miércoles, 29 de diciembre de 2010

Historia abreviada de la literatura portátil, por Enrique Vila-Matas

Editorial Anagrama. 124 páginas. 1ª edición de 1985, ésta de 2009.

La Historia abreviada de la literatura portátil es el último libro, de los que poseo, en el que Vila-Matas ha estampado su firma. Aparece aquí su característico dibujo de un tipo con sombrero y gabardina; en el caso de este libro sólo está marcado el lado derecho de la capa, como si el izquierdo se perdiera en la bruma, o más bien en el calor pegajoso del sábado de mayo, en la Feria del Libro del Retiro, que me lo firmó. Aunque quizás más valioso sea ese mismo dibujo, trazado con tinta más gruesa, en las primeras ediciones de Bartleby y compañía o París no se acaba nunca. A estas alturas no tendré que explicar que yo soy un mitómano de libros.

En La historia abreviada de la literatura portátil se nos pone al corriente de la conspiración shandy, también llamada “sociedad secreta de los portátiles”. En la página 13 leemos: “Aparte de exigirse un alto grado de locura, quedaron fijados los otros dos requisitos indispensables para pertenecer a esta sociedad: junto a que la obra de uno no fuese pesada y cupiese fácilmente en un maletín, la otra condición indispensable sería la de funcionar como una máquina soltera.
Aunque no indispensables, se recomendaba también poseer ciertos rasgos que eran considerados como típicamente shandys: espíritu innovador, sexualidad extrema, ausencia de grandes propósitos, nomadismo infatigable, tensa convivencia con la figura del doble, simpatía por la negritud, cultivar el arte de la insolencia”.

La sociedad se funda en 1924 en Port Actif, ciudad africana a las orillas de río Níger, y se disolverá en 1927, en Sevilla, coincidiendo con el homenaje a Góngora y el pistoletazo de salida a una generación de poetas.
Siguiendo las peripecias de los portátiles que constituyen esta sociedad, saltaremos de Zurich, a Port Actif, a París, a Viena, a Praga, a Trieste, a Berlín, a Sevilla…

A la conspiración Shandy pertenecieron escritores, pintores, fotógrafos… desde César Vallejo a Man Ray, desde Marcel Duchamp hasta García Lorca, pasando por Berta Bocado o Rita Malú… nombres reales o inventados, al fin da lo mismo, cuando el protagonista real de esta novela, como en la mayoría de las de Vila-Matas, es la propia literatura o el arte en general, donde los autores serían simples comparsas para sostener el peso de su obra, el auténtico material narrativo.

En la entrada anterior, sobre La asesina ilustrada, comentaba que los libros de Vilas-Matas parecen desprenderse de otros, de los que podían actuar como glosas. Ahí está, por ejemplo, París era una fiesta respecto a París no se acaba nunca. La historia abreviada de la literatura portátil parece desprenderse de Tristam Shandy de Laurence Sterne. No he leído este libro, pero me he acercado a la página que le dedica la wikipedia para descubrir que se trata de una novela en la que abundan las digresiones como hecho constitutivo de una trama con sentido del humor. En La historia abreviada también abundan las digresiones y el humor.

(Firma en Bartleby y compañía)

Acompañamos a los Shandy en su periplo europeo o africano, leemos sus cartas sobre el suicidio y nos vamos preguntando en qué consiste exactamente la conjura shandy. En Viena, unos disparos contra el techo de la sala en una fiesta hace que los shandys tengan que dispersarse, para acabar reuniéndose en Praga. En esta ciudad comprobaremos la tensa convivencia de los shandys con sus dobles, los odrakeks, que a su vez pueden tener golems.
Ya en la página 47 leemos que estos son “los miembros de una sociedad secreta que conspiraba para nada y desde la nada”.

Me ha llamado la atención pensar que estas obras primeras de Vila-Matas, de los años 70 ó 80, debieron ser leídas por un joven Roberto Bolaño, cuando se afincó en Cataluña, y que el uso que se hace en ellas de personajes literarios, con humor, perdición y poesía, debió influir en la forma compositiva del chileno en obras como La literatura nazi en América.

Como suele ser habitual en sus obras de madurez el realismo o los argumentos coherentes no parecen interesar mucho a Vila-Matas, quien nos catapulta por los absurdos y divertidos acontecimientos de la conjura shandy teniendo como argumentos su poética fuerza narrativa, su humor y su capacidad para crear imagines poéticas y sugerentes.

6 comentarios:

  1. Hola, David.

    Tengo por ahí preparada LA LITERATURA NAZI aunque creo que antes leeré PUTAS ASESINAS. Terminé hace unos días NOCTURNO y estoy haciendo la reseña.

    Aún no estoy seguro de si voy a agarrar a Vila-Matas. Lo cierto es que el compromiso que según tus reseñas tiene con la ficción me interesa mucho y, por otra parte, la metaliteratura sigue sin interesarme demasiado.

    ResponderEliminar
  2. Hola:

    Bolaño admiraba bastante a Vila-Matas, en "Entre paréntesis" le cita de forma elogiosa en 10 ocasiones.

    saludos

    ResponderEliminar
  3. Lo he leído esta semana y me ha cautivado, me parece un ejemplo de estilo elegante y cristalino al mismo tiempo, de contención y síntesis. Una exquisitez

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola:
      Me alegro de que gustara. Vila-Matas es un escritor que merece mucho la pena.

      Gracias por pasarte por aqui

      Eliminar
  4. La literatura Nazi en America es un claro homenaje de Bolaño a La sinagoga de los Iconoclastas de JR Wilcok y a otros libros de biografias apocrifas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola: el de La sinagoga de los iconoclastas lo he tenido alguna vez en las manos y al final no me he decidido por él. Seguro que acabo cayendo y seguro que me gusta.

      Saludos

      Eliminar