Editorial Sloper. 210 páginas. 1ª edición de 2018.
En junio de 2015, no mucho antes de
que apareciera mi novela Los insignes en la editorial Sloper, leí La
rosa ilimitada, segundo libro que Carlos
Maleno (Almería, 1977) publicaba en esta editorial mallorquina dirigida por
el escritor Román Piña.
Ese año, 2015, escribí una reseña
sobre La rosa ilimitada en la que
comenté que me parecía que Maleno, en la escritura de esta novela, mostraba
demasiado su admiración por Roberto Bolaño
(«Una novela corta muy bolañesca sobre la soledad, la violencia, los sueños y
la literatura. Una novela poética y misteriosa, de estructura muy trabajada»,
escribí hace tres años). También me atreví a insinuar que Carlos Maleno ganaría
como autor si en vez de homenajear tan claramente a su maestro tratara de
buscar una voz propia. Pues bien, en 2018 Maleno ha publicado Las
estrellas, una novela que me ha recordado mucho más a La rosa ilimitada que a Roberto Bolaño,
una novela mucho más madura y perfecta que la anterior.
En marzo de 2018, Román Piña me hizo
llegar a casa Las estrellas. Ya he
comentado muchas veces que tengo un problema de ambivalencia afectiva hacia los
libros que me envían los editores sin que yo los solicite. En este caso sabía
que, más tarde o más temprano, me acercaría a la nueva novela de Carlos Maleno.
Ha sido a finales de 2018 cuando he decidido tomar este libro de mis
estanterías, que he leído en un intenso fin de semana.
Las estrellas se divide
en cuatro partes y un epílogo. Cada una de estas partes está dividida en
capítulos relativamente cortos (hay 38 en total).
La primera parte se titula Los fotógrafos, y en ella el narrador
nos habla de la relación de amistad entre tres fotógrafos profesionales que
suelen viajar a países con conflictos bélicos para realizar sus arriesgados
reportajes. El narrador nos habla principalmente del joven Jordi Carrera,
habitante de Barcelona y de vida solitaria, sobre todo desde que murió su madre
y él no quiso volver a relacionarse con su padre maltratador y su hermano, que
parecía justificarle. Jordi encontrará una nueva familia en sus amigos
fotógrafos, Joao y Kevin.
En La rosa ilimitada, los dos protagonistas principales eran editores,
y los siento vinculados a los fotógrafos de Las
estrellas; Maleno sitúa a los personajes de ambas novelas muy cerca de la
desesperación y los rostros oscuros del mal. Diría –porque sé de dónde viene la
escritura de Maleno– que la influencia de Roberto Bolaño sigue presente en su
nuevo libro, pero de un modo mucho menos evidente. En los tres años que han transcurrido
entre las dos obras, Maleno ha madurado mucho y la prosa de Las estrellas es misteriosa y poética, y
avanza, página tras página, de un modo seguro e implacable, mientras se adentra
en territorios cada vez más oscuros. Los elementos en común con su anterior
obra son palpables: nos encontramos aquí con muchos personajes que lloran y
otros que los escuchan o los ven llorar en situaciones desesperadas. Sobre todo
se habla aquí, de un modo insinuante y ominoso, del terror en Sudán, que han
contemplado Joao y Kevin, y que este último no parece haber superado.
En la segunda parte, Las niñas, el solitario Jordi conocerá a
la también solitaria Emma, una joven aún más perdida y desesperada que él
mismo. El personaje de Emma guarda más de un parecido con Paula Boccia, la
protagonista femenina de La rosa
ilimitada. Jordi y Emma iniciarán una complicada relación, y será ahora
cuando el lector descubra que Jordi era homosexual y que nunca se había
acostado con una mujer. Emma es una mujer frágil, con problemas de anorexia y
salud mental. Carlos Maleno, haciéndose un guiño a sí mismo, hará que Jordi y
Emma se conozcan gracias al libro La posibilidad de una isla del
escritor francés Michel Houellebecq,
otro de sus autores favoritos.
Durante todas las partes de la
novela se recurre a la imagen de «las estrellas» en el cielo como a una
presencia ominosa que amenaza a los protagonistas. «El cielo negro estaba tan
lleno de estrellas como los muslos de la prostituta» (pág. 47); «Mientras mi
pareja me llevaba al hospital, no podía pensar en otra cosa, sólo en mi propio
dolor y en las estrellas» (págs. 70-71).
