Álvaro Sánchez, comentarista habitual de mi canal de YouTuBe, ha leído mi novela Esto no es Bambi y ha escrito una reseña para su blog Por qué leer. La dejo aquí. Muchas gracias, Alvaro.
«Esto no es Bambi. Ya el título te pone en antecedentes. La cosa va en
serio. Esta novela realista, —cruda si quieres—, te cuenta como es la vida en
William Golding, una de las auditoras que componen el selecto elenco de las Big
Four en las que los jóvenes estudiantes de ciencias económicas, empresariales y
ramo afín sueñan con conseguir un puesto. William Golding (nombre del autor del
señor de las moscas) es un trasunto de Arthur Andersen, empresa en la que el
propio autor estuvo trabajando.
Es una novela de personajes. De situación. Esto, por
prejuicio, nos puede hacer pensar en una lectura hacia ninguna parte, lenta o
falta de ritmo. Podría ser, pero no. Nada más lejos de lo que te encuentras al
leer. ¿Por qué? Bueno, en primer lugar porque Pérez Vega tiene un estilo concreto, directo. Está todo lo
que tiene que estar, pero sin concesión alguna al texto abigarrado.
Yo
creo que la estructura también ayuda. Seis voces narrativas, —tres chicas y
tres chicos—, contando su experiencia en esa macro empresa, consiguen dotar de
gran realismo la novela, a la vez que la hacen muy amena. Lo que más me gusta
es que no es el mismo episodio enfocado desde seis puntos de vista diferentes,
como si filmases una escena con seis cámaras en posiciones diferentes de la
misma sala. No. Aquí cada narrador toma la historia donde la deja el anterior,
y la hace avanzar. Como una carrera de relevos.
¿Hacia
dónde? Hacia la no vida.
El
relato muestra la evolución. Desde los comienzos entusiastas hasta el
desencanto posterior. Ese trabajo con el que sueñas y que luego poco a poco va
enseñando su verdadera identidad: esclavista, absorbente, irrespetuosa con el
individuo —aquí apenas una cifra—, e imposible de conciliar con una vida personal
emocionalmente aseada.
Un
entorno tan propicio al revolcón como contrario al vínculo. Una empresa total.
Totalitaria más bien. Jornadas maratonianas que invaden el reloj de sus
empleados —eufemismo de esclavos— y con ello toda su vida. Consiguen afiliados.
Personas tan orgullosas de alardear de trabajar en esa empresa por fuera, como
amargadas y frustradas en su fuero interno.
Desde
luego, esas empresas se llevan aquí un buen rapapolvo. Se denuncian, unas veces
entre líneas, otras sin tapujos, prácticas poco éticas en muchos ámbitos. El
trato sexista a las chicas, las argucias en la documentación, las alusiones a
la vida personal de sus empleados, la ausencia de diversidad racial en las
filiales de otros países… No se deja nada Pérez Vega en esta crítica. Había
ganas.
«También
critican a Margaret porque no nos ofreció anoche cargar el coste de las pizzas
al job, como es habitual en otros clientes cuando hay que quedarse a cenar.»
Esto no es Bambi. David
Pérez Vega. 2021
Esto
no es Bambi es un título y un mantra. Lo repiten sin cesar los tiburones de la
auditora contable más grande del país. Es una admonición y una amenaza. Esto no
es agradable y feliz —parece decirnos—, aquí venimos a sufrir. La perversión de
valores como el sacrificio, la entrega, el esfuerzo o la tenacidad, juega aquí
en favor de la explotación despótica.
Otro elemento interesante es la ironía.
Es un libro muy ameno, porque transpira una cierta socarronería que hace brotar
alguna risa contenida, no una carcajada atronadora, sino una de esas risitas
que se relamen para sí, tipo «ahí lo
llevas Arthur».
Insisto: es muy irónico. Por ejemplo, los personajes
trabajan como auditores externos para un cliente enorme, una empresa que no
tiene escrúpulos contables a la hora de maquillar sus cifras. A esa empresa la
bautiza el autor como Modélica. Todo un modelo. O la propia Arthur Andersen que
se parodia aquí con el nombre de William Golding, el autor de El señor de las moscas.
Es
una novela escrita en 2021. Está ambientada en el 2000. Me gusta mucho porque
te topas con cosas que casi había enterrado en mi adolescencia: las pesetas, el
Todo a Cien, lo de esperar una fecha para ir a comprar el nuevo disco de moda a
FNAC… Consigue una ambientación muy lograda, la verdad.
No entiendo por qué libros así no son mas populares.
Con los bodrios que algunas veces alcanzan el pináculo de las ventas,
reconozcámoslo. Un libro con una propuesta interesante, trascendente. Con una
arquitectura distinta, original. Tiene una peculiaridad que me gusta mucho.
Como cada uno narra la historia desde donde la dejó el otro, es como si todos
sumaran un total, que es el personaje y narrador único. Entonces, el arco
dramático del personaje, desde la ilusión inicial de trabajar para esa
prestigiosa firma hasta la decepción final, se aprecia en el conjunto de los
seis, y no de uno en uno. Es como una experiencia sumada. Colectiva. Me
encanta. No te encuentras estos recursos tan buenos en muchos libros. Pero este
es un libro para reflexionar sobre el contexto laboral y plutocrático en el que
vivimos, y estos libros no resultan cómodos al establishment.
