de noche. Habría podido sacar provecho de ello si las
noches no hubieran sido tan cortas: nunca me reunía con Rinri antes de las diez
de la noche y en aquella época ya me levantaba a las cuatro de la mañana para
escribir.» (pág. 153)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En las páginas finales del libro sí que
aparecen, al fin, atisbos de tensión narrativa, ya que el lector asistirá a las
no fáciles decisiones que Amélie ha de tomar sobre su futuro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En definitiva, me ha gustado volver,
después de más de veinte años, a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor
y temblores</i>, un libro que me ayudó en su momento a pasar un mal trago
personal, y me ha gustado también ampliar mis conocimientos –gracias a<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Ni de Eva ni de Adán</i>– sobre la vida de
Amélie en Japón, un país que me resulta fascinante y que sueño poder visitar
algún día. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estupor y temblores</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ni de Eva ni de Adán</i> no me parecen gran
literatura, pero son libros simpáticos y que tratan temas que me interesan. A
veces, solo esto es ya suficiente.<o:p></o:p></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-75607624253445792552024-02-18T19:26:00.001+01:002024-02-18T19:26:04.479+01:00Un lugar desconocido, por Seicho Matsumoto<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxJ-0jMP9lX0aN-M56h__TOKJUbHZVD18lE0XFYFtg7HJCo3HemsDG5A5Dpy5Utpwd9ByMRI9usg8sPpbNZU8Fk-tIuX8GmVGNQGVjRm9FMAxH6l0ujyAvTQRIrVnjcA6WjPuUwRnJIkSrn7EOdsLUKHNI-GRCn4ZLaCBSPYUb1MyUX5p4IQUmZBBJ6ncc/s849/Un%20lugar%20desconocido.webp" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="849" data-original-width="552" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxJ-0jMP9lX0aN-M56h__TOKJUbHZVD18lE0XFYFtg7HJCo3HemsDG5A5Dpy5Utpwd9ByMRI9usg8sPpbNZU8Fk-tIuX8GmVGNQGVjRm9FMAxH6l0ujyAvTQRIrVnjcA6WjPuUwRnJIkSrn7EOdsLUKHNI-GRCn4ZLaCBSPYUb1MyUX5p4IQUmZBBJ6ncc/s320/Un%20lugar%20desconocido.webp" width="208" /></a></div><br /> <b><i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Un
lugar desconocido</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">,
de Seicho Matsumoto</span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Editorial
Libros del Asteroide, 250 páginas. Primera edición de 1975; esta es de 2021<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Traducción
de Marina Bornas<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En
2022, tras mi reencuentro con el premio Nobel <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Kenzaburo Oé</b>, al que no leía desde la década de 1990, leí más
libros de autores japoneses; y ya en 2023, aunque en menor medida, seguí con
esta tendencia. Observando la web de la editorial <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Libros del Asteroide </b>me fijé en que publicaban a un autor,
desconocido para mí, al que se le consideraba el más representativo de la
novela negra japonesa, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Seicho Matsumoto</b>
(Kitakyushu, 1909, Tokio, 1992). Sentí curiosidad y solicité a la editorial que
me enviaran <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un lugar desconocido</i></b>, para poder leerla y comentarla.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Tsuneo
Asai, el protagonista de la novela, tiene cuarenta y dos años y trabaja como
encargado jefe del departamento de Alimentación del Ministerio de Agricultura.
Vive en Tokio y, cuando comienza la narración, se encuentra en Kobe,
acompañando al director general Shiraishi en un viaje de negocios, en el que
visitan fábricas de alimentos enlatados. Asai va a recibir una terrible
noticia, que le llegará desde el teléfono del restaurante en el que se
encuentran cenando: su mujer Eko ha fallecido en Tokio por un paro cardiaco.
Asai ha de regresar rápidamente a su casa. Aunque es posible que el lector no
se dé cuenta en ese momento, la escena en la que Asai se despide de su jefe y
de los empresarios con los que está cenando es muy significativa en la
construcción de la novela. Asai, lejos de perder los nervios y abandonar el
restaurante precipitadamente, organizará el resto del viaje para su jefe. «Mientras
recorría el pasillo de vuelta a la sala de banquetes, decidió pedirle al
vicepresidente Yagishita que atendiera al director Shibaraishi. No podía pedir
al ministerio que enviara un sustituto, así que su jefe tendría que completar
solo los dos días de visitas que todavía tenía por delante. Un hombre como él,
al que le gustaba darse aires de importancia, se sentiría humillado viajando
sin acompañante. Se planteó pedir un sustituto a la delegación de Hiroshima,
pero descartó la idea porque le pareció irrespetuoso dejar al director general
y a los empresarios con alguien que no fuera de la sede del ministerio. A pesar
de la conmoción de haber perdido a su mujer de forma tan repentina, Asai estaba
completamente centrado en resolver los asuntos del trabajo.» (pág. 13)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Asai
se casó con Eko un año después de quedarse viudo, cuando él tenía treinta y
cinco años y ella veintisiete. Aunque la diferencia de edad es de ocho años,
pronto Asai empezará a tratar a su mujer como si esta diferencia fuese más
grande, y no tardará en «malcriarla», a permitirle todos sus caprichos. Esto
hará que Eko llegue a pasar días enteros sin salir de la cama. Sin embargo,
empezará a animarse cuando se apunte a clases de pintura o de poesía, donde
empezará a tener un moderado éxito componiendo haikus.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Asai
nunca se ha sentido atractivo para las mujeres y su vida sexual con Eko nunca
fue muy intensa; y menos todavía cuando a ella le diagnosticaron una dolencia
cardiaca que hacía que las relaciones sexuales no fuesen recomendables para
ella. Asai y Eko hacían casi vidas separadas, y Asai se centró definitivamente
en el trabajo y en su deseo de ser alguien respetado en ese entorno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Asai
y su cuñada van a visitar una perfumería, cuya dueña llamó a la casa familiar
para avisar que Eko había entrado en su comercio, pidiendo ayuda al haberse
sentido mal en la calle. Quieren agradecerle a la dueña del local las molestias
que se tomó con Eko. En la novela la idea de los convencionalismos y
formalismos sociales va ir cobrando cada vez más importancia. La perfumería
está ubicada en un barrio residencial de clase alta y, aunque Asai sabe que su
mujer acostumbraba a pasear por lugares apartados, con la idea de encontrar inspiración
para sus poemas, no entiende bien por qué Eko podía hallarse en ese lugar. Las
sospechas de Asia se dispararán cuando descubra que en ese barrio, y cerca de
la perfumería, existen una serie de hoteles de citas. En los últimos años, Eko,
cerca de los treinta y cinco, y a pesar de su enfermedad cardiaca había comenzado
a resplandecer y tener un aspecto más atractivo que antes. Asai empezará a
comprender, tarde, que lo más seguro es que Eko tuviera un amante. Esta idea
empezará a obsesionarle y a trastocar su ordenada vida de funcionario en el
Ministerio de Agricultura. Asai se convertirá en un detective aficionado que
investiga la muerte de su mujer y, cuando considere que ya no puede llegar más
lejos de lo que ha llegado, no dudará en contratar a unos detectives
profesionales para que continúen la labor por él. Eso sí, siempre que acuda a
la agencia de detectives lo hará camuflado tras unas gafas oscuras y sin dar su
verdadero nombre, ante el temor de que se descubra que su mujer le era infiel y
esto pueda perjudicar su carrera laboral.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Un lugar desconocido</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> (1975) es la
tercera novela de Seicho Matsumoto que publica en España Libros del Asteroide,
antes había publicado <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El expreso de Tokio</i></b> (1957), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
chica de Kyusshu</i></b> (1961), y, hace poco, han publicado una cuarta,
titulada <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El castillo de arena</i></b> (1961). Leyendo los argumentos de las
otros tres novelas, tengo la sensación de que estas son «novelas negras» de un
modo más claro que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un lugar desconocido</i>;
porque en ellas hay un asesinato en primera instancia y lo investiga un policía
(al menos en dos de ellas). <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un lugar
desconocido</i> sí acabará siendo una novela negra, pero en realidad parece,
más bien, una novela sobre la fatalidad, que en algunos momentos me ha
recordado a una película de los <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">hermanos
Cohen</b> o a alguna novela de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Patricia
Highsmith</b> como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La jaula de cristal</i></b>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Si
alguien busca una novela negra convencional, o llega hasta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un lugar desconocido</i> atraído por la idea de que Matsumoto es el
gran representante de la novela negra japonesa, quizás se vaya a decepcionar,
porque, desde luego, no existe aquí una narración trepidante al estilo de las
que pueden ser las de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Dashiell Hammett</b>
o <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Raymond Chandler</b>. Sin embargo, sí
que se va a encontrar con una narración muy interesante sobre el Japón de
comienzos de la década de 1970. Ante el cadáver de una persona asesinada, que
aparecerá en la novela, la policía empezará sospechando que se puede tratar de
un criminal que imita los asesinatos de Charles Mason (Sharon Tate murió en
agosto de 1969, así que lo normal es pensar que la acción de la novela se sitúa
a comienzos de la década de 1970), y esto hará que, de forma sutil, Matsumoto
haga una pequeña crítica a la sociedad japonesa de la época: Japón no solo
imita la economía estadounidense, sino también a sus criminales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Me
ha gustado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un lugar</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">desconocido</i> porque en realidad es,
precisamente, una novela que, usando como escusa la resolución de un misterio,
critica a la sociedad de la época que retrata. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un lugar desconocido</i> es una novela que nos muestra hasta dónde
están dispuestas a llegar las personas por conservar las apariencias sociales
(dentro de unos códigos muy rígidos) y por conservar su posición laboral,
refugio último de su identidad, una identidad que diluye u oculta todas las
pasiones que normalmente no se atreven a mostrar. Me ha gustado mucho la fina
ironía, el humor final, que muestra Matsumo en la resolución de la novela. Me
he quedado con ganas de acercarme a alguna más de las otras novelas suyas que
ha publicado Libros del Asteroide.<o:p></o:p></span></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-63318130528705138562024-02-11T11:01:00.006+01:002024-02-11T11:01:51.079+01:00Top 20 de libros latinoamericanos<p> En mi canal de YouTube Bienvenido, Bob he publicado una colaboración con la profesora de español nicaragüense Laura Rodríguez, donde cada uno elige sus 10 libros latinoamericanos favoritos:</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/Y1_K7G9lCH8" width="320" youtube-src-id="Y1_K7G9lCH8"></iframe></div><br /><p><br /></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-29914449658890677972024-02-04T10:22:00.001+01:002024-02-04T10:22:19.980+01:00Agobios lectores para 2024 (heredados de 2023)<p> En este vídeo reflexiono sobre mis deseos de lecturas para 2024, con algunos agobios por libros acumulados:</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/_Y5QU4SDfMs" width="320" youtube-src-id="_Y5QU4SDfMs"></iframe></div><br /><p><br /></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-55198902433049358562024-01-28T11:02:00.005+01:002024-01-28T11:02:32.823+01:00Cuentos, de Antón P. Chéjov<p><b><i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"></span></i></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaccbZT4TBzKyZHY3SwRcPAzsNrjvJCek1NwaDx3vlFspIAWvRPP33hbOrta-RCCeXaNBP6_YFcsCYDsFZBLwyTpT6x73JjAMZyBn5eVPBBBzneMr77WmsAfokUM-PxJx5h3TV73N01Cel0SXEhtJ2XjA4sUUIy8jDe4fQePkBR85vvKO4jBiI9ycojpyk/s341/cuentos%20cjejov.webp" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="341" data-original-width="229" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaccbZT4TBzKyZHY3SwRcPAzsNrjvJCek1NwaDx3vlFspIAWvRPP33hbOrta-RCCeXaNBP6_YFcsCYDsFZBLwyTpT6x73JjAMZyBn5eVPBBBzneMr77WmsAfokUM-PxJx5h3TV73N01Cel0SXEhtJ2XjA4sUUIy8jDe4fQePkBR85vvKO4jBiI9ycojpyk/s320/cuentos%20cjejov.webp" width="215" /></a></i></b></div><b><i><br />Cuentos</i></b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, de Antón P. Chéjov</span><p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Editorial Alba, 871 páginas. Primera
edición de 1883-1902; esta es de 2023<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Traducción de Víctor Gallego Ballesteros<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Leí mis primeros
cuentos de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Antón P. Chéjov</b>
(Taganrong, 1860 – Badenweiller, 1904) en un pequeño librito de la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial Alianza</b> –dentro de su
colección Alianza Cien– que se titulado <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La corista y otros cuentos</i></b>, que solo
contenía cuatro cuentos, y que compré en El Corte Inglés, exactamente el 10 de
febrero de 1996 (al abrir el librito estaba el ticket en la primera página).
Los cuentos eran: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La corista</i></b>, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El hombre enfundado</i></b>, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Enemigos</i></b>
y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
señora del perrito</i></b>, que son cuatro de sus relatos más significativos.
Por esos mismos días descubría yo los cuentos de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Juan Rulfo</b> y sentí que los de este último me parecían mucho mejores
que los de Chéjov. Aún tendrían que pasar unos años para que yo me enamorara de
Chéjov. Leí, más tarde, en marzo de 2005, una antología más extensa de Alianza
que se titulada <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La señora del perrito y otros cuentos</i></b>, que tenía diez; y
también <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos imprescindibles</i>,
seleccionados por <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Richard Ford</b>, que
también leí en marzo de 2005, y que en España editó <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Debolsillo</b>. Esta última, que contaba con veinte cuentos, fue la
selección que finalmente me hizo caer subyugado ante el encanto de Chéjov. En
2016 y 2017 leí dos libros de Chéjov de la editorial Alba, titulados <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cinco
novelas cortas </i></b>y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La estepa / En el barranco</i></b>, que
contenían siete novelas cortas de Chéjov, que me encantaron y que me parece que
es una parte de su obra que se conoce mucho menos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En casa tengo sin
leer, desde hace ya bastantes años, otra antología de cuentos de Chéjov en la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial Pre-Textos</b>, y que contiene
diez piezas. Sin embargo, antes de acercarme a este libro me apeteció pedirle a
la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial Alba</b> una de sus
novedades en Alba Minus, que apareció en marzo de 2023, y es este <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos</i></b>
de Chéjov, que hoy reseño, que contiene 60 cuentos, con 871 páginas, y que
están traducidos por <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Víctor Gallego</b>,
que es el autor de las estupendas traducciones de los rusos para Alba. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">De la introducción
me llaman la atención unas palabras: no es fácil realizar una antología de los
cuentos de Chéjov, debido a su gran producción, y a que ni siquiera los grandes
autores clásicos se ponen de acuerdo sobre cuáles son sus mejores cuentos. De
hecho, he comprobado que de los diez cuentos de la antología de Pre-Textos no
coinciden muchos con los de Alba.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Los primeros
cuentos de esta antología están fechados en 1883; es decir, cuando Chéjov tenía
veintidós o veintitrés años. Los orígenes de Chéjov son humildes y, desde muy
joven, ha de ganar dinero publicando cuentos en revistas, para costearse sus
estudios de Medicina y poder ayudar económicamente a sus padres y hermanos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En la barbería</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es el primer
cuento y acaba siendo una pequeña crítica de costumbres de personajes rusos,
más o menos esperpénticos, escrito con intención cómica. Debo decir, desde ya,
que me gusta que la selección de Alba pretenda abarcar una muestra
significativa de todas las etapas creativas de Chéjov y que no solo ha
seleccionado los cuentos que se suponen que son más brillantes, aquellos en los
que Chéjov dominaba perfectamente su arte. De este modo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En la barbería</i> es un cuento que está muy lejos de ser uno de los
que entendemos como representativos del autor. Se lee con simpatía, porque el
lector sabe de qué es capaz el autor, y que aquí, aún, no ha conseguido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Esto mismo va a
ocurrir con los siguientes cuentos: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La muerte de un funcionario</i></b> y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
hija de Albión</i></b>. Además, son cuentos bastante más cortos que los que van
a ser sus piezas más significativas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El cuarto es <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
cerilla sueca</i></b> y me parece que destaca un poco, respecto a los
anteriores, porque es más largo y mantiene una pequeña trama de detectives. Sin
embargo, será de nuevo una pequeña crítica de costumbres, sobre personajes
perdidos que no consiguen alcanzar sus aspiraciones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Cirugía</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es de 1884 y
seguimos con lo mismo: dos personajes comienzan hablando amablemente para
acabar enfadándose.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
camaleón</i></b> se critica a ese tipo de personas que apoya una causa u otra
según la capacidad que esta tenga para generarle o no problemas. Las
intenciones son demasiado claras y Chéjov sigue sin brillar. Igual ocurre con <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">De
mal en peor</i></b>, donde se critica a un hombre intratable.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El octavo relato
es <a name="_Hlk155641900"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las ostras</i></b> </a>(1884), que, a
diferencia de los otros, está escrito en primera persona. En él, desaparece el
humor y la melancolía gana espacio a la crítica de costumbres, sin llegar ésta
a desaparecer. Un hombre evoca un recuerdo de niño, en el que va a sufrir una
cruel humillación. Aquí se ha producido ya un salto de calidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">De
mal humor</i></b>, un cuento de apenas tres páginas, volvemos al principio. Más
simpático me parece <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los nervios</i></b>, que introduce el tema del espiritismo y el miedo,
y acaba siendo una comedia un poco pícara.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Los cuentos de
1885 empiezan a ser un poco mejores.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Los simuladores</i></b> es, de nuevo, una
crítica de costumbres con tintes cómicos, pero me ha parecido mejor que otros
cuentos anteriores. Algo parecido siento con <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Apellido de caballo</i></b>, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
cazador</i></b>, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Malhechor</i></b> (quizás este es el mejor cuento de los
seleccionados en este año) y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Qué público!</i></b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En 1886, en la
página 137 del libro, se produce el salto definitivo. El Chéjov que conocemos,
gracias a las antologías clásicas, empieza aquí su andadura real, cuando tenía
veinticinco o veintiséis años. Alguien podría pensar ¿y por qué no empezar el
libro aquí? Podría ser una idea, pero, como ya he apuntado antes, no me ha gustado
conocer todas las etapas creativas por las que pasó el genio de Chéjov.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">De los cuentos de
1886, el primer seleccionado es <a name="_Hlk155642008"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tristeza</i></b></a> y creo que
aquí estamos ya ante la primera obra maestra. Un cochero, al que se le acaba de
morir su hijo, busca clientes en las oscuras calles de una ciudad, mientras
está empezando a nevar. El cochero no parece encontrar a nadie que quiera
escuchar su triste historia. Es un cuento muy bello y melancólico sobre la
soledad. El humor inocente de los primeros cuentos ha desaparecido aquí y la
melancolía que apareció en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las ostras</i>
domina ya la composición del relato.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En cuentos como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Aniuta</i></b>
(sobre una joven que suele convertirse en acompañante de estudiantes) o <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Iván
Matveich</i></b> (sobre un profesor que sufre los continuos retrasos de su
joven escriba) –ambos cortos– Chéjov ha dejado atrás el humorismo de trazo
grueso anterior, y aparece la compasión hacia sus personajes, que será un
sentimiento que va a acompañarnos en la mayoría de sus relatos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">La bruja</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es un relato más
largo y, sin ser uno de los más destacados del libro, aquí sí que empieza a
brillar el Chéjov adulto, que muestra las frustraciones y la infelicidad vitales
de las personas. Me ha parecido muy moderno el modo en el que Chéjov nos
muestra el deseo sexual femenino. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Agafia</i></b> también nos habla del deseo
de las mujeres en una sociedad de 1886 que, pese al machismo de la época,
consigue ser más moderna, que, por ejemplo, la España de 1940. Un atractivo de
este cuento es que está escrito en primera persona y Chéjov cuenta la historia
a través de un narrador testigo. Una mujer casada joven siente la tentación de
acostarse con un atractivo joven de la localidad, que vive casi como un
vagabundo. El relato acaba antes del estallido final, insinuando la violencia,
pero sin mostrarla.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En el prólogo, que
no aparece firmado, pero que supongo que se debe al traductor Víctor Gallego,
se afirma: «Pueblan los relatos de Chéjov unos seres extraños, inútiles, llenos
de buenas intenciones, pero incapaces para la acción» (pág. 18). Esta
definición se puede aplicar perfectamente al cuento <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pesadilla</i></b>, donde un
hombre, miembro de la comisión de asuntos rurales de su localidad va a visitar
al nuevo cura y le avergüenza su aparente falta de tacto y elegancia. Empezará
considerando que no es una persona adecuada para el cargo que ocupa, para
acabar comprendiendo las condiciones miserables en las que vive, tratar de
ayudarle y darse cuenta, en realidad, de que solo ha tenido capacidad para
perjudicarlo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">La noche de Pascua</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">, en el que un
barquero pasa a gente de una orilla del río a otra, donde se celebra una
fiesta, el mismo día que ha muerto su amigo, parece una versión extendida de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tristeza</i>. De nuevo el hombre en soledad,
sin poder compartir su dolor, frente a la indiferencia del mundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Normalmente se
considera <a name="_Hlk155642040"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La corista</i></b> </a>una de las cumbres
creativas de Chéjov. En este relato una joven corista, que habitualmente se
encuentra rodeada de admiradores, recibe en su casa la inesperada visita de la
mujer de uno de estos admiradores. Me parece bueno, pero los hay mejores en
este libro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Por casualidad</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> está escrito con
la técnica del narrador testigo y en él se cuenta la historia de un amor
desgraciado entre dos personajes maduros. Es un relato bello y melancólico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pequeñeces
de la vida</i></b> un hombre que visita a una mujer con un hijo, separada de su
marido, va a descubrir lo que opina este último de él, a través del hijo
pequeño, que al final del relato se sentirá traicionado, «era la primera vez en
su vida que se enfrentaba cara a cara, de forma tan brutal, con la mentira»
(pág. 249)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Vanka</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es un cuento
corto sobre los abusos que sufre un niño de nueve años que trabaja de aprendiz
de zapatero. Un cuento muy dickensiano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">La helada</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> que muestra la
pobreza física de algunos personajes, que tratan de ocultarla, me ha parecido
más flojo que los anteriores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a name="_Hlk155642062"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Enemigos</span></i></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk155642062;"></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">
(1887) es una de las cumbres del libro. Un médico al que se le acaba de morir
su único hijo de difteria recibe la visita de un hombre alterado que necesita
que vaya a su casa a ayudar a su mujer que ha caído gravemente enferma. No sé
si me había dado cuenta en las veces anteriores que he leído este relato, pero
en esta ocasión me he percatado de la relación compositiva que tiene con el
cuento <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Parece una tontería</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Raymond
Carver</b>. Es decir, Carver declarado admirador de Chéjov, había leído <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Enemigos</i> y había querido darle una
vuelta de tuerca. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Enemigos</i> un
personaje trata de explicarle su desgracia a otro, lo que hubiera sido todo un
alivio para él, pero el otro, lejos de querer entenderle, elije ofenderse, y
los dos pasarán a ser enemigos para siempre. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Parece una tontería</i>, los personajes empiezan como enemigos y al
final la pareja que ha perdido a su hijo sí que encontrarán consuelo al ser
escuchados por el tercer personaje, el pastelero. Dos obras maestras del cuento,
que conversan entre sí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Enemigos</i> me gustaría destacar también
las descripciones de los paisajes nevados. En muchos cuentos de Chéjov, las
descripciones de paisajes dan a la composición un toque muy bello y poético.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Me gusta la
composición de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vérochka</i></b>, ya que, aunque se narra algo que ocurre aparentemente
en el presente narrativo del relato, en realidad el personaje está recordando
algo que le ocurrió en el pasado, cuando se dio cuenta de que era una persona
