Editorial Mondadori. 140 páginas.
1ª edición de 2013.
Fue hace ya tres años cuando leí El
mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan, el anterior libro de
relatos de Patricio Pron (Rosario,
Argentina, 1975) y mostré en el blog mi entusiasmo por él (ver AQUÍ). Después apareció su novela El espíritu de mis padres sigue
subiendo en la lluvia, y pensé en leerlo, pero por una cosa o por otra,
por los avatares propios de un lector que quiere abarcar demasiado, la dejé
pasar. Y quizás, me percato ahora, creo que he identificado a Pron, de una
forma infundada, más como un escritor de relatos que como un novelista.
Cuando vi en el facebook de Ernesto Calabuig -escritor y crítico de
El Cultural, que había reseñado muy
positivamente el libro unas semanas antes– que iba a presentar La vida interior y entrevistar a Pron en
la librería Rafael Alberti de
Moncloa, me apeteció ir. En la siguiente foto, correspondiente al día de la
presentación, se me puede ver en el margen inferior izquierdo, de perfil, con
barba y la mano en el mentón:
De entrada he de señalar que La vida interior de las plantas de interior
es un libro más corto que El mundo sin
las personas que lo afean y lo arruinan: trece cuentos frente a dieciocho.
De las reseñas que han ido
saliendo de este nuevo conjunto de cuentos (aunque deberían empezar por la
faja: “Patricio Pron es un audaz escritor cuya voz es única”, dice Daniel Alarcón), me llama la atención
que muchas insisten en esa idea de la voz
única, como el mismo Calabuig en El Cultural: “Patricio Pron narra con la autenticidad de quien apela y sacude al lector
desde una voz absolutamente propia”, cuando en muchos momentos es evidente la
filiación de estos relatos con los de Roberto Bolaño.
La obsesión de Bolaño por el escritor como protagonista de sus historias
está presente en las narraciones de Pron, así como la asunción romántica de la
derrota de todo arte: “Los tres te miran con desconfianza. ‘Se asoma al abismo’,
dices, casi sin aliento. ‘Se asoma a las fauces del puto abismo de la
literatura’, murmuras para ti temblando”, escribe Pron en la página 28, en una
escena donde se está describiendo la deliberación de un jurado de un premio de cuentos
de provincias. La referencia al abismo es puramente bolañesca, pero no en menor
medida que la imagen del protagonista temblando al defender una postura
literaria (los personajes de Bolaño se asoman constantemente al abismo y tiemblan; tras catorce años acabo de releer Los detectives salvajes hace apenas unos días). La composición
de algunas frases en Pron, por ejemplo al presentar alternativas para describir
a los personajes (donde una de ellas suele ser la de un asesino), y después apuntar que el personaje puede contener
todas las imágenes propuestas, se parece a lo que hacía Bolaño:
“Siempre pensaron que Marechal
era un poco raro, como si en Bélgica se pudiese ser sólo ‘un poco’ raro y no un
santo o un asesino de cuidado, sin términos medios”, escribe Pron en la página
95 de este libro.
“Las fotos enseñan a un joven alto, rubio, con el cuerpo de un atleta y
la mirada de un asesino o un soñador o ambas cosas a la vez”, escribe Bolaño en
La literatura nazi en América.
El recurso que emplea Bolaño en los cuentos de Llamadas telefónicas al llamar a los personajes por una única
letra mayúscula (A le dice a B…), lo
emplea también Pron en este libro.
También usa Pron otro recurso de Bolaño: el de describir sueños o
películas, que acaban funcionando como microrrelatos dentro del cuento.
Me hizo gracia también que en la charla en el Alberti entre Calabuig y
Pron, el primero le preguntara al segundo por un detalle que parece conectar algunos
de sus cuentos de La vida interior:
hay dos mujeres en cuentos diferentes que comen puré de patatas deshidratado.
Reflejo aquí una de esas referencias en uno de los cuentos de Pron: “Un día
ella compró veinte kilos de puré de patata deshidratado; esa noche le dijo que
era más fácil de cocinar, que así ahorraba tiempo” (pág. 55).
En el cuento Compañeros de celda,
Bolaño escribe: “Comía muy poco, se alimentaba únicamente de puré. Una vez
entré en la cocina y vi un saco de plástico junto a refrigerador. Eran veinte
kilos de puré en polvo. ¿No comes nada más?, le pregunté. Ella se sonrió y dijo
que sí, que a veces comía otras cosas, pero casi siempre en la calle, en bares
o restaurantes. En casa resulta más práctico un saco de puré, dijo”, págs.
