Prólogo de Elvio E. Gandolfo.
En una conversación sobre
literatura argentina con Federico Guzmán
surgió por primera vez el nombre, para mí desconocido hasta entonces, de Salvador Benesdra (Buenos Aires,
1952-1996). La literatura argentina cuenta con grandes cuentistas, pero, me
interrogaba Federico, ¿cuál es la mejor novela argentina? Yo opinaba que alguna
de Juan José Saer, seguramente Glosa o La grande, por ejemplo; y él apuntaba que su favorita era El
traductor de Salvador Benesdra. A mí me resultaba extraño: ¿es posible
que la mejor novela argentina no se haya publicado en España?, me decía. Nos
llegan muchos novelistas de Argentina, y precisamente el mejor es
desconocido... Ahora que por fin he podido acercarme a El traductor no estoy seguro de poder afirmar que ésta es la mejor
novela argentina, pero desde luego es una de las mejores que se han escrito en ese
país (o al menos de lo que yo conozco, que obviamente no es todo) y,
posiblemente, una de las mejores novelas en lengua española de las tres últimas
décadas.
Salvador Benesdra sólo escribió
esta novela y un libro de autoayuda; ninguno de los dos los vio publicados en
vida. El 2 de enero de 1996 decidió suicidarse: se arrojó a la calle desde su
apartamento, un décimo piso. Como cuenta en el prólogo, el escritor y crítico Elvio E. Gandolfo se encontró con esta
novela cuando en 1995 formaba parte del prejurado del premio Planeta Argentina.
Tras leer las primeras páginas, Gandolfo ya sabía que se hallaba ante una obra
especial: “Esto es genial de verdad. No lo van a premiar ni en broma”, escribe.
La novela quedó entre las
finalistas del Planeta Argentina porque lectores como Gandolfo o Daniel García Helder la recomendaron y la defendieron
de cara a la deliberación final del jurado; pero (lógicamente) no se premió. Era demasiado
literaria para un premio tan comercial. No es El traductor una novela de lectura fácil ni, debido a su temática
torturada y en ocasiones ensayística, puede gustarle a un público mayoritario.
Es decir, si se premiaba una novela como ésta no se iba a recuperar la
inversión “ni en broma”.
El traductor se publicó en 1995 gracias al dinero de una beca que
solicitó para el libro el propio Benesdra -bajo la recomendación de Gandolfo- y gracias a las aportaciones de los
familiares de Benesdra. Durante las dos semanas que he tardado en leerla he intercambiado
unos cuantos correos con Gandolfo, al que conozco gracias al blog. En uno de
ellos le preguntaba si sabía cuántos ejemplares del libro se habían publicado
originalmente en Ediciones de La Flor.
Gandolfo no estaba seguro, pero muy amable se lo preguntó a los primeros editores.
Parece ser que hubo una primera edición de 1.500 ejemplares y una reedición de
1.000. En 2012 la editorial Eterna
Cadencia ha editado 1.800, y algunos de ellos los ha distribuido en España.
Cuando vi El traductor en las librerías de Madrid no dudé en comprarlo.
La novela es en gran parte
autobiográfica. Su protagonista, Ricardo Zevi, trabaja, al igual que Benesdra,
de traductor en una editorial llamada Turba, que publica principalmente ensayos
sobre temas sindicales y de izquierda en general. Turba es la principal
editorial progresista de Argentina. Estamos en 1991 y Zevi es un hombre de 36
años que siente cómo se desmorona su mundo de referencias tras la caída del
Muro de Berlín y el desmantelamiento de la Unión Soviética: “La izquierda toda,
desde los talmudistas del trotskismo hasta los más tibios socialdemócratas,
veía o mejor dicho trataba de no ver cómo desaparecían piedra a piedra bajo sus
pies los últimos vestigios que quedaban de lo que alguna vez había sido su
mundo, su civilización, su cultura o su cimiento vergonzante y clandestino. La
última catedral de la religión atea del socialismo parecía llevarse en su
derrumbe hasta el último testimonio de que la izquierda había sido alguna vez
una realidad, defectuosa como el mundo, malvada como un gulag, vigente como una
piedra” (págs. 218-219).