incapaz de amar y comprometerse. Un buen cuento sobre los desencuentros
vitales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Tifus</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">, sobre la
desgracia de la muerte, me parece un cuento inferior a otros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El juez de instrucción</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">, donde un hombre
descubre que la vida (al menos la suya) ha dependido más de las causalidades
que de las casualidades es un duro cuento, con el anticuado truco de la
sorpresa final.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Volodia</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es el relato de
un joven de diecisiete años, poco agraciado, que durante un día podrá jugar a
sentirse todo un conquistador. Un cuento con un final exageradamente trágico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">De <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un
trotamundos</i></b> me gusta la originalidad de los personajes, un joven judío
que ha cambiado de religión y su peregrinaje a un convento. Original.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El caramillo</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es un cuento
curioso en el que un administrador de finca se encuentra con un anciano que
sufre de ecoansiedad, ya que siente que cada vez hay menos animales en la
región en la que vive.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a name="_Hlk155642110"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El beso</span></i></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk155642110;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">
</span></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">es
uno de mis cuentos favoritos de Chéjov, en el que un poco agraciado oficial del
ejército recibe un beso por equivocación. Algo que no le había ocurrido nunca
va a disparar su imaginación y sus anhelos hacia sueños que solo pueden acabar
en la decepción. «Todas las cosas con las que sueño y que me parecen imposibles
e irreales, en realidad son absolutamente comunes –pensaba Riabóvich, mirando
la nube de polvo que el coche del general dejaba a su paso–. Son cosas
ordinarias y les suceden a todos». (pág. 387) Es un cuento bellísimo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Relato de la señorita N. N.</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> destaca porque es
el único que está narrado por la primera persona de una mujer. Es un cuento
sobre la vida que no tiene vuelta atrás y el lamento por las decisiones del
pasado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Ganas de dormir</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es un cuento
sobre los abusos que sufre una niña de trece años que trabaja de niñera,
similar a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vanka</i></b>, pero con un final mucho más terrible. Es un cuento
inferior a otros del conjunto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a name="_Hlk155642135"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Luces</span></i></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk155642135;"></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">,
con sus casi 50 páginas, es el cuento más largo del libro. Un hombre mayor
previene a otro joven sobre dejarse llevar por ideas nihilistas. Como ocurre en
otros relatos, los personajes citan a autores de la literatura rusa como Gogol,
Tolstoi o Dostoievski. Existe aquí un interesante juego de dos narradores, con
un relato dentro del relato. Es una gran novela corta sobre la asimilación de
las consecuencias de nuestros actos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
zapatero y el diablo</i></b> hay un desarrollo casi fantástico (que acaba
siendo un sueño) y esto ha hecho que el cuento me parezca inferior a otros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">La apuesta</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es un cuento
extraño, que no parece de Chéjov, donde un hombre apuesta con otro permanecer
aislado en una celda por dos millones de rublos. Es un cuento sobre las
casualidades que me ha parecido más comercial que otros. Es curioso cómo, a
veces, he tenido la sensación que los peores cuentos del libro eran más
efectistas, como si estuvieran escritos de un modo más apresurado con la
intención de ganar un dinero fácil. Sin embargo, este no es un mal cuento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
princesa</i></b> aparece de nuevo el tema de las buenas personas que son
incapaces de aportarle algo útil al mundo, pero que no dejan de salir de su
complacencia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Gúsiev </span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">es un cuento
extraño, que transcurre en altamar y que nos presenta una conversación entre
unos soldados que regresan a casa desde China aquejados de tuberculosis. No he
conseguido entrar en él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Campesinas</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es un cuento con
narrador interpuesto que habla de violencia machista, donde una mujer que ha
tenido un amante acabará repudiada por el marido y por el amante amante. Es
duro, un buen cuento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a name="_Hlk155642177"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">La cigarra</span></i></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk155642177;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">
</span></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">es
otro de los mejores cuentos del libro sobre una mujer que se casa con un
médico, que cuido a su padre, pero al que no aprecia mucho, ya que ella quiere
ser famosa y estar rodeada de artistas. Hasta cierto punto parece que aquí
Chéjov se desdobla en dos personalidades, la del artista y la del médico, y al
final retrata a los artistas como vanidosos e inútiles y elogia la dedicación y
el sacrificio del médico. Muy emocionante.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En deportación</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> nos llega a un
clima extremo y al trabajo de los barqueros, de nuevo. Es un cuento sobre las
diferencias sociales y la pobreza.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a name="_Hlk155642198"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Vecinos</span></i></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk155642198;"></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">
es otros de mis cuentos favoritos del libro. En él un joven lamenta que se su
hermana se ha ido a vivir con su vecino, un hombre casado. El joven se acabará
dando cuenta de lo vacía que está su vida. La última página del cuento es
demoledora: «Toda su vida le pareció de pronto tan oscura como esas aguas en
las que se reflejaba el cielo nocturno y en las que se entrelazaban las plantas
acuáticas. Y tuvo la impresión de que aquello no tenía remedio» (pág. 594)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Terror</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">, donde un
narrador acaba sintiéndose atraído por la mujer de su amigo, al que no quiere
traicionar, pero que no está seguro de si acabará haciéndolo o no, también es
muy bueno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a name="_Hlk155642215"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El monje negro</span></i></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk155642215;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> </span></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">(1894) trata de un joven licenciado en
filosofía, enfermo de los nervios, que decide visitar en el campo a su antiguo
maestro, quien está obsesionado con el cuidado de un huerto. El protagonista
sucumbirá a las alucinaciones, cuando se desarrolle la enfermedad mental que
sufre. Es un cuento muy inquietante. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Como leemos en la
introducción, a mediados de la década de 1890 Chéjov sabe que ha contraído tuberculosis
y que lo más normal es que no viva muchos años. Por eso, la muerte empieza a
estar muy presente en sus cuentos de la última década, pero también el deseo de
apresar la belleza de la vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En <a name="_Hlk155642230"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El violín de Rothschild</i></b> </a>el
personaje es un hombre que vive de fabricar ataúdes, además toca el violín en
una orquesta, que le tolera pese a su odio hacia los judíos, religión que siguen
algunos de sus otros miembros. Es un cuento que plantea una hermosa reflexión
sobre la muerte y la trascendencia de la vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El estudiante</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es uno cuento muy
corto y más intrascendente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Ariadna</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">, donde un ruso le
cuenta su historia a otro ruso en el trayecto en barco entre Odesa y Sebastopol
es, otra vez, un gran cuento. De nuevo aparece aquí el tema de las personas que
necesitan ser admiradas y que se empeñan en vivir por encima de sus posibilidades.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Casa con desván</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> parece prevenir,
de nuevo, a la juventud sobre los peligros del nihilismo. Sus ideas
desesperadas harán a un joven pintor perder a la que podría haber sido el amor
de su vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En el carro</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> nos presenta,
como excepción, a un nuevo protagonista femenina, a una maestra de un pueblo
que, tal vez, podría haber sido feliz si hubiera conseguido conquistar a un
hombre que le gustaba.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El hombre enfundado</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> no me gustó mucho
cuando lo leí la primera vez, hace ya casi treinta años, pero me ha gustado
ahora, sin llegar a parecerme uno de los cuentos más destacados del libro, creo
que su metáfora sobre el hombre que trataba de protegerse es demasiado
evidente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a name="_Hlk155642254"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Las grosellas</span></i></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk155642254;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Del amor</i></b></span></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">, de 1898, y que
aparecen seguidos en el libro, son dos cuentos entrelazados, ya que en ellos
hay dos cazadores, los mismos en los dos relatos, que reciben el peso de una
historia. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las grosellas</i></b> trata sobre la posibilidad de que alguien se
pierda dentro de sus sueños y no sea capaz de ver el sufrimiento de los demás.
En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Del amor</i> un hombre no se decide a
amar a la mujer de su amigo y acabará pensando que lo que le frenó fue algo
inútil. En realidad, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La dama del perrito</i>
es una contestación a este cuento, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Del
amor</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">Una visita médica</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es un cuento de
1898, donde ya aparecen los teléfonos, y donde se critican las condiciones en
las que viven los trabajadores de una fábrica. Esto me ha recordado a la novela
corta de Chéjov <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">En el barranco</i></b>, que era de 1900, y también se criticaba cómo la
modernidad del humo de las fábricas parecía pervertir la belleza de los
paisajes rusos. De nuevo un cuento sobre personas aparentemente bondadosas que
no consiguen hacer el bien.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">La nueva dacha</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">, donde el
protagonista es un ingeniero que construye un puente en un río, y acaba
comprando un terreno, en un pueblo cercano, para hacerse una casa, es un cuento
sobre la envidia y el miedo al progreso en el campo ruso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><a name="_Hlk155642282"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">La dama del perrito</span></i></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk155642282;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> </span></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">es de 1899 y lo he debido de leer ya por
cuarta vez. No me entusiasmó en su primera lectura de los años 90, y luego me
encantó más tarde. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Richard Ford</b>
decía en el prólogo de su antología que eso fue lo que le pasó a él: que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La dama del perrito</i> fue un cuento que le
dejó frío con dieciocho años, pero que amó con treinta. Quizás se necesita
haber vivido ya algo para apreciar la sutileza de esta gran pieza.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En fiestas</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> es un cuento
corto sobre las relaciones familiares entre la aldea y los emigrados a la
ciudad. Es inferior a otros tratados aquí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">El obispo</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> de 1902 es el
último cuento que escribió Chéjov, que moriría dos años más tarde. Un hombre,
que ejerce de obispo, se encuentra cercano a la muerte y lo que le apetece es
sentir el calor de su madre, de los suyos, pero el puesto que ocupa en la
sociedad hace que sus seres queridos se acerquen a él de un modo demasiado
respetuoso y poco natural. Es un bello cuento crepuscular.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Dejo aquí una lista, como recordatorio para el futuro
de los que me han parecido los mejores cuentos: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las ostras</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Tristeza</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> La corista</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Enemigos</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> El beso</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Luces</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La cigarra</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vecinos</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> El monje negro</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> El violín de Rothschild</i>,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Las
grosellas, Del amor </i>y<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> La dama del
perrito</i>.</span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;">En general,
destacaría la modernidad de los cuentos de Chéjov, la sutileza de sus
planteamientos, donde lo más importante de las relaciones entre los personajes
transcurre en la historia a un nivel subterráneo, y raramente explotan todos
los dramas como podrían explotar. Yo leí durante los años 90 a muchos
cuentistas norteamericanos, que se acabarían convirtiendo en algunos de mis
escritores favoritos: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Raymond Carver</b>,
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Richard Ford</b> o <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Tobias Wolff</b>, y los tres han bebido de Antón P. Chéjov, que es el
autor que ha creado la mirada moderna sobre el relato de ficción. Estos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos</i> de Antón P. Chéjov han sido una
de mis grandes lecturas de 2023.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-23203662847121824912024-01-21T12:05:00.002+01:002024-01-21T12:05:16.360+01:00Una heroína intergaláctica, por Román Piña Valls<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYbBUPGxkeqSgbZQ8JoqchVrk8MrlkUh6ss29wA1qginbNfYlgfpIHgD9Ogd4DGTnBT2Td6p9wuDS-xZksTK1IMdpQclDirYlRUeA1DvqWpDF6UQ7f1XU58HpKAPwaPzx75RRXIVm_Grhipo8vYUrN9_3bRQis9W22C2pXRfoeeqKwqyTH79Ca0WPNlpea/s1000/una%20heroina%20intergalactica%20portada%202.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="574" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYbBUPGxkeqSgbZQ8JoqchVrk8MrlkUh6ss29wA1qginbNfYlgfpIHgD9Ogd4DGTnBT2Td6p9wuDS-xZksTK1IMdpQclDirYlRUeA1DvqWpDF6UQ7f1XU58HpKAPwaPzx75RRXIVm_Grhipo8vYUrN9_3bRQis9W22C2pXRfoeeqKwqyTH79Ca0WPNlpea/s320/una%20heroina%20intergalactica%20portada%202.jpg" width="184" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Una heroína intergaláctica</i></b><span style="text-align: justify;">, de Román
Piña Valls</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Sloper. 266 páginas. Primera
edición de 2022<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Conozco en persona a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Román Piña</b> (Palma de Mallorca, 1966),
porque es mi editor en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Sloper</b>, donde
apareció mi novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los insignes</i></b> (2015). De él había leído, hasta ahora cinco
libros: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El general y la musa</i></b> (2013), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La mala puta</i></b> (junto a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Miguel Dalmau</b>, 2014), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sacrificio</i></b>
(2015), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Y Dios irrumpió de buen rollo</i></b> (2015) y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El arqueólogo</i></b> (2018).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Estoy suscrito a una oferta de la
editorial, según la cual, por 20 €, Román Piña me envía dos libros de la
editorial al año. En el último envío metió en el paquete su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una heroína intergaláctica</i>, que me llegó
a casa con una dedicatoria y con las erratas corregidas a mano por el propio
autor y editor. Todo un lujo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Ya he contado alguna vez que el envío de
libros a casa, sin consultarlo previamente conmigo, por editores y escritores
que tienen mi dirección, es algo que suele descolocarme. En este caso, tras
unos meses de descanso en las estanterías de mis libros por leer, me he
acercado a la última novela de Piña, que suele ser un autor bastante
desconcertante, humorístico y rompedor de las expectativas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El protagonista de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una heroína intergaláctica</i> es Jorge Fuster, un chico de catorce
años en la Mallorca de 1981. Según comienza la novela, nos informara de que se
encuentra recluido en un reformatorio. Él mismo se definirá como cleptómano,
alcohólico y ludópata. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">«Me piden ahora que haga memoria de mi
vida y yo entiendo que se refieren a mi vida de delincuente. Lo aclaro porque
también tengo una vida como víctima», éstas son las dos primeras frases de la
novela, un comienzo que ha recordado al de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La familia de Pascual Duarte</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Camino José Cela</b>. El director del
reformatorio ha pedido a Jorge que escriba sobre su vida como ejercicio de
reflexión. El texto con el que el lector se va a encontrar (aunque en las
páginas finales del libro ya no sea así) será este manuscrito en el que Jorge
hable de su vida y de las circunstancias que le han llevado hasta su situación
actual. En principio, Jorge ha aceptado la realización de este ejercicio
introspectivo considerando que sus palabras no van a tener ningún lector,
aunque es frecuente que también interpele a esos lectores inexistentes. «Así
que aquí me tienen, contándoles mi vida sabiendo que no la van a leer. Es
fantástico. No existen ustedes. Yo cuento mi vida como me da la gana y me
invento unos lectores para ella.» (pág. 14)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Jorge nos hablará de su casa, donde vive
con otros cuatro hermanos, sus abuelos, sus veraneos, sus dos colegios de EGB,
porque se cambió a un segundo para hacer Octavo, el último… En gran medida <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una heroína intergaláctica</i> nos propone
un paseo nostálgico por los programas de televisión, los sucesos históricos
(como el golpe de Estado de Tejero o la muerte de John Lennon), los nombres de
los bollos, los discos de los grupos de moda… de mediados de la década de 1970
hasta principios de la de los 80… y en medio de estas evocaciones de la
Mallorca de hace unas décadas, Jorge tratará de buscar los orígenes de sus días
de delincuente, que le han conducido hasta su situación actual en un
reformatorio, como aquel día en el que robó un coche de Scalextric en una
tienda, o su temprana afición al coñac.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Al principio estaba presuponiendo que
Jorge podía provenir de una familia de clase social baja; pero no es así. Vive
en una casa que en realidad son dos unidas, y la familia no parece vivir bajo
la precariedad económica. En algún momento, Jorge acepta su condición de
«burgués».<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Más de una de las páginas de la novela
se dedican a mostrar el paso de la infancia a la adolescencia, y el gusto por
las chicas. Dejas de ser niño, cuando ya puedes ver un beso entre un hombre y
una mujer sin sentir asco, nos dirá Jorge. También su escrito autobiográfico
acabará siendo una confesión de su amor por Daniela, una chica de su edad, y
esta relación de amor, en gran parte, acabará siendo el motor del movimiento de
la trama.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Un hecho constructivo curioso es que, en
algunos momentos del libro, Jorge establece conversaciones con una persona que,
al principio, el lector no sabe quién es, para ir comprendiendo más tarde qué
clase de relación guarda esta persona con Jorge, relación que no quiero
desvelar. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Uno de los problemas de leer un libro
escrito por alguien a quien conocemos en persona es tratar de especular sobre
qué partes de su vida ha introducido en la novela y qué partes se ha inventado.
Esto puede conducir a este tipo especial de lector a realizar una lectura no
ideal de la obra. Durante la lectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una
heroína intergaláctica</i> he tenido la sensación de que Piña había usado sus
propios recuerdos de la infancia para dar corporeidad al personaje de Jorge
Fuster, que es alguien que parece haber nacido el mismo año que él. Así, por
ejemplo, Jorge cuenta que más de uno de sus compañeros de clase se mete con él
por tener un apellido «chueta», que son apellidos (en principio una lista de
quince) que se asocian en Mallorca a los descendientes de los judíos que, en un
entorno cerrado como el isleño, han sufrido, en el pasado, algunos tipos de
discriminación. He consultado internet y, en esa lista de quince apellidos, uno
de ellos es Fuster y otro es Piña. Por tanto, he pensado que Piña estaba usando
sus propios recuerdos para la recreación de este tema. Y que, además, le añadía
algún detalle a esa personalidad que parecía más tomado de la modernidad que
del pasado que se evoca, como el hecho de que en 1981 el protagonista se
declara ecologista.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Y también he tenido la sensación de que
Piña sí estaba inventando cuando Jorge narraba su vida de delincuente. En este
sentido, las partes que considero que son recuerdos de Piña me han resultado
más bellas y melancólicas, y las partes de la vida de delincuente más
exageradas. En cierto modo he sentido que la vida de delincuente de Jorge no pegaba
con los recuerdos de un niño que parece sensible, considerado y reflexivo; y,
por tanto, he tenido la sensación de que había un problema en la construcción
del personaje. Repito que esto se puede deber al hecho de conocer al autor en
persona. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Me ha resultado curioso que Jorge conoce
en el reformatorio a otro joven llamado <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Gabi
Beltrán</b> que dibuja cómics. Imagino que esto es un guiño narrativo hacia el
autor de la novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La gente no es como tú</i></b>, que se publicó en Sloper, y Beltrán es
un también un reconocido autor de cómics.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">También es cierto que las novelas de
Piña tienden al disparate narrativo, en más de un caso, con intenciones
cómicas. En este sentido, me ha parecido que dibujar al padre de Jorge como
alguien que se licenció de médico, pero nunca ejerció, porque no aguantaba la
sangre, y se dedica a repartir refrescos con una camioneta, era una elección
inverosímil, sobre todo porque no se corresponde con el nivel de vida de la
familia (que asocio a los recuerdos reales de Piña) pero que el autor la elegía
por su invitación al juego cómico y paródico. De hecho, igual que ocurre en
otras novelas de Piña, como en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El general
y la musa</i>, donde se recrea (de forma cómica) el tiempo que el dictador
Franco vivió en Mallorca, que termina en una explosión de locura narrativa, en
cierto modo, esto también ocurre en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una
heroína intergaláctica</i>. Un libro que comienza de un modo muy realista y
evocador de una época, acaba terminado de una forma que se salta las normas del
realismo, y esto acaba sentándole bien a la novela, dándole al conjunto una
pátina de parodia narrativa. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una
heroína intergaláctica</i> acaba siendo una novela nostálgica y simpática sobre
el fin de la infancia y la asunción de la vida adulta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-76051948557637248692024-01-07T12:00:00.002+01:002024-01-07T12:00:16.797+01:00Los gozos y las sombras, de Gonzalo Torrente Ballester<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOnlwt-7WyGeLDUavJ5n_Lr_tlBGeHy7zj5Wc_qjT7fNvVlP5Y2kTZc-vCPfIB6aisNk17dJGCnw3V8tFG_1TYdbsXXOZ_yBCYWksCJ7_RRj5Q53kpENtgduk7wYn8m8XpA14I91xCLQ5mOBvAMnyePE1tkI9eU_sUbtIbjyFOM0_GkwrUvC7prcK7upnY/s2048/Los%20gozos%20y%20las%20sombras%20face.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1153" data-original-width="2048" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOnlwt-7WyGeLDUavJ5n_Lr_tlBGeHy7zj5Wc_qjT7fNvVlP5Y2kTZc-vCPfIB6aisNk17dJGCnw3V8tFG_1TYdbsXXOZ_yBCYWksCJ7_RRj5Q53kpENtgduk7wYn8m8XpA14I91xCLQ5mOBvAMnyePE1tkI9eU_sUbtIbjyFOM0_GkwrUvC7prcK7upnY/s320/Los%20gozos%20y%20las%20sombras%20face.jpg" width="320" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Los gozos y las sombras</i></b><span style="text-align: justify;">, de Gonzalo
Torrente Ballester</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Círculo de lectores. 1.356
páginas. Novelas publicadas entre 1957 y 1962<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">De <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Gonzalo
Torrente Ballester</b> (Ferrol, 1910 – Salamanca, 1999) tenía comprados en casa
dos libros: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La saga/fuga de J. B.</i></b> (1972) y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuadernos de La Romana</i></b>
(1975), ambos de segunda mano y con una letra microscópica; sin embargo, pensé
que la forma más adecuada de entrar en su obra era con su extensa novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
gozos y las sombras</i></b>, formada por <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El señor llega</i></b> (1957), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde
da la vuelta el aire</i></b> (1960) y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Pascua triste</i></b> (1962). Además, una
de mis compañeras de trabajo es <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Helena
Torrente</b>, sobrina del autor, y que forma parte de una fundación que vela
por su memoria, y, desde hace tiempo, le tenía prometido leer a su tío. Este momento
ha llegado en el verano de 2023, cuando –sobre todo durante el mes de agosto– suelo
dejarlo reservado para leer una novela extensa, que, en la mayoría de los
