lunes, 14 de febrero de 2011

La novela luminosa, por Mario Levrero

Editorial Mondadori. 567 páginas. 1ª edición de 2005; ésta de 2008.

Hace más o menos un año (entre febrero y marzo de 2010) leí seguidos 5 libros de Mario Levrero. Hacía mucho tiempo que no leía así, de corrido, gran parte de la obra de un autor, y, de forma extraña, me dejé sin leer su libro más emblemático, La novela luminosa; el libro por el que realmente se le ha conocido en España (el que ha suscitado más interés para los no muy numerosos, pero entusiastas, lectores de Levrero en nuestro país).

En extensión, esta novela es equiparable a las otras 5 juntas y supone el corpus y la suma de los temas de la obra de Levrero. Es además una publicación póstuma, pues La novela luminosa aparece en Alfaguara Uruguay en 2005 y Levrero ha muerto en 2004, a los 64 años.

En el año 2000 Levrero recibe una beca Guggenheim, solicitada con la intención de acometer el siguiente proyecto: retomar un texto de 1984 en el que narra algunas experiencias que considera “luminosas”.
Para poder reelaborar su libro, La novela luminosa, el autor debe previamente alcanzar un estado mental apropiado, y que pasará por controlar sus horarios de sueño o sus adicciones a la computadora. Para acercarse a su proyecto, Levrero inicia la escritura de un diario, El diario de la beca, que constituye más del 80% de las páginas de este libro, y ya, sólo al final, se nos mostrará, en unas 100 páginas, la esperada “novela luminosa”, versión modificada (o no) de aquel texto de 1984.

En la página 23 asistimos al comienzo de El diario de la beca, “El objetivo es poner en marcha la escritura, no importa con qué asunto, y mantener la continuidad hasta crearme el hábito”. Este tipo de propuesta morosa enseguida nos retrotrae a El discurso vacío, allí la escritura se iniciaba con él fin de mejorar la grafía de la letra y con ella el estado mental del autor.
En cierto modo, El diario de la beca puede leerse como una continuidad de lo narrado en El discurso vacío; de hecho, algunos acontecimientos de El diario de la beca ya los conocía por El discurso vacío, como la mudanza del narrador de Montevideo a Colonia del Sacramento, debido a su conviviencia con una mujer y el hijo de ésta, Juan Ignacio, quienes vuelven a aparecer en El diario de la beca. La relación con la mujer de El discurso vacío se rompió y Levrero vuelve a vivir en Montevideo, solo. Aunque mantiene una relación afectiva (que no sexual, al menos durante el tiempo en que el diario se desarrolla) con una mujer, llamada en el texto Chl, que fue la que le llevó a la ruptura con la mujer anterior, quien es ahora, de nuevo en Montevideo, su médico.

El diario de la beca, recoge la experiencia vital de Levrero desde agosto de 2000 hasta agosto de 2001. Las entradas del diario pueden estar escritas a las 5.00 ó a las 6.00 de la mañana, horas a las que Levrero no se ha ido aún a acostar, llegando en alguna ocasión a irse a dormir a las 10 de la mañana. Levrero apenas sale a la calle, donde sufre de agorafobia, y sus horarios rara vez se cruzan con los de los comercios abiertos; lo que conlleva más de una dificultad, que en principio podrían parecernos absurdas. Esto hasta que uno se deja atrapar por el ritmo interno de El diario de la beca, y cae en el mundo aparentemente normal, pero rematadamente distorsionado y kafkiano, de Levrero: la adicción a la computadora, la búsqueda de imágenes pornográficas por la red, o de programas que incrementen las prestaciones de la máquina, que él mismo se encargará de mejorar; las conversaciones con Chl, o con otras mujeres que le sacan a pasear… hasta que nosotros mismos nos veremos aquejados de la “angustia difusa” que envuelve al autor. Símbolos de la muerte, mensajes avisando sobre la muerte de amigos en el contestador del teléfono, símbolos de la decadencia, de la soledad… narrados con humor; descripciones e interpretaciones de sueños, autopsicoanálisis de sus adicciones (notables las explicaciones de por qué dedica tantas horas a la computadora); libreros, palomas, talleres de narrativa, oficinas burocráticas delirantes… novelas policiacas al ritmo de una al día, y continuas autorreflexiones sobre la propia escritura, sobre la imposibilidad de acometer la tarea de reescribir La novela luminosa, y sus mea culpa ante el señor Guggenheim…
Según el autor (presentimos) va cobrando algunas fuerzas para enfrentarse a su proyecto (La novela luminosa) en el diario aumentan las reflexiones sobre las percepciones extrasensoriales: telepatía, avistamiento de fantasmas, sueños premonitorios…

