Tres circunvoluciones alrededor de un sol cada vez más negro, de Grégoire Bouillier.
Editorial Hurtado & Ortega. 223 páginas.
Primera edición de 2002, 2004 y 2008; esta de 2017.
Traducción de Ona Rius Piqué y Albert Fuentes
A través del chat de Facebook, me
preguntaron los editores de Hurtado
& Mendoza si me apetecía que me enviaran algún libro de su editorial
para reseñarlo. En un primero momento les contesté que estaba saturado de
libros (lo que siempre es cierto), pero unos meses después, navegando por su
web, pensé que Tres circunvoluciones alrededor de un sol cada vez más negro del francés Grégoire Bouillier (Tizi
Ouzou, Argelia, 1960) tenía muy buena pinta, y se lo solicité para poder leerlo
y reseñarlo. Ellos, muy amablemente, me lo enviaron.
Tres circunvoluciones alrededor de un sol cada vez más negro está formado por las novelas: Informe
sobre mi persona (2002), El
invitado secreto (2004) y Cabo
Cañaveral (2008); o más bien debería hablar de dos novelas cortas (las
dos primeras) y un relato, puesto que Cabo
Cañaveral es un texto de 17 páginas.
Buscando
información sobre Bouillier en internet, me encuentro con una entrevista,
aparecida en El periódico de Aragón. Aquí,
ante una pregunta sobre si lo que escribe es autobiográfico, contesta: «Totalmente.
La idea es estar lo más cerca posible de lo que he vivido. No engañar. A veces
me sorprendía escribiendo palabras tratando de reconstruir algo pasado, pero
veía que no me acordaba de nada. De forma intuitiva ponía palabras en algo que
ignoraba. Era una mentira y, por tanto, las tachaba. Si hubiera puesto esas
palabras hubiera hecho mala literatura. En lo que no sé, hay que poner no sé.
El vacío sólo se puede reflejar con silencio.»
En Informe sobre mi persona el
personaje, que nos habla de su vida en primera persona, se llama exactamente
Grégoire Bouillier; y a tenor de las historias exageradas y terribles (pero
también cómicas) a las que el lector ha de enfrentase, había pensado que el
autor se servía de su vida como punto de partida y que a partir de ahí creaba
ficción. Pero, como vemos gracias a las palabras de la entrevista que muestro,
según Bouillier, él no está haciendo ficción. Como narración autobiográfica, Informe sobre mi persona es un texto
totalmente impúdico, y éste acaba siendo, precisamente, uno de sus mayores
atractivos. La novela empieza con esta frase: «Tuve una infancia feliz», y a
continuación se narra una escena impactante: un intento de suicidio de la madre,
que trata de tirarse desde el balcón de la casa. El tono de este primer libro
ya está marcado desde estas primeras páginas: se narra algo terrible e íntimo
desde una cierta objetividad irónica y mucho sentido del ritmo. Algunas de las
historias contadas son tan estrambóticas (como que cuando el autor nació su
madre no podía darle el pecho y él rechazó la leche de vaca y de burra y
sobrevivió porque acabó tolerando la leche de una cabra) que hacen pensar en el
realismo mágico. Aunque lo que realmente está tratando de hacer Bouillier en
este primer libro es volver a mirar el mundo con ojos de niño, lo que le lleva
a plantear relaciones sorprendentes e inverosímiles entre los sucesos de la
realidad. Así, por ejemplo, nos habla del vuelo de sus padres con él desde
Argelia (donde nace el autor) a Lyon, en el que se desató una peligrosa tormenta,
y con esta idea va hilando otras: «Y más adelante nunca he abandonado un amor
por otro ni cambiado de vida o de situación sin que todo se convirtiera en una
tormenta. La idea que me hago del cambio es indisociable a la sensación de
caos. Tanto es así que a veces el alboroto me ha hecho creer en la necesidad de
cambiar. Me da por pensar que si los cielos hubiesen sido apacibles entre
Argelia y Lyon, habría surcado ciertos acontecimientos y quizás incluso la vida
sin contratiempos.» (pág. 18)
Bouillier
va relatando acontecimientos de su vida y, para centrar el recuerdo, suele
empezar con una anotación sobre su edad. Así, por ejemplo, leemos en la página
62: «Nueve años. Me encuentro en el inmenso recibidor del apartamento de los
Fenwick y Marie-Blanche y yo tenemos que escondernos mientras Fabrice cuenta
hasta cien»: una anécdota, tal vez, sobre el despertar sexual, y de ahí salta
en el tiempo treinta años para hablar de algún recuerdo de sus relaciones
afectivas con mujeres. Después volverá hacia atrás en el tiempo para relatar el
momento en que (recordemos que aquí no hay pudor) su hermano mayor se mete en
su cama para llevar a cabo juegos sexuales con él; un hermano mayor homosexual
que emigrará a Estados Unidos, donde morirá víctima del sida. Rupturas amorosas
en la vida adulta, repetidos intentos de suicidio de la madre en la infancia.