casos, supera las 1.000 páginas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Ahora mismo, existe una edición de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
gozos y las sombras</i></b> en un solo volumen, que vende la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial Alfaguara</b>, pero yo encontré,
en la librería de segunda mano <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Ábaco</b>
(mi favorita de Madrid), una edición conmemorativa del treinta aniversario de
la publicación de la tercera parte (1992), en tres volúmenes, con caja e
ilustrada por <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Julián Grau Santos</b>,
por 15 €, lo que me pareció un gran precio, así que la compré. Empecé con ella
a finales de julio y terminé a finales de agosto. Le he dedicado un poco más de
un mes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los gozos y las sombras</i></b>, pese a su
fuerte unidad temática, apareció ante el público dividida en tres partes, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
señor llega</i></b> en 1957, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde da la vuelta el aire</i></b> en 1960 y
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Pascua triste </i></b>de 1962.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">De entrada, voy a comentar que en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los gozos y las sombras</i> existen dos
narradores: un narrador en tercera persona, que contará una historia de forma
lineal al lector, durante más de 1.300 páginas (es decir, durante más del 98%
del total), pero también existe un narrador coral (habla de sí mismo en primera
persona del plural), que ocupa unas 30 páginas del libro. Este segundo narrador
aparece en las primeras páginas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
señor llega</i>, no lo hace en la segunda parte, y en tres cortes de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Pascua triste</i>, al principio del
libro, en el medio y al final. La aparición de este segundo narrador coral –que
se correspondería con la voz colectiva de la clase acomodada de pueblo Pueblanueva
del Conde, lugar donde se desarrolla la acción– está mostrada mediante letra
bastardilla en el texto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El primer narrador se correspondería con
la figura del escritor, que acompaña a los personajes de cerca, saltando de una
escena a otra; y la voz colectiva marcará tránsitos de tiempo más largos que
los anteriores. Es decir, mientras que en el ritmo normal de la novela se narra
el día a día de los personajes, de los que se siguen sus andanzas durante días,
en la segunda voz se amontonan los meses y el lector podrá saber, a grandes
rasgos, cómo ha avanzado la trama de la historia, cómo han sido sus momentos
valles, momentos en los que el lector ha de considerar que el narrador
principal no consideraba importante registrar con minucia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">La acción narrativa de la novela va
desde los últimos meses de 1934 hasta la primavera de 1936. Torrente Ballester
va a usar de fondo para contar su historia los últimos años de la segunda
república española, el llamado «bienio radical-cedista» donde gobierna la CEDA
(derecha), una vez que ha tenido lugar la «Revolución de Octubre» de 1934 y el
periodo que va desde el triunfo en las elecciones de febrero de 1936 del Frente
Popular (izquierda) hasta las puertas de la guerra civil. La cada vez más
radicalización política de la época se irá filtrando en la novela.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El título de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El señor llega</i> hace referencia a la llegada al pueblo gallego de Pueblanueva
de Carlos Deza, de treinta y cuatro años, quien ha estado fuera de la localidad
durante los últimos quince años. Carlos ha estudiado medicina en Viena,
especializándose en psiquiatría, y allí ha conocido y tomado clases del
mismísimo Sigmund Freud. En la novela, Torrente Ballester no parece hacer
distinción entre las profesiones de psiquiatra y psicología. La madre de
Carlos, recientemente fallecida, tuvo que realizar un gran esfuerzo para que su
hijo pudiera llegar a ser médico, una profesión por la que Carlos no siente
pasión, sino que lamenta que, en toda su vida, se ha sentido dirigido por la
voluntad de otras personas (sobre todo por la de su madre y luego por la de una
amante). Su padre es un personaje ausente, que abandonó a la madre y al hijo,
en la infancia de éste. Ahora que la madre ha muerto, Carlos regresa (por un
tiempo que, en principio, él considera que va a ser breve) al pueblo para
arreglar sus asuntos y también invitado por un tema que considera freudiano: en
la niñez, su madre tapió la puerta de una torre de la casa, que su padre había
usado como despacho. Carlos siente ahora, ya adulto, la necesitad de saber qué
se esconde tras esa puerta. En Villanueva va a entablar relación, en primera
instancia, con Mariana Sarmiento («la Vieja»), una pariente lejana y protectora
de su madre, que le acogerá en su casa hasta que decida qué va a hacer con la
suya (cerrada desde hace años), y con su vida. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">«El señor llega» también es una
referencia bíblica: los habitantes del pueblo creen que, tal vez, Carlos Deza
pueda hacer frente a Cayetano Salgado, un hombre de su edad, dueño del próspero
astillero local, y que es el cacique de Pueblanueva. Además de poder contratar
y despedir a su antojo a los trabajadores del pueblo, Cayetano es también el
Don Juan local, que periódicamente se encapricha de chicas, que han de ceder a
sus deseos sexuales, posición que hará que ellas o sus familiares consigan
ventajas económicas. También ha conquistado a más de una mujer casada, y todos
los varones del pueblo piensan que Cayetano los puede humillar cuando quiera
convirtiéndolos en cornudos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Carlos Deza es además uno de los últimos
descendientes de los Churruchaos, que en el pasado habían ejercido el control
de Pueblanueva como nobles rurales. Son varias las ramas de los Churruchaos que
aún perduran –aunque ninguno de ellos conserve directamente este apellido–, los
hermanos Juan, Inés y Clara Aldán (sumidos en la pobreza), el monje Eugenio
Quiroga (que pinta imágenes religiosas) y Mariana Sarmiento, con familiares en
París: Gonzalo Sarmiento y su hija Germaine.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Los Churruchaos son reconocibles por
mantener algunas similitudes físicas: son pelirrojos, altos, huesudos y de
grandes narices. Hasta la llegada de Carlos, la posición económica de Mariana
Sarmiento funciona como un contrapoder de Cayetano: Mariana, además de ser
dueña de tierras e inmuebles, es la dueña de los barcos del pueblo. En ellos
emplea a unos hombres, que representan unas sesenta familias de Pueblanueva,
fuera del control salarial de Cayetano. Aunque el negocio de los barcos no le
da dinero, Mariana lo mantiene para que su rival no sea el dueño absoluto del
pueblo. Además, los Churrichaos tienen el privilegio de poder sentarse en una
iglesia, propiedad de doña Mariana, en un banco cercano al presbiterio; algo
que desagrada a Angustias, la religiosa madre de Cayetano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Aunque el pueblo tenía esperanzas de que
Carlos Deza tuviera fuerzas para enfrentarse a Cayetano, pronto se mostrará
como una persona indolente, que no desea plantar cara a nadie, alguien que
tampoco tiene deseos de ejercer como médico o psicólogo, y que quiere
encerrarse en su casa, medio en ruinas, para revisar los papeles de su padre y,
tal vez, escribir un libro sobre Pueblanueva; pero también es alguien capaz de
envolver a los demás con su dialéctica. Esto le dirá Carlos a Cayetano, cuando
éste trate de contratarle como médico de sus astilleros: «No estoy dispuesto a
que me consideres como uno de ésos, algo así como súbdito tuyo, ni tampoco como
enemigo. Deseo permanecer al margen; ya lo sabes. Acabo de hablarte de mi
libertad.» (pág. 188, libro I)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Sin embargo, Carlos Deza –personaje
existencialista– que, en principio, parecía estar de paso por Pueblanueva se va
viendo arrastrado por el ritmo vital del pueblo y su partida se irá retrasando,
como en una especie de Montaña Mágica gallega. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Torrente Ballester ha querido simbolizar
en el enfrentamiento entre los Currachaos y Cayetano un cambio de era. Los
terratenientes, ricos gracias a la explotación de los recursos de la tierra y
el mar, con aires nobiliarios, están en decadencia y tienen que abrir paso a
una nueva época de burgueses industriales, representados por Cayetano y su
astillero. Cayetano no se ha criado en la pobreza, puesto que su padre ya era
el dueño del astillero, y él ha podido estudiar ingeniería en Inglaterra, pero
sí que arrastra un complejo de clase contra los Churrachaos (en una escena
significativa, Cayetano le echará en cara a Carlos que, cuando eran niños,
cuando eran amigos, Carlos Deza y Juan Aldán fueron a visitar las ruinas del
castillo de los Churrichaos y a él le dejaron fuera de la excursión por no
pertenecer a su estirpe). Cayetano está convencido de que es rico gracias a su
trabajo y su empuje. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En algún momento me ha chocado que
Torrente Ballester dibuje a Cayetano, el cacique local, que actúa (sobre todo
en su trato con las mujeres) como un reyezuelo medieval, como perteneciente a
la ideología socialista. Es cierto que Cayetano, pese a la arbitrariedad con la
que contrata o no en su empresa a los habitantes de Pueblanueva, es un empresario
que cumple con los horarios laborales y paga mejor que la media del sector a
sus trabajadores, a los que piensa que ha de tener contentos para que rindan
más. En la segunda parte, hay algunos capítulos en los que la acción se
traslada de Galicia a Madrid, y cuando alguno de los personajes de Pueblanueva
le explique la ideología de Cayetano a un profesor de universidad madrileño,
simpatizante socialista, éste dirá que estas cosas solo pueden pasar en España.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Aunque Carlos ha mostrado su deseo de permanecer
al margen de las guerras locales, el enfrentamiento con Cayetano se hará
inevitable, propiciado por las relaciones que ambos establecerán con algunas de
las mujeres de la localidad. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En la novela se muestra más de una
situación machista, propiciada principalmente por la mirara de Cayetano sobre
las mujeres de Pueblanueva, a las que considera como una propiedad de la que
puede disfrutar a su antojo. Sin embargo, la mirada del narrador es crítica con
estas situaciones. Torrente Ballester dibuja en su novela a personajes
femeninos fuertes; empezando por Mariana Sarmiento, que llegará a decir: «No me
importa nada, más que la libertad, y sabía que al casarme con quien fuese, la
perdería.» (pág. 140, Libro I). Mariana es una mujer moderna, adelantada a su
tiempo y a las costumbres locales, que, en más de un momento, será mostrada por
el narrador con rasgos masculinizantes. Otro personaje femenino fuerte será
Clara Aldán, uno de los personajes más memorables del libro, una joven
atractiva y vista por el pueblo como «una perdida», por su pobreza y por las
faltas de respeto que tiene que soportar de algunos de los habitantes del
pueblo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">A diferencia de lo que solía ser
habitual en la novelística del siglo XIX, el narrador de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los gozos y las sombras</i> no interviene de forma directa en el texto.
A veces describe, con ligeras pinceladas los pensamientos de los personajes,
pero no al nivel de introspección de los escritores del XIX. En gran medida,
Torrente Ballester dejará que sus personajes se definan a través de sus
palabras. La novela es muy rica en diálogos significativos. En este sentido, la
mirada del autor es bastante cinematográfica. No es de extrañar que RTVE
hiciera una serie de éxito con esta novela, porque es un texto que invita a
ello.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El lenguaje es de ritmo ágil, de estirpe
barojiana, y es de destacar la riqueza de vocabulario, que describe realidades
rurales o del mundo de la pesca.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Considero que la descripción del clima
cumple una función simbólica en la novela. Carlos Deza lleva a Pueblanueva
envuelto en lluvia, frío y niebla y éste será el telón de fondo de los dramas
desarrollados en la historia. De hecho, una de las escenas claves del libro
–que será fundamental en la trama– tiene lugar durante una borrasca en la que
los barcos de doña Mariana no pueden salir a faenar. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde
da la vuelta el aire</i> comienza al día siguiente que finaliza <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El señor llega</i>, y en él sigue el
invierno. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Pascua triste</i> comienza
con el narrador plural (marcado con letra bastardilla) adelantando unos meses,
en los que la historia se salta, y resume, lo que ocurren en la primavera y el
verano de 1935, y hace comenzar otra vez la acción cuando llega el mal tiempo,
a finales de 1935. La excepción al tema climatológico se producirá solo en el
último tramo de la novela, cuando sí se vea algún día soleado en Pueblanueva en
la primavera de 1936, que parece marcar la calma justo antes de la tormenta
histórica.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">La novela está escrita en tono realista,
que puede recordar a la obra de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Benito
Pérez Galdós</b>, y en algunas descripciones de personajes a vuelapluma también
se puede sentir la influencia de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Pío
Baroja</b>. Me han encantado unas cincuenta páginas centrales de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde da la vuelta el aire</i>, en las que
la acción se traslada a Madrid. En pleno 1935, en estas páginas ambientadas en
la capital se dejan ver las tensiones políticas, y los enfrentamientos
callejeros, que van a conducir a la guerra civil menos de un año después. En
Pueblanueva, más detenida en el tiempo, las tensiones políticas parecen más
lejanas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
gozos y las sombras</i> es una novela realista, pero, sin embargo, contiene
algunos pequeños detalles en los que ese realismo queda un tanto diluido, al
estilo semifantástico de los escritores gallegos. Así, por ejemplo, Carlos
Deza, pese a su ateísmo, cree, en algún momento, sentir la presencia cercana
del demonio, o Paquito <i style="mso-bidi-font-style: normal;">el Relojero</i>,
el loco oficial del pueblo, cada primavera siente la llamada de iniciar un
viaje hasta otra localidad cercana, en la que se encuentra con otra loca, con
la que comparte una pasión amorosa en el bosque, y luego regresa siempre a
Pueblanueva.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
gozos y las sombras</i>, pese, como ya he dicho, ser una novela realista, no es
puramente costumbrista, ya que los estudios de Carlos Deza en Viena y la carga
mental del personaje, la adentran en algunos presupuestos del sinsentido
existencialista.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El narrador principal, sobre todo al
principio, sigue las andanzas de Carlos Deza, pero, según avanza la novela, su
mirada se detiene sobre otros personajes y Carlos sale del foco principal. Me
parece magistral el control que tiene Torrente Ballester sobre un gran número
de personajes, que puede superar la treintena.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Es frecuente encontrarse con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los gozos y las sombras</i> en las listas de
mejores novelas españolas del siglo XX, una inclusión que me parece plenamente
justificada. Hace unos meses grabé para mi canal literario en YouTube <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bienvenido, Bob</i> un vídeo en el que
proponía una lista con mis 10 novelas españolas favoritas. Si lo volviera a
hacer ahora, creo que encontraría un hueco en ella para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los gozos y las sombras</i>, una grandísima novela que se va directa a
mi lista de «mejores lecturas del 2023».<o:p></o:p></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-20104918995855865712023-12-31T10:58:00.004+01:002023-12-31T10:58:49.513+01:00Mis 10 mejores lecturas de 2023<p> Igual que durante los últimos años, dejo aquí un enlace al vídeo de mi canal de YouTube, en el que hablo de mis 10 mejores lecturas de 2023.</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/egVRvUTmUjQ" width="320" youtube-src-id="egVRvUTmUjQ"></iframe></div><br /><p><br /></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-15419562105607429422023-12-24T09:30:00.001+01:002023-12-24T09:30:00.129+01:00Los que escuchan, por Diego Sánchez Aguilar<p><b style="text-align: justify;"><i></i></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="text-align: justify;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9YK3bn74Nrg_QRWVowGD7py8i48otPWfDH5wbfkFGTfkbEi_X76mxIhbAoV0MibOo2G-T7GgDkFtJetz6sCqRgSF5p9qjf5zpqvfIsfa_Zr01Tq1zCDQ1Qy2ED6G-1nrRxpgs0Qtt-7tfilqi12lKvK8pLs46wVh0CnAdBaerLLJQwJpzE7AaTE8pqKB5/s340/los%20que%20escuchan%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="340" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9YK3bn74Nrg_QRWVowGD7py8i48otPWfDH5wbfkFGTfkbEi_X76mxIhbAoV0MibOo2G-T7GgDkFtJetz6sCqRgSF5p9qjf5zpqvfIsfa_Zr01Tq1zCDQ1Qy2ED6G-1nrRxpgs0Qtt-7tfilqi12lKvK8pLs46wVh0CnAdBaerLLJQwJpzE7AaTE8pqKB5/s320/los%20que%20escuchan%20portada.jpg" width="320" /></a></i></b></div><b style="text-align: justify;"><i><br />Los que escuchan</i></b><span style="text-align: justify;">, de Diego Sánchez
Aguilar</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Candaya. 539 páginas. Primera
edición de 2023 <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">De <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Diego
Sánchez Aguilar</b> (Cartagena, 1974) había leído <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nuevas teorías sobre el orgasmo
femenino</i></b> (Balduque, 2016), un libro de cuentos que ganó el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Premio Setenil</b> en 2016, y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Factbook</i></b>
(Candaya, 2018), que fue su primera novela.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Con <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los que escuchan</i></b> (Candaya, 2023),
Sánchez Aguilar le presenta al lector una novela bastante más extensa que la
anterior, con la que guarda más de algún paralelismo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
que escuchan</i> las protagonistas principales son las hermanas Asunción, de 46
años, durante el tiempo narrativo de la novela, y Esperanza de 41, y Sánchez
Aguilar ha elegido para hablar de ellas la tercera persona, frente a la primera
que escogió en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Factbook</i> para acercarnos
a Gustavo y Rosa, una pareja que, en el tiempo narrativo de la historia
contada, ya se había separado. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Factbook</i>
existía un tercer grupo de capítulos en los que unos policías indeterminados
interrogaban a supuestos terroristas que descubrían en la red, y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los que escuchan</i> hay un grupo de
capítulos, que cubrirían una función similar, en los que la tercera persona se
acerca hasta la figura de Francia, que es la asesora del presidente de Francia,
en una Cumbre del Futuro del G7, que se está celebrando en la ciudad innominada
en la que viven las protagonistas. Además de conocer a Asunción, Esperanza y
Francia, también nos acercaremos a la figura de Ulises, un amigo de Esperanza
de la facultad de Bellas Artes, donde los dos estaban estudiando, y que en la
actualidad habla en un programa de radio, desde el que lanza mensajes, con
tendencia apocalíptica, sobre el futuro del planeta. Y, en algunos de los
capítulos que se dedican a Asunción, también se nos acabará hablando de su hijo
Andrés, un niño apocado que acaba de empezar primero de la ESO en un nuevo
centro, en el que está teniendo problemas de integración.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En el presente narrativo del libro,
Esperanza, que a los dieciocho años abandonó el hogar familiar, se encarga
ahora de cuidar a su madre anciana, tarea que había sido llevada a cabo por
Asunción durante los años anteriores, en los que la hermana pequeña estuvo
desaparecida. Esperanza tiene vagos recuerdos de sus últimos años, que parece
que ha pasado con un grupo similar a una secta. El padre de ambas, que llegó a
ser un escritor con un reducido prestigio, ya ha muerto cuando empieza la
narración.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Factbook</i>,
Sánchez Aguilar nos presentaba un mundo ligeramente distópico en el que, por
ejemplo, el Mar Menor de Murcia se ha convertido en un barrizal y la educación
y la sanidad pública ahora están gestionadas por completo por empresas
privadas. Y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los que escuchan</i>
también muestra una ligera variante sobre la realidad que, más que una posible
realidad proyectada hacia el futuro, se basa en un hecho fantástico: algunos de
los personajes pueden oír (o han oído en algún momento de sus vidas) un ruido
de origen desconocido y que es como una crepitación, como el sonido que emitían
las antiguas televisiones cuando no emitían ningún canal.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El trasfondo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Factbook</i> era una crítica al neoliberalismo de la crisis económica
de 2008-2014, que hizo que tanta gente se empobreciera. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los que escuchan</i> también existe una crítica a este mismo
neoliberalismo, pero ahora centrada en las consecuencias climáticas. Esperanza,
desde muy joven, ha sufrido ecoansiedad, y en el tiempo narrativo de la novela
está volviendo a tener contacto con su antiguo grupo de activistas climáticos,
que parecen planear alguna acción contra la Cumbre del Planeta, que va a juntar
a los líderes del G7, en la ciudad en la que vive, una ciudad indefinida, pero
que tiene metro y que se encuentra al borde de un desierto. Cuando los
capítulos se acercan a Francia, el tiempo narrativo –descubrirá el lector– se
modifica un tanto, porque esos capítulos parecen que se sitúan en un tiempo
ligeramente posterior al de Esperanza y Asunción, y lo que ha ocurrido en esa
Cumbre (donde los líderes mundiales muestran síntomas de haberse quedado
catatónicos), también parece tener relación con lo que se nos va a contar en
las otras partes del libro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Como ocurría en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Factbook</i> (sobre todo en su primera parte), en el tiempo narrativo
de la novela les van a acontecer muy pocos sucesos a los protagonistas. Un
capítulo prototípico nos presentará a Esperanza o Asunción realizando alguna
tarea cotidiana (por ejemplo, ir al trabajo en coche y luego en metro, en el
caso de Asunción, o cuidar a la madre, en el caso de Esperanza) y mientras se
exponen estos hechos minúsculos el narrador nos alumbrará sobre algún episodio
del pasado de los protagonistas. En el caso de Esperanza su pasado es más
turbulento que el de Asunción, porque desde joven mostró una personalidad
antisistema, y Asunción vivió una vida más convencional. Sin embargo, la
supuesta normalidad de Asunción tampoco parece haberle traído la felicidad, ya
que su trabajo en una empresa de marketing se muestra como una continua fuente
de ansiedad y frustraciones. Esperanza empezó a oír «el Ruido» desde que era
pequeña, y Asunción lo está empezando a oír ahora, cuando los nubarrones se
ciernes sobre su futuro laboral.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">«El Ruido» se nos presenta como un
fenómeno que no es exclusivo de los personajes de la novela, ya que existen
páginas de internet donde otras personas, que también lo perciben, hablan de
este fenómeno; sin embargo, los médicos no van a saber identificar la dolencia
y se la achacarán al estrés. «El Ruido», en definitiva, parece simbolizar la
angustia de la vida actual, sometida al neoliberalismo y al estrés climático;
en este sentido, es significativo que afecta mucho menos a las personas de
África que a las occidentales.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Me han gustado bastante más los
capítulos dedicados a Esperanza y Asunción (que suelen ocupar unas veinte
páginas) que aquellos dedicados a Francia, que suelen ser más cortos. Sin
embargo, es posible que uno de estos últimos capítulos sea de los más bellos
del libro, aquel en el que se narra como Sonja Horensen, una niña ciega que se
ha convertido en emblema de la lucha por el cambio climático (apenas un
trasunto poco disimulado de Greta Thunberg) pasa a vivir unos meses con los
samis, símbolo de un pueblo en armonía con la naturaleza que va a desaparecer.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Algunos capítulos de esta novela son
soberbios en su construcción: me ha parecido de una gran poesía uno en el que, por
ejemplo, Esperanza y Ulises tratan de escuchar «el Ruido» en el desierto del
Gran Cañón de Estados Unidos, o aquel en el que Ulises busca la realidad
histórica de «el Ruido» en los aparatos que durante la Primera Guerra Mundial,
antes de que se inventase el radar, se usaban, con personas que escuchaban
mediante, para tratar de detectar el vuelo de los aviones enemigos. En la
ligera irrealidad de este capítulo me ha parecido detectar la influencia
benefactora del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Gustavo Faverón</b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vivir
abajo</i></b>, una novela que estoy seguro de que Sánchez Aguilar ha leído.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Es cierto que las débiles líneas argumentales
del presente narrativo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los que
escuchan</i> no quedarán del todo cerradas al finalizar el libro, pero el
despliegue de literatura de calidad del que disfruta el lector de esta novela
es apabullante. La prosa de Diego Sánchez Aguilar ha dado un salto muy
importante desde <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Factbook</i>, que ya era
una buena novela, hasta este <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los que
escuchan</i>, donde sus párrafos inteligentes, misteriosos, evocadores y
poéticos, en los que escasean los adjetivos, convierten a este libro en una
grandísima narración, en uno de las mejores novedades literarias escritas en
español que he leído en los últimos años.<o:p></o:p></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-9343330738987459072023-12-17T09:27:00.000+01:002023-12-17T09:27:00.130+01:00Putas para Gloria, por William T. Wollmann<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4-Y8ZKLzNmVyIdo_wK7k18VrPdXJ_Zn_PNdywhMVe8lecDW83PHOGT0nLriMRKKBSjbSdLojeSjDvi5Y5maftTFwQIwKF3h3NgAK-pG0GU1G4l3T8Y-QsnkhwbGmyfPIbvVVicpkx53Dfj6uAEeNOZTMB1YHHY-AWyh_S-O2AcWsSKe5p1BV4DcJpKJop/s2560/putas%20para%20gloria%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2560" data-original-width="1630" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4-Y8ZKLzNmVyIdo_wK7k18VrPdXJ_Zn_PNdywhMVe8lecDW83PHOGT0nLriMRKKBSjbSdLojeSjDvi5Y5maftTFwQIwKF3h3NgAK-pG0GU1G4l3T8Y-QsnkhwbGmyfPIbvVVicpkx53Dfj6uAEeNOZTMB1YHHY-AWyh_S-O2AcWsSKe5p1BV4DcJpKJop/s320/putas%20para%20gloria%20portada.jpg" width="204" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Putas para Gloria</i></b><span style="text-align: justify;">, de William T.
Vollmann</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">H&O Editores. 226 páginas. Primera
edición de 1991, ésta es de 2022<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Traducción de Rafael Heredero de Pedro<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Desde ya unos cuantos años, venía
oyendo hablar a algunos escritores españoles del norteamericano <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">William T. Vollmann</b> (Los Angeles,
1959), como de uno de los más relevantes escritores norteamericanos actuales.
