domingo, 7 de julio de 2019

Cuentos completos, por Edgar Allan Poe


Cuentos completos, de Edgar Allan Poe

Editorial Páginas de Espuma. 960 páginas. Primera edición de los cuentos: primera mitad del siglo XIX; esta edición de 2018.
Traducción de Julio Cortázar; prólogos de Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa; edición de Fernando Iwasaki y Jorge Volpi.

Una de las grandes lagunas literarias que llevaba arrastrando, hasta finales de 2018, era no haber leído nunca los Cuentos completos de Edgar Allan Poe (Boston, 1809 -Baltimore, 1849). Eso no quiere decir que no conociera la obra de Poe, porque de adolescente, con dieciséis o diecisiete años, leí su novela La narración de Arthur Gordon Pym, de la que guardo un gran recuerdo (seguramente debería volver a leerla). Y también había leído, en distintos momentos del pasado, gracias a antologías, y a lecturas sueltas, a unos cuatro o cinco de sus cuentos. Recuerdo, por ejemplo, haber leído El gato negro, El pozo y el péndulo, La verdad sobre el caso del señor Valdemar, El hombre de la multitud y añadiría –aunque no estoy del todo seguro– que también había leído La carta robada.

Durante mi juventud de lector de terror y ciencia-ficción tuve más de una vez en mis manos los dos volúmenes de los Cuentos completos de Poe, editados por Alianza, con la canónica traducción de Julio Cortázar, pero nunca no me decidí a comprarlos o sacarlos de la biblioteca. No estoy seguro, pero tal vez me disuadió el texto de la solapa del segundo volumen, donde se hablaba, si no recuerdo mal, de «relatos paisajísticos». Tras mi lectura adulta de estos Cuentos completos intuyo que los habría disfrutado más de adolescente que ahora, cuando era un gran lector de H. P. Lovecraft en las ediciones de Alianza. Me habría gustado crecer con el recuerdo de los mejores cuentos de Poe en mi bagaje de lector.

En diciembre de 2018 decidí dedicar mis vacaciones de Navidad a estos Cuentos completos tantas veces postergados. Decidí que la edición de Páginas de Espuma, en la que cada cuento era comentado por un escritor nacido a partir de 1960, podía ser una buena idea. Este libro lo tenía localizado en la biblioteca de Móstoles y de ahí lo tomé en préstamo un sábado de diciembre. En enero tuve que prologar el préstamo de un mes, porque había decidido intercalar algún otro libro en la lectura de los cuentos (al final fueron tres los libros intercalados) y no podía cumplir con el plazo de treinta días.

La edición de Páginas de Espuma utiliza la famosa traducción que Julio Cortázar realizó de la obra de Poe, encargada por la universidad de Río Piedras en Puerto Rico. Parece difícil que alguien se aventure a realizar una nueva traducción de estos textos. La versión de Cortázar, además de no tener ninguna errata, no suena ni tan siquiera a traducción; es como si Cortázar hubiera conseguido escribir una nueva versión en español del autor de Boston.

Los Cuentos completos son sesenta y nueve, y casi siempre se suelen publicar con una semblanza biográfica escrita por Cortázar, que se titula Vida de Edgar Allan Poe; un estupendo texto de 30 páginas, en esta edición de Páginas de Espuma de amplia caja. Estoy seguro de que este texto sobre la vida exagerada de Poe lo leyó Roberto Bolaño e influyó en sus relatos sobre escritores descalabrados.

Creo que habría preferido leer los cuentos ordenados de forma cronológica, como cuando leí los Cuentos completos de H. P. Lovecraft en los dos volúmenes que publicó la editorial Valdemar. Me habría gustado saber la fecha y el lugar de publicación de cada uno de los cuentos de Poe, y haber podido observar cómo fue la evolución de su estilo y de sus intereses y obsesiones. La edición de Páginas de Espuma sigue el mismo orden que propuso Julio Cortázar en su momento. En los dos volúmenes de Alianza, en el primero se podían leer los cuentos más famosos de Poe, por los que el autor fue más conocido y trascendente, y en el segundo los cuentos de ciencia-ficción, paisajísticos y satíricos, que diría que menos gente ha leído o apreciado. En la edición de Páginas de Espuma, la primera mitad de libro se correspondería con esos cuentos del primer volumen de Alianza.

