El porqué del color rojo, de Francisco Bescós
Editorial Salto de página. 315 páginas. 1ª edición de 2017.
Estuve en la presentación en Madrid
de El
porqué del color rojo de Francisco
Bescós (Oviedo, 1979). Tuvo lugar a principios de 2018, y yo mismo le había
pedido el libro a la editorial para reseñarlo, después de haber leído El
costado derecho, la anterior novela de Bescós, que me gustó. Aun así, El porqué del color rojo ha permanecido
bastante tiempo en mi sección de las estanterías del Ikea de «libros por leer».
Como buen representante de la raza humana (y en especial de la raza humana
lectora) me suele apetecer leer aquel libro que aún no tengo. Pero después de
dos años, he tomado de la estantería El
porqué del color rojo con el deseo ya de deshacer este entuerto de la
lectura aplazada.
En 2016 leí El costado derecho, como ya he dicho; una original novela sobre la
crisis económica. Ésta era la segunda novela publicada de Bescós, la primera
fue El
baile de los penitentes, que ganó el Certamen Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona y que
publicó la editorial Almuzara. En
esta primera novela, Bescós creó al personaje de Lucía Utrera, apodada «la
Grande» por su gran masa corporal, una guardia civil destinada a la localidad
riojana de Calahorra, después de haber pasado unos años te tensión en «el
Norte». En El porqué del color rojo,
Bescós retoma este personaje para crear una trama policial en los campos de la
Rioja Baja.
En los terrenos vinícolas de una
famosa bodega de la zona, aparece muerto un joven inmigrante, al que alguien ha
propinado un violento golpe en el cuello con un objeto contundente. Lucía
Utrera y sus compañeros del cuartel de la guardia civil tendrán que esclarecer
este asesinato.
La trama principal de la novela
transcurre en cinco días, donde cada día compone un capítulo, y estos están
divididos por anotaciones temporales, que actúan como marcas de transición
entre escenas, en las que Bescós da paso a distintos personajes. Aunque no
necesariamente siempre se produce un cambio de personajes o escenario tras cada
anotación temporal.
La investigación sobre el crimen le
sirve a Bescós para hablar de diferentes temas, como, por ejemplo, la trata de
personas por mafias y contrataciones ilegales en la campaña de la recogida de
la uva, la amenaza del terrorismo yihadista, que ha alargado sus tentáculos
para reclutar jóvenes musulmanes hasta el campo de La Rioja, de los Años de
Plomo en el Norte, o del machismo y la violencia de género. ¿Los asesinos del
temporero inmigrante pueden ser los mafiosos para los que trabaja en régimen de
semiesclavitud, molestos al enterarse de que los quiere abandonar por los
yihadistas? ¿Son los yihadistas los asesinos? ¿Es un vecino racista el asesino?
¿Y por qué ha aparecido en el entorno de Calahorra Kabuto, un antiguo líder
terrorista vasco, que debería estar en la cárcel, y que Lucía Utrera sabe que
la odia y que podría tratar de asesinarla a ella o a su familia?
La novela, escrita en tercera
persona, no sigue solamente las andanzas de Lucía Utrera, aunque ella sea, de
forma clara, la protagonista principal. El narrador también seguirá los pasos
de los hermanos del inmigrante asesinado, de diversos guardias civiles que
participan en la investigación, o de Bernard, el marido inglés de Lucía, que
ejerce de amo de casa, mientras trata de ser un escritor. Además, Bescós añade
a su trama a un personaje secundario bastante interesante: al padre Borobia, un
sacerdote muy poco ortodoxo, que ayuda a las personas más necesitadas de la
comunidad y que en el pasado fue boxeador. El padre Borobia es un hombre
irascible, un hombre de acción: «Jesucristo merece que repartamos unos cuantos
sopapos para defender a los débiles de los opresores, de los poderosos», dirá
en la página 167.