Me sonaban sobre todo la novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Europa Central</i></b>, publicada en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Random House</b> (libro que en 2005 ganó el
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nacional Book Award</i>), y otras que han
ido apareciendo en la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">editorial Pálido Fuego</i></b>, como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
familia real</i></b>. Eran novelas de un gran número de páginas. Cuando vi que
la editorial catalana <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Hurtado y Ortega</b>
publicaban <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Putas para Gloria</i></b> (1991), y que era ésta una novela
significativa, dentro de la obra de Vollmann, pero más corta que las anteriores,
me apeteció pedírsela para poder leerla y escribir una reseña sobre ella. De
esta forma, quizás me animase a leer sus libros más largos. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Putas para Gloria</i> estuvo publicada en
España por la interesante <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial El
Aleph</b>, pero ahora mismo, cuando H&O la han vuelto a poner en
circulación, estaba descatalogada. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la primera página, el narrador
del libro nos informa de que «todas las historias de putas aquí contadas son
reales». Al final del libro hay un anexo titulado <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Perfil de la prostituta callejera
del Tenderloin</i></b>, en el que el lector podrá acceder a un cuestionario,
donde el autor (suponemos) ha entrevistado a prostitutas reales del Tenderloin,
el barrio de San Francisco que va a ser el escenario principal de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Putas para Gloria</i>. Al final también se
sitúa una lista de los precios, por diferentes servicios de prostitución, entre
los años 1985 y 1988. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la novela no se da una fecha
clara en la que se sitúa la acción, pero los precios que se manejan en ella, en
torno a la prostitución son un poco inferiores a los de la lista suministrada,
en la calle no parece haber demasiado miedo al contagio del SIDA, y además se
dice que la pareja de una prostituta va a salir de la cárcel en 1992, un tiempo
que parece algo lejano en la ficción de este libro, así que he considerado que
la novela debe estar ambientada sobre 1985. La ciudad sí que claramente es San
Francisco, y el lugar principal por el que deambulan los personajes es el
barrio de Tenderloin, lleno de prostitutas, chulos, tirados y traficantes de
droga.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El personaje principal de la novela
es Jimmy, un hombre de edad indefinida, pero más viejo que joven, que fue
soldado en Vietnam en 1968. En el tiempo narrativo de la novela vive en una
pensión del Tenderloin y recibe un cheque del gobierno, que el lector entiende
que es una pensión por haber sido soldado. No llegaremos a saber si es un
herido de guerra o tiene diagnosticada alguna secuela psíquica. Con el dinero
del gobierno, además de pagar la pensión, Jimmy principalmente se dedica a
emborracharse y a mantener relaciones sexuales con prostitutas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Tanto en el primer capítulo, como en
el último, el narrador le mostrará al lector a Jimmy a través de una mirada
externa, y en el resto de capítulos, su mirada se centrará sobre Jimmy, aunque
también es cierto que, en algunas páginas, el narrador describe algunas
vivencias de las personas que se relacionan con él. «A Jimmy siempre le habían
gustado las putas», leemos en la página 20.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En gran medida, pero de forma
superficial, lo que el lector se va a encontrar en esta novela son páginas y
páginas en las que Jimmy se emborracha y busca prostitutas. En este sentido, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Putas para Gloria</i> nos puede recordar a
la propuesta de escritores como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Charles
Bukowski</b> y la tendencia del «realismo sucio» norteamericano. Y este no
sería, por tanto, un libro acto para lectores excesivamente sensibles. Ni
siquiera en las escenas de sexo podemos hablar de que Vollmann busque el
erotismo, sino que lo que busca parece ser el feísmo y la depravación. Sin
embargo, la prosa que usa Vollmann para describir este feísmo y esta
depravación acaba siendo poética. «Se llamaba Nicole y parecía más que
jovencita, puede que unos veinticinco, larguirucha, pero no angulosa y dura
como un trozo de cristal roto, solo gastada como una goma de borrar sucia.»
(pág. 24)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">También Jimmy se relaciona con Código
Seis, antiguo compañero en la guerra de Vietnam, que después de haber tenido
una casa y una mujer, ahora vive en la calle como un mendigo. Prostitutas blancas
y negras, chulos, travestis, transexuales, traficantes de drogas, mendigos…
este es el mundo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Putas para Gloria</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En algún momento del libro, el
lector se puede sentir abrumado por la descripción de cómo se repiten los días
de Jimmy, entre el alcohol y las prostitutas, pero realmente sí que existe una
evolución narrativa en la novela. Pronto sabremos que Jimmy está buscando a
Gloria, que es una prostituta con la que el lector pensará que se ha
relacionado en el pasado y que, en el tiempo de la novela, ha abandonado el
Tenderloin. Pero en realidad Gloria es una prostituta idealizada, y
posiblemente en el ideal de Jimmy ni siquiera sea una prostituta, sino que
Gloria simboliza el deseo de Jimmy de encontrar una pareja y sentirse
comprendido y amado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">«Está bien dijo todas esas putas de
ahí fuera son para mí pero cada una de ellas tiene algo que darle a Gloria
también si puedo descubrir lo que es y ayudar a Gloria como una salpicadura de
luz en el océano cuando todo se mueve y se balancea y brilla en el sol que Dios
me ayude ahora porque Gloria es el gigantesco mar en el que nadan todas esas
putas marinas; que dios me ayude a dejar de comer para que así pueda gastarme
más dinero de mi subsidio en putas y encontrar lo que necesito encontrar y dios
permita a Gloria acercarse a mí porque de lo que estoy seguro es de que no
quiero morir solo.» (Pág. 32). En párrafos como este que he seleccionado,
podemos ver que el narrador acaba cediendo su voz narrativa a algunos de sus
personajes y estos suelen tener unos pensamientos cercanos al delirio. A veces
Jimmy no paga a las prostitutas por sexo, sino por que le cuentes sus
historias, que en su mente pasarán a formar parte del pasado de Gloria. Jimmy,
en realidad, parece alguien a punto de sufrir un colapso mental, posiblemente
un brote de esquizofrenia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Sin que resulte nada obvio, he
tenido la sensación de que Vollman acaba transformando la búsqueda de Gloria
por parte de Jimmy en una búsqueda religiosa. En la página 72 leemos: «Siempre
que Jimmy necesitaba el olor de una mujer o el peso suave del abrazo de una
mujer, ¡por qué no!, tenía a las putas que eran ellas mismas por Gloria, que formaba
parte de todas ellas y vivía en todas ellas como una diosa celeste atracándose
del humo del sacrificio.» Gloria, el nombre de la mujer idealiza por Jimmy, no
parece casual. Entre las personas más derruidas de la sociedad, Jimmy,
profundamente desesperado, busca «la gloria» o «el amor de Dios», que
representa para él una especie de redención.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como se ha podido observar en
algunos de los párrafos que he seleccionado aquí, Vollmann prescinde, en gran
medida, de las comas y los puntos al escribir; sobre todo cuando se está
acercando al flujo de conciencia de sus personajes. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Putas para Gloria</i> es una narración dura, que ahonda en terrenos
oscuros, pero cuya búsqueda bíblica, dentro de todo su feísmo poético, consigue
emocionar al lector.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Putas para
Gloria</span></i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> ha sido un buen comienzo con Vollmann, un autor del que <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">David Foster Wallace</b> decía que era una
de las voces más singulares de su generación. Ahora me queda acercarme a sus
extensas novelas.<o:p></o:p></span></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-3618995494320406572023-12-10T09:18:00.001+01:002023-12-10T09:18:00.129+01:00Relatos autobiográficos, por Thomas Bernhard<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5VGROMR4n2710pxgdXr27b4qJYVKK-rmccNrwA_rjtCB8aEgis7pcAScJVdWD1Ecv93PABQXewtv40oMlyLVbyuuhRpJDer1qWk25gZ_jBLdsKL6yZuPqr2pMoqRLOhBqehKbl_PVKm8rO_lFDhS4KDde0YsvSsNWm8v8zU-vJNVYhIiXnrZw8ApYT6nV/s500/relatos%20autobiogr%C3%A1ficos%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="317" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5VGROMR4n2710pxgdXr27b4qJYVKK-rmccNrwA_rjtCB8aEgis7pcAScJVdWD1Ecv93PABQXewtv40oMlyLVbyuuhRpJDer1qWk25gZ_jBLdsKL6yZuPqr2pMoqRLOhBqehKbl_PVKm8rO_lFDhS4KDde0YsvSsNWm8v8zU-vJNVYhIiXnrZw8ApYT6nV/s320/relatos%20autobiogr%C3%A1ficos%20portada.jpg" width="203" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Relatos autobiográficos</i></b><span style="text-align: justify;">, de Thomas
Bernhard</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Anagrama. 425 páginas. Primera
edición de 1975-82; ésta es de 2023 <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Traducción de Miguel Sáenz<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Los cincos <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relatos autobiográficos</i></b>
de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Thomas Bernhard</b> (Heerlen, Países
Bajo, 1931 – Gmunden, Austria, 1989) que componen este volumen son <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
origen</i></b> (1975), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El sótano</i></b> (1976), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
aliento</i></b> (1978), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El frío</i></b> (1981) y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un
niño</i></b> (1982). Yo los había leído todos en la segunda mitad de la década
de los 90. No me acerqué a ellos en el orden cronológico, ni seguidos. Su
lectura se intercaló con otros libros durante un periodo que debió de abarcar
unos dos años. Leí tres de la biblioteca de Móstoles, y dos más los compré
porque no estaban allí. Anagrama los vuelve a editar ahora en un solo tomo, con
un prólogo del prestigio traductor del alemán <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Miguel Sáenz</b>, después de que su reedición en la colección Otra
vuelta de tuerca llevara años descatalogada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Hay una idea inicial en el prólogo de
Sáenz que me llama la atención de entrada: nos cuenta que en 1991 Louis Huguet,
de la universidad de Perpiñán, trató de contrastar los hechos relatados en
estos libros con la esquiva vida de Bernhard, para descubrir que todo lo que
contaba el autor en estas páginas no era real, como habían creído hasta
entonces los críticos germanos. De hecho, yo leí estos libros, hace más de
veinte años, pensando que, efectivamente, sí que eran narraciones que
reflejaban al completo la vida de Bernhard. Pero lo cierto es que realidad y
ficción se entremezclan aquí, igual que en el resto de sus novelas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
origen</i> nos lleva al Salzburgo de 1943, cuando el narrador tiene unos doce
años y se encuentra interno en un colegio de secundaria. Mientras se desarrolla
la Segunda Guerra Mundial, él se encierra en el cuarto donde se guardan los
zapatos en el colegio para practicar con su violín, a la vez que los
pensamientos suicidas le asaltan y trata de no sucumbir a ellos. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El origen</i> no da tregua al lector desde
su primera frase: «La ciudad, poblada por dos clases de personas, los que hacen
negocios y sus víctimas, solo es habitable, para el que aprende o estudia, de
forma dolorosa, una forma que turba a cualquier naturaleza, con el tiempo la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i>turba y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">per</i>turba y, muy a menudo, solo de forma alevosa y mortal.» Y digo
que el narrador no le da tregua al lector en dos sentidos: en uno semántico,
con sus frases largas, alambicadas, llenas de comas, con sentencias que se
persiguen a sí mismas, con matizaciones exasperadas. Además, estas
construcciones semánticas tomarán grupos de palabras como motivo compositivo y se
irán repitiendo como el estribillo de una pieza musical. En este sentido me
llama la atención la construcción «la así llamada», que funciona de un modo
irónico, al rebajar el valor del sustantivo que Bernhard coloca a continuación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Y también el narrador no dará tregua al
lector porque su propuesta es radical desde el primer momento: los libros de
Bernhard siempre son críticos con su época, sus conciudadanos y sus ideas
políticas (nazis, sin ir más lejos) o religiosas (católicas, que llega a
equiparar a las ideas nazis), y el narrador siempre estará hablando del
suicidio, al que no se atreve a entregarse por cobardía.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El narrador irá, periódicamente,
recordándole al lector que está escribiendo unas memorias, rememorando
acontecimientos que sucedieron hace unos treinta años.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">«La época de aprender y estudiar es,
principalmente, una época de pensar en el suicidio, y quien lo niega, lo ha
olvidado todo.» (pág. 23), estas narraciones están repletas de sentencias como
ésta. O esta otra de la página 60: «No hay padres en absoluto, solo hay
criminales como procreadores de nuevos seres, que actúan contra esos seres
procreados por ellos, con toda su insensatez y embrutecimiento, y en esa
criminalidad son apoyados por los gobiernos.»<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">«Quien está a favor del deporte tiene a
las masas de su lado, quien está a favor de la cultura, las tiene en contra,
decía mi abuelo, y por eso todos los gobiernos están siempre a favor del
deporte y en contra de la cultura.» (pág. 52)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En realidad, los sucesos narrados en una
novela como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El sótano</i> son escasos:
tocar el violín en el cuarto de los zapatos del internado, huir hasta los
túneles de Salzburgo cuando hay alarma de bombardeo y contar cómo los símbolos
del catolicismo sustituyeron a los del nazismo en el internado, una vez que se
acabó la guerra. Sobre este tema, cuenta Sáenz en su prólogo que Franz
Wesenauer, al que se refiere Bernhard como «el Tío Franz» en el libro, le puso
al autor una querella por difamación y la ganó. Esto hizo que se tuvieran que
retirar algunas de las páginas del libro, y así nos ha llegado a nosotros.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
sótano</i> el narrador nos contará cómo decide dejar el instituto, a los
dieciséis años, y buscar trabajo en la «dirección contraria», un trabajo que
sea lo contrario de lo que se supone que debe desear. De este modo, acabará
trabajando de dependiente y chico de los recados en una tienda –ubicada, como
nos indica el título, en un sótano– en uno de los barrios marginales de
Salzburgo. En esta novela podemos encontrar algunos motivos sociales, porque
Bernhard pondera positivamente a la población, casi siempre marginal, de este
poblado frente a la del resto de la ciudad; una población con la que se volverá
a encontrar con los años en la sección de sucesos, crímenes y juicios de las
páginas de los periódicos. En el sótano el adolescente Bernhard hará buenas
migas con las compradoras de la tienda y su jefe, en unos años (finales de los
40) en los que solo se hablará de la guerra recién acabada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
aliento</i> se narrará el internamiento del joven protagonista de dieciocho
años en un hospital como consecuencia del enfriamiento (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">pleuresía húmeda</i>, en realidad) que sufrió una mañana en la tienda
del sótano por descargar un camión de patatas con poco abrigo. En mi primera
lectura, hace ya unos veinticinco años, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
aliento</i> fue el libro que más me gustó del conjunto y creo que ahora ha
vuelto a ocurrir lo mismo. A pesar de que está narrado desde un moridero, desde
una planta terrorífica del hospital, en la que médicos y enfermeras depositan a
los pacientes solo esperando su muerte, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
aliento</i> es un terrorífico canto a la vida, al deseo de vida de un joven,
que además de dedicarse a ser aprendiz de tendero había empezado a tomar clases
de canto, auspiciado por su abuelo, para convertirse en un cantante de ópera.
Un sueño que se verá truncado por los problemas pulmonares que ya va a
arrastrar de por vida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
frío</i> los problemas de salud del joven Bernhard empeorarán al contraer la
tuberculosis en un centro de curación de su pleuresía húmeda. Aquí ya nos
contará Bernhard que a los dieciocho años ha comenzado a escribir. «Mi abuelo,
el escritor, había muerto, ahora tenía que escribir yo, ahora tenía <i style="mso-bidi-font-style: normal;">yo</i> la posibilidad de escribir» (pág.
280). La persona que Bernhard más admira, su referente vital, es su abuelo
materno, que ha sido anarquista en su juventud y de adulto trata de ser
novelista con escaso éxito. Bernhard no llega a conocer a su verdadero padre,
alguien que sedujo a su madre y luego abandonó a ésta y a su hijo. La figura
paterna la ocupará alguien distante, pero correcto, al que denomina «mi tutor»,
que tendrá dos hijos con su madre, a los que Bernhard sacará una buena cantidad
de años. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El frío</i> acaba con un
Bernhard de diecinueve años enfermo y con bastante desaliento vital por
delante.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Si bien los cuatro libros anteriores
seguían un orden cronológico en los sucesos contados, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un niño</i> empieza cuando Bernhard tiene ocho años. Es decir, el
narrador se va a centrar ahora en los años que preceden a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El origen</i>, y nos narrará, principalmente, la relación con su abuelo
materno y sus diversas mudanzas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Hay personas que prefieren empezar estos
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relatos autobiográficos</i> por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un niño</i>, pero creo que es más
recomendable leerlos en el orden cronológico de escritura y no de
acontecimientos narrados, porque así se puede apreciar mejor la evolución de la
escritura de Bernhard: las repeticiones y frases alargadas y repletas de comas
y subordinadas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El origen</i> se van
apaciguando hasta unos párrafos más limpios en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un niño</i>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Como me ocurre al leer a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Michel Houellebecq</b> –quizás el sucesor más
claro de Bernhard–, al contrario de lo que puede parece a primera vista, aunque
Bernhard hable de suicidios, enfermedades, hospitales, pobreza… su escritura
tiene tanta fuerza, que su rabia y sus desahogos son muy vitales, y al final su
crítica feroz y despiadada, su disparar contra todo (médicos, instituciones,
profesiones respetables, etc.) tiene un punto humorístico.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Opina Miguel Sáenz que Thomas Bernhard
es el mejor escritor en alemán de la segunda mitad del siglo XX (el de la
primera mitad sería <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Franz Kafka</b>), y
creo que poco más se puede decir. Estos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relatos
autobiográficos</i> los recordaba como una de las grandes lecturas de mi vida,
y mi reencuentro con ellos no me ha decepcionado en absoluto. Todo un acierto
de Anagrama esta reedición de estos libros que ya no se encontraban en el
mercado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-34536187286644759652023-11-26T10:03:00.001+01:002023-11-26T10:03:10.032+01:00Cuentistas latinoamericanos actuales<p> En mi canal de YouTube, Bienvenido, Bob, publiqué un vídeo donde hablo de los cuentistas actuales latinoamericanos que he leído. Es este:</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/QsiD6NO5XCY" width="320" youtube-src-id="QsiD6NO5XCY"></iframe></div><br /><p><br /></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-16266850950403682782023-11-19T10:35:00.001+01:002023-11-19T10:35:00.123+01:00Incierta gloria, por Joan Sales<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioySbMiJKGdLvgfaUkGjsvomlOibakMDH5_722A28QW_nIHrb-01YgGXOcmR84ZiaD5Hz66c5o-nMl1lOsbnjPPvfO-zShiwcAjplFrKWY9547yedsIJ7c-PBVhE6VfY4oMOKDXyUpHMIQn-PYhjV0FYWtmbyCD5C7VM_6-rHfqdSQXWnEzMR4XR5IR-jw/s500/Incierta%20gloria%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="329" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioySbMiJKGdLvgfaUkGjsvomlOibakMDH5_722A28QW_nIHrb-01YgGXOcmR84ZiaD5Hz66c5o-nMl1lOsbnjPPvfO-zShiwcAjplFrKWY9547yedsIJ7c-PBVhE6VfY4oMOKDXyUpHMIQn-PYhjV0FYWtmbyCD5C7VM_6-rHfqdSQXWnEzMR4XR5IR-jw/s320/Incierta%20gloria%20portada.jpg" width="211" /></a></div><b style="text-align: justify;"><i>Incierta gloria</i></b><span style="text-align: justify;">, de Joan Sales</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Planeta. 696 páginas. 1ª
edición de 1956<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Traductor Carlos Pujol<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En el canal de YouTube <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Totralibros</i></b>,
que lleva <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Jan Arimany</b>, estuve viendo
un vídeo titulado <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Top 20 de la literatura catalana</i></b>, y me llamó mucho la atención
que hablase de una novela sobre la guerra civil que no me sonaba de nada, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta
gloria</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Joan Sales</b>
(Barcelona, 1912 – 1983). La busqué en internet y la encontré en mi librería de
segunda mano favorita de Madrid, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ábaco</i></b>, por 9 euros, en una edición
de tapa dura de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Planeta</b>, que además
de la novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i></b> (1956) también contiene <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viento de la noche</i></b>
(1983), que es otra novela que actúa como segunda parte, o apéndice, de la
primera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Joan Sales fue soldado republicado,
durante la guerra civil, y a su fin se exilió a República Dominicana y a
México. Regresó a Barcelona en 1948, y fundó la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial Club Editor</b>, para publicar obras en catalán, que sigue
existiendo. Fue el primer editor de libros tan significativos como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
plaza del Diamante</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Mercè
Rodoreda</b> o <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bearn o La sala de las muñecas</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Llorenc Villalonga</b>. Con su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i> ganó el premio Joanot Martorell en 1955. El libro
apareció en 1956 recortado por la censura. Sales lo fue corrigiendo y ampliando
hasta llegar a su versión definitiva en los años 70. De hecho, al principio <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viento de la noche</i> formaba parte de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i>, pero esos capítulos
fueron creciendo y tomó la decisión de que lo mejor era que se publicase como
otra novela, aunque siguiera hablando de los personajes de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i>, unos veinte años después de haberse acabado la
guerra. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La novela está dividida en tres
partes. En la primera nos acercamos a la voz narrativa de Luis, un teniendo
barcelonés de la república, destinado en un pueblo del bajo Aragón, que le
escribe cartas a su hermano mayor Ramón, que es un religioso que se ocupa de
personas discapacitadas. Las primeras cartas están fechadas en junio de 1937,
cuando la guerra ya lleva un año de desarrollo. El lector va a leer estas
cartas, que funcionan como si fueran las páginas de un diario, puesto que Luis
no recibe respuesta y, por tanto, no hay interferencia en el flujo de
información que recibe el lector. Uno de los temas sobre los que escribe Luis
es sobre su amigo Julio Solerás, que se encuentra en el frente con él y que fue
su compañero en la facultad de Derecho. Solerás es brigada de intendencia en la
guerra, y es un personaje extraño, lleno de contradicciones y que continuamente
parece querer epatar a su interlocutor, resultando, más de una vez,
impertinente; aunque, a través de las palabras de Luis, el lector sabrá que es
un joven que proyecta mucho magnetismo. Los dos, que tienen unos veinticinco
años, se relacionan con Cruells, que tiene veinte, y que, antes de la guerra,
era seminarista. Estos van a ser los tres personajes masculinos principales de
la novela y comparten en su biografía una importante coincidencia: los tres son
huérfanos de padre y madre, y se han criado con sus tías, en el caso de Solerás
y Cruells, y con sus tíos en el caso de Luis. Luis ha tenido un hijo con Trini,
aunque no están casados, algo raro para la época. Trini procede de una familia
de anarquistas de Barcelona y, aunque Luis viene de una familia de militares y
su tío dirige una fábrica de pastas, él ha preferido politizarse y renegar de
sus orígenes burgueses. Además, Luis es un mujeriego y tratará de conquistar a
una mujer llamada Olivela, que vive con sus hijos en un castillo de la
localidad. Olivela era una sirvienta de la que se encaprichó el señorito en
cuya casa trabajaba, y con el que llegó a tener hijos. Al comienzo de la
guerra, los anarquistas mataron al marido, pero no a ella, precisamente por no
estar casada. Sin embargo, este hecho martiriza a la mujer, que no quiere que
sus hijos sean ilegítimos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Durante más
de cien páginas, aunque el escenario narrativo se encuentra en el frente, la
acción de la guerra parecía alejada, y no se hablaba de ninguna batalla. Cuando
ésta tiene lugar, Luis le contará a su hermano en sus cartas que casi no
recuerda nada de las batallas, tan solo a reclutas llorando. Sin embargo, en
relación a una batalla he leído una de las escenas que más me han impactado del
libro: los republicanos atacan una trinchera nacional y, al verse superados,
estos últimos se rinden. Un alférez nacional sale de la trinchera, con los
brazos en alto, queriendo unirse en un abrazo fraternal con el enemigo que le
ha vencido. El narrador (Luis), curtido en la guerra, lo ve con unos
prismáticos, y piensa «Es el viejo truco que también nosotros hemos usado otras
veces en idénticas circunstancias. Los míos tiran los fusiles para subir con
los brazos libres, arrebatados de entusiasmo, recuerdo de pronto que son
reclutas, que ignoran esos trucos tan sobados. (…) que sea tan profundo en
nosotros ese deseo de ser hermanos y que lo utilicemos para matarnos más a
mansalva…» <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">No había
leído nunca nada así en un libro bélico e inmediatamente me ha parecido que
tenía que ser real, que el propio Sales lo había vivido, porque como ficción
resulta inverosímil. No me puedo imaginar una escena así en, por ejemplo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Salvar al soldado Ryan</i>. Es una escena
que alguien que escriba ahora una ficción sobre la guerra civil no habría
podido inventar porque no resultaría creíble. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">No niego que
puedan existir grandes novelas históricas; de hecho, lo es una de mis
favoritas, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Guerra y paz</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Lev
Tolstoi</b>. Pero hay escenas literarias y testimoniales que se introducen en
los libros porque el escritor las ha vivido y le obsesionan; en caso contrario,
no podría confiar en ellas, ya que resultarían no creíbles. Y por estos
motivos, cuando me apetece leer ficción sobre acontecimientos históricos,
prefiero la creado por autores que fueron testigos de los hechos, como es el
caso de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i> de Joan
Sales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Es también
una gran imagen la del convento del pueblo en el que los anarquistas han sacado
a los muertos del cementerio y alguien –no está claro si han sido ellos
también– han recreado en el altar una boda de momias. En gran medida esta
primera parte, y el libro en general, es una crítica a los desmanes de los
radicales de izquierdas, asociados al anarquismo, y sus asesinatos en la ciudad
de Barcelona, una realidad que no les llegaba con mucho detalle a los soldados
del frente. Sobre el ejército nacional se habla de un modo mucho más difuso y
borroso. En toda la novela de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta
Gloria</i> no se nombra a Francisco Franco, y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viento de la noche</i> tan solo una vez.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la segunda parte la narradora es
Trini, la pareja de Luis, y también leeremos sus cartas. Es interesante el
juego: las cartas de Trini que vamos a leer están dirigidas a Solerás, que le
entregó el mazo a Luis, al final de la primera parte. Así que a estas cartas de
Trini a Solerás, el lector se acerca sabiendo que las está leyendo Luis. Trini
se siente un tanto abandonada por su pareja y está empezando a encontrar
consuelo en Solerás, de quien es amigo desde la adolescencia, desde antes de
conocer a Luis. La correspondencia desde el frente por parte de Solerás es
mucho mayor que de parte de Luis. Las cartas de Trini nos llevan a la Barcelona
de diciembre de 1936, y a través de ella conoceremos lo que ocurre en la ciudad
durante este periodo convulso de la guerra. Hay algunos detalles que me han
llamado la atención, como este apunte de la página 198: «Nunca había habido
colas tan largas delante de las taquillas de los cines como desde que empezó la
guerra.»<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Trini tiene veintiún años y, aunque
viene de una familia de anarquistas descreídos, justo en estos momentos de
asesinatos de personas religiosas en la ciudad es cuando empieza a sentir fe y
la necesitad de acudir a misas clandestinas y hacerse católica. Trini vive en
un chalet de Pedralbes, que pertenecía a la fallecida madre de Luis.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Me ha gustado también la escena en
la que Trini tiene que ir hasta los pueblos del interior de Cataluña para
conseguir alimentos clandestinos y al volver en tren a la ciudad los tiene que
tirar por la ventanilla porque en la estación se los pueden requisar, y saltar
ella detrás. Pero los conductores de los trenes ya saben que sus pasajeros
hacen esto y aminoran la marcha al ir a entrar a la estación central. Me ha
sonado a detalle real de los tiempos de la guerra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En esta parte, sobre a través de las
opiniones del tío de Luis, que ha tenido que refugiarse en casa de Trini, se
sigue criticando a los anarquistas y sus asesinatos de inocentes y destrucción
de la industria catalana.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El narrador de la tercera parte es
Cruells, que ya aparecía como personaje en la primera parte. En este caso Sales
abandona el recurso de las cartas y se insinúa que Cruells está recordando (o
tal vez escribiendo) sobre sus recuerdos de la guerra desde algún punto del
futuro (aparece el año 1945), cuando ya ha vuelto al seminario y se ha
convertido en sacerdote. Cruells recuerda, en gran medida, a Solerás, que se
convierte en el cuarto personaje principal de la novela. Aunque Sales no le
cede a él la palabra directamente, está muy presente en las narraciones de los
otros tres personajes. «Era un chico extraño, abrupto, repelente y atrayente a
la vez.», dice Cruells de Solerás en la página 327.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como curiosidad, decir que en la
página 330 parece encontrarse un dardo envenenado que le lanza Sales a
posiblemente Ernest Hemingway y su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Por
quién doblan las campanas</i>: «Los extranjeros de todo ese inmenso fregado van
a sacar unas historias sensacionales de toreros y gitanas.» (pág. 330)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la página 364 nos encontramos con
una reflexión interesante: «En el frente no hay día en el que uno u otro no
cambie de trinchera; pero es una corriente de doble dirección, eso es lo que no
quieres comprender. Y de cada lado desertan por el mismo motivo: todos
asqueados por los horrores de las retaguardias».<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Cruells, del que ya dije que al
incorporarse al frente era seminarista y que, tras acabar la guerra, será
sacerdote es un personaje curioso, contradictorio; y muchas de sus reflexiones
irán por este camino. De hecho, el propio autor era republicano, antifranquista
y católico y plasmó sus inquietudes en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta
gloria</i>, una expresión que se repite en el libro, y que procede de un verso
de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">William Shakespeare</b>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Más o menos, en la página 500 acaba <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i>, y las 200 últimas
páginas de este volumen corresponden a otra novela titulada <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
viento de la noche</i></b>. Ya he comentado que, tras su primera aparición en
1956, Sales fue ampliando la novela. He leído que, al principio, la que iba a
ser la novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viento de la noche</i>,
donde el narrador vuelve a ser Cruells, empezó siendo unos capítulos sueltos de
la tercera parte de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i>.