El primer cuento que Julio Cortázar colocó en su edición (y por tanto el primer cuento de este libro) es William Wilson. Un gran relato sobre la figura del doble, la locura y la depravación. Quizás, como ha señalado en alguna ocasión Jorge Luis Borges, para quien la obra de Poe ha sido una gran influencia, el final tal contundente reste, paradójicamente, fuerza, por lo excesivo, al cuento, que, en cualquier caso, no deja de ser un gran cuento.

Como ya he comentado, El pozo y el péndulo ya lo había leído y, como la primera vez, me ha parecido un relato angustioso y contundente.

Me sonaba que Manuscrito hallado en una botella era uno de los cuentos más famosos de Poe, pero al leerlo no lo disfruto tanto como los dos anteriores, aunque me sigue pareciendo un buen cuento.

El gato negro me parece un cuento muy moderno, muy conseguido. Por algo es uno de los textos más famosos. La perversión y la locura de su voz narrativa han influido en muchos autores posteriores.

Casi todos los cuentos de Poe están escritos en primera persona, presentando a una voz narrativa siempre masculina, y en más de uno el narrador habla de otra persona, convirtiéndose así en un narrador testigo.

La verdad sobre el caso del señor Valdemar es otro de los grandes hitos de este libro. Me encanta cuando, en la presentación de Juan Gabriel Vásquez, se apunta que el señor Valdemar, «que vivió siete meses más de lo que debía», pudiera ser el primer zombi de la historia.

He leído los prólogos de todos los cuentos al final. Y así lo recomiendo, porque a menudo cuentan con que el lector ya ha leído el relato y desvelan el final o la mayoría de sus elementos compositivos. Quizás habría sido mejor situar estos comentarios después del cuento y no antes.

Poe sitúa los escenarios de muchos de sus cuentos en la vieja Europa, en castillos de épocas remotas, y en este detalle se percibe aún la influencia de la narrativa gótica, que acabará superando.
El retrato oval, sobre un pintor que quiere retratar a su mujer mientras ésta agoniza, posiblemente influyó en escritores como Oscar Wilde o M. R. James.

No conocía El corazón delator y se ha convertido en uno de mis cuentos favoritos de Poe. Es un cuento que retrata muy bien el frenesí homicida de una mente perturbada. De nuevo tenemos aquí una narración muy moderna.

Un descenso al Maeström me decepciona. Me parece que Poe apuesta demasiado por la supuesta fuerza de que lo que narra y no crea aquí caracteres humanos demasiado interesantes.

El tonel de amontillado nos traslada a la Italia clásica y Poe crea aquí un gran relato sobre la venganza y la crueldad.

La máscara de la muerte roja es diferente a los cuentos anteriores, con una corte encerrada en un castillo, y fuera de sus muros acecha la muerte. Conseguido.

En algunos cuentos, como en El demonio de la perversidad, Poe empieza su narración de una forma teórica o academicista, hablando sobre la Cábala, el mesmerismo o alguna otra ciencia oculta. Diría que este recurso no ha envejecido demasiado bien.

El entierro prematuro es otro de los grandes cuentos de Poe. Y esta idea, la del vivo que es enterrado por error, aparecerá en más de una de sus narraciones como tema obsesivo y recurrente. El cuento también comienza de un modo ensayístico, pero en este caso el resultado es positivo.

Un cuento como Hop-Frog, sobre un bufón del que se burla su rey, es eficiente, pero posee un nivel inferior al de los cuentos más famosos de Poe.

Metzengerstein es uno de los primeros cuentos que publicó, y sus influencias góticas resultan excesivas.

Me gusta mucho La caja oblonga, porque me parece uno de los cuentos más modernos de Poe; abandona sus escenarios europeos y góticos y lo sitúa en un barco que navega por la costa de Estados Unidos.

El hombre de la multitud lo había leído en una antología de Valdemar y es un texto potente.