137-138 de Llamadas telefónicas.
En realidad, no me parece mal ni inapropiado que Pron tenga a Bolaño como
maestro; en realidad creo que ha elegido a un gran maestro, y seguramente la
mayoría de los cuentos de Pron me gusten tanto porque los dos compartimos la
admiración por Bolaño, pero me apetecía hablar de ese concepto tan complicado
de adquirir que es la voz única.
Voy a empezar por los cuentos que menos me han gustado de La vida interior: hay dos narraciones, El cerco y Como una cabeza enloquecida vaciada de su contenido que pese a
su corta extensión son corales. En ellos, el narrador posa su mirada sobre
personas encadenadas por el azar de su vida, el primero, o por una prenda de
ropa, el segundo, que me han parecido demasiado formales, propios de un taller
de literatura.
La explicación, un
cuento sobre un accidente de tráfico y los personajes involucrados, sobre el
antes y el después del accidente, también me ha parecido demasiado mecánico,
otro ejercicio de taller de literatura.
Cincuenta y cuatro veces,
en el que el narrador es el perro de Pablo Picasso, tampoco me ha gustado
demasiado. Me ha parecido que su contenido moría en su propia esencia de
ocurrencia chistosa.
Y quedan nueve cuentos que sí me han gustado mucho. Nueve cuentos que
justifican la inversión que hice en el libro y que me confirman algo que ya
pensé al leer El mundo sin las personas…:
que Pron es un escritor de talento muy dotado para el cuento.
Dentro de estos nueve cuentos podría hablar de dos bloques: los que
hablan de escritores, que podrían ser casi autobiográficos, y los que hablan de
personas solas (siendo en todo caso la soledad en la ciudad moderna el tema
principal de todo el libro).
En el bloque de los cuentos sobre escritores se encuentran: Un jodido día perfecto sobre la Tierra,
con un trasunto del propio Pron ejerciendo de jurado de un premio literario; Diez mil hombres, donde el juego autobiográfico
apenas se oculta: “Algunos años atrás publiqué una novela llamada El comienzo de la primavera que ganó un
premio” (pág. 59); Trofeos de amantes
que han partido, sobre dos aspirantes a escritores y el mundo de los
blogs literarios, que me ha hecho reír bastante; y Algunas palabras sobre el ciclo vital de las ranas, acerca de
un aspirante a escritor que casualmente pasa a vivir en el piso de abajo del
escritor que admira, que posiblemente sea el que más me ha gustado de estos que
enumero.
En el bloque de los cuentos sobre la soledad encontramos: En tránsito, sobre una pareja que
vive su amor en la distancia, un cuento elegante y triste; El nuevo orden de la última lluvia,
sobre una actriz porno en Europa (una idea muy bolañesca de nuevo); Algo de nosotros quiere ser salvado,
que es un cuento muy a lo Julio Cortázar y que acaba siendo una variante
de un cuento de O’Henry, muy triste y bien trazado; Rododendro, Tradescantia, Tillandsia,
Bromelia, acerca de la soledad de una vendedora de plantas, el paso del
tiempo y los sueños rotos; y La
cosecha, sobre un actor porno al que detectan sida y que se escapa a
Brasil, con un interesante final abierto.
Así que, de trece cuentos, me han parecido bastante logrados nueve de
ellos, lo que sin duda constituye un ratio más que notable para un conjunto de
relatos; y aunque El mundo sin las
personas que lo afean y lo arruinan tuvo más capacidad para sorprenderme, La vida interior de las plantas de interior
me resulta, en gran medida, una constatación del gran talento de Pron.
Hola, David. Ahora que lo dices concuerdo en esos tres puntos que antes has mencionado sobre la literatura de Bolaño: el abismo, el misterio que no existe y ese concepto suyo de "la larga marcha de mi generación". Los tres apuntan hacia algo oscuro, el germen de toda su narrativa. No he leído a Pron, he escuchado algunos de sus cuentos en un programa argentino y parte de su crítica. Pero intuyo, al igual que tú, que tiene más madera de cuentista que de novelista.
ResponderEliminar¿Será el primer escritor plenamente inspirado por Bolaño?
Un abrazo,
Sergio.
Hola Sergio:
EliminarImagino que si te gustan los cuentos de Bolaño, como el de Sesini, como he visto en tu blog, los cuentos de Pron te van a gustar.