¿No
nos cansamos de leer siempre lo mismo? Esta novela me parece una excelente
forma de pensar fuera de la caja. Literatura. No todo es ocio, y mira que yo lo
he pasado bien con este libro.
Marta,
la pija —facilona— de Pozuelo. Carmen, la lectora de Allende, católica y
malagueña. Alfonso, sin paladar para el arte conceptual, y con un ojo poco
crítico para darse cuenta del abuso laboral al que lo someten. Un currito con
ínfulas de triunfador: un machaca. Nerea, la empoderada complutense, mujer
hecha a sí misma en la universidad pública, que una vez toca la cima se da
cuenta de que la montaña es de estiércol. Daniel, —dicho así, con acento
inglés—, que busca y no encuentra tiempo para leer y escribir, el que comprende
que un trabajo tan absorbente no merece la pena (el trasunto más claro del
autor). Y por último Javier. El perfecto gilipollas. La consecuencia directa de
una educación elitista y un trabajo para “triunfadores”, es una persona con un
vacío moral y existencial que trata de esconderse detrás del racista, machista
y clasista que afecta ser. Es como una epílogo de todo lo anterior.
«Al
final no vamos a tener que trabajar en fin de semana (…) Salimos a la calle
sobre las nueve y media de la noche. Me encuentro mareado, pero contento.»
Esto no es Bambi. David
Pérez Vega. 2021
¿Hay
una crítica velada al ejecutivo yuppie? Puede. Cada tanto, lees algún
comportamiento inapropiado de algún gilipollas que trata mal a una camarera
filipina, que es brusco al dirigirse al taxista, etc. porque ¿sabes qué?:
trabajo en la auditora contable más grande del país. Soy el último mono y no
tengo vida propia. Trabajo más horas que un reloj y me pagan una mierda, pero
yo lo valgo. Me creo superior porque me han lavado el tarro. Desde luego el
libro vale hasta el último de sus párrafos. Al menos yo lo pienso así.
Yo
nunca he trabajado en un multinacional de estas. Mis conocimientos contables
son menos que escasos. Sin embargo, este libro hace que un mundo que me es tan
ajeno, me resulte cercano. Puedes empatizar con esos jóvenes que vuelcan su
ilusión en ese puesto de trabajo. Puedes entender los excesos contables, los
abusos laborales, la falsedad documental… Se hace accesible lo complejo y
complejo lo que aparentemente es simple. Se nota que el autor es profesor de
bachillerato para abajar estos sofismas y embrollos de la Economía.
Las
grandes siglas de la auditoría contable sangran aquí. Son atizadas desde
dentro, por alguien que las conoció como célula de sus propios cuerpos. Si unas
cifras en unas memorias no cuadraban con los asientos contables declarados,
pues se imprimen unos nuevos que sí cuadren y andando.
Es conocido que se trata de un libro autobiográfico.
El material literario es la propia experiencia del autor. Literatura del yo.
A Pérez Vega se le encuentra escamoteado entre los seis personajes, diría yo,
más que claramente replicado en uno concreto, aunque uno de ellos es Deivid pero
rebautizado como Daniel —dicho así, en inglés—. Todos llevan algo de su
experiencia, tan hábilmente reflejada y a la vez escondida a la vista en esta
novela de formato medio.
«Severo
le contesta que en la oficina de Nueva York, en la que ha estado trabajando, no
es raro quedarse a pasar la noche en el edificio. Los empleados tienen
habilitadas unas salas con colchones. Porque claro, dice, es una tontería tener
que ir hasta tu casa para dormir tres horas y perder una por el camino.»
Esto no es Bambi. David
Pérez Vega. 2021
No
veo este libro como un libelo. No, porque pongo el televisor, veo las noticias,
leo periódicos… Constato que todos los ajustes de que habla Daniel (dicho a la
inglesa) se parecen mucho a lo que cuentan las cabeceras en papel color salmón.
Creo
que hay ciertas partes que son difíciles de leer. No por estar mal escritas,
nada de eso, sino porque es un poco repetitivo leer sobre A3s, A4s ,
subalternos, gerentes, directores y tramas documentales que se listan como en una
relación. Sin embargo, se hace llevadero por la evolución de cada personaje que
va abriendo los ojos —o negándose a hacerlo de forma contumaz— ante la
corrupción y el abuso.
Me
parece una lectura obligada para estudiantes. ADE, empresariales, económicas,
finanzas y contabilidad… Todos deberían leer esta obra antes de obnubilarse con
trajes y corbatas que tantas veces tratan de disfrazar de exitoso a quien no es
más que un esclavo.
Termino
mi lectura. Un libro diferente. Me cuesta muchísimo imaginarme a Pérez Vega
trabajando en un sitio así. Un alma literaria y creativa, un demiurgo,
amordazado en algo tan ordinario y vulgar como ese ambiente. Sin embargo, una
experiencia como aquella no fue en balde. No si ha desembocado en una novela
tan interesante, tan amena y trascendente, porque no nos engañemos, entre los
escarceos de oficina, este libro encierra mucho sobre la sabiduría real, la que
nos enseña a vivir poniendo atención a lo que merece la pena.
El
final no te lo vas a creer. No te asomo ni una pista porque no me gusta hacer
espoiler alguno, pero es de traca. De sacarse el sombrero.
Mi
mejor resumen: compra este libro.»
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