Quería dar las gracias a todas las personas que hoy sábado por la mañana se han acercado a las caseta 198 de la Feria del Libro –la de Baile del Sol-, así como a todas las que me han felicitado por la publicación del poemario Siempre nos quedará Casablanca, o que me han manifestado su deseo de aparecer por la feria, pero por distintos motivos no han podido hacerlo.
La mañana ha sido agradable, pudiendo charlar un poco con tantos amigos y familiares. Yo estaba más tranquilo y creo que lo he podido disfrutar más que el año pasado.
Voy a dejar una muestra de la única sección del libro que no he colgado ningún poema, una donde rindo homenaje a diversos artistas:
WSTAWAĆ PRIMO LEVI
El hueco de la escalera en tu edificio de Turín
en el ya cercano año 1987, como una invitación
o un descanso. ¿Qué veías en él, qué te atraía?
¿Te asaltó al fin la culpa terrible de haber sobrevivido?
A atrocidades como muy pocos por el puro afán
de contar lo que había sucedido en aquellos días feroces,
infaustos de la historia de Europa. Tú que hubiste de reescribir
la Odisea sin el amor de las diosas para regresar
a tu casa en Turín, donde ya nadie te esperaba
ni te reconocía, un año después del fin de la guerra,
de tantos compañeros muertos y tantas heridas vivas.
La tristeza de Viena, la vergüenza de Munich
y de nuevo atravesar en Brennero la frontera de Italia en tren.
Era 1946 y de los 650 que salisteis 20 meses atrás hacia un lugar
desconocido llamado Auschwitz (Polonia), regresabais 3.
Después soñar tantas noches lo mismo: que la comida,
los amigos, el trabajo, la cama caliente eran irreales
y despertar otra vez en el lager bajo el ladrido
de aquella palabra polaca, «wstawać» («a levantarse»).
Pero eso ya pasó y estás temblando en tu cuarto sin tregua.
¿Qué veías en el hueco de la escalera, qué te atraía?
¿Se unía al fin todo en un remolino, el recuerdo
y el olvido, igual de ricos y de pobres, más fuertes o más vacíos,
tremendamente juntos ahora los hundidos y los salvados?
Te confirmo que sí: esto es un hombre;
al leerte, Primo Levi, le digo a tu palabra: Wstawać.
Mañana domingo me voy durante una semana a Mallorca, así que lo más seguro es que no pueda contestar correos o comentarios en el blog.
Vaya, me adelanté. Tres días antes me detuve frente a la caseta, vi Los acantilados de Howth y pensé: ¿de qué me suena, de qué me suena...? Lo había visto hace tiempo en el blog Atisbos, y desde entonces se me quedó rondando en el magín. Y ya que también tenía el de Casablanca a mano, pues... ¡dos mejor que uno! Espero disfrutarlos a no tardar mucho.
ResponderEliminarHola Mannelig:
ResponderEliminarTe contesto ahora, porque como decía en esta entrada he estado fuera una semana.
La verdad es que alegro mucho cuando mis amigos o familiares vienen a la feria y me compran un libro, demostrando así su aprecio hacia mí. Pero creo que una aspiración de autor es la de conseguir que una persona a la que no conoces se interese por sus libros. Al nivel que me muevo yo esto es bastante difícil, y por eso te digo en serio que te agradezco mucho que hayas decidido comprar en la feria mis libros habiendo tantos entre los que elegir. Espero no defraudarte y que me cuentes tus impresiones.
saludos
David