Pero en las siguientes revisiones esos capítulos crecían hasta que Sales
decidió que serían una nueva novela, que funcionaria como una suerte de segunda
parte o apéndice de la primera, y que se publicaría como un libro
independiente. De hecho, creo que ya no se comercializa esta edición que tengo
yo donde las dos novelas se publican juntas, sino que los libros se han de
comprar por separado. Seguramente leer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
viento de la noche</i> sin haber leído antes <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i> no tenga mucho sentido. Y es cierto también que el
magisterio de una gran novela como es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta
gloria</i> se pierde en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viento de la
noche</i>, una novela inferior a la primera y en que parece que Sales ya no
tenía, en realidad, nada más importante que contar sobre sus personajes, pero,
aun así, lo ha querido contar de todos modos. El tono de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viento de la noche</i> es más alucinatorio, menos objetivo que el de
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i>, y en esta novela
Sales, a través de la voz narrativa de un Cruells cada vez más viejo, va
recreando, en repeticiones y nuevos círculos concéntricos, los recuerdos de la
guerra y la posguerra y nos contará qué hizo la vida con los personajes de la novela
anterior.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">No he hablado nada del estilo
literario de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i>: me ha
parecido que sin llamar especialmente la atención –el autor no usa potentes
juegos metafóricos o el brillo de asociaciones de ideas brillantes– Sales
construye su novela y su estilo con mucha sobriedad y acaba creando una novela
muy sólida, que he disfrutado mucho. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Hasta ahora pensaba que <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Días
de llamas</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Juan Iturralde</b>
era la novela de la guerra civil que más me había gustado y, aunque es cierto
que en ella se refleja mejor el miedo de la retaguardia, ahora considero que en
mi imaginario <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Joan
Sales</b> ha ganado muchos enteros como la posible mejor novela sobre la guerra
civil. En 2014 se tradujo al inglés y tuvo muy buena acogida crítica en Gran
Bretaña. Hace poco se ha traducido también al chino. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Incierta gloria</i> es una grandísima novela de la literatura española
del siglo XX y el hecho de haber sido escrita originalmente en catalán
(traducida al castellano de forma estupenda por <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Carlos Pujol</b>, por cierto) ha hecho que no sea tan conocida en el
resto de España, que no es Cataluña, tanto como se merece.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-62410600967419292572023-11-12T13:09:00.002+01:002023-11-12T13:09:21.202+01:00Tía buena (una investigación filosófica), por Alberto Olmos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL0LINwvfS0Ocmb3vL0y7HGoeBKNH8pyhfz2aRvUgNyC_vFUbaUc98ALiWEd_jvjLxxexOteowdneDRqmJOrvepYhzhFHt1ilTnjvsdyBnZYVJjpGjECk0QTX3Bjx_Fyx-cWi5KhYgq2NxCQwNfgX3vDARUp7dAKW0ALAEbhqMD51cVukCLHuBODR3eoCR/s1000/t%C3%ADa%20buena%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="648" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL0LINwvfS0Ocmb3vL0y7HGoeBKNH8pyhfz2aRvUgNyC_vFUbaUc98ALiWEd_jvjLxxexOteowdneDRqmJOrvepYhzhFHt1ilTnjvsdyBnZYVJjpGjECk0QTX3Bjx_Fyx-cWi5KhYgq2NxCQwNfgX3vDARUp7dAKW0ALAEbhqMD51cVukCLHuBODR3eoCR/s320/t%C3%ADa%20buena%20portada.jpg" width="207" /></a></div><br />Tía buena (una investigación filosófica), de Alberto Olmos<p></p><p>Editorial Círculo de Tiza. 290 páginas. Primera edición de 2023</p><p></p><p>He leído bastantes de los libros que ha escrito Alberto Olmos (Segovia, 1975), desde que empecé en 1999 con su ópera prima, A bordo del naufragio. Sin embargo, no había leído nada aún de su obra, fuera de la ficción, salvo sus artículos de periódico. Aunque tengo aún en casa sin leer Vidas baratas: elogio de lo cutre y Cuando el Vips era la mejor librería de la ciudad, me apeteció ponerme con su último ensayo, Tía buena (una investigación filosófica) y se lo solicité a su editora de Círculo de Tiza.</p><p></p><p>Cuando uno conoce a Alberto Olmos, como es mi caso, y se acerca a un libro con el título Tía buena, y cuya primera parte se titula ¿En serio vas a escribir este libro?, lo primero que piensa es que Olmos ha escrito un libro de humor. Y lo cierto es que, en parte, así es, pero no en su conjunto, como trataré de explicar a continuación.</p><p></p><p>«Durante el verano posterior a mi divorcio, empecé a darle vueltas a una expresión popular que siempre había desatendido: “tía buena”», ésta es la primera frase del libro y, desde luego, no es una primera frase casual. Con ella, el autor le muestra al lector sus cartas, el momento vital por el que atraviesa. «Quizás volver a la soltería y a mirar con más intención o interés a las mujeres de mi alrededor (lo cual incluye hoy en día las redes sociales, por supuesto), provocó en mí una estupefacción nueva, un cuestionamiento.», continúa.</p><p></p><p>Olmos pretende escribir un ensayo sobre la idea de ser una «tía buena», desde el punto de vista de las mujeres, ¿qué siente, o experimenta, una mujer al saberse mirada como tía buena? En una primera aproximación al tema, Olmos quedará con diversas amigas, que pueden alcanzar el estatus de «tía buena», en mayor o menor medida, y las interrogará sobre el tema. A la mayoría de las mujeres cercanas que aparecen en el libro ha tenido la prudencia de cambiarles el nombre (en otros casos no, como en el de las escritoras Luna Miguel o Jimina Sabadú, que aparecen con su nombre, aunque lo que cuenta de ellas pertenece a su faceta pública). Según estas primeras aproximaciones al objeto de la investigación, Olmos opinará que el rol de ser tía buena se elige, que la mujer que va a ejercer en su círculo de amigos, laboral, etc. como tía buena ejerce una voluntad –mediante las actitudes o la elección de la ropa– de serlo. De este modo, nos hablará de amigas que cambiaron su estilo de vestir o que se operaron los pechos y empezaron a llamar la atención de los hombres, atrayendo sus miradas, mucho más que antes. «La infelicidad se combate con exhibicionismo», acabará sentenciando sobre las palabras de una amiga.</p><p>Uno de los amigos varones de Olmos opinará que el proyecto de éste es una forma ingeniosa de ligar, de empezar un coqueteo con el piropo soterrado de decirle a una mujer que es una «tía buena» o qué significa eso para ella.</p><p>Me he reído con esta reflexión: «El mundo de los libros, según vi durante años, se origina mayormente en la casa de un pobre desgraciado que escribe y termina en una fiesta donde ese desgraciado que escribe se ve rodeado de millonarios y tías buenas.» (pág. 41)</p><p></p><p>La primera parte, que ocupa unas 50 páginas, es un relato metaficcional; en el que Olmos le cuenta al lector por qué quiere escribir su libro y cómo piensa hacerlo. Es la parte más divertida y ligera del libro. También acaba siendo un relato de duelo sobre su divorcio, ya que empieza con él y finaliza cuando el autor nos anuncia que tiene una nueva pareja.</p><p></p><p>Antes de entrar de lleno en el asunto, Olmos coloca en el libro un Interludio filológico, en el que trata de localizar el momento exacto en el que surge el término «tía buena» en el habla coloquial de España. Con la ayuda de un catedrático de universidad, Olmos nos mostrará que la expresión «tía buena» ya se usaba en España a mediados del siglo XIX.</p><p></p><p>La segunda parte se titula Una investigación filosófica, y aquí ya se encuentra el cuerpo principal del libro. Si, como ya he apuntado, la primera parte es la más ligera y divertida, y acaba funcionando como una introducción, el tema del libro se va a desarrollar en realidad en ésta mucho más larga segunda parte. En ella, Olmos hablará de sí mismo en muchas menos ocasiones, y analizará las lecturas que ha hecho para tratar de dar respuesta a sus preguntas iniciales. En el siglo XIX empezará la obsesión popular por la belleza, a la vez que se normaliza el uso de las fotografías. Tendencia que explotará en el sigo XX con el cine, ya que cualquier mujer podrá compararse con las actrices de la pantalla, que establecerá unos patrones de belleza deseados por ellas, y anhelados por ellos.</p><p>En realidad, el ensayo de Olmos acaba siendo un estudio de la mirada de los hombres sobre la belleza de las mujeres. Algunas de las páginas más interesantes del libro son aquellas en la que se analiza el posible conflicto entre los estándares de belleza femeninos y los presupuestos del feminismo. «Y es que hay, por paradójico que suene, “un feminismo de las chicas guapas”. Consiste en resignificar los patrones estéticos tradicionales de la mujer físicamente atractiva y considerarlos propios, no impuestos, sin variarlos un ápice. (…) Las cantantes populares siempre han aportado a su trabajo musical una considerable dosis de “sex appeal”, lo cual era machista; ahora las cantantes aportan a su trabajo musical la misma dosis de “sex appeal”, y esto es feminista.» (pág. 102)</p><p></p><p>Uno de los capítulos trata de demostrar que son los hombres los que miran a las mujeres y que éstas son miradas. De ahí se pasará a analizar el fenómeno de la exhibición en Instagram, por ejemplo, y el uso que hacen las mujeres de su «capital erótico». Se hablará también de esas parejas que se acoplan al prototipo de mujer atractiva y hombre de éxito económico, prototipos arcaicos que se encargan de perpetuar las modernas redes sociales, a juicio de Olmos.</p><p>Todo el análisis de Olmos me parece interesante –ya he dicho que su libro se centra en analizar la mirada de los hombres sobre las mujeres–, pero creo que se ha dejado fuera de análisis algunos fenómenos de la actualidad: cada vez más hombres no se visten para tener éxito económico (como se apunta en el libro), sino para lucir su físico, y muchas de las cuentas de Instagram en las que alguien exhibe su juventud o su cuerpo son de hombres. Para Olmos no parece existir el concepto de «capital erótico» masculino –algo de lo que llega a hablar, pero muy de pasada y como fenómeno marginal– y, posiblemente, sobre esta idea se podrían escribir páginas interesantes sobre el cambio de roles y la modernidad.</p><p></p><p>Se nota que Olmos se ha documentado con profundidad y las citas que hace de libros clásicos que tratan sobre la belleza, lo sexi y la mirada son muy interesantes y él consigue, acercando estos modelos a la moderna realidad de, por ejemplo, Instagram, sacar un interesante partido a esas ideas.</p><p>Es cierto, también, que, lo que empezó en la primera parte con ligereza y humor, acaba cargándose con tintes más amargos, sobre todo cuando habla de conceptos como los de «el negocio de la frustración», al analizar el mundo de la ropa y la moda. También se cita al filósofo de origen coreano, pero que escribe en alemán, Byung-Chul Han (autor de, por ejemplo, La sociedad del cansancio) y se acaba especulando con la idea de que las relaciones entre hombre y mujeres, en la mayoría de los casos, acaban siendo</p><p>transacciones comerciales, entre el estatus del hombre y la belleza de la mujer; una idea que, como he apuntando antes, me acaba pareciendo que (con los nuevos roles de hombres y mujeres) se ha podido quedar algo anticuada.</p><p></p><p>En cualquier caso, el ensayo de Olmos me ha parecido muy interesante, lleno de reflexiones punzantes, que siempre invitan a ser pensadas dos veces, y que he leído siempre con curiosidad. Me ha gustado este Alberto Olmos ensayista, que después de sus últimos años peleándose con los artículos periódicos, cada vez tiene la prosa más afilada para analizar la realidad en la que vive. Tía buena es un libro refrescante, atrevido y, a la vez, hondo y melancólico.</p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-89757378360648232932023-11-05T13:29:00.003+01:002023-11-05T13:29:32.193+01:00La joven vampira, por J. H. Rosny Aîné<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE4VNGi_2odMyom8wp9NHswv6Jh2QJgBfpbWtEMgH7EBhUbKaQKq78ysNo7ktxf9JYpGQiJV6nzfq7Euz4Zac79JdEHbeYNjifOp0eZsA4BopLcBMD4TN3-vKZJJutu5WHiZj9a84zkKgBSEero6HHJVx3d5IYUhO695iuzeohd7dUr8hKSwUuC7D4W4AE/s2009/la%20joven%20vampira%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2009" data-original-width="1357" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE4VNGi_2odMyom8wp9NHswv6Jh2QJgBfpbWtEMgH7EBhUbKaQKq78ysNo7ktxf9JYpGQiJV6nzfq7Euz4Zac79JdEHbeYNjifOp0eZsA4BopLcBMD4TN3-vKZJJutu5WHiZj9a84zkKgBSEero6HHJVx3d5IYUhO695iuzeohd7dUr8hKSwUuC7D4W4AE/s320/la%20joven%20vampira%20portada.jpg" width="216" /></a></div><br />La joven vampira, de J. H. Rosny Aîné<p></p><p>Editorial Aristas Martínez. 106 páginas. Primera edición de 1911, ésta es de 2023</p><p>Traducción de Robert Juan-Cantavella</p><p></p><p>Sin habérselo solicitado a la editorial, me llegó a casa un paquete que contenía la novela corta La joven vampira (1911) del escritor francés –de origen belga– J. H. Rosny Aîné (Bruselas, 1856 – París, 1940). Normalmente no me gusta que las editoriales, que tienen mi dirección, me envíen libros que yo no solicito, porque –aunque no debería– me crea una especie de obligación por ellos, que en muchos casos no quiero hacer mía. Sin embargo, esta vez, el envío me vino bien: quería hacer una vídeo reseña con un libro de terror para mi canal de YouTube Bienvenido, Bob, y tenía pensado leer El gran dios Pan y otros relatos de terror sobrenatural de Arthur Machen, editado por Valdemar, pero se me estaba echando el tiempo encima y el libro de Rosny era bastante más corto que el de Machen, y esto hizo que me decidiera por él para el «especial Halloween» del canal.</p><p></p><p>J. H. Rosny Aîné, de nombre real Joseph Henri Honoré Boex –leo en la nota introductoria del traductor y escritor Robert Juan-Cantavella–, desarrolló gran parte de su carrera literaria con su hermano Séraphin Justin François Boex, y que los dos firmaban con el pseudónimo J. H. Rosny. Cuando los hermanos empezaron a trabajar por separado, Joseph Henri empezó a firmar como J. H. Rosny Aîné, que significa «el mayor». Pensaba que no conocía nada de este autor, hasta que me he dado cuenta de que es suya la novela La guerra del fuego (1909), en la que se basa la película que en España se llamó En busca del fuego (1981) del director Jean-Jacques Annaud, que, casualmente, estaba viendo en la plataforma Filmin durante los mismos días que leía La joven vampira.</p><p></p><p>«–Hay algo de verdad en todas las creencias ancestrales de los hombres –dijo Jacques Le Marquand», con esta frase, pronunciada por el narrador de la historia, comienza la novela.</p><p>Jacques Le Marquand y su amigo Charmel hablan en Francia sobre el contenido de verdad de las leyendas populares, como la del vampiro, y Le Marquand afirma que, entre 1902 y 1905, conoció a una mujer vampira en Londres. A partir de aquí Le Marquand pasará a ser el narrador, para su amigo, de la historia de la que fue testigo en Londres. La figura de los dos amigos iniciales se diluirá pronto en el texto, y Le Marquand se convertirá en un narrador que cuenta hechos y pensamientos de otros que no ha podido conocer de primera mano, y que no explicará cómo han llegado hasta él. Es decir, Rosny se permite la licencia literaria de convertir a su narrador interpuesto en un narrador omnisciente.</p><p></p><p>La muerte de la joven Evelyn Grovedale es confirmada por dos médicos; sin embargo, a la mañana del cuarto día del velorio sus familiares la encontrarán resucitada. «Presentaba ciertas particularidades interesantes para los científicos, aunque preocupantes para sus allegados. Su memoria se hallaba en el mayor desorden, no hablaba más que en largos intervalos y de forma incoherente.» (pág. 17). Con el tiempo Evelyn llegará a ser «casi normal», pero se comportará con los suyos de un modo extraño: de hecho, sus hermanos pequeños y su madre empezarán a perder vitalidad y a volverse pálidos. Evelyn se acabará casando con el joven James Bluewinkle y se irá a vivir con él. Sus hermanos y su madre empezarán a recobrar la salud, a la vez que será James quien empiece a perderla.</p><p></p><p>En otras novelas en las que se trata el mito del vampiro, éste suele presentarse como un espectro amoral, un ser que puede, por ejemplo, atravesar las paredes, como ocurría en Drácula (1897) de Bram Stoker, o tiene poderes telepáticos; y, de este modo, Drácula puede manipular la mente de un loco en la novela. La vampira de Rosny, sin embargo, es</p><p>más corpórea y humana que el vampiro de Stoker. Ni siquiera aparece en el libro de Rosny la idea de que a los vampiros no debe alcanzarles la luz del sol. En este sentido, Evelyn se nos muestra como una joven, que siente cierta confusión con su identidad anterior, y que no puede alimentarse con propiedad gracias a los alimentos tradicionales, sino que debe consumir sangre, se entiende que humana, pero tampoco va a probar la de ningún animal.</p><p>La vampira de Rosny no consigue extraer la sangre del cuerpo de las personas clavándoles los colmillos, sino que le bastará con posar sus labios sobre la piel de una persona para conseguir absorber su sangre. La piel de la víctima no queda rota ni dañada, y con este detalle la novela se convierte en una historia fantástica, aunque el narrador trata de contar cómo es la realidad física de la que se va a nutrir en sus leyendas el mito del vampiro.</p><p>Como ocurría en la película Solo los amantes sobreviven (2013) de Jim Jarmusch, donde los vampiros compraban plasma sanguíneo para no tener que atacar a ninguna persona, Evelyn, la joven vampira, siente escrúpulos morales ante el daño que causa a terceros al tener que sustraerles su sangre. En este sentido, se aleja del mito del Drácula de Stoker.</p><p></p><p>La joven vampira es más una novela fantástica que de terror, porque lo cierto es que Rosny no dibuja en ella escenas perturbadoras, sino más bien curiosas o ligeramente inquietantes.</p><p>Carmilla (1872) de Sheridan Le Fanu, de la que Stoker tomó elementos para su Drácula, tenía un componente erótico que también acaba teniendo La joven vampira, puesto que Evelyn, o el ser que ha ocupado el cuerpo de Evelyn, en un momento dado, va a dejar de ser ese ente para volver a ser la Evelyn que era y, esto, lejos de inquietar a James hace que se refuerce su interés erótico por esa nueva persona que va a ocupar ahora el cuerpo de la que había sido su mujer hasta ahora.</p><p>Sí que me ha resultado inquietante o misterioso ese mundo cósmico del que la vampira parece proceder y del que guarda vagos y tenebrosos recuerdos.</p><p></p><p>El estilo de la novela es sencillo, sin grandes alardes metafóricos; una prosa eficiente, que se lee con simpatía, asumiendo su esencia pulp. La joven vampira es una novela corta con encanto y que gustará a todas aquellas personas que, como yo, estén interesadas en las variantes del mito del vampiro.</p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-38033287417990835092023-10-22T09:30:00.003+02:002023-10-22T09:30:00.147+02:00Pasaje a la India, por E. M. Forster<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik79B7TVyadB9S88ohdghLB2bbadhmHRyDfNkdtEdrOeCEvZ5Wfz8lL9Xm-5M8zOIUPnzyvyY9by09r5gHj8G5kkBMmrPsGR8F26pLEt9uV3SKQRpmoPxkIcj8NUr-RZpoc73hFxSUzvD-TFaWpJ7zCzFuE6QN0FqGmZ8C6vjeGVglR_hiZTzqIZm7RIVm/s349/Pasaje%20a%20la%20india%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="236" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik79B7TVyadB9S88ohdghLB2bbadhmHRyDfNkdtEdrOeCEvZ5Wfz8lL9Xm-5M8zOIUPnzyvyY9by09r5gHj8G5kkBMmrPsGR8F26pLEt9uV3SKQRpmoPxkIcj8NUr-RZpoc73hFxSUzvD-TFaWpJ7zCzFuE6QN0FqGmZ8C6vjeGVglR_hiZTzqIZm7RIVm/s320/Pasaje%20a%20la%20india%20portada.jpg" width="216" /></a></div><br /><a name="_Hlk139214491" style="text-align: justify;"><b><i>Pasaje
a la India</i></b>, de E. M. Forter</a><p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk139214491;">Editorial
Navona. 467 páginas. Primera edición de 1924, ésta es de 2022<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk139214491;">Traducción
de José Luis López Muñoz<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk139214491;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk139214491;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Hace unos
meses le solicité a la </span></span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">editorial
Navona</span></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> el envío de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Maurice</i></b> (escrito entre 1913-14 y publicado en 1971) y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasaje
a la India</i></b> (1924) de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">E. M.