Cuando comenté El costado derecho, una de las virtudes que destaqué de la
propuesta de Bescós era lo bien dibujada que estaba la trama, un detalle de la
construcción narrativa que muchos jóvenes escritores españoles no tienen en
cuenta o que, incluso, llegan a despreciar. Bescós sigue controlando
perfectamente los vaivenes de la trama en su nueva novela, que avanza a un
ritmo muy marcado y que no decae en ningún momento. Por otro lado, la creación
de personajes también es notable: Lucía Utrera, la teniente que solo lee «un
libro al año» es un gran personaje femenino, así como lo es el padre Borobia y
Bernard, el marido de Lucía.
Hace no mucho comentaba la novela Caballo
sea la noche de Alejandro
Morellón, y decía que muy por encima de la trama estaba el uso del
lenguaje, un lenguaje oscuro y lírico, que era la principal baza del libro. En
la novela de Bescós, la trama está por encima de la creación del lenguaje. He
disfrutado con ambos libros y ambas opciones me parecen válidas e interesantes.
Con esto tampoco quiero decir que la prosa de Bescós me parezca descuidada;
pero sí que es mucho más ajustada a lo narrado que la de Morellón.
Está claro que Bescós se ha
documentado sobre el mundo que refleja, conoce el vocabulario propio de los
viñedos de la Rioja y de un cuartel de la Guardia Civil. El lenguaje se ajusta
a lo contado, pero también hace uso de la ironía y el distanciamiento de lo
narrado para mostrar la realidad contada, en algunos casos, de forma cómica.
Al comenzar a leer el libro me ha
resultado desconcertante que en el primer capítulo la trama se sitúe en Madrid
(y no en Calahorra, como en el resto del libro) y Bescós nos hable del coronel
Adolfo García, que es el jefe que tuvo Lucía Utrera en los años que pasó
destinada en el Norte. García está haciendo maniobras para conseguir que su
hijo (un guardia real inestable y violento) le arrebate a Lucía el mando del
cuartel de Calahorra. En el siguiente capítulo, empieza la trama principal de
la obra: cuando Lucía despierta y tiene que enfrentarse laboralmente al
asesinato de una persona en su jurisdicción. Cuando acabé la novela, comprendí
mejor el primer capítulo: Bescós está dejando abierta la puerta a nuevos
conflictos narrativos que, probablemente, desarrollará en nuevos libros de su
serie policiaca de la teniente Lucía Utrera. De hecho, en El porqué del color rojo se hacen algunas pequeñas referencias a El baile de los penitentes, el primer
caso de Lucía Utrera. «Hace ya cuatro años que tuvo que enfrentarse a lo de
Nuria Isabel.», nos dice el narrador en la página 34. Supuse que se estaba
jugando aquí a la autorreferencia y lo comprobé en internet.
La trama principal transcurre en
cinco días y, quizás, se podría achacar a Bescós el exceso de acontecimientos
que hace coincidir en este escaso tramo temporal de su libro: amenaza del
terrorista Kabuto, que vuelve del pasado para vengarse de Lucía, justo cuando
ésta se enfrenta a un caso de asesinato, en el que pueden estar involucrados
yihadistas internacionales y mafias de tráfico de personas… Pero, en cualquier
caso, he decir que Bescós sale bien parado de los desafíos a los que se
enfrente en su construcción literaria.
Con El porqué del color rojo Bescós ha ganado el VI premio Pata Negra de novela policiaca y
también el III premio de Novela
Cartagena Negra. Parecen premios bien merecidos. Esperemos que sigan las
aventuras de Lucía Utrera y que Paco Bescós consiga más premios y lectores en
el futuro gracias a ella.
Hola, David:
ResponderEliminarLeer tu reseña me quita cargos de conciencia. ¡Dos años en la estantería de Ikea de libros por leer! Já, já… Sí, ya no tengo complejo alguno.
Creo recordar que te leí la reseña del anterior título pues me suena bastante el personaje de Lucía Utrera. Pero a día de hoy aún no he leído nada de Francisco Bescós a pesar de los premios que lo avalan. A ver si pongo remedio a esto.
Un abrazo
Hola Juan Carlos:
EliminarEl otro libro que yo he leído y comentado de Bescós es "El costado derecho", que está muy bien, pero no pertenece a la saga de Lucía Utrera, que está formada por ahora por dos libros: "El baile de los penitentes" y "El porqué del color rojo".
Espero que te guste si lees a Bescós.
Un abrazo