En cualquier caso, Zevi no es un
ortodoxo de la izquierda soviética, con la que se muestra crítico, sino un
socialista utópico.
La novela avanza con dos tramas,
más o menos paralelas o entrecruzadas.
Una pertenece al ámbito más
privado de la vida de Zevi, y nos habla de la relación con Romina, una joven
provinciana a la que conoce en un café según comienza la novela, cuando ella se
acerca a Zevi para entregarle un folleto de la Iglesia adventista a la que
pertenece. La segunda trama corresponde a un ámbito más social para Zevi, el de
su trabajo en la editorial progresista Turba. A pesar de los principios que promulga
en los libros que publica, en Turba comienza a haber cambios: parece que los
dueños de la editorial, los Gaitanes, quieren modernizar la empresa con cambios
tecnológicos que van a provocar el despido de más de un trabajador. Zevi, uno
de los pocos traductores de Argentina que no trabaja de externo, verá amenazado
su puesto.
El protagonista está traduciendo
un ensayo de un alemán llamado Brockner (un autor inventado), que contiene
ideas racistas y clasistas y que defiende las sociedades jerárquicas. El
narrador reproduce varias páginas del ensayo de Brockner, que el protagonista refutará
o bien sucumbirá al pragmatismo de sus ideas.
La novela se centra en las dos
tramas comentadas, la relación de Zevi con Romina y la relación con la empresa
Turba. En ella hay capítulos de gran ritmo narrativo que se adentran en la
turbulenta mente del personaje, un trasunto de la personalidad obsesiva de
Benesdra, en los que la trama se desarrolla de una forma agobiante y tortuosa,
“como en el mundo de Roberto Arlt” (pág. 74), comparación que se repite más de
una vez en la novela. Pero quizás la influencia más poderosa a la hora de
construir el personaje atormentado de Zevi sería el autor que inspira al propio
Arlt: Dostoyevski. Y en otros
momentos el ritmo se desacelera y el personaje reflexiona (con gran profusión
de citas de filósofos) sobre el mundo que le ha tocado vivir y la deriva
política de la izquierda y de su país.
El estilo es denso, barroco. Se
nota que Benesdra es un escritor acostumbrado a leer a filósofos y de ellos toma
el gusto por una redacción rica en frases largas y subordinadas que van negando
o matizando la frase principal.
Un aspecto que no debo olvidar al
hablar de este libro es su sentido del humor; un humor a veces cruel, políticamente
incorrecto; un humor doloroso que ha provocado en mí más de una carcajada, como
le ocurrió al propio Gandolfo según cuenta en el prólogo.
En más de una ocasión esta novela,
escrita en 1995, me ha parecido visionaria: El
traductor es una obra de profunda actualidad: la España de hoy, con su
crisis, su desmantelamiento del Estado del bienestar, sus bajadas de sueldo y
sus abusos laborales no se puede parecer más al mundo que describe Benesdra en
1995.
En algún momento, cuando la
novela se centraba en la relación de Zevi con Romina, he pensado también que a
Benesdra la novela se le iba de las manos, y que la narración entraba en un
territorio que, sin abandonar el realismo, casi se volvía expresionista en sus
caminos de perversión. Pero en realidad el viaje a los infiernos de Romina y
Zevi sigue teniendo mucho del mundo de Dostoyevski. En todo caso, aunque en
algún momento parece peligrar la verosimilitud (lo que queda justificado más
adelante por el estado mental del protagonista), yo no podía dejar de leer.
Necesitaba en todo momento saber qué le iba a ocurrir al torturado judío sefaradí
Zevi con la adventista Romina y con la editorial falsamente progresista Turba,
en un mundo de dominadores y dominados donde la idea de justicia parece estar
desapareciendo de la faz de la Tierra. Entre las páginas 429 y 430, Zevi
señala: “Acababa de descubrir un beneficio absolutamente inesperado de mi
conducta criminal: haber incurrido de veras en el mal le permitía a uno actuar como
un hijo de puta también con quienes se lo merecen de verdad y sólo entienden
ese trato”. Al leer este párrafo se me escapó una carcajada. No voy a explicar
por qué Zevi acaba incurriendo en el mal para no destripar la novela.