Hay cuentos como La cita, ambientado en Venecia, que no me han gustado, pues me resultan ajenos a mis intereses. Diría que La cita se ha quedado anticuado para el gusto actual. Con Sombra y Eleonora me ocurre lo mismo.

Sí me han gustado mucho Berenice, Ligeia y La caída de la casa Usher, algunos de los cuentos más famosos de Poe. Morella me parece inferior.

Después hay una serie de cuentos en los que hablan dos espíritus o entes del espacio que no me gustan: Revelación mesmérica, El poder de las palabras, La conversación de Eiros y Charmion y El coloquio de Monos y Una. Tampoco me gusta Silencio. Son cuentos extraños, sin referentes del mundo real a los que asirse; los he leído con bastante desapego.

Después del bache anterior el libro remonta con El escarabajo de oro, una pieza magistral sobre la búsqueda de tesoros de piratas. Sin dejar de lado algunos elementos macabros, aquí Poe escribe un cuento cartesiano, sometido a la lógica y a la razón. Como pasa con los cuentos de su detective Dupin, Poe contesta con estos cuentos a los que le acusaban de ser excesivamente macabro.

Uno de los grandes momentos de estos Cuentos completos es encontrar seguidos Los crímenes de la calle Morgue, El misterio de Marie Rogêt y La carta robada. Estos tres cuentos están protagonizados por Dupin. El lector conocerá sus andanzas y averiguaciones sobre crímenes gracias a la narración de un amigo del detective. Por supuesto, estos cuentos influyeron clarísimamente en Arthur Conan Doyle y en la creación de los personajes de Holmes y Watson. Con ellos, Poe creó la narración moderna de detectives y son relatos realmente entretenidos y valiosos.

Con La carta robada se acabaría el primer volumen de la división de Cortázar. Hasta aquí hemos podido leer los cuentos más famosos de Poe y los más recordados.
Aunque en este volumen de Cuentos completos no hay división entre un primer volumen y el segundo. Me gusta crear esa distinción. La segunda parte del libro comienza con La incomparable aventura de un tal Hans Pfaall, donde se narra un improbable viaje en globo a la Luna. Es cierto que este cuento abre también nuevos caminos para la ciencia-ficción, igual que los anteriores creaban la novela de detectives, y que, por tanto, el valor de la obra de Poe es enorme, pero lo cierto es que las explicaciones científicas que nos encontramos en La incomparable aventura de un tal Hans Pfaall lastran el poder de la narración.

No me gusta mucho Von Kempelen y su descubrimiento, un texto irónico sobre la fiebre del oro.

De El cuento mil y dos de Scheherzade me gusta su aire borgiano, un estilo de narración interpuesta, a través de varios textos, que influyó en la creación de cuentos de Borges.

El camelo del globo y Mellonta tauta, dos cuentos sobre globos, una vez leído La incomparable aventura de un tal Hans Pfaall, me parecen innecesarios e irrelevantes.

Conversación con una momia es un cuento curioso, puesto que unos científicos consiguen hacer resucitar a una momia egipcia y hablar con ella, pero más que terrorífico es un cuento cómico.

Los cuentos paisajísticos de Poe no me gustan nada, ni siquiera esas descripciones de la campiña me parecen cuentos. Hablo de El dominio de Arnheim o El jardín-paisaje, El cottage de Landon, La isla del Hada o El alce.

Con La esfinge el libro vuelve a remontar: una narración sobre la muerte y la sugestión ante los posibles monstruos.

El ángel de lo singular, sobre alguien que no cree en el azar, es un texto divertido, quizás algo anticuado, pero divertido.

El rey Peste, siendo inferior a los mejores textos de Poe, también se deja leer.

Cuento de Jerusalén es perfectamente olvidable.

La ironía de El hombre que se gastó no deja de ser simpática. Algo parecido ocurre con Tres domingos por semana, un cuento que, como otros de este libro, influyó en Jules Verne.

«Tú eres el hombre», sobre un asesinato y su resolución, sí me parece un buen cuento.

