domingo, 21 de julio de 2019

Guía de extraviados, por Juan Gracia Armendáriz

Guía de extraviados

Juan Gracia Armendáriz. Pre-textos

El protagonista de Guía de extraviados le escribe una carta a su mujer (“Me pregunto si lograré asirte con palabras o si te alejaré para siempre”), una profesora de danza desaparecida tres años antes del comienzo de la narración. Esta carta, o más bien conversación con un fantasma, será la novela que el lector acabará teniendo en sus manos. El narrador se dedica profesionalmente a escribir libros de encargo (guías turísticas, un compendio de ladrones de guante blanco, etc.), bestsellers alimenticios de los que no se siente muy orgulloso. “Has tenido que desaparecer para que intente escribir de verdad”, le contará al fantasma de su mujer.
La desaparición de su pareja le está haciendo pasar por fases cada vez más extremas de la desesperación. En este sentido, encuentro paralelismos entre Guía de extraviados y La pecera, la anterior novela de Gracia Armendáriz. El protagonista de La pecera era un alcohólico que nos hablaba de su adicción, de su caos vital y de la mala relación con su pareja. El protagonista de Guía de extraviados se está convirtiendo también en un adicto, su droga es el recuerdo de su mujer, un recuerdo que le impide iniciar nuevas relaciones y que es impermeable al posible olvido y a la reconstrucción de su vida. Nuestro narrador llegará a envidiar a los familiares de los suicidas, porque al menos tienen un cuerpo que les permite cerrar una historia. Y no encontrará el consuelo buscando comprensión en los grupos de terapia de personas desaparecidas, igual que el protagonista de La pecera no lo encontraba en los grupos de alcohólicos anónimos. Estos dos protagonistas masculinos se encuentran en la cuarentena, su profesión guarda relación con la literatura (uno es escritor de libros de encargo y el otro profesor universitario), no tienen control sobre su vida y cada vez están más desesperados, en un sentido puramente dostoievskiano.

Si bien el narrador de Guía de extraviados empieza a escribir tres años después de la inexplicable desaparición de su mujer, en algunos capítulos trata de acercarse al núcleo de los hechos que le atormentan, describiendo pormenorizadamente el día del extraño suceso que ha originado su zozobra vital.

En Guía de extraviados, Gracia Armendáriz le aporta al lector datos (imagino que reales) sobre cifras de desaparecidos en el mundo. “Estás entre los catorce mil desaparecidos que no han sido encontrados desde los años setenta. La población entera de algunas ciudades”. Todo esto, unido a la búsqueda de posibles personas que pueden conducirle a su mujer o aportarle consuelo por su pérdida, va generando en el lector una sensación cada vez más honda de angustia y de tensión narrativa.

El lenguaje de Guía de extraviados está muy trabajado, destacando el lirismo del primer capítulo (cuajado de cortantes y poderosas metáforas) y el gran ritmo de los siguientes, que van ahondando en territorios cada vez más oscuros del alma humana.
Como ya opiné al leer La pecera, considero que el cierre de Guía de extraviados está también muy bien resuelto, y que Juan Gracia Armendáriz es un narrador muy maduro y solvente. Guía de extraviados –una obra quizás más redonda que la anterior– es una novela muy intensa y lírica, que el lector cierra pensando que ha realizado un viaje más largo que el recorrido en sus apenas cien páginas.
Una narración destacada y recomendable en la difícil distancia de la nouvelle.

(Esta reseña se publicó en la revista Librújula)

2 comentarios:

  1. Gracias, David. Has acabado de decidirme.

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    1. Hola Ignacio:

      JUAN Gracia siempre es una garantía. Espero que lo disfrutes.

      Saludos

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