Forster</b> (Londres, 1879 – Coventry, 1970). para poder leerlos y reseñarlos.
Ya he comentado que, hace unos veinticinco años, leí <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una habitación con vistas</i></b>
(1908) y no me entusiasmó, pero quería darle una nueva oportunidad a este autor
británico, al que mi mujer estaba leyendo y sí le gustaba. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Leí <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Maurice</i> y me impresionó, me pareció una novela muy sensible y
adelantada a su tiempo y, unos meses después, he leído <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasaje a la India</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Un año antes había visto en Filmin
la película que estrenó <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">David Lean</b>
en 1984, adaptando esta novela y, por tanto, conocía a grandes rasgos la
historia que iba a leer. Sabía cuál iba a ser el conflicto, aunque ya había
olvidado los detalles y esto, a mí, que me importan poco los llamados
«spoilers», me da bastante igual, puesto que considero que la gran literatura
funciona como un juego creado con sutilezas del lenguaje y no con los giros de
una trama, como funcionan los llamados «bestsellers».<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Aunque <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasaje a la India</i> se publicó en 1924, lo cierto es que su primer
capítulo traslada al lector a una narración del siglo XIX, ya que en él no
aparecen los personajes de la historia, sino se describe la inventada ciudad
india de Chandrapore. También –en la primera y la última línea del capítulo– se
habla de las cuevas de Marabar, lugar en el que se va a desarrollar el nudo
dramático de la historia. Habrá algún otro capítulo corto en el libro, que
actuará como capítulo de transición, en el que solo se describa algún lugar, o
el mismo paso de las estaciones climáticas en Chandrapore.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En el capítulo 2 asistiremos a una
reunión de personajes indios, y aparecerá el que será uno de los temas
principales del libro: «discutían si era posible ser amigo de un inglés». A
alguno de los indios, que ha tenido la oportunidad de estudiar en Europa, les
parecerá que eso era algo más fácil de conseguir en Inglaterra que en la India.
Los ingleses, cuando llegan a la India, para ocupar algún cargo en la
administración, quizás empiezan siendo amistosos con los nativos, pero al final
acaban siempre desconfiando de ellos y marcando distancias. Según alguno de los
indios, esto ocurre a los dos años de estar en el país, en el caso de los
hombres, y en el de las mujeres, el cambio se produce en tan solo seis meses.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">«Aziz no lo sabía, pero dijo que sí.
También él generalizaba a partir de sus desilusiones; a los miembros de una
raza sometida les resultaba difícil hacerlo de otra manera. Reconocidas las
excepciones, estuvo de acuerdo en que todas las mujeres inglesas eran altivas y
banales.», leemos en la página 19. Aziz va a ser uno de los protagonistas del
libro. Es un joven médico indio, de religión musulmana, viudo y con tres hijos,
que no viven en Chandrapore, sino con unos familiares. Me ha llamado la
atención la de veces que, al principio del libro, se señala que Aziz se siente
agraviado por el comportamiento de los ingleses hacia él o hacia los indios en
general. Me estaba pareciendo un detalle poco sutil por parte de Forster. Sin
embargo, he acabado cambiando de opinión: mientras que en la película de David
Lean, Aziz parece siempre un indio bondadoso sin fisuras, en la novela, el
personaje es más complejo. Aziz es un hombre orgulloso (y que vive a la
defensiva) que, en más de un caso, el lector comprende que cree recibir ofensas
que no son tales. Además, Aziz va a ser capaz de mostrarse cruel con alguno de
sus compañeros de trabajo indios. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">A la India llegan dos mujeres
inglesas: la señora Moore, de avanzada edad, madre de Ronny Heaslop, el
magistrado municipal de Chandrapore; y la joven Adela Quested, que viaja a la
India para conocer mejor a Ronny, con el que aún no ha decidido si se va a
casar. «Quiero ver la India auténtica» es una frase que la señorita Quested le
repetirá a la señora Moore más de una vez. Adela parece ser una de esas mujeres
de las que hablaban los indios del capítulo 2: aún es pronto para ella y, al
llevar menos de seis meses en la India, no recela de los indios y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no quiere todavía relacionarse solo con
ingleses. A Adela, en sus primeros días en Chandrapore, le está avergonzado el
trato que los ingleses dan a los indios. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El cuarto personaje principal de la
novela va a ser el señor Fielding, un inglés que trabaja en la ciudad como
director del instituto local. Fielding, en cierto modo, es un inadaptado, un
hombre que ya pasa de los cuarenta años –edad excesiva para ser un aventurero
en la India– y que no tiene esposa ni hijos. Fielding y Aziz empezaran, en el
tiempo de la novela, una relación de amistad, que, pese al apoyo del inglés al
indio, en sus peores momentos, nunca dejará de tener sus tiranteces y Forster
nos mostrará siempre sus dificultades culturales y sus recelos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como se adelantaba en el capítulo 1,
en las cuevas de Marabar se va a desatar un conflicto que acabará con uno de
nuestros protagonistas en la cárcel y otro recuperándose de un shock. En gran
medida, ésta es una novela que se desarrolla en torno a un juicio. Un juicio
que pondrá en jaque la endeble convivencia en la ciudad de Chandrapore entre
indios e ingleses.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Forster es crítico con sus
compatriotas y no se muestra complaciente con la presencia de los británicos en
la India. En la página 37, es el propio narrador innominado (es decir, el
autor) quien denomina al himno nacional británico como «himno del ejército de
ocupación». Ya comenté, tras leer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Maurice</i>,
que la mirada de Forster sobre la sociedad británica, con su defensa del amor
homosexual, me parecía adelantada a su época, y me lo ha vuelto a parecer al
leer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasaje a la India</i>, porque estoy
seguro de que, cuando apareció la novela en 1924, a más de un británico le tuvo
que escocer la mirada del autor sobre la realidad colonial, una realidad en la
que los británicos, en más de una ocasión, juegan a mostrarse como dioses ante
la población de los países que han colonizado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Sin embargo, y aquí está la grandeza
de la novela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasaje a la India</i> no es
un panfleto en contra de la colonización, sino que se trata de una novela muy
sutil, que funciona en diversos niveles. Por un lado, nos encontramos con
ingleses que están convencidos, de buena fe, de su buen hacer en la India: han
hecho que se desarrolle el país y actúan como mediadores entre la comunidad
musulmana e hindú, que, sin ellos, es posible que entraran en conflicto. Por
otro lado, tenemos aquí a indios, como el propio Aziz, susceptibles y que
pueden sentirse ofendidos por motivaciones en el comportamiento de los ingleses
que no son reales. Forster usará el humor para mostrarnos, en más de un caso,
los desencuentros de los personajes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Pasaje a la
India</span></i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> también es moderna, de un modo inesperado, porque pone en tela de juicio
los presupuestos del moderno movimiento «Me too», y la idea de que siempre hay
que creer a las víctimas. Aunque, en el caso del libro, esta cuestión no solo
compete al género masculino y femenino, sino que está enturbiada por prejuicios
raciales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Aunque el propio Forster cae en
hacer generalizaciones sobre el carácter de los orientales y los occidentales,
como la que leemos en la página 397: «En el oriental la sospecha es una especie
de tumor maligno, una enfermedad mental que le hace perder la naturalidad y le
vuelve hostil de repente; confía y desconfía al mismo tiempo de una manera que
el occidental no es capad de entender.», también nos advierte de que no se
puede juzgar a la población de un país por el comportamiento de una sola
persona, como leemos en la página 102: «En cuanto a la señorita Quested,
aceptaba literalmente como verdad todo lo que Aziz decía. En su ignorancia lo
consideraba como “la India” y no se le ocurría que su punto de vista fuera
limitado y su método poco preciso, ni que fuera imposible identificar a nadie
con la India.» De hecho, hacia el final del libro descubriremos que el propio
Aziz, de religión musulmana, desconoce muchas de las costumbres de los indios
de religión hindú, cuyos ritos constituyen para él un misterio, igual que para
un inglés.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Creo que he disfrutado más de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Maurice</i>, por su sutileza, su modernidad
y sus significados vitales, pero <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasaje a
la India</i> me ha parecido también una gran novela inglesa del siglo XX, otra
gran obra de E. M. Forster.<o:p></o:p></span></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-42074773291651055872023-10-15T16:29:00.005+02:002023-10-15T16:29:34.139+02:00Mañana y tarde, de Jon Fosse<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOxIA0m_V-ewo3DmTNI8fGZKPDmGv-f1Yqlz3gC69s_cvfA7qKB_cXNFUTie3AISc8Rs6ily5OcCHe7Js9BS2maG-qWIfC2NIoRbvhofT4QN7oxlKtpdrJezSDpUDJVaOOT6kNXDrB12EVTx12sWYTSMwutiNH6TU619-Xa2Cv9OJtkFlCnNuX05OkafFD/s618/Ma%C3%B1ana%20y%20tarde%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="618" data-original-width="400" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOxIA0m_V-ewo3DmTNI8fGZKPDmGv-f1Yqlz3gC69s_cvfA7qKB_cXNFUTie3AISc8Rs6ily5OcCHe7Js9BS2maG-qWIfC2NIoRbvhofT4QN7oxlKtpdrJezSDpUDJVaOOT6kNXDrB12EVTx12sWYTSMwutiNH6TU619-Xa2Cv9OJtkFlCnNuX05OkafFD/s320/Ma%C3%B1ana%20y%20tarde%20portada.jpg" width="207" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Mañana y tarde</i></b><span style="text-align: justify;">, de Jon Fosse</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Nórdica / De Conatus. 102
páginas. Primera edición de 2000; ésta es de 2023 <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Traducción de Cristina Gómez-Baggethum y
Kirsti Baggethum<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Este 5 de octubre de 2023, como suele
ser habitual por estas fechas, la Academia Sueca anunció el nombre del nuevo
Premio Nobel de Literatura, que ha resultado ser <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Jon Fosse</b> (Haugesund, Noruega, 1959), dramaturgo, poeta y
novelista. Lo cierto es que, unos días antes, al leer las listas de los
posibles ganadores, su nombre –que al parecer estaba presente en ellas desde
hacía años– me había pasado desapercibido, porque no tenía ninguna referencia
sobre su obra. Tras el fallo, he leído algunos artículos de prensa y he visto
que las novelas de Fosse han sido traducidas y comercializadas en España por la
pequeña editorial De Conatus, cuyo nombre no me sonaba. Sin embargo, al ver las
portadas de sus libros –blancas y con un pequeño dibujo– sí que me ha parecido
que recordaba esos libros de algún suplemento cultural o de alguna librería.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">De Fosse parece destacar <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Septología</i></b>,
que se ha publicado en España en cuatro tomos (alguna de sus partes debe ser
muy corta), que contiene elementos autobiográficos, y la novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Trilogía</i></b>.
También he leído que se considera a Fosse uno de los padres literarios del
también noruego <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Karl Ove Knausgård</b>,
cuyo éxito, al menos en España, ha sido bastante grande con la pentalogía <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mi
lucha</i></b>. Aunque diría que Jon Fosse no ha sido, hasta ahora, muy conocido
en España, en otros países –donde ha recibido numerosos premios– no ha sido
así.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El caso es que sentí curiosidad por Jon
Fosse y el mismo jueves 5, al salir del trabajo, me acerqué a La Central de
Callao para ver cuáles de sus libros temían. Pensaba que lo más fácil para
entrar en su mundo sería con la novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Trilogía</i>,
pero esta no estaba disponible, y de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Septología</i>
solo tenían los dos últimos volúmenes. El librero me explicó que esa misma
mañana habían vendido los primeros volúmenes de esa historia. Lo que sí estaba
disponible era la novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mañana y tarde</i></b> (2000), que había
salido al mercado la semana anterior. En la portada aparece el nombre de la
editorial <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Nórdica</b> y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">De Conatus</b>. Entiendo, aunque no sé de
qué forma o grado, que se trata de una colaboración entre ellas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Seguía releyendo <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relatos autobiográficos</i></b>
de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Thomas Bernhard</b>, y justo el
jueves por la mañana había acabado <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El frío</i></b> (cuarto libro de la serie),
y antes de empezar el quinto, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un niño</i></b>, decidí hacer, de nuevo, un
alto y acercarme al libro del Premio Nobel.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mañana
y tarde</i> comienza con una escena cotidiana: la vieja matrona Anna está en la
casa de Olei y Marta, ayudando a que llegue al mundo su segundo hijo, que se va
a llamar Johannes (el nombre del padre de Olei). Olei es pescador y la pareja
vive en un islote, que el lector entiendo que está ubicado en las costas de
Noruega. El mismo Olei construyó la casa en la que viven. Todos estos elementos
llevan a considerar la idea de que el narrador no está hablando de una historia
actual, sino que debe situarse a mediados del siglo XX. Aunque existe un
narrador omnisciente, éste cuenta la historia desde el punto de vista de Olei,
quien está preocupado por si su hijo (que ha nacido después de que pensasen que
su primogénita Magda iba a ser hija única) va a nacer sano y si su mujer no va
a tener problemas con el parto. «El niño vendrá al frío de este mundo y aquí
estará solo, separado de Marta, separado de todos los demás, estará solo aquí,
siempre solo, y luego, cuando todo haya acabado, cuando llegue su hora, se
descompondrá y volverá a la nada de la que salió, de la nada a la nada, ese es
el curso de la vida», piensa Olai en la página 16.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Aunque, como he dicho, existe un
narrador omnisciente, éste se acerca constantemente al flujo de conciencia de
Olai, en esta primera parte, y al de Johannes en la segunda. Se repite, de
forma insistente la forma verbal «piensa» y así el narrador nos lleva a los
pensamientos de los dos personajes principales, que van a acabar siendo un
padre y un hijo. De hecho, es frecuente la repetición musical de palabras en
los párrafos, un rasgo de estilo que me ha recordado al del austriaco <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Thomas Bernhard</b>, que, como ya dije,
andaba yo leyendo, y que, como me he informado, gracias a la prensa, se
considera una de las influencias de Jon Fosse. Otra influencia sobre su
narrativa (y obra teatral) sería la de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Samuel
Beckett</b>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Además de estas repeticiones de
palabras, de las que hablaba, el estilo de Fosse se caracteriza por no usar los
guiones normativos de los diálogos, y no señalar el final de las frases, cuando
corresponde un punto y aparte, con un punto. En muchas páginas, Fosse escribe
largos párrafos, y evita el signo del punto y seguido. Da continuidad a sus
frases mediante comas, y a veces haciendo un uso repetitivo de la conjunción
copulativa «y», normalmente tras una coma. Por ejemplo, en la página 22 podemos
leer este fragmento: «Una respiración procedente de algún lugar en calma, fuera
del mundo, piensa Olai, junto a la cama en la que Marta descansa y el niño
Johannes chilla y chilla y el niño Johannes oye su voz entrar poderosa en el
mundo y su chillido llena el mundo en el que se encuentra y ya nada es caloroso
y negro y rojizo y húmedo y entero, ya no hay más que su propio movimiento,
ahora es él quien llena lo que hay y su voz y él están separados pero a la vez
no lo están y también hay algo más, algo de lo que forma parte y viene a su
encuentro y suena más fuerte y más fuerte y». <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En contadas ocasiones el texto también
refleja flujos de conciencia un tanto inconexos y sonidos onomatopéyicos, que
imitan a los que produce un bebé.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En la segunda parte nos encontramos con
un anciano, llamado Johannes, que se levanta en la cama entumecido. Al
principio pensaba que este nuevo personaje era el abuelo del niño que acababa
de nacer, y que llevará su nombre, pero el lector pronto comprende que este
Johannes anciano es el mismo bebé que le ha sido presentado unas páginas atrás.
Como especulaba Olei, el padre, el niño venía de la nada y unas décadas después
vuelve a la nada. Éste es el juego que nos propone Fosse en su novela:
presentarnos el primer día de una persona en la Tierra y a continuación el
último. El anciano Johannes se levanta en su casa, de la que ya se fueron sus
siete hijos, y en la que ya murió su mujer Erna, y las cosas cotidianas le
empiezan a parecer que tienen un halo diferente. Desde este último día de su existencia,
Johannes va a evocar algunos momentos clave de su vida, de su paso por la
Tierra, y va a empezar a conversar con sus fantasmas. En este sentido, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mañana y tarde</i> me ha recordado a algunas
películas existencialistas de Ingmar Bergman, donde se mezclan personajes de
diferentes épocas, vivos y muertos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El estilo de Fosse, como ya he dicho, se
recrea en la musicalidad de las repeticiones y en una mirada poética sobre la
realidad alterada que propone, haciendo uso de un lenguaje sencillo, esencial.
Sus escenas se acaban cubriendo de un aire onírico, kafkiano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mañana
y tarde</i> es una buena novela corta, que me ha abierto el apetito para seguir
conociendo la obra de Jon Fosse, este autor noruego, al que el Premio Nobel
acaba de poner en el primer plano del interés mundial. Siento bastante
curiosidad por su larga novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Septología</i>,
que la editorial De Conatus acaba de lanzar al mercado en un solo volumen.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-31138579738894391582023-10-08T11:00:00.001+02:002023-10-08T11:00:00.143+02:00Pálida luz en las colinas, por Kazuo Ishiguro<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixb2ge8_L5av50xrYULzM5Sn7BiwKJyI2x3ZpuhEnrpE8H8kVFK84X2ykRGsVD8u6x93cfK_MHI4sSIKiLJtJfZ9GIZNNlumAm8pn_blULcaLVtd9j1ZfzUPbD6Onn1IOSakMMZNislMfG1z7xqvLdBXvJ__Ex4G8ORNy64Fu84WDkTv0-HZkxiYA_W6Ty/s564/P%C3%A1lida%20luz%20en%20las%20colinas%20portada.webp" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="564" data-original-width="360" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixb2ge8_L5av50xrYULzM5Sn7BiwKJyI2x3ZpuhEnrpE8H8kVFK84X2ykRGsVD8u6x93cfK_MHI4sSIKiLJtJfZ9GIZNNlumAm8pn_blULcaLVtd9j1ZfzUPbD6Onn1IOSakMMZNislMfG1z7xqvLdBXvJ__Ex4G8ORNy64Fu84WDkTv0-HZkxiYA_W6Ty/s320/P%C3%A1lida%20luz%20en%20las%20colinas%20portada.webp" width="204" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Pálida luz en las colinas</i></b><span style="text-align: justify;">, de Kazuo
Ishiguro</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Anagrama. 203 páginas. 1ª
edición de 1982, ésta es de 2017<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Traducción de Ángel Luis Hernández
Francés<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Hace ya más de veinte años leí <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
restos del día</i></b> (1989) de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Kazuo
Ishiguro</b> (Nagasaki, 1954), que fue un libro que me gustó, pero que no llegó
a emocionarme del todo. Tengo el presentimiento de que si lo leyera ahora me
gustaría más que entonces. Luego leí <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuando fuimos huérfanos</i></b> (2000) y de
éste sí que recuerdo ya una sensación de decepción, de no conexión con la
propuesta. Sin embargo, cuando Ishiguro ganó el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Premio Nobel de Literatura</b> en 2017 pensé que, en algún momento
tendría que volver con su obra. Ha sido en 2023, seis años después, cuando lo
he hecho, acercándome a su primera novela. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">De entrada, hay que señalar que el
perfil de escritor de Ishiguro no deja de ser curioso. Nació en Japón, en
Nagasaki, en 1954, pero sus padres y él se trasladaron a Inglaterra en 1960 y
ha desarrollado su carrera literaria en inglés. Si bien <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los restos del día</i>, cuyo protagonista es un atildado mayordomo británico,
es una novela de temática y forma puramente anglosajona, su primera novela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pálida luz en las colinas</i>, es mucho más
japonesa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Etsuko es la narradora de la novela.
Es una mujer de unos cincuenta años, que vive en la campiña inglesa, pero que
nació en Nagasaki, en Japón. Durante el tiempo narrativo de la historia, Etsuko
recibe la visita de Niki, su hija menor, que vive en Londres. El padre de Niki
es inglés, y Etsuko tenía una hija mayor, llamada Keiko, hija de un hombre
japonés, que se ha suicidado hace seis años, información que el lector recibe
durante las primeras páginas del libro. No sabremos, sin embargo, qué ha
ocurrido con el primer marido japonés y el segundo marido inglés de Etsuko.
Esta novela está construida sobre muchos silencios y sobreentendidos
narrativos; en este sentido, me ha parecido una narración muy medida, muy
madura para ser una primera novela y estar publicada cuando el autor tenía
veintisiete o veintiocho años. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la tercera página, la narradora
escribe: «Ahora no tengo ganas de hablar de Keiko. No es algo que me consuele.