Y en la página 455 alcanzamos el texto de La novela luminosa. 100 páginas que ya por sí mismas, si no viniesen acompañadas de El diario de la beca, serían una obra maestra de la última narrativa hispanoaméricana, pero es que además están precedidas de las 450 páginas de El diario de la beca. En La novela luminosa el estilo de Levrero se vuelve más lírico, más denso y anguloso… y Levrero “el loco” nos habla de su convencimiento de que existen más dimensiones de las tres o cuatro conocidas, y nos da ejemplos personales de por qué ha llegado a esos conocimientos.

Entiendo que El diario de la beca pueda exasperar a más de un lector ingenuo, pero he de decir que para mí han constituido un verdadero estímulo creativo. Era adentrarme un día más en las páginas del diario, en esa epopeya de la digresión, de la cotidianidad trastocada, de la lúcida mente loca de un escritor, e incrementarse en mí las ganas de sentarme a escribir, sin pensar en nada más, sólo como un hábito o como un refugio.

La novela luminosa (el libro de 576 páginas) es el más importante de los libros que he leído de Levrero, y creo que ya desde hoy, desde el mes de febrero, uno de las 10 mejores lecturas del año 2011. Posiblemente La novela luminosa sea uno de los libros más destacados de la década pasada en lengua española, aunque para acercarse a él recomendaría leer antes algún otro libro del universo Levrero.

Ya he visto en Internet que Mondadori está reeditando en Uruguay y Argentina al menos dos libros más de Levrero, La banda del ciempiésNick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo. La solapa del libro de Mondadori que he leído termina diciendo "a la espera de la publicación de sus Cuentos escogidos en una edición al cuidado de Ignacio Echevarría", y es un libro de 2008.
Estimados señores de Mondadori: ¿Para cuándo esos Cuentos escogidos, o ya puestos Cuentos completos, para cuando en España La banda del ciempiés o Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo? Yo, como un personaje de Beckett, como un personaje de Levrero, aguardo, inmerso en esta angustia difusa de la vida.

16 comentarios:

  1. Hola, David. Recibí hace poco la edición en DEBOLSILLO (papá Mondadori, claro)y estaba dispuesto a atacarla. Me han entrado más ganas leyendo tu luminosa reseña pero quizá te haga caso y empiece antes por algún otro título. La verdad es que aún ando despistado: vuelvo después de dos semanas de un lugar oscuro en donde no se puede leer. A ver si me centro.

    Salud y buenos alimentos.

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  2. Hola Peri:

    la verdad es que quizás teniendo en las manos "la novela luminosa" lo mejor es que la empieces sin más dilación. Yo pensé en comprar esa edición de bolsillo, y al final saqué la cara de Mondadori de la biblio de Móstoles, que es un edición más bonita.

    En serio: estoy muy impresionado con ese libro.

    saludos

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  3. Viendo la pasión que te despierta este señor, aunque eres muy dado a la literatura hispanoamericana, estuve a puntísimo de comprar la trilogía involuntaria, pero desgraciadamente me cogió en una época de desintoxicación (soy adicto a la compra de libros, los compro compulsivamente). Insistes. Uno no es de piedra.

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  4. Hola Arrecogiendo:
    Sí, la verdad es que últimamente me ha dado fuerte con la literatura hispanoamericana, aunque también tuve periodos de literatura francesa, centroeuropea, rusa...
    Yo, la verdad, es que también trato de desintoxicarme de la compra compulsiva de libros: me había propuesto que los pendientes en mi biblioteca bajaran de una balda, y ya van a alcanzar las dos... de esto también habla "La novela luminosa", de la compra adictiva de libros policiacos, de la telepatía con el librero de levrero para saber cuando han entrado nuevos libros de segunda mano de la colección Rastros, que tanto le entusiasman, como una reivindindicación de su adolescencia.

