jueves, 3 de diciembre de 2015

Reseña de "Los insignes" en la revista digital "La caja negra"

El poeta Eugenio Navarro ha escrito una reseña de mi novela Los insignes para la revista digital La caja negra.



La dejo aquí:

«David Pérez Vega acierta a abrir los “Los insignes” con una cita de Saul Bellow en la que entre otras cosas el escritor canadiense dice que a los poetas se les ama porque sencillamente no pueden salir adelante. ¿Y qué es esta novela si no un homenaje a los poetas como el Quijote lo era a los libros de caballería? Por supuesto para decir esto hay que entender de antemano que el autor ha escrito el libro en coordenadas de sátira y queriendo censurar y/o ridiculizar la escena poética nacional, la misma en la que Pérez Vega está (aunque solo sea por el mero hecho de publicar) inmerso de alguna manera y por tanto también se está riendo –qué sano es siempre- de él mismo. Uno de los errores en los que se suele caer al hacer sátira suele ser el de abandonar momentáneamente el tono mordaz del relato para incurrir en la impostura de la trascendencia, tentación a la que en ningún caso, el autor se ha dejado vencer, y para bien. Así la novela transcurre flotando sobre el monólogo de Ernesto Sánchez (el protagonista), poeta, bloguero y funcionario del estado español en este orden, que entabla una relación de amistad cibernética con la poesía como telón de fondo con el líder norcoreano y también poeta Kim Jong-un. Esta relación le sirve como excusa a Ernesto para enlazar un discurso sobre los poetas, su mundillo circundante y su intríngulis, que a ratos llega a convertirse en perorata y a ratos en diatriba. Ernesto haciendo uso de una verbosidad excesiva (Kim Jong-un asiste como un alumno aplicado hasta casi el final) desgrana sus experiencias frustrantes de letraherido con editores, autores, lectores, premios, politiqueos y jurados, moviéndose siempre entre una ternura y un patetismo que a los que en algún momento nos hemos visto envueltos en algún affaire parecido, nos hace reír y sonrojar a partes iguales. El libro avanza hacia la entrega por parte de Kim Jong-un a Ernesto de un poemario que ha escrito sobre la muerte de su padre, con la intención de que el protagonista le dé su opinión como crítico de poesía. Ernesto dudará -igual que dudaba entre hacerse un hueco entre los poetas burgueses o acomodarse entre los poetas aguerridos y sociales- entre por un lado ser fiel a sus principios y a su rigor crítico y probablemente estropear su amistad con Kim Jon-un, y por otro mentir, ser como ellos (los insignes), acceder a ser un actor más en el teatro, y conservar su relación. Creo que estamos ante un libro, me atrevo a decir, que generacional, al que todo poeta que se precie (y todos creo que lo hacemos) debería acudir a descargarse no sólo de egos sino también de gravedad, abrirse la bragueta y soltar como ha hecho David Pérez Vega, “una larga y reconfortante meada”.»

Dejo AQUÍ EL ENLACE a la publicación original.

Muchas gracias, Eugenio.

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