Se lo comentaba a Gandolfo en un
correo: a veces es desalentador darse cuenta de que obras tan poderosas como
ésta pasan casi desapercibidas. El
traductor tiene todos los elementos para ser una obra de culto: su prosa es
poderosísima, se adelantó a su tiempo, su sentido del humor es desgarrador, sus
dos personajes principales son inolvidables, su análisis de la vida individual
y social tiene capacidad para revolver e incomodar la conciencia de cualquier
lector. Además, éste es el único libro del autor si obviamos su libro de
autoayuda (que desde luego no le sirvió para nada). Con él debería haber
entrado en la historia de la literatura escrita en español, pero se suicidó
antes de verlo publicado. Benesdra tiene todos los ingredientes para
convertirse en un mito. El propio Gandolfo escribe en su prólogo: “Una de las
mejores novelas argentinas que se hayan escrito desde 1810”.
Si Salvador Benesdra fuese un
autor norteamericano, estaría traducido a todos los idiomas y El traductor sería una obra de culto. Al
ser argentino, este libro se pudo publicar gracias a la financiación de sus
familiares y calculo que lo hemos leído no más de 3.000 personas.
Según Federico Guzmán yo voy a
ser el único receptor en España de esta obra que nos acerca la editorial
argentina Eterna Cadencia. Sinceramente espero que Federico se equivoque y que El traductor encuentre a los lectores
exigentes que sin duda merece.
Por favor, si algún lector
descubre esta obra gracias a esta entrada del blog y decide acercarse al libro,
que me lo cuente. Para mí sería muy alentador conseguir al menos un lector para
esta magnífica novela.
Excelente reseña, David, y no es un libro fácil de reseñar. Me da muchísimo gusto que la novela te haya entusiasmado tanto como a mí. ¡Viva Benesdra!
ResponderEliminarFederico
Hola Federico:
EliminarCreo que este es uno de esos libros por los que uno piensa que merece la pena tener un blog de reseñas: para intentar (dentro de mis posibilidades) llamar la atención sobre libros injustamente olvidados.
Cómo me gustaría conseguirle al menos un lector a Benesdra.
saludos
Fui compañero de trabajo y uno de los confidentes de Benesdra durante el tiempo en el que escribió El Traductor, conocí sus fracasos y fuimos despedidos juntos de la editorial en la que trabajábamos. Un genio que hablaba 7 idiomas -estaba aprendiendo japonés, el 8º- había leído todo lo que se puede leer, desde Lenin hasta Hegel y todo en idioma original. Sin dudas el mejor periodista de internacionales que conocí y además un gran conocedor de la economía. Creo que su inteligencia proverbial y su condición de psicótico -tal vez producto, en parte, de su mente altamente desarrollada- lo llevaron al suicidio. Pero antes nos dejó dos obras magníficas. Una sobre autoayuda, más digerible aunque su juego es que el placer es apenas una consecuencia del dolor y El Traductor, una historia casi real que refleja el abatimiento y la incertidumbre de los socialistas ante la oleada neoliberal de los 90 y la caída de la URSS. Como sugiere David, hoy que el neoliberalismo vuelve a enseñorearse en el mundo -imaginen el 2016 que pasamos los argentinos- vale más que nunca su lectura.
EliminarHola Rubén:
EliminarMuchas gracias por entrar al blog y hablarnos de su experiencia con Benesdra. Me parece todo un privilegio haber podido ser su compañero de trabajo y amigo.
En una librería de Madrid vi el libro de autoayuda de Benesdra, pero no sé si comprarlo. Me da la impresión de que tiene que ser un libro bastante raro. Quizás lo haga, porque los ecos de El traductor aún resuenan en mi cabeza.
Saludos
Rubén, le dejo aquí un mensaje:
Eliminar¿Te apetece que te haga para el blog una entrevista sobre tu relación con Salvador Benesdra?