    Levrero y Saer fueron mis dos grandes descubrimeintos de 2010. Es una pena que Levrero se me haya acabado por ahora. Tengo que ponerme con Saer. Aunque por el camino me he encontrado con otro hispanoamericano: el Sensini de Bolaño, es decir Antonio Di Benedetto, con el que he empezado hoy y promete. Ya contaré.

    Saludos

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  5. Mi profesor del taller de escritura nos ha recomendado muchas veces que leamos a este autor pero yo todavía no he leído nada suyo. Nos ha hablado muchas veces de La novela luminosa, pero esta es la primera reseña que veo y me ha gustado, me ha llamado muchísimo la atención, así que lo tendré en cuenta. Un abrazo.

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  6. Hola Goizeder:
    No me extraña que un profesor de taller recomiende este libro: Levrero también fue profesor de taller, y en parte habla de eso en esta novela, y el libro puede leerse como una reivindicación de la no existencia de grandes temas en literatura; La novela luminosa es una escritura sobre lo mínimo, o tal vez, pienso ahora, los grandes temas se desprendan de una gran escritura, aunque sólo se nos esté hablando del tipo de pluma que el autor usa para escribir.

    saludos

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  7. Desde luego tu entusiasta comentario me ha convencido para leer a este autor. El tema de la metaficción, pienso, parece estar algo saturado, pero, imagino, por la conclusión del libro, que al final sorprende con esa "novela luminosa". A pesar de las palabrejas, autoficción, metaficción, me sigue sorprendiendo hasta donde se puede ahondar en este sentido.
    Otro aspecto motivador para mí: el que se ensalcen las pequeñas historias. Para una aficionada a la escritura es un aliciente que te digan: cuenta, lo que sea, no hay que reinventar la literatura, sólo hay que ser honesto.
    Un placer tus reseñas.

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  8. Hola Ehrengard:

    Bienvenida a este espacio y gracias por tus palabras sobre mis reseñas.

    Imagino que cuando hablas de metaficción o autoficción te referirás a los libros de Vila-Matas, o la narrativa última en español, donde el autor crea una autoficción, como hace Cercas.

    En realidad, Levrero me parece un autor muy ajeno a las modas. En su diario no habla del mundillo literario uruguayo, ni español, que parece desconocer. Inicia su diario porque siente, no lo dije en la reseña, interés por un diario de Rosa Chacel que está leyendo, y luego habla de algún autor menor de novela negra, de Philip K. Dick (que parece una influencia en su obra), de William S. Borroughs, de Somerset Maughan... y en algún caso cita a Kafka que es su gran influencia para comenzar a escribir.
    Hay un momento entrañable en el libro en el M. L. está en un boliche con Chl y hablan de un autor, creo que era Camus o Sartre... y M.L. dice "¿te imaginas que en el futuro alguien hable así en un boliche de nosotros?". M. L. parece un hombre absolutamente ajeno a su arte, que menosprecia frente a su soledad, sus enfermendades, su misantropía, sus fobias...

    Y escribe esta gran novela, La novela luminosa, en la que basicamente narra, como un personaje del Bartleby y compañía de Vila-Matas, su imposibilidad para ponerse a escribir su obra, su gran fracaso ante su personalidad de niño malcriado. Es divertido y es angustioso también.

    Levrero indaga en sí mismo, en una concepción autónoma del mundo. Es alguien que ni siquiera parece pensar en el mercado editorial. Muchos de sus libros fueron publicados 10 años o más tarde después de ser escritos. Cuando escribe La novela luminosa ya es un escritor de cierto renombre menor, y es de 2000-2001, y muere en 2004 sin conseguir verla publicada.

    Los libros de Levrero para alguien que escribe son una invitación a hacerlo.
    Me atrevo a aventurar que el prestigio de Levrero va a crecer en los próximos años.

    saludos

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  9. He leído a Saer pero nada de Levrero, me han entrado ganas después de leer tu reseña

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  10. Hola Madison:
    Levrero merece mucho la pena. Ya estoy buscando por Madrid los libros no editados en España y no los encuentro, una pena. Pero ya caerán.

