domingo, 21 de marzo de 2021

Reseña de mi novela Caminaré entre las ratas en La república cultural

 Ernesto Castro leyó mi novela Caminaré entre las ratas y la comentó en la revista La república cultural. Dejo aquí su reseña.

Muchas gracias, Ernesto.




 

«Enfrento la novela que ha publicado hace unos meses David Pérez Vega con la idea preconcebida de la distopía que puede sugerir su título (seguramente, a cada cual un mundo muy diferente), para adentrarme en el mundo de un trabajador local, con ubicación determinada, urbanita, con un lugar preconstruido y precocinado por su entorno, frente al que se rebela o, al menos, lo pretende.

Por diversos motivos me retrotrae Caminaré entre las ratas a otra novela de 1956, Tots som iguals, de Josep Maria Espinàs, y que debí de leer en catalán allá por el año 1986. El contraste de dos mundos que parecen hacerse permeables en un momento dado para protagonistas de dos estratos diferentes, que involucran a su forma de desear la vida, acaba retornando a una realidad en la que ya nunca se podrá ser lo mismo. En el caso de la novela de Pérez Vega todo se resume en Domingo, su protagonista, que vive revisando continuamente una trayectoria que lo sitúa en el filo de una cordillera con sendos precipicios. Un ser criado en el municipio periférico de Móstoles, ciudad dormitorio de Madrid, pero también entorno de población urbana, desde donde le marcará una tradición histórica como la guerra de independencia, que recorre desde su propio punto de vista.

El protagonista es escritor, pero también economista y teleoperador. El realismo de la narrativa coloca subrepticiamente el punto de mira en una generación específica, resultado de la errónea transición española, donde muchos adultos quieren posicionarse a través de la proyección de aquello que serán los hijos, o bien, los propios hijos anhelan ubicarse en ese lugar de orgullo paternal en el que rara vez estarán, porque siempre hay otros que cumplen los deseos.

La narración nos envuelve en una confrontación de tópicos actuales (entorno a los años 2013-14) con el mundo deseado por Domingo, que siente que ha llegado con retraso a todo: a los estudios, al éxito laboral, a ser escritor, al amor, en definitiva, a cuadrar en la sociedad establecida por sus mayores y por aquellos que les hacen de altavoz, y que destruyen la creatividad de quienes desean salirse de ese cercado. Habla la novela de clases sociales asumidas, de desfase entre las relaciones y la posición económica, de entornos anclados más de medio siglo atrás, del sexo como herramienta o como carencia, pero también del sexo como fracaso cuando no existe o no funciona. Pero quiere hablar mucho de literatura, así que, aprovecha el escritor para embebernos en innumerables títulos y autores, sobre todo aquellos latinoamericanos (que son preferencia del autor), y de otros vinculados a la economía (lugar común también entre autor y protagonista). Y es a través de éstos como aproxima al lector a la crítica de los modelos políticos, del capitalismo. Y también denuncia la ignorancia generalizada cuando se habla tan alegremente de los modelos económicos de diversos autores, sin saber contextualizar a quienes los desarrollaron, o sin siquiera tener referencias.

Bajo esta novela, el autor señala a una sociedad fragmentada entre los superfluo y la satisfacción de lo inmediato, el hedonismo y la ausencia de empatía real, los falsos valores de lazos familiares y el rechazo oculto, la necedad de mostrarse intelectual y un profundo abismo hasta el conocimiento, el afecto y la trampa. Habla de sentirnos iguales que jóvenes jugando al baloncesto en un suburbio marginal neoyorkino, para acabar siendo los payos de pueblo que miran a los gitanos con superioridad. Una sociedad en la que las ratas son cada vez de mayor tamaño, crecen a nuestro alrededor y, lejos de saber ubicar el problema, las adoptamos y domesticamos.

Se trata la política más desde la realidad que desde un ideario, confronta el hecho de haber nacido y estudiado en Móstoles en una determinada época y evoca los contrastes de una infancia y una juventud allí, con la existencia de prestado en el madrileño barrio de Salamanca, pero no cae en los tópicos, sino en lo cotidiano, como se traslada también a la comparación entre dos municipios tan contrarios como próximos en diferentes aspectos, que son su localidad natal y Villaviciosa de Odón.

Se tocan muy diversos temas, algunos se agotan en el desarrollo, otros quedan enunciados o se abordan desde diversos puntos de vista y, en el camino, David Pérez Vega siente la satisfacción de llevarnos hacia la literatura que quiere recomendar.»

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