Todo es tremendo, pero Bouillier consigue relatarlo con mucha gracia, con
sentido de la maravilla y, de una forma extraña y talentosa, hace que las
rítmicas escenas de su libro acaben siendo una aparentemente ligera celebración
de la vida. Y así, uno acaba de leer Informe
sobre mi persona con la muy grata sensación de haberse acercado a un nuevo
y atractivo escritor, que publica su primer libro pasados los cuarenta. Informe sobre mi persona fue un libro
que, al parecer (yo me acabo de enterar), sonó en el mundillo literario francés
de 2002 y recibió algún premio.
En la
página 119 llegamos a la segunda novela, El
invitado secreto. Es curioso percatarse de cómo en este libro,
publicado dos años después del anterior, Bouillier juega a ser un escritor
diferente al de su debut. En vez de ir pasando de una pequeña historia a otra,
como hacía en Informe sobre mi persona,
aquí nos va a hablar de una única historia, con una ubicación temporal muy
concreta. Esta segunda novela empieza así: «Fue el día de la muerte de Michel
Leiris. A finales de septiembre de 1990 o nada más empezar octubre.» Ese día le
llama por teléfono una mujer con la que mantuvo una relación durante cuatro años
y que le dejó de repente, sin ninguna explicación. La historia va a bascular
entre dos polos: el narrador tiene la oportunidad de cerrar una herida del
pasado que aún le duele, o por el contrario las heridas se van a reabrir y van
a resultar todavía más dolorosas. La mujer le propone acudir a la fiesta de
cumpleaños de una amiga artista, que cada año, además de invitar al mismo
número de personas que los años que cumple, permite que un invitado traiga a un
desconocido. Su expareja ha pensado que Bouillier puede hacer un buen papel
como ese «invitado secreto» que propone el título. Bouillier empezará entonces
a pensar que su ex ha querido transmitirle con esta propuesta un mensaje
secreto y se debatirá entre acudir a la fiesta (que siente como una humillación)
o no hacerlo.
El estilo
literario de esta segunda novela ha cambiado respecto a la primera. Si en Informe sobre mi persona primaba la
frase corta, el salto de una escena a otra y la asociación de ideas
chispeantes, en El invitado secreto
nos encontramos con frases mucho más largas, envolventes y reflexivas. Además
de esto, hay otro detalle que me ha hecho pensar en el escritor austriaco Thomas
Bernhard: Bouillier introduce expresiones hechas en su discurso (algo que
ya hacía en Informe sobre mi persona),
y las remata con expresiones del estilo «como suele decirse.» De hecho, había
apuntado en mis notas sobre el libro que el estilo me recordaba a Bernhard, y
unas páginas después ha aparecido su nombre en el texto (en la página 139,
concretamente). Además, ahora el tono es más sobrio que el del libro anterior.
Si bien el
estilo literario cambia de un libro a otro, el narrador sigue siendo el mismo.
Aunque no haya referencias directas entre un texto y otro, en Informe sobre mi persona Bouillier le
cuenta al lector que su escritor favorito es Homero, y en El invitado secreto hay continuas referencias a sus libros. Además,
esto lo relaciona con el viaje de la sonda Ulises por el sistema solar, que da
título al conjunto de los tres libros.
La clave
para entender el conflicto entre el narrador y su expareja será literaria; y
arte y vida quedarán perfectamente imbricados en el tramo final de la historia,
con la gracia de un enredo francés al estilo de las películas de Éric Rohmer.
Bouillier
añade al texto distintas fotos y documentos para mostrar que lo que cuenta es
real y que está hablando de la fiesta de una artista real. Y esto da a la
novela también un aire de obra de arte conceptual.
La
narración Cavo Cañaveral sirve
de coda a este volumen. El estilo es más parecido al de El invitado secreto que al de Informe
sobre mi persona, pero con una curiosa diferencia: si bien las ideas se
expresan con frases largas como en la segunda novela, en el texto aparecen
cortadas de forma abrupta por puntos que no parecen corresponderse con el ritmo
del párrafo y que crean una buscada sensación de discurso entrecortado. Aquí
Bouillier ya es un autor relativamente conocido y nos narrará una aventura
sexual que tiene lugar en provincias cuando ha salido de París para participar en
una mesa redonda de escritores. El personaje femenino conoce la obra del autor
y sabe que ella misma puede convertirse en material narrativo para él, lo que la
llevará a alterar su conducta al relacionarse con el escritor. Así, el libro
acaba con una interesante reflexión sobre la narrativa autobiográfica.
Tres circunvoluciones alrededor de un sol cada vez más negro me ha parecido un libro potente y me ha llamado la atención que haya
sonado menos en el panorama literario español de lo que debería haberlo hecho.
Ya sabemos que la gran literatura ha dejado de habitar de forma exclusiva en
las grandes editoriales, pero no deja de ser una pena que a las pequeñas
editoriales les cueste tanto acercarse al público, cuando –en realidad– están
haciendo, en muchos casos, apuestas muy fuertes por la calidad literaria.
Veo en internet que
Grégoire Bouillier, además de estos libros que comento aquí, ha publicado en
Francia uno nuevo, titulado Le Dossier
M, que salió en dos volúmenes (en 2017 y 2018) de 800 páginas cada uno.
Espero que Hurtado & Mendoza, u otra editorial, se anime a publicarlo aquí,
porque Grégoire Bouillier me ha parecido un escritor francés muy a tener en
cuenta.
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