    Con Saer voy a ponerme este año otra vez, porque fue el gran descubrimiento del año pasado.

    saludos

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  11. Acabo de terminar de leer La Novela Luminosa y buscando contenido en internet me he topado con tu blog.Es simplemente literatura hipnotica porque no hay otra explicacion para el fenomeno en el que uno como lector se deja enganchar por el relato de una serie de episodios tan cotidianos que lindan con lo absurdo.Y me encontraba leyendo sin poder despegarme y al mismo tiempo pensando que debo estar mas loco que Levrero para leer eso.Y me ha conmovido y me ha hecho ver el mundo desde otra dimension.Te recomiendo DEJEN TODO EN MIS MANOS , otra joya .Y si andas en onda de literatura latinoamericana busca a SERGIO BIZZIO , autentico discipulo de las enseñanzas hipnoticas de Levrero

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    1. Hola José:

      "La novela luminosa" es un libro fascinante, basicamente porque Levrero lo era. Cuenta cosas en apariencia muy sencillas o sin importancia pero su visión es muy original y eso convierte sus palabras en pura literatura.
      Gracias por recomendarme "Dejen todo en mis manos". Fue el primer libro que leí de Levrero. Si pinchas en la etiqueta con el nombre de Mario Levrero podrás ver que tengo comentados 11 libros suyos.

      Se Sergio Bizzio leí "El cielo", pero no me entusiasmó. A ver si leo más libros de él (este libro también está comentado en el blog). La etiqueta con el nombre de Sergio Bizzio está a la derecha.

      Saludos

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  12. Acabo de terminar el libro, tras leer antes El lugar.
    Y me ha encantado, desde luego era un genio este hombre. Da pena pensar que no mucho después de escribir este diario, en el que describe sus hipocondrias, murió, de un aneurisma. Al parecer había dejado una carta pidiendo que no le trataran, en caso supongo de un ataque de este tipo.
    Respecto al libro, es una verdadera joya, con algunos momentos muy especiales.
    Por ejemplo, un par de páginas que dedica a Chl. Describe lo especial que era ella al principio para él, con sus debilidades, con sus angustias. Y cómo ha ido cambiando, transformándose en una mujer más feliz, más segura, pero también más vulgar. Luego narra que ella, al leer esas páginas, acaba llorando. Acaba uno emocionado leyendo esa capítulo.
    Algunas esperiencias que cuenta en el diario me han llegado mucho, todos hemos tenido o sentido cosas un poco distintas de las normales, en momentos determinados, lo verdaderamente luminoso de esta novela es la genialidad con la que él las cuenta.
    Sus anécdotas con la computadora me han resultado muy entretenidas (soy informático).
    Respecto a la novela luminosa en sí, quizá esperaba aún más luminosidad. Tanto me había gustado la primera parte... No sé, quizá inocentemente buscaba una respuesta definitiva a ciertos temas, que evidentemente no existe.
    Un saludo.

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    1. Hola Dimitri:

      A mí también me gustó más El diario de la beca que La novela luminosa en sí.
      Levrero le saca una gran partida a la cotidianidad en este libro.

      Algún día lo reeleré.
      En casa tengo algún libro más de él sin leer, a ver si me acerco pronto.

      Saludos

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  13. Es impresionante en lo que esta deviniendo el mundo editorial actual y las llamadas: "tendencias" que marcan lo que es innovador en la literatura. La obra de Levrero no tiene nada de innovadora y la Novela Luminosa (el llamado: "Diario de la Beca") no es más que un acercamiento morboso a la vida intima del autor. No es difícil imaginar que el éxito del texto radique en esa exposición enfermiza, al mejor estilo de un reality-show, de la decadencia personal del autor. La literatura en algún momento tiene que retomar la rienda del arte de escribir; no se puede seguir basando en el cotilleo, en el chisme de alcoba. No podemos tirar por la borda los "clásicos" y los no tan "clásicos" (Felisberto Hernández, Pablo Palacio, Fernando del Paso, Enrique Congrais).
    Menos espectáculo y más literatura-arte.

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    1. Hola:

      Lo cierto es que para mí, al menos, El diario de la beca era bastante más que "un acercamiento morboso a la vida íntima del autor". Para mí en esas páginas había muchas reflexiones brillantes sobre la cotidianidad.

      En cualquier caso, es difícil que los gustos y los intereses literarios coincidan de forma unánime y celebro que usted opine aquí y quiera disentir del sentimiento mayoritario.

      Saludos

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