Como en La rosa ilimitada, Maleno hace uso de los sueños en Las estrellas como material narrativo, un
material que llega a ser importante en la trama. La presencia del mal en el
libro es tan grande que acaba siendo otro de sus protagonistas: guerras,
hambre, mutilaciones, prostitución, dolor, locura, soledad, pederastia,
violaciones… De hecho, hay momentos en los que Maleno parece abandonar el
realismo y se adentra en rutas expresionistas para describir –mediante
alusiones o misterios– la presencia del mal. Me ha gustado y llamado mucho la
atención un detalle: en algunas de las fotografías que toman los tres amigos
(Jordi, Joao o Kevin) parecen materializarse elementos fantásticos, como
manchas oscuras sobre sus propias imágenes o vibraciones y ruidos imposibles.
Cuando reseñé La rosa ilimitada comenté que, al acabarla, me había llamado la
atención que la estructura estaba más trabajada de lo que había supuesto en un
principio. Me gustaría destacar de Las
estrellas su gran trabajo con la estructura. Si bien la novela comienza con
una tercera persona aséptica, al llegar a la segunda parte la voz narrativa
realiza pequeñas intervenciones: «Volvamos ahora, por un momento, al Club París», leemos en la página 99, y
también ha empezado a adelantarle al lector cuál va a ser, en parte, el destino
de alguno de sus personajes. En el epílogo, el narrador se hará por entero
presente y tomará presencia narrativa. Me ha parecido éste un detalle muy
logrado.
A partir de la segunda parte, el
abanico de personajes y subtramas se abre. Empecé la novela el viernes y el
sábado había finalizado la segunda parte. No quiero contar más detalles del
argumento, pero tras la segunda parte (ha sido el domingo cuando he finalizado
el libro), me encontraba sorprendido y con ganas de retomar la lectura, porque
los acontecimientos narrados hacían que como lector me encontrase
desconcertado. No sabía hacia dónde iba a llevar su novela Carlos Maleno, no
sabía si iba a conseguir cerrarla con coherencia; aunque, por lo que llevaba
leído, intuía que sí, como así ha sido.
Recuerdo que hace un año o dos,
Carlos Maleno comentó en Facebook sus lecturas del escritor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa. Fotografió las
portadas de algunos de sus libros y escribió en un estado: «Un modo diferente
de narrar». Me he acordado de estas palabras según acababa Las estrellas, porque, ahora mismo, según escribo un rato después
de acabar el libro, estoy considerando la idea de que Rey Rosa se haya
convertido en una beneficiosa influencia creativa para Maleno, ya que el
guatemalteco también escribe novelas cortas, con capítulos cortos, que se
pueden subdividir en varias tramas y cuyos desenlaces suelen ser
desconcertantes e inesperados.
Como ya he apuntado antes, Carlos
Maleno ha dado en Las estrellas un
gran salto cualitativo en relación con La
rosa ilimitada, su anterior novela. Es el universo creativo de Maleno un
mundo de sordidez, dolor, soledad y violencia, narrado con firmeza, misterio y
mucha belleza, una belleza desolada y desconcertante.
Acabo de realizar una búsqueda en
google y no encuentro reseñas de Las
estrellas, lo que me sorprende, porque es una novela que se merece encontrar
muchos lectores y que se hable de ella. Me ha parecido una conseguida y
talentosa novela corta.
Hola, David:
ResponderEliminarNo he leído nada de Carklos Maleno. Me ha gustado tu reseña sobre "Las estrellas" y me has despertado el apetito lector. Tomo nota porque si a ti te ha gustado es que es buena de verdad.
Aprovecho para desearte un muy Feliz Año Nuevo. Que 2019 te llegue lleno de felicidad en lo personal y, naturalmente, en lo literario.
Un fuerte abrazo
Hola Juan Carlos:
EliminarSeguro que "Las estrellas" te gusta. Es una pena que este libro no haya tenido más repercusión.
Feliz Año Nuevo para ti también.
Un abrazo
Hola David: te deseo un gran año 2019, con mucha salud y prosperidad. Gracias por tu lista de los mejores libros que leíste en el 2018. Los onettianos quedamos pendientes de tus reseñas de las novelas que ya leíste de Juan Carlos Onetti, y también de tu lectura de la novela La vida breve.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Pablo:
EliminarEs cierto que tengo pendiente de publicación la reseña que escribí sobre las tres primeras novelas de Onetti. A ver si la saco pronto.
Y en este 2019 tengo que leer sí o sí, al fin, "La vida breve".
Feliz Año.
Un abrazo