Solo la he mencionado porque ésas fueron las circunstancias que rodearon la
visita de Niki el pasado mes de abril, y porque durante esa visita volví a
recordar a Sachiko después de tanto tiempo. Nunca conocí bien a Sachiko. En
realidad, nuestra amistad fue cosa de unos cuantos meses de verano, hace ahora
muchos años.» (pág. 11)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El cuerpo principal de la novela se
va a centrar en los recuerdos de Etsuko de un verano en Nagasaki en la década
de 1950, cuando conoció a Sachiko, una mujer que vivía en una casona, apartada
de la urbanización moderna en la que vivía ella, con una niña, de nombre
Mariko. No se dice expresamente, pero el lector intuye que el marido de Sachiko
murió en la Segunda Guerra Mundial. Sachiko mantiene una relación con un hombre
norteamericano, que ha prometido (aunque esta promesa parece, en todo momento,
poco clara) llevarse a Sachiko y a Mariko a Estados Unidos. Esta esperanza da
fuerza a Sachiko para salir adelante, aunque va a tener que ponerse a trabajar
en el restaurante de la Sra. Fujiwara, una viuda de buena familia que, tras la
guerra, su fortuna ha ido a menos. Mariko es una niña traumatizada por algunos
sucesos que tuvo que vivir al final de la guerra, y de forma habitual abandona
su casa y vaga por los bosques de los alrededores. En realidad, tanto la madre,
Sachiko, como la hija, Mariko, son dos personajes esquivos, sobre cuyo misterio
la narradora, Etsuko, siente cada vez más curiosidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Una de las ideas de fondo de la
novela es el cambio de un Japón clásico y nacionalista a otro más moderno e
influenciado culturalmente por los Estados Unidos. Así, por ejemplo, el lector
podrá observar las diferentes posturas que se dan entre personajes japoneses al
analizar el pasado: el suegro de Etsuko ha ido a visitar a su hijo y a su
nuera, que están a punto de convertirse en padres (se supone, aunque esto no se
dice nunca explícitamente, que de Keiko) y el suegro (que fue profesor en el
instituto local) está preocupado por las opiniones que un amigo del hijo (que
ahora es profesor en el mismo instituto en el que había recibido clases del
padre de su amigo) ha vertido sobre un colega y él, diciendo que inculcaron
ideas equivocadas en las cabezas de los jóvenes, sobre la grandeza imperial de
Japón, ideas que condujeron al sacrificio de toda una generación en la guerra.
Además, el padre, al recibir una visita de unos compañeros de trabajo de su
hijo Jiro (el primer marido de Etsuko) escuchará estupefacto como uno de ellos
cuenta que discutió con su mujer porque ella se atrevió a votar en las
elecciones por un candidato diferente a su marido, hecho que al suegro le
resulta incomprensible y que es para él una muestra de la decadencia del nuevo
Japón. Sin embargo, Niki, la hija inglesa de Etsuko vive de una forma muy
moderna y distendida en Londres con sus amigos, y no parece tener ningún
interés en casarse o tener hijos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El verano de Nagasaki, con su calor
insoportable y su tierra cuarteada, se va cubriendo de un manto de inquietud y
amenaza. De hecho, al final de los recuerdos de Nagasaki se insinúa una
tragedia que no acaba de ser narrada y esta sensación que se le queda el lector
de escena o información escamoteada me ha parecido que estaba muy lograda. Como
ya apunté al principio, no todos los cabos van a quedar atados en esta novela y
éste me parece uno de sus mayores logros, esa sensación de que el lector debe
reconstruir partes que le faltan de la historia. Sin embargo, las escenas
retratadas son muy bellas y precisas, sin caer estilísticamente Ishiguro en
alardes verbales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Entre la narración de los recuerdos
de Nagasaki, Etsuko también nos hablará del recuerdo (mucho más cercano en el
tiempo) de la visita de cinco días que le hizo su hija Niki, y estas imágenes,
en las que madre e hija rememoran algunas escenas de su pasado en común,
teñirán de melancolía inglesa las páginas de la novela. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">«Las razones por las que me fui de Japón
estaban justificadas y sé que siempre me tomé muy a pecho el bienestar de
Keiko.», dice Etsuko en la página 99, pero el lector no sabrá cuáles son esas
razones que hacen que la protagonista de la novela acabe en Inglaterra, aunque
intuye que tienen que ver con el contagio de deseos de su amiga Sachiko, que
soñaba con irse a Estados Unidos. Un halo siniestro parece cubrir esos últimos
días en Japón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como en 2022 leí una decena de
novelas japoneses, en más de una ocasión me he encontrado pensado que ésta era
una más dentro de esa tendencia lectora. En más de una ocasión me he encontrado
sintiendo que la novela estaba escrita originalmente en japonés (de lo japonés
que me parecía todo) y no en inglés. Aunque, por otro lado, es una obra en su
ritmo muy anglosajona. Esta mezcla de culturas de Ishiburo me ha resultado muy
estimulante. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pálida luz en las colinas</i>
me ha parecido una novela muy sutil, muy madura para ser una primera novela y,
como ya he dicho, estar publicada cuando su autor tenía veintisiete o veintiocho
años. Me ha dejado un gran sabor de boca este libro y me han dado ganas de
seguir leyendo la obra de este autor, e incluso releer las dos novelas que ya
había leído hace más de veinte años.<o:p></o:p></span></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-53410154905976355362023-10-01T11:18:00.001+02:002023-10-01T11:18:00.137+02:00Los detectives perdidos, por Leticia Sánchez Ruiz<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFr1VBMizpnXO4kyhaP4oXXyLJX4VFbzVQgdyN1UcZtvlRjoXaxDvDSiV3-iGLfPBukTI66crwE35NJx_ACmBy3PHAMJLcIWnt-nzDIIDQA0lpnNUxYg_DpDxOVQDmBUKUQI15iqQ26bkJwCtXDwE7ePZU85ycA5LN4lzjbtTi1Y71ZfQcnLoHe51xvRJ-/s1000/Los%20detectives%20perdidos%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="667" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFr1VBMizpnXO4kyhaP4oXXyLJX4VFbzVQgdyN1UcZtvlRjoXaxDvDSiV3-iGLfPBukTI66crwE35NJx_ACmBy3PHAMJLcIWnt-nzDIIDQA0lpnNUxYg_DpDxOVQDmBUKUQI15iqQ26bkJwCtXDwE7ePZU85ycA5LN4lzjbtTi1Y71ZfQcnLoHe51xvRJ-/s320/Los%20detectives%20perdidos%20portada.jpg" width="213" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Los detectives perdidos</i></b><span style="text-align: justify;">, de Leticia
Sánchez Ruiz</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Pez de Plata. 175 páginas.
Primera edición de 2022 <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Intercambié unos mensajes con <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Jorge Salvador</b>, al frente de la
editorial asturiana <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Pez de Plata</b>, y
quedamos en que me iba a enviar las novelas <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los detectives pedidos </i></b>de
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Leticia Sánchez Ruiz</b> (Oviedo, 1980)
y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
suerte suprema</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Mariano
Antolín Rato</b>. De Pez de Plata había leído, con anterioridad, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
reinos de Otrora</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Manuel
Moyano</b>, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">2222</i></b> y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nueve semanas (justas-justitas)</i></b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">P. L. Salvador</b>, y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Silencio tras el telón del sueño</i></b>
de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Mariano Antolín Rato</b>. Pez de Plata
edita con mucha exquisitez y le gustan las obras híbridas, aquellas que mezclan
géneros, normalmente usando el humor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Conozco a Leticia Sánchez Ruiz de las
redes sociales, principalmente de Facebook, donde me gustan las fotos que
cuelga imitando imágenes famosas de escritores. Compró mi novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Caminaré
entre las ratas</i></b>, la mostró en su muro de Facebook y tenía ganas de
corresponderla y saber cómo era su obra. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
detectives perdidos</i> es su quinta novela publicada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Con el título <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los detectives perdidos</i> imaginaba que Sánchez Ruiz, estaba evocando
al <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Roberto Bolaño</b> de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
detectives salvajes</i></b> y que, de un modo u otro, su obra interpelaría a la
del chileno. Una vez acabado el libro, puedo decir que no ocurre así
exactamente, pero sí hasta cierto punto; sobre todo, cuando uno de los
personajes de la novela de Sánchez Ruiz afirma «un detective perdido es un
poeta exiliado» (pág. 120)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>famoso detective privado Alfredo Casares Biel entra en el despacho de
los detectives Homero y Aldara Rosales, padre e hija, para contratar sus
servicios: ha desaparecido Andrea Cosano, la que ha sido su novia durante un
año y medio, y no puede encontrarla por sí mismo. «Añadió que no estaba en
condiciones de buscarla porque temía que al hallar cosas que no le gustaran
acabara matando a alguien y terminara en la cárcel antes de encontrarla.» (pág.
6) Los Rosales aceptan el caso y empiezan a indagar en el informe que Casares
Biel les ha preparado. Pronto, las escasas pistas sobre la desaparición de
Cosano los llevarán a un callejón sin salida. Y para salir de él, los Rosales
deciden contratar a otra detective privada, a Marta Margaride, creando ya una
cadena de detectives privados que se van pasando el testigo del caso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">El lector, después de unas primeras
páginas de incertidumbre, acabará comprendiendo que el narrador de esta
historia es también un detective privado que le cuenta los avatares del caso
Andrea Cosano a otro colega de profesión. Las escasas particularidades del caso
de Andrea Cosano actuarán como un leitmotiv en esta novela, en la que el lector
principalmente se va a acercar a las vidas, un tanto perdidas, de un puñado de
detectives, por cuyas manos va a pasando el caso, que acabarán siendo amigos y
que se reunirán a comer, al menos, una vez al año.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En la portada del libro aparece una
matrioska, una muñeca rusa, abierta y, por tanto, a punto de mostrarnos a otra
muñeca rusa que alberga en su interior. Esta metáfora también se una en el
interior del libro, ya que en la página 152 se afirma que esta historia es «una
muñeca rusa de detectives».<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Sánchez Ruiz nos presenta aquí a un
detective detrás de otro. Por tanto, la novela funciona como un relato dentro
de otro relato. Y, en este sentido, la novela sí que sería de influencia
bolañesca, ya que al chileno le gustaba mucho la construcción de una historia
dentro de otra. Cada detective suele destacar en un aspecto de su profesión:
infidelidades, seguimientos, búsquedas en el pasado, identificación de rostros…
y de cada uno de ellos, Sánchez Ruiz nos contará su historia, así como la de
algunos de sus casos y, por tanto, la historia de sus clientes. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Sánchez Ruiz hace en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los detectives perdidos</i> un muestrario de
detectives y también de los tipos de clientes que suelen frecuentarlos. Hay
clientes que quieren saber si su pareja les es infiel, pero también hay otros
que quieren averiguar si una persona, que se puede convertir en la posible
pareja del cliente, esconde algo en su vida, antes de empezar una relación con ella,
y, en este sentido, los detectives se convierten en «tarotistas». Sin dejar de
ser una novela realista (aunque en más de una de las páginas se juega con la
idea de verosimilitud narrativa), Sánchez Ruiz hablará aquí de personajes
excéntricos y de historias estrambóticas o peculiares, como la del marido que
le pone los cuernos a su mujer con su hermana gemela, porque las personas
buscan lo cercano, pero también lo diferente. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">La novela, dentro de un uso del lenguaje
contenido (de escasa adjetivación), se recrea en mostrar más de una sentencia
sobre el carácter humano, como por ejemplo ésta de la página 169: «Nadie sabe
cometer un fraude como aquel que se dedica a investigarlos.»<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Según avanzaba en las páginas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los detectives perdidos</i> me estaba
cuestionando por qué a nadie se le ocurría rastrear el teléfono móvil de Andrea
Casano, para darme cuenta de que la historia no estaba ambientada –o no partía
desde– en la época actual. Las pesquisas sobre Casano llevarán a alguno de
nuestros detectives a investigar las películas que sacaba de un videoclub. Así,
aunque en la novela no hay fechas explícitas, el lector acabará comprendiendo
que la historia de la desaparición de Andrea Casano parte de mediados de los
años 80. También aparecerá algún vídeo grabado en una cinta VHS. La historia se
irá arrastrando por los años hasta que haga su irrupción internet.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Al principio, tampoco tenía claro, si a
pesar de que la mayoría de los nombres de los detectives eran españoles, la
acción se situaba en una ciudad española o si Sánchez Ruiz había creado un
espacio inventado para situar la acción de su novela; algo que me parecía
lógico, puesto que sus detectives suponen, en gran medida, un juego metafísico.
Pero en la novela se acabará hablando de la guerra civil, en unos términos que
solo se pueden referir a la española. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En la página 103 se habla de «un cachi
de cerveza»; un «cachi» es un tipo de envase que en Madrid, por ejemplo, se
denomina «mini» y «cachi» es un término del norte. Así que al final he acabado
pensando que la ciudad innominada de Sánchez Ruiz era una ciudad del norte de
España, que podía ser un trasunto de Oviedo, y la historia, como ya he dicho,
partiendo de la década de 1980, se adentraría en el siglo XXI.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Quizás <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los detectives perdidos</i> pueda decepcionar a aquellos lectores que
se acerquen a ella pensando que se van a encontrar con una novela negra al uso,
con su detective, su mujer desaparecida, sus bajos fondos… y todo esto, en
realidad, está en la novela, pero no de la forma que suele ser habitual en el
género; sino que Sánchez Ruiz se sirve de los convencionalismos de este género,
para crear una obra personal y juguetona, que tiene que ver más con una
búsqueda existencial que con la de una persona desaparecida. En cierto modo,
los detectives metafísicos de Sánchez Ruiz me han recordado a los de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Paul Auster</b> en su famosa <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Trilogía
de Nueva York</i></b>, que puede ser una de las referencias ocultas de la
novela.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Diría que Leticia Sánchez Ruiz ha
investigado sobre la historia de la profesión de detective en España y también
que ha elaborado mucho la estructura de su novela. Además, ha hecho un gran uso
de la imaginación para crear todos los pequeños relatos sobre detectives y sus
clientes que componen el libro. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
detectives perdidos</i>, la primera novela que leo de esta autora, me ha
sorprendido gratamente, pareciéndome una obra trabajada y madura.<o:p></o:p></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-56260789884229580742023-09-24T11:18:00.001+02:002023-09-24T11:18:07.717+02:00Literatura infantil, por Alejandro Zambra<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNVmeyse7nDpkHWrMdoHANggLbU5eUdDZ2AI3VGF15SaoDuCOXFLdo0LBA8QDrl_nwNcMxRT6eghoO8eZRn0J-2nqCpQ3cumTkr9EnA8TH6_5cE12Q6Ttz2aRrESohNcaNcMjxM0wruPKPmikvT-vF_ZBLKFqAEbVswc2_RRtqmWzvvI6kTfG-U-zvndHY/s472/literautra%20infantil%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="472" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNVmeyse7nDpkHWrMdoHANggLbU5eUdDZ2AI3VGF15SaoDuCOXFLdo0LBA8QDrl_nwNcMxRT6eghoO8eZRn0J-2nqCpQ3cumTkr9EnA8TH6_5cE12Q6Ttz2aRrESohNcaNcMjxM0wruPKPmikvT-vF_ZBLKFqAEbVswc2_RRtqmWzvvI6kTfG-U-zvndHY/s320/literautra%20infantil%20portada.jpg" width="203" /></a></div><br /><b style="text-align: justify;"><i>Literatura infantil</i></b><span style="text-align: justify;">, de Alejandro
Zambra</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Anagrama. 226 páginas. 1ª
edición de 2023<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alejandro
Zambra</span></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> (Santiago de Chile, 1975) es uno de mis narradores latinoamericanos
actuales favoritos. He leído casi todas sus novelas y libros de cuentos.
Después de la publicación de la gran novela que era <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poeta chileno</i></b> (2020),
tenía curiosidad por la siguiente obra del escritor chileno. Cuando vi que la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial Anagrama</b> anunciaba la
publicación de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Literatura infantil</i></b> (2023) se la solicité para poder leerla y
reseñarla y ellos, muy amablemente, me la enviaron. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La primera parte de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Literatura infantil</i> empieza con una<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>enumeración de capítulos en apariencia
extraña: del 0, se pasa al 1, al 14, al 25, al 31… Estos números marcan los
días de vida de su hijo Silvestre y, por tanto, el capítulo 0 se corresponde
con el del día del nacimiento. «Contigo en brazos, por primera vez aíslo, en la
pared, la sombra que formamos juntos. Tienes veinte segundos de vida.», estas
son las primeras palabras del libro. La autoficción no es algo nuevo en la obra
de Zambra; en muchas de sus narraciones, este autor juega a diluir los límites
entre narrador y personaje. En este nuevo libro, el narrador principal (ya
veremos que no siempre) es el propio Alejandro Zambra y habla de su hijo
Silvestre y de su mujer Jazmina con sus nombres reales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El lector se adentra en las páginas
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Literatura infantil</i> como si estuviera
accediendo al diario de notas de un escritor que admira, donde éste reflexiona
sobre su nueva experiencia de ser padre por primera vez a los cuarenta y dos
años, y no, por ejemplo, a los veinticuatro años, como en la generación de sus
padres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">«He conocido a hombres que ejercen
la paternidad con lucidez, humor y humildad, pero también he visto a amigos
queridos, que parecían tener el corazón bien puesto, alejarse de sus hijos para
entregarse a la recuperación desesperada y caricaturesca de su juventud. Y
también abundan quienes enfrentan la pulsión de la muerte agobiando a los niños
a punta de misiones y decálogos, con la explícita o velada intención de
prolongar a costa de ellos sus sueños interrumpidos.», escribe Zambra en la
página 15, después de comentar una cita del escritor peruano <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Julio Ramón Ribeyro</b> sobre la
paternidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">También abundan las reflexiones
sobre las nuevas formas de asumir la paternidad por parte de los hombres (a las
que podríamos llamar «nuevas masculinidades»), en contraposición a las formas
de las generaciones anteriores, «Nuestros padres intentaron, a su manera,
enseñarnos a ser hombres, pero no nos enseñaron a ser padres. Y sus padres
tampoco les enseñaron a ellos. Y así.» (pág. 16)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Una reflexión bonita surge alrededor
de la palabra «infantil» que, nos dice Zambra, en muchos casos, y al menos en
Chile, es pronunciada como un insulto o de forma condescendiente. A este
respecto, escribe: «Toda la literatura es, en el fondo, infantil. Por más que
nos esforcemos en disimularlo, quienes nos dedicamos a escribir lo hacemos
porque deseamos recuperar percepciones borradas por el presunto aprendizaje que
nos volvió tan frecuentemente infelices.» (pág. 18). Al final la literatura
viene a ser, nos dice el autor, una forma de recuperar aquellos primeros
cuentos de la infancia que nos leían nuestros padres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">«Durante siglos la literatura ha
evitado el sentimentalismo como a una peste. Tengo la impresión de que hasta el
día de hoy muchos escritores preferirían ser ignorados antes de correr el
riesgo de ser considerados cursis o sensibleros. Y es verdad que a la hora de
escribir sobre nuestros hijos, la felicidad y la ternura desafían nuestra
antigua y masculina idea de lo comunicable.» (pág. 22). En este sentido, Zambra
reflexiona sobre que en la literatura existe mucha más tradición de cartas al
padre (cartas normalmente tristes y rencorosas), que cartas al hijo; en
principio, más celebrativas y alegres. Y esto es lo que él se ha propuesto en
este libro. Escribir una carta al hijo, que éste habrá de leer en el futuro,
cuando tenga edad para ello. De este modo, esta primera parte está escrita en
segunda persona, como un mensaje al hijo, que es el verdadero receptor de este
texto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Sin embargo, ya dentro de esta
primera parte, escrita principalmente en segunda persona, hay capítulos
escritos en primera persona, como uno en el que para combatir el dolor que le
producen a Zambra las migrañas en racimo, un amigo le pasa al autor un hongo, conocido
como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pajarito,</i> que mitiga esos
dolores. Zambra se excede con la dosis y este capítulo, sobre un viaje
alucinógeno, acaba siendo uno de los más divertidos del libro. Como es
habitual, el humor ligero y tierno de Zambra es un rasgo de estilo destacable
en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Literatura infantil</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tiempo de pantalla</i> la persona pasa a ser la tercera y aquí se
hablará de la relación del hijo con la pantalla del televisor, que será
inexistente, en contrario con la infancia en Chile del protagonista. No he
comentado que Zambra y su familia viven en Ciudad de México, y que, además, en
el tiempo narrativo se irá incorporando el tema del encierro, y sus
consecuencias (sobre todo en un niño de tres años), por la pandemia mundial de
corona virus.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la página 66 nos encontramos un
apunte que me ha llamado la atención. Zambra escribe «Trato de volver a la
novela en la que trabajo». Por las fechas, me imagino que está hablando de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poeta chileno</i>. En este momento, el
lector puede tener la sensación de que el principal trabajo literario de
Zambra, durante los años de los que está hablando en este libro, es la
elaboración de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poeta chileno</i>, su
novela más larga hasta la fecha. Y que, por tanto, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Literatura infantil</i> es una obra secundaria o menor, elaborada a través
de apuntes de diario sobre la paternidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Sin embargo, no va a ser esta la
sensación con la que el lector, o al menos el lector que soy yo, acabe este
libro, porque, lo digo desde ya, me ha parecido una obra destacada dentro de la
gran obra de Zambra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la página 101 empieza una segunda
parte, con el texto <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Garabatos</i></b> que es un cuento de casi treinta páginas, donde los
protagonistas son dos niños chilenos de once años, y que habla de su amistad. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Garabatos</i> es un cuento a la altura de
las mejores piezas de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mis documentos</i></b>, el libro de cuentos
de Zambra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Rascacielos</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> habla de la
mala relación de un hijo de veinte años con su padre, y de la forma en la que
una discusión lleva al hijo a dejar la casa paterna. También es una historia de
amor. Un buen relato.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Introducción a la tristeza
futbolística</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> es, posiblemente, el texto más divertido (y también
melancólico) del libro. Trata sobre un joven, que se puede identificar con
Zambra, que para salir con una chica ha de fingir ante ella que no le gusta el
fútbol, aunque esto no es cierto. Y los quiebros que ha de hacer para ver los
partidos son tomados por ella como sospechosas infidelidades. Zambra llama a
este texto, y a otros del libro, «ensayo» y no relato. Un rasgo muy interesante
de su construcción es que algunos de sus personajes leen las páginas que ha
escrito Zambra y opinan sobre ellas, y esto se incorporará al propio material
del relato. También es un texto sobre las relaciones entre padres e hijos y esa
«tristeza futbolística» se marca como metáfora de la escasa muestra de
sentimientos de los hombres de la generación del padre de Zambra, cuyas mayores
manifestaciones sentimentales se daban cuando su equipo ganaba o perdía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Este tercer cuento entronca de forma
directa con la primera parte del libro porque vuelve a aparecer en él el hijo
de un narrador escritor llamado Zambra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El cuarto relato es <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cogoteros
de ojos azules</i></b> y en él Zambra reflexiona sobre una historia de su
adolescencia: a los quince años, él y su padre fueron asaltados por unos
ladrones y Alejandro defendió a su padre de uno de ellos. La historia es
sencilla, pero la anécdota le sirve al autor para reflexionar sobre temas como
el racismo o, de nuevo, las relaciones paterno filiales. «¿Estás escribiendo
sobre mí? ¿De nuevo? ¡Hasta cuándo! -me dice mi padre.», leemos en la primera
página.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lecciones tardías de pesca con
mosca</i></b> Zambra junta, de forma más intensa esta vez, a las tres
generaciones Zambra: al abuelo, a él y a su hijo. El abuelo llama por vídeo
llamada, los domingos por la mañana desde Santiago para hablar con su nieto, en
Ciudad de México, e invitarle a pescar con él, una afición que ya quiso
compartir con el narrador y por la que este nunca se interesó. Es un relato muy
bello sobre las relaciones entre padres e hijos, donde, de nuevo, los
diferentes personajes pueden leer lo escrito del relato y su lectura se
incorpora al texto como material del relato.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El libro acaba con el texto <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Recado
para mi hijo</i></b>; y aquí se recupera la segunda persona para conversar con
el hijo, que ahora ha empezado a leer por sí mismo y se adentra en una novela
infantil de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Juan Villoro</b>. Es un
texto más corto que los anteriores y actúa como emotivo broche final.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como ya adelanté más arriba, empecé
leyendo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Literatura infantil</i> como si
se tratase de un libro menor de Alejandro Zambra, compuesto con textos de
apuntes que tomaba sobre la paternidad, mientras elaboraba la ambiciona y
conseguida novela que es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poeta chileno</i>,
y he acabado pensando que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Literatura
infantil</i> es una obra bellísima y que entra con derecho propio entre las más
emotivas y logradas de su autor.<o:p></o:p></span></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-40266875599990954762023-09-17T10:33:00.001+02:002023-09-17T10:33:05.937+02:00Cuentistas latinoamericanos clásicos<p> En mi canal de YouTube Bienvenido, Bob hablo de los cuentistas latinoamericanos clásicos que he leído. He grabado dos vídeos más sobre cuentistas latinoamericanas y ya los iré publicando. La serie empieza aquí:</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/05hNbxqrMYg" width="320" youtube-src-id="05hNbxqrMYg"></iframe></div><br /><p><br /></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-2127502888235205762023-09-10T10:46:00.008+02:002023-09-10T10:46:56.968+02:00Cuentos completos 3, por Philip K. Dick<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEIFEeusz3clOUjXwiY_NQryS_f6bJWb-dLzGP_9qTRa1dSXDX0n_IfRbQH4r1Cn6_H0WcrWAw7xFWy0M52GtauqOrXq5a82HBu1ewgOSspc-JL9aoKVd24OSvAve3oj20Kt3yQJ7UTNHN7yE--OXSskw0w8RhUjbRm4f7cxjRapRCDRRtYREhrJ4tqGSU/s352/cuentos%203%20dick%20portada.webp" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="352" data-original-width="229" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEIFEeusz3clOUjXwiY_NQryS_f6bJWb-dLzGP_9qTRa1dSXDX0n_IfRbQH4r1Cn6_H0WcrWAw7xFWy0M52GtauqOrXq5a82HBu1ewgOSspc-JL9aoKVd24OSvAve3oj20Kt3yQJ7UTNHN7yE--OXSskw0w8RhUjbRm4f7cxjRapRCDRRtYREhrJ4tqGSU/s320/cuentos%203%20dick%20portada.webp" width="208" /></a></div><br /> <b style="text-align: justify;"><i>Cuentos completos 3</i></b><span style="text-align: justify;">, de Philip K.