Bon-Bon, sobre la aparición del demonio, creo que no ha pasado bien la prueba del tiempo.

Los anteojos, sobre un joven que no usa gafas porque no quiere que le afeen, me parece divertido, aunque de un modo inocente. Su humor funciona mejor que el de Por qué el pequeño francés lleva la mano en cabestrillo.

La sátira contenida en El diablo en el campanario y Nunca apuestes tu cabeza al diablo me parece que ya se ha quedado anticuada.

El sistema del doctor Tarr y del profesor Fether, sobre el significado de la locura y la cordura, sí resulta un buen cuento.

El aliento perdido parece una versión más leve y humorística de El entierro prematuro.

Poe también escribió unos cuantos relatos irónicos sobre el propio mundo de la literatura, sus advenedizos y sus dificultades, que resultan bastante modernos, como Autobiografía literaria de Thingum Bob, Esq., Cómo escribir un artículo a la manera del Blackwood, Una malaventura, Los leones o X en un suelto.

Más que un cuento, El timo es un compendio de diversos timos, un texto que resulta bastante interesante.

Me gusta el texto final de Fernando Iwasaki, titulado Noche de brujas en Baltimore, donde se narra un viaje a la ciudad de Baltimore, en la que Poe vivió y murió.

Así que después de tanto tiempo pensando que tenía que leer los Cuentos completos de Poe al fin lo he hecho. En el volumen se reúnen unos veinte cuentos imprescindibles y otros textos menores que me han aburrido. Me da la impresión de que el cuento que comentaba cada autor fue designado por sorteo, y era curioso ver a algunos de estos autores haciendo malabares para defender un texto que claramente no les convencía. Algunos escritores, como Guillermo Fadanelli, declaraban abiertamente que no les gustaba el cuento que les había tocado, y yo les he admirado por eso. En cualquier caso, me ha gustado la propuesta de esta edición de Páginas de Espuma.
Me he saltado en mis comentarios algún cuento, pero he hecho un pequeño comentario de casi todos. Conocer, al fin, una obra que ha influido tanto en autores posteriores ha sido un viaje más que interesante.

4 comentarios:

  1. Hola, David:
    Eres un lector consumado de relatos. Me asombran tus reseñas sobre libros de relatos. Ese decir pocas palabras -pero algo importante siempre- de cada uno de ellos me encanta.
    Yo también de adolescente y durante mi primera juventud amaba los relatos de terror. Las "Narraciones extraordinarias" de Poe estaban entre mis favoritas. Jamás se me han olvidados cuentos como "El corazón delator", "El cuervo" o "El gato negro". La biografía de Alan Poe venía a unirse a sus cuentos terroríficos; su alcoholismo, su delirium tremens final..., todo en Edgar Alan Poe -vida y obra- me lo hacía atractivo. Hace años que no lo revisito. Este verano podría ser un buen momento.
    Un saludo

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    1. Hola Juan Carlos: los libros de cuentos me gustan mucho. Yo mismo los escribo.
      Como cuento aquí, Poe tiene cuentos realmente muy buenos y muy importantes para el género y otros que están muy pasados de moda. Pero, por supuesto, merece la pena leer este libro entero.

      Saludos

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    2. Hola David: gracias por tu análisis sobre los cuentos de Poe, también de adolescente y mas joven leí muchos cuentos de Poe pero de la edición de bolsillo de Alianza Editorial, por supuesto con prologo de Julio Cortázar.
      No se porque motivo en esa edición son 67 cuentos. Si todavia no lo has leído te recomiendo los cuentos de Amor, de Locura y de Muerte de Horacio Quiroga, hay obras maestras como La gallina degollada, el Almohadón de plumas, El hombre muerto, etc. Horacio Quiroga es también otro de los grandes cuentistas del siglo XX.

      Saludos

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    3. Hola Pablo:

      Disculpa que se me estaba pasando contestarte este mensaje. De Horacio Quiroga leí, cuando era muy niño, Los cuentos de la selva. En ese momento me superaron un tanto. De mayor leí Cuentos de amor, de locura y de muerte y me encantaron. Me pareció un gran libro.

      Saludos

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