Un lugar desconocido, de Seicho Matsumoto
Editorial
Libros del Asteroide, 250 páginas. Primera edición de 1975; esta es de 2021
Traducción
de Marina Bornas
En
2022, tras mi reencuentro con el premio Nobel Kenzaburo Oé, al que no leía desde la década de 1990, leí más
libros de autores japoneses; y ya en 2023, aunque en menor medida, seguí con
esta tendencia. Observando la web de la editorial Libros del Asteroide me fijé en que publicaban a un autor,
desconocido para mí, al que se le consideraba el más representativo de la
novela negra japonesa, Seicho Matsumoto
(Kitakyushu, 1909, Tokio, 1992). Sentí curiosidad y solicité a la editorial que
me enviaran Un lugar desconocido, para poder leerla y comentarla.
Tsuneo
Asai, el protagonista de la novela, tiene cuarenta y dos años y trabaja como
encargado jefe del departamento de Alimentación del Ministerio de Agricultura.
Vive en Tokio y, cuando comienza la narración, se encuentra en Kobe,
acompañando al director general Shiraishi en un viaje de negocios, en el que
visitan fábricas de alimentos enlatados. Asai va a recibir una terrible
noticia, que le llegará desde el teléfono del restaurante en el que se
encuentran cenando: su mujer Eko ha fallecido en Tokio por un paro cardiaco.
Asai ha de regresar rápidamente a su casa. Aunque es posible que el lector no
se dé cuenta en ese momento, la escena en la que Asai se despide de su jefe y
de los empresarios con los que está cenando es muy significativa en la
construcción de la novela. Asai, lejos de perder los nervios y abandonar el
restaurante precipitadamente, organizará el resto del viaje para su jefe. «Mientras
recorría el pasillo de vuelta a la sala de banquetes, decidió pedirle al
vicepresidente Yagishita que atendiera al director Shibaraishi. No podía pedir
al ministerio que enviara un sustituto, así que su jefe tendría que completar
solo los dos días de visitas que todavía tenía por delante. Un hombre como él,
al que le gustaba darse aires de importancia, se sentiría humillado viajando
sin acompañante. Se planteó pedir un sustituto a la delegación de Hiroshima,
pero descartó la idea porque le pareció irrespetuoso dejar al director general
y a los empresarios con alguien que no fuera de la sede del ministerio. A pesar
de la conmoción de haber perdido a su mujer de forma tan repentina, Asai estaba
completamente centrado en resolver los asuntos del trabajo.» (pág. 13)
Asai
se casó con Eko un año después de quedarse viudo, cuando él tenía treinta y
cinco años y ella veintisiete. Aunque la diferencia de edad es de ocho años,
pronto Asai empezará a tratar a su mujer como si esta diferencia fuese más
grande, y no tardará en «malcriarla», a permitirle todos sus caprichos. Esto
hará que Eko llegue a pasar días enteros sin salir de la cama. Sin embargo,
empezará a animarse cuando se apunte a clases de pintura o de poesía, donde
empezará a tener un moderado éxito componiendo haikus.
Asai
nunca se ha sentido atractivo para las mujeres y su vida sexual con Eko nunca
fue muy intensa; y menos todavía cuando a ella le diagnosticaron una dolencia
cardiaca que hacía que las relaciones sexuales no fuesen recomendables para
ella. Asai y Eko hacían casi vidas separadas, y Asai se centró definitivamente
en el trabajo y en su deseo de ser alguien respetado en ese entorno.
Asai
y su cuñada van a visitar una perfumería, cuya dueña llamó a la casa familiar
para avisar que Eko había entrado en su comercio, pidiendo ayuda al haberse
sentido mal en la calle. Quieren agradecerle a la dueña del local las molestias
que se tomó con Eko. En la novela la idea de los convencionalismos y
formalismos sociales va ir cobrando cada vez más importancia. La perfumería
está ubicada en un barrio residencial de clase alta y, aunque Asai sabe que su
mujer acostumbraba a pasear por lugares apartados, con la idea de encontrar inspiración
para sus poemas, no entiende bien por qué Eko podía hallarse en ese lugar. Las
sospechas de Asia se dispararán cuando descubra que en ese barrio, y cerca de
la perfumería, existen una serie de hoteles de citas. En los últimos años, Eko,
cerca de los treinta y cinco, y a pesar de su enfermedad cardiaca había comenzado
a resplandecer y tener un aspecto más atractivo que antes. Asai empezará a
comprender, tarde, que lo más seguro es que Eko tuviera un amante. Esta idea
empezará a obsesionarle y a trastocar su ordenada vida de funcionario en el
Ministerio de Agricultura. Asai se convertirá en un detective aficionado que
investiga la muerte de su mujer y, cuando considere que ya no puede llegar más
lejos de lo que ha llegado, no dudará en contratar a unos detectives
profesionales para que continúen la labor por él. Eso sí, siempre que acuda a
la agencia de detectives lo hará camuflado tras unas gafas oscuras y sin dar su
verdadero nombre, ante el temor de que se descubra que su mujer le era infiel y
esto pueda perjudicar su carrera laboral.
Un lugar desconocido (1975) es la
tercera novela de Seicho Matsumoto que publica en España Libros del Asteroide,
antes había publicado El expreso de Tokio (1957), La
chica de Kyusshu (1961), y, hace poco, han publicado una cuarta,
titulada El castillo de arena (1961). Leyendo los argumentos de las
otros tres novelas, tengo la sensación de que estas son «novelas negras» de un
modo más claro que Un lugar desconocido;
porque en ellas hay un asesinato en primera instancia y lo investiga un policía
(al menos en dos de ellas). Un lugar
desconocido sí acabará siendo una novela negra, pero en realidad parece,
más bien, una novela sobre la fatalidad, que en algunos momentos me ha
recordado a una película de los hermanos
Cohen o a alguna novela de Patricia
Highsmith como La jaula de cristal.
Si
alguien busca una novela negra convencional, o llega hasta Un lugar desconocido atraído por la idea de que Matsumoto es el
gran representante de la novela negra japonesa, quizás se vaya a decepcionar,
porque, desde luego, no existe aquí una narración trepidante al estilo de las
que pueden ser las de Dashiell Hammett
o Raymond Chandler. Sin embargo, sí
que se va a encontrar con una narración muy interesante sobre el Japón de
comienzos de la década de 1970. Ante el cadáver de una persona asesinada, que
aparecerá en la novela, la policía empezará sospechando que se puede tratar de
un criminal que imita los asesinatos de Charles Mason (Sharon Tate murió en
agosto de 1969, así que lo normal es pensar que la acción de la novela se sitúa
a comienzos de la década de 1970), y esto hará que, de forma sutil, Matsumoto
haga una pequeña crítica a la sociedad japonesa de la época: Japón no solo
imita la economía estadounidense, sino también a sus criminales.
Me
ha gustado Un lugar desconocido porque en realidad es,
precisamente, una novela que, usando como escusa la resolución de un misterio,
critica a la sociedad de la época que retrata. Un lugar desconocido es una novela que nos muestra hasta dónde
están dispuestas a llegar las personas por conservar las apariencias sociales
(dentro de unos códigos muy rígidos) y por conservar su posición laboral,
refugio último de su identidad, una identidad que diluye u oculta todas las
pasiones que normalmente no se atreven a mostrar. Me ha gustado mucho la fina
ironía, el humor final, que muestra Matsumo en la resolución de la novela. Me
he quedado con ganas de acercarme a alguna más de las otras novelas suyas que
ha publicado Libros del Asteroide.
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