Dick</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Minotauro. 635 páginas.
Relatos escritos entre 1953 y 1954; ésta edición es de 2020 <o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Traducción de Eduardo G. Murillo.
Prólogo de John Brunner.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En julio de 2021 leí <b><i>Cuentos
completos 1</i></b> de <b>Philip K. Dick</b>
(Chicago, 1928 – Santa Ana, 1982), un autor del que en la adolescencia había
leído muchas de sus novelas. En julio de 2022 me acerqué a los <i>Cuentos completos 2</i> y ya instauré un
ritual, al que he dado continuidad en 2023, leyendo los <i>Cuentos completos 3</i>. El volumen 1 reunía 25 cuentos, escritos entre
1951 y 1952; el segundo 27, escritos entre 1952 y 1953; y el tercero 23,
escritos entre 1953 y 1954. Hemos de tener en cuenta que la primera novela de
Dick, <b><i>Lotería solar</i></b>, no apareció hasta 1956; así que todos los
cuentos de estos tres primeros volúmenes están escritos antes de haber empezado
a escribir novelas, y fueron publicados en revistas de ciencia ficción y
fantasía de la época.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Coto de caza</i></b> es el primer cuento y
en él un afamado profesor de física llega a su casa, trata de relajarse y al
sentarse en el sofá ocurre esto: «Había un gran ojo en la ventana. Un ojo
inmenso que escudriñaba la habitación y le examinaba. El ojo abarcaba toda la
ventana.» (pág. 16) Empezará entonces una narración con elementos puramente
Dick, que aparecerán luego en muchas de sus novelas: el protagonista empezará a
dudar de los límites de la realidad y la paranoia de sentirse vigilado y
perseguido le llevará a huir. El cuento acaba con un giro final que contiene un
toque de humor. Esto es algo típico de esta primera etapa narrativa de Dick,
dejar para los finales una sorpresa cómica que, en buena medida, estropean un
tanto el cuento y que (imagino) eran del gusto de los lectores de revistas
baratas de la época. Nada que enturbie demasiado el buen sabor de boca inicial,
en cualquier caso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>El ahorcado</i></b> también es un cuento
paranoico sobre una persona que siente que el pueblo en el que vive ha
cambiado: en una farola de la plaza hay un cuerpo colgado y a nadie, salvo a él
mismo, parece llamarle la atención. Este es un cuento muy de aquella época en
la que las películas de invasores del espacio en realidad hablaban del miedo a
las ideas comunistas. Su intención es muy parecida a la del primer cuento, pero
este segundo funciona mejor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Peculiaridades de los ojos</i></b> es un
cuento mucho más corto que los anteriores. Un hombre lee un relato sobre una
invasión extraterrestre y piensa que describe algo real. Este cuento es más
flojo que los previos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>El hombre dorado</i></b> es uno de los
cuentos más famosos de este conjunto. En él aparecen por primera vez mutantes,
que va a ser una de las obsesiones más claras de este volumen 3 de cuentos. En
las páginas finales, se le indican al lector las fechas de escritura y
publicación de cada cuento y, a veces, Dick explica el contexto en el que fue
escrito el cuento o alguna característica de su recepción. Sobre <i>El hombre dorado</i> dice que los editores
de revistas de la época querían relatos que presentaran a los mutantes como
buenos y al mando de la situación. Su relato va a ser más ambiguo. Después de
una guerra, la radioactividad ha hecho que nazcan mutantes con diversos
poderes. La humanidad ha tratado de destruirlos porque los considera una
amenaza, pero aún no se han encontrado con «el hombre dorado» que vive escondido
en una granja, y que podría acabar con la humanidad tal y como la conocemos.
Como suele ocurrir en Dick, el relato se convierte en una persecución
paranoide; pero las reflexiones sobre el futuro de la humanidad hacen que esta
composición destaque sobre los anteriores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Y gira la rueda</i></b> trata sobre un
futuro posbélico en el que se ha instaurado una sociedad de castas, en las que
los seres humanos buscan consuelo en sectas religiosas, mientras se enfrentan
al azar. Me ha parecido un tanto confuso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>El último experto</i></b> también trata de
un mundo posbélico en el que la humanidad ha destruido a los robots contra los
que tuvo que luchar en el pasado, pero en una pequeña comunidad –después de
doscientos años– aún funciona un viejo robot capaz de organizar una sociedad.
El relato gana en altura debido a su ambigüedad sobre si la existencia del
robot es buena o no para una comunidad de personas. Es un gran relato.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>El padre-cosa</i></b> no es un relato de
ciencia-ficción, sino de terror fantástico, en el que un niño percibe que su padre
ha sido sustituido por algo que no es su padre. Es un relato muy a lo <b>Stephen King</b> y me gusta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <b><i>Un extraño paraíso</i></b> dejamos por
primera vez La Tierra y la narración transcurre en un planeta lejano. Una nave
espacial llega a un planeta con una vegetación similar a la de una selva
terrestre y uno de los tripulantes empieza a explorarla. La gravedad y la
atmósfera son similares a las de La Tierra. En este relato, como en muchos
relatos barateros de la época, aparecerá una bella joven y el cuento pasará a
ser levemente erótico, con chiste final. Aquí no está Dick en su mejor momento.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Tony y los escarabajos</i></b> también transcurre
en un planeta lejano y el protagonista, como en <i>El padre-cosa</i>, es un niño. El niño pertenece a una familia
terráquea que ha colonizado otros planetas donde viven seres con caparazón. Las
dos civilizaciones se encuentran en guerra, y el niño tendrá que aprender a
soportar el peso del racismo por ser hijo de colonos. Es un cuento, como ocurre
tantas veces en Dick, profundamente inverosímil, pero también imaginativo y
poético y ha conseguido emocionarme. Es un buen cuento.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Null-O</i></b> es un cuento sobre un niño
psicópata, un mutante paranoico sin empatía, que entra a formar parte de una
élite que podría acabar con la humanidad. Me ha parecido un cuento un tanto
exagerado y me ha gustado menos que otros.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <b><i>Servir al amo</i></b> un trabajador manual
toma un atajo para acudir al trabajo. Desde un barranco oye una voz que pide
ayuda. Se da cuenta que se trata de un robot semidestruido, que habían desaparecido
en una guerra anterior. El trabajador está dispuesto a ayudarle. Me ha parecido
uno de los mejores cuentos del conjunto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <b><i>Pieza de colección</i></b> volvemos a un
relato paranoico sobre alteraciones de la realidad y la dificultad de
distinguir lo que es real de lo que no lo es. Desde el futuro, un experto en el
siglo XX está montando una exposición sobre este siglo, que tal vez se
convierta en real para él.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <b><i>Los reptadores</i></b> volvemos con los
mutantes. Ahora son mutantes que se arrastran y cavan ciudades subterráneas.
Este es uno de los más inquietantes y mejores relatos del libro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <b><i>Campaña publicitaria</i></b> un hombre
vuelve a casa después del trabajo, desde Gamínedes a la Tierra, en su nave
espacial, y le van asaltando anuncios publicitarios por el camino; en la tierra
los robots-anuncio también le perseguirán por la calle. El colmo será cuando un
robot se presente en su casa, como ayudante del hogar, y quiera hacerle las
demostraciones de sus funciones, y no se irá hasta que lo compré. Según la nota
final éste fue uno de los cuentos que peor fue aceptado por el público, porque
acaba de un modo muy siniestro, pero a mí me parece un gran relato, una gran crítica
al consumismo y a los excesos de la publicidad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>La estratagema</i></b> es un relato sobre
mutantes paranoicos, y sobre el control mental de la población con el miedo.
Acaba siendo algo confuso y no me ha gustado demasiado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Sobre la desolada Tierra</i></b> es un relato
que tiene más que ver con el terror que con la ciencia-ficción. Una joven tiene
la capacidad de contactar con seres de otra dimensión, a la que acaba pasando,
y su novio tratará de revertir la situación, con imprevisibles y paranoicas
consecuencias, que alterarán toda la realidad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Foster, estás muerto</i></b> es un relato de
corte más realista que los anteriores. En él, un niño vive angustiado porque su
padre no quiere comprar un refugio casero para que proteja a la familia en caso
de una posible guerra nuclear. Como ya hiciera <b>George Orwell</b>, Dick habla del control de la población a través del
miedo a la guerra. Aquí no hay vuelta de tuerca final, donde Dick nos muestra
una sorpresa a través de un chiste. Éste es un cuento mucho más maduro en ese
sentido. <b><i>Foster, estás muerto</i></b> es uno de los cuentos más emocionantes y
mejores del libro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">En <b><i>La paga del duplicador</i></b> los
supervivientes de una guerra mundial se mueven entre las cenizas de la antigua
civilización, sin saber construir nada. Pero a los pequeños grupos dispersos de
personas les ayudan los biltong. «Eran nativos del sistema de Centauro,
probablemente. Habían hecho acto de presencia en los últimos días de la guerra,
atraídos por los destellos de las bombas H…, y encontraron los restos de la
raza humana, que se arrastraba a través de la ceniza negra radiactiva y trataba
de salvar todo lo posible de su civilización destruida.» (pág. 406). Los
biltong tienen la capacidad de duplicar objetos, como coches, lavadoras…, pero
sus vidas se están agotando y la humanidad tendrá que salir adelante por sus
medios. Me ha encantado la libertad imaginativa de este relato.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Veterano de guerra</i></b>, con sus 66
páginas es el relato más largo del conjunto y podríamos hablar ya de novela
corta. Nos encontramos aquí con el Dick más desatado: paradojas de viajes en el
tiempo, paranoias, persecuciones, engaños, una posible guerra… Un gran relato
antibélico y antirracista.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>La barrera de cromo</i></b> es un relato
político sobre la necesidad continúa de que el individuo se posicione en
sociedad, por cuestiones sobre las que puede no tener una postura clara En esta
fábula, los ciudadanos tienen que elegir entre su derecho a oler o la necesidad
de extirparse las glándulas sudoríparas. Comparado con el nivel de otros
cuentos, éste se queda más al nivel de la broma.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Desajuste</i></b> es un cuento extraño sobre
individuos que pueden miran la realidad de un modo esquizofrénico y cómo esta
mirada puede acabar absorbiendo las realidades ajenas, una idea que Dick
desarrollará en novelas como <b><i>Ubik</i></b> u <b><i>Ojo en el cielo</i></b>. Este
relato contiene alguna imagen curiosa.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>Un mundo de talentos</i></b> es un nuevo
relato sobre mutantes. El protagonista es hijo de dos mutantes, que tienen la
capacidad de precognizar el futuro. Los padres aún no saben si el niño ha
heredado algún poder especial. En este ecosistema de mutantes aparecerán
también personas cuya capacidad será la de ser inmunes a los poderes de los
mutantes. Es un cuento ambicioso, pero me ha gustado menos que otros similares.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><b><i>¡Cura a mi hija, mutante!</i></b> es, de
nuevo, un cuento sobre una Tierra postapocalítica, donde una pareja trata de
sanar a su hija enferma con la ayuda de una curandera mutante. Tanto en este
relato como en el anterior, Dick introduce en la trama elementos sobre los
viajes en el tiempo y los dos resultan un tanto confusos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpMiddle" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Como ocurre siempre con Philip K. Dick,
su imaginación y la fuerza de sus ideas es muy superior a la calidad de su
prosa –que es, en cualquier caso, eficiente–, y su capacidad para crear
personajes. En este tercer volumen, he visto ya cuentos más maduros que en los
anteriores (donde había también relatos muy buenos), en los que abandona el
recurso un tanto barato de sorprender al lector con un final un tanto absurdo y
bromista, y elegir finales más melancólicos o tremendos, que inciden en la
hondura del relato.<o:p></o:p></p>
<span style="font-family: "Calibri",sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Tengo ya ganas de llegar a los volúmenes cuatro y
cinco, donde deben encontrarse los relatos más maduros de Dick, los que
escribió en la misma época que sus grandes novelas. Igual que me ha ocurrido en
los dos últimos veranos, he vuelto a disfrutar mucho en julio de 2023 con estos
cuentos de Philip K. Dick.</span>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4760858982721154674.post-171454328102305662023-09-03T11:23:00.001+02:002023-09-03T11:23:20.026+02:00Clases de chapín, por Eduardo Halfon<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyO3BKePYrsNe904L-gpJmWrJkpaJLDDS2cfIBZFTVbBjBQcabEfXqNNyxW977vFlq3WDqdJQmhLMkArDTFp1FGIJcx9sNdSuG2BN5hAvB33YDf43yjcMf9LQ-FXn0gY04_4vwOw1mKkzjMYYN2xkJYOUd823OuAk7ejxlVZGCoOavbPSFr8wO_HS_arIv/s321/Clases%20de%20chap%C3%ADn%20portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="321" data-original-width="229" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyO3BKePYrsNe904L-gpJmWrJkpaJLDDS2cfIBZFTVbBjBQcabEfXqNNyxW977vFlq3WDqdJQmhLMkArDTFp1FGIJcx9sNdSuG2BN5hAvB33YDf43yjcMf9LQ-FXn0gY04_4vwOw1mKkzjMYYN2xkJYOUd823OuAk7ejxlVZGCoOavbPSFr8wO_HS_arIv/s320/Clases%20de%20chap%C3%ADn%20portada.jpg" width="228" /></a></div><b style="text-align: justify;"><i>Clases de chapín</i></b><span style="text-align: justify;">, de Eduardo Halfon</span><p></p><p class="MsoBodyTextCxSpFirst" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoBodyTextCxSpLast" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">Editorial Fulgencio Pimentel. 169
páginas. 1ª edición de 2007, 2009; esta es de 2017<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Clases de chapín</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> (2017) de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Eduardo Halfon</b> (Ciudad de Guatemala,
1971) fue una de mis compras en la Feria del Libro de Madrid 2023. Nunca había
leído un libro de la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">editorial Fulgencio
Pimentel</b>, originaria de Logroño, que compartía caseta con <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Pepitas de Calabaza</b>, otra editorial de
la misma ciudad. Me había fijado en Fulgencio Pimentel porque sus libros son
objetos bellos y me daba la impresión de que tienen buen gusto a la hora de
seleccionar autores. Entre otras, tienen varias novelas del ruso <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Sergéi Dovlátov</b>, por las que siente
curiosidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Me apeteció también comprar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clases de chapín</i> porque es uno de los
pocos libros de Halfon que me faltaban por leer. O al menos es uno de los pocos
que me faltan por leer y que se puede comprar, porque, ahora mismo, creo que no
están disponibles en España <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Esto no es una pipa</i></b> (2003), <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Siete
minutos de desasosiego</i></b> (2007) –que contiene algún cuento que está en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clases de chapín</i>–, y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Morirse
un poco</i></b> (2009).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Clases de
chapín</span></i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">, publicado en 2017, contiene cuentos que se había publicado antes: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clases
de hebreo</i></b> (AMG, 2007) y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clases de dibujo</i></b> (AMG, 2009), junto
a otros cuentos inéditos. La primera parte se titula <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mucho macho</i></b>, y observo
también que algunos de sus cuentos se publicaron en el libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Siete minutos de desasosiego</i>, publicado
en 2007 en Colombia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Mucho macho</span></i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> está
formado por cuatro cuentos: el primero es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mucho
macho</i> y trata sobre un turista austriaco que ha llegado hasta un pueblo de
Guatemala y no deja de hacer fotos a todo lo que le llama la atención, algo que
puede que no guste a todo el mundo. Una violencia soterrada, inminente, recorre
las páginas de este relato inicial.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El segundo cuento es <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sacerdote</i></b>,
sobre un libanés mayor, afincado en Guatemala y recientemente viudo, que lleva
cincuenta años vendiendo telas, en un negocio moribundo. Este cuento parece un
homenaje al de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Ernest Hemignway</b>
titulado <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un lugar limpio y bien iluminado</i></b>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Muñequita </span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">es un cuento
terrible sobre violencia hacia la infancia, pero que, a la vez, dentro de su concentración
de horrores, tiene un punto tierno. «El pueblo de Comalapa olía a florifundia,
a leña vieja, a cloacas estancadas, a esa dejadez que adquieren siempre los
pueblos latinoamericanos.» (pág. 39)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El mejor cuento de estos cuatro
iniciales me ha parecido el último, titulado <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El buen machete</i></b>, que, con
sus veintidós páginas, también es el más largo. Si los tres anteriores nos
mostraban breves pinceladas, estallidos o insinuaciones de violencia, en este
último Halfón puede desarrollar más temas. Su hilo conductor sería el de las
frustraciones de la adolescencia y el descubrimiento del deseo, pero también
está aquí, de nuevo, la violencia de Guatemala de fondo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La segunda parte del libro se titula
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clases
de dibujo</i></b>. El primer cuento es <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Corazón, no moleste </i></b>y una voz
narrativa adulta recuerda un episodio de su niñez, que tiene que ver de nuevo
con la violencia centroamericana. En la segunda página (la 74) leo esta escena:
«el día entero que todos los estudiantes del colegio estuvimos recluidos en el
gimnasio, esperando que cesara el combate justo enfrente –que incluía una
tanqueta y que se volvería, según mis papás, uno de los motivos de nuestra
huida a Miami–». Estas imágenes las narra también Halfon en uno de los cuentos
de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mañana
nunca lo hablamos</i></b> (Pretextos, 2011), en los que se acercaba a su
infancia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Después de algunos tanteos iniciales
(los cuentos de la primera parte de este libro son una muestra) en la que
Halfon creaba personajes, más o menos alejados de sí mismo, este autor acabó de
encontrar su sitio creando al personaje «Eduardo Halfon», muy cercano a sí
mismo, aunque no idéntico, y su obra comenzó a ser autoficcional y a hablar de
la búsqueda de la identidad y de las historias de su gran familia judía
afincada en Guatemala. En esta parte de su obra se incluyen ya los cuentos de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clases de dibujo</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Corazón, no
moleste</span></i><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> es un gran cuento en el que se muestra la mirada de un niño sobre una
situación que no conoce, que tiene que ver con una persona desaparecida por la
violencia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El poder de la euforia</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> es un
cuento más corto, más íntimo y donde la mirada desde la infancia funciona a una
escala menor que el anterior. Me gusta más el siguiente, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Polvo</i></b>, donde, de nuevo
recreando la infancia, un niño ha de enfrentarse al mundo de los adultos, en el
contexto de una ciudad en la que un terremoto ha devastado muchas casas y el
niño ha de probarse ante su tío.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El último cuento de esta segunda
parte se titula <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clases de dibujo</i></b>, y la misma voz narrativa que el lector
habitual de Halfon identifica con él mismo –o su personaje autorreferencial– es
ya un adulto joven que visita Lisboa. Allí va a cenar a un restaurante, y
entabla conversación con una mujer de una mesa próxima. Creo que a este cuento
le falta tensión narrativa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La tercera y última parte se titula <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Clases
de hebreo</i></b>. El primero se titula igual que el grupo. Desde la tercera
persona, nos acercamos a un niño de nueve años, llamado Daniel, que vive en
Guatemala y que es de origen judío. Su familia le hace ir a aprender hebreo a
la sinagoga, y él aún no parece tener muy claro cuál es su herencia o qué
significa ser judío. Sabe que los nazis hicieron algo malo en el pasado, y esto
va a generar un conflicto con su vecino alemán. Es un cuento bien resulto, que
me ha recordado a alguno de los primeros de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Philip Roth</b>, sobre la condición de los judíos, y que puede ser una
influencia sobre esta composición. Me refiero al libro de Roth <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Goodbye,
Columbus</i></b> de 1959.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El segundo cuento es <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Llanta
pache</i></b> y es muy corto, de unas dos páginas. El narrador escucha a una
mujer que trabaja para él, en su casa, planchando camisas, contando la historia
de su yerno, que trabaja para israelís. El lector intuye que el narrador es
Halfon, pero no lleva a saber si es él, y si la mujer que plancha sabe que es
judío. Es un cuento sobre la percepción de los otros sobre uno, pero me parece
que le falta algo de desarrollo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Luto </span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">también es
un cuento muy breve y trata del choque cultural de un niño al enfrentarse a las
costumbres judías, extrañas para él, de su propia gente. Como al anterior, le
falta algo de desarrollo. Son dos cuentos que acaban consistiendo en una breve
pincelada sobre la realidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El lenguaje de los elefantes</span></i></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> me parece
un buen cierre para el libro. Un narrador, que seguramente es el personaje de
autoficción llamado «Halfon», se encuentra en Miami y ha de visitar al padre de
un amigo, que no conoce, y entregarse un sobre blanco. La relación entre padre
e hijo llevaba tiempo rota por un tema que tiene que ver con la condición de
judío y el nazismo. De nuevo, su desenlace me recuerda al de alguno de los
cuentos de Philip Roth.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ya he comentado alguna vez que
Eduardo Halfon es uno de los autores latinoamericanos actuales que más me
interesan. Me ha gustado completar esta pieza que me faltaba del universo
Halfon.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>David Pérez Vegahttp://www.blogger.com/profile/15298675899599439624noreply@blogger.com0