Hace dos días me enteré de la muerte del poeta Eduardo García (1965 – 2016) en Facebook. No
soy ningún experto en su obra, no he leído entero ninguno de sus libros, pero
sabía que sí que había leído alguno de sus poemas. Lo hice gracias a la
antología La generación del 99, coordinada por José Luis García Martín,
uno de mis libros favoritos de poesía. Una antología con la que disfrute mucho
hace ya tantos años.
Tomé el libro de la estantería y busqué a Eduardo García. Leí otra vez
sus poemas. Volvieron a gustarme. Dejo aquí alguno de ellos como homenaje:
CESE DE HOSTILIDADES
¿Cómo reconciliarse con el mundo
si es tan necio, veleta, tarambana,
que es capaz de albergar al mismo tiempo
el Taj Mahal, los campos de exterminio,
la mezquindad, tu risa, la traición,
los libros, la ignorancia, un cuerpo que fascina,
el carbón y la sal, los muros y el espacio,
el cáncer y las playas tropicales?
Y sin embargo, y no obstante, y pese a todo,
acudimos al día como quien va a una cita
con una vieja amante casquivana,
la sonrisa planchada y el pañuelo
en el bolsillo izquierdo, fiel, solícito,
y hacemos el amor sin credenciales,
o escribimos poemas que interpretan
la vida a su manera,
como si ésta
hubiera de aguardarnos a la vuelta
de la esquina, con su traje de novia
y su ramo de flores
funerarias.
ANUNCIOS
Nos
prometen paisajes de ensueño y chicas rubias
que sonríen a bordo de un último modelo,
repentinos romances, placeres instantáneos,
el sueño de una vida más plena y más dichosa
en un destello frágil como un beso fugaz
que nos tendiera al paso una desconocida.
Son mentiras y son dulces y además nos recuerdan
esa dulce ficción de la literatura.
que sonríen a bordo de un último modelo,
repentinos romances, placeres instantáneos,
el sueño de una vida más plena y más dichosa
en un destello frágil como un beso fugaz
que nos tendiera al paso una desconocida.
Son mentiras y son dulces y además nos recuerdan
esa dulce ficción de la literatura.
AL
FONDO DE LA ESCENA
He cruzado el umbral. Estoy en casa.
Después del frío, y
el viento y los veranos
he venido.
Saludo a los objetos
Con un
suspiro grave y respetuoso.
La sala
decorada con flores que parecen
desplomarse
carnívoras sobre los comensales.
He ocupado
mi silla. Alguien comenta
el precio
escaso de la vida humana
en un país
remoto y las noticias
dejan caer
promesas de un futuro
que merezca
la pena. La mujer
me sirve una
sonrisa.
El hombre
habla con ella como quien acaricia
un sueño que
se hiciera cotidiano.
Bajo el mantel
los niños se pelean.
La sal. El
pan. La mesa como siempre:
cada cual en
su sitio, absorto en la tarea
de ser el
personaje que la trama
dispone.
Así, ya ves, somos felices.
Ignoramos
que un día la ausencia de la madre,
esa silla
vacía, inconcebible,
hará que el
niño aquél -al fondo de la escena-
escriba estas palabras.
Gracias por mostrar algunos poemas de este poeta para mí hasta ahora desconocido. Los he leído y me han gustado. Lástima que haya desaparecido tan temprano.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Juan Carlos:
EliminarA mí esta antología me gustó mucho en su momento, y los poemas realistas de Eduardo García me parecían bastante buenos.
Un abrazo