En realidad yo creo que ya hay una generación de escritores hispanos de entre 20-40 años inspirados por Bolaño. Aunque también parece que hay una contrarreacción a Bolaño de escritores que dicen ya estar hartos de él.
La semana que viene hablo de Los detectives salvajes.
un abrazo
Lo tengo en mi estante de "inleídos", tomando esa expresión tuya que tanto me guata. Te recomendaría también El comienzo de la primavera, el libro que me enseñó quien era Pron como escritor. En estos primeros meses del año conseguí Una puta mierda, un libro suyo solamente publicado en Argentina y que me fascinó. Pron es uno de los escritores actuales que más me interesan, no solo como tal sino también como crítico en los suplementos literarios. A propósito, se parece peligrosamente al ínclito Berto Romero...
ResponderEliminarHola Detective:
EliminarEl comienzo de la primavera lo he pensado leer alguna vez, quizás lo haga. Me han dicho que Una puta mierda está muy bien, y he oído decir, incluso, que es la mejor novela de Pron.
Me dejas desconcertado con lo de Berto Romero... ¿?
un abrazo
Es que la sombra de Bolaño es muy alargada pero es preferible tener un maestro demasiado bueno que uno apenas bueno.
ResponderEliminarHola Sonia:
EliminarA mí Bolaño me parece un maestro en toda regla; yo también escribo bajo con su influjo, pero no tan bien como Pron.
saludos
Mírate una foto de Berto Romero y pilla otra de Pron, lo entenderás facilmente. Es como este verano, cuando hablando contigo en el mexicano me di cuenta de que Belen Gopegui se parece mucho a Jacobo Siruela. O Vila-Matas, que es un calco de Esteban González Pons...
ResponderEliminarUn puta mierda es un gran libro. Se lee casi de un tirón. Muy recomendable, si
Hola, vale; lo he mirado y ya caigo en quién es Berto Romero, salía en el programa de Buenafuente... yo pensaba que hablabas de un escritor, y me parecía raro que no me sonase nada... pero veo que estábamos en el apartado de parecidos razonables...
Eliminarun abrazo
¡Hola, David!
ResponderEliminarYo también lo leí, a ver si le hago algún día una reseña porque me gustó mucho, sobre todo los cuentos sobre escritores que mencionas.
No he leído más de Pron, pero en este libro descubrí a un escritor muy, muy capaz.
Un abrazo
Hola Mike:
EliminarPara mí el otro libro de cuentos de Pron, El mundo sin las personas..., está muy bien también, para mí mejor que este.
Un abrazo
David
Hola, David. Mis preferidos de Bolaño siguen siendo Jim, El último viaje de Álvaro Rosselot. Cuentos de escritores marginales, pero más desarrollados. No me gustan esos cuentos de A y B contra X, me parecía que los trabajaba con plantilla y se quedaban en nada, casi unas aproximaciones. Ya he leído dos veces Los detectives...y ese primer capítulo, el diario de Madero me funciona tanto como una novela aparte, así como el de la salida de Quim del manicomio. Este año me toca leer 2666 y te comento. Siento que mi juicio sobre Bolaño sigue siendo parcial, no me gusta todo, pero tiene ciertas cosas que hacen un click tan perfecto, tan bien dominadas por él que uno lo sigue buscando. Un abrazo, Sergio
ResponderEliminarHola Sergio:
EliminarA mí los cuentos de Bolaño me gustan mucho en general. Recuerdo que me gustó menos alguno de Putas asesinas, uno de un asesino que temblaba... pero en general me gustan mucho. A mí muchos de esos cuentos que citas, de A conoce a B me parecen muy buenos. Si cambias A por Alicia y B por Benito son cuentos perfectamente normales.
A mí me encantó releer el diario de García Madero. 2666 me gustó mucho también, pero la primera parte de ese libro me parece menos logrado que otras de las grandes páginas de B.
El domingo que viene ya cuelgo lo de Bolaño.
un abrazo
David
Hola.
ResponderEliminarPutas fue el primero que leí de Bolaño, por ahí le doy un repaso, ya que recuerdo con agrado La prefiguración de Lalo Cura, Buba y El ojo silva. Tendré que leerlos todos de nuevo, ahora un poco mayor, para ver como me va.
Un abrazo, Sergio.
A mí los 5 primeros cuentos de Putas asesinas me parecieron estupendos, de lo mejor que he leído. Luego hay alguno que baja el nivel...
ResponderEliminarDe Llamadas telefónicas me gustaban muco casi todos.
Yo también tengo que releer los cuentos de B.
un abrazo