Si le apetece te puedes poner en contacto conmigo en esta dirección: david_p_l@hotmail.com
Saludos
A mí me ha picado la curiosidad. Si me la encuentro en las librerías la próxima vez que baje a Madrid me la llevo.
ResponderEliminarGracias por la recomendación.
Hola:
EliminarPor Madrid sí se ha visto en las librerías durante el pasado mes. Imagino que se podrá encontrar con facilidad. A ver si yo me animo con El plantador de tabaco, aunque mi pila de libros por leer es tremenda.
saludos
No es fácil que la gente se anime con una novela de 700 páginas de un argentino desconocido. Lo entiendo. Acabo de entrar en Amazon y, obviamente, no se ha vendido ni un solo ejemplar. Así es esto. Ya qué.
ResponderEliminarF.
Bueno, como decía Gandolfo: esto siempre ha sido así, pero y lo bien que nos lo pasamos leyendo y escribiendo...
EliminarSaludos
A buscarlo inmediatamanente..... espero tener suerte, desde luego has hecho que desee leerlo
ResponderEliminarHola Caimán:
EliminarLe leyeras este libro y te gustara me haría una gran ilusión. A ver si hay suerte.
Saludos
Encontrado y pedido... ya te diré... Saludos, y gracias de nuevo...
EliminarQué bueno.
EliminarSí, por favor, cuéntame qué te parece este libro.
saludos
Hola amigo:
ResponderEliminarSuena tentador y esta vez, caeré. Por lo menos una lectora has reclutado. Un comentario pedestre y casi cutre: es caro, 26,50 en la central de Callao pero es mucho papel también y si la calidad acompaña, me lo autorregalaré para el próximo puente. Acabo de salir del campo minado del Plantador de Tabaco y ya me estoy metiendo en otro berenjenal. Te iré contando.
Un saludo y gracias,
S.
Hola Sonia:
EliminarEl plantador de tabaco tiene muy buena pinta.
El traductor es una novela con cambios de ritmo brusco. Me está empezando a pesar la responsabilidad: espero no equivocarme en esta recomendación.
Saludos
Muchas gracias, la verdad es que esta novela es muy atractiva, según leo tu reseña. Mañana mismo la busco.
EliminarHola Viejo Fettes:
EliminarOjalá te guste.
Saludos
Hola, David.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta reseña, supongo que por lo que tiene de especial. Trataré de conseguir la novela de Benesdra.
Qué gran blog has construido.
Hola Peri:
EliminarPues a ver si la encuentras y te gusta.
Gracias por tus palabras.
Saludos
Hola David. Apenas leí la palabra utópico pensé en preguntarte si te gustaba Roberto Arlt. Erdosain y su rosa de cobre son inolvidables para mi. Gracias por esta entrada, jamás había escuchado nada de Benesdra. Que ironía la del libro de autoayuda, de publicarse ¿vendría con un yunque de regalo? En lecturas ando por otros caminos ahora pero para el año que viene (bueno, en unas semanas) voy a pasar por la hermosa Eterna Cadencia. Hay algunos libros que los tengo clavados como en la garganta porque no puedo conseguir (lo que sea de Valentín Fernando, Un amor de Buzzati) espero que con El traductor no me pase lo mismo, aunque parece haber stock de sobra.
ResponderEliminar¿Ves? esto es lo que te digo siempre de tu blog, la tarea de encontrar estas joyas de poemas, estas joyas de novelas es un trabajo admirable. Esto de empujarnos a otros escritores, de hacernos ir de cacería, prestar mas atención, ir de compras a las librerías con una lupa.
¿Conocés la obra de Alvaro Colomer? Leí Los bosques de Upsala por una reseña en el blog de Jesús y me gustó mucho, pero no encontré tampoco sus otros libros. Que impotencia che.
Saludos
Hola Analía:
EliminarDe Roberto Arlt leí Los siete locos y Los lanzallamas, y son dos libros de los que guardo un gran recuerdo. También leí algún cuento.
Tengo pendiente de leer El juguete rabioso. A ver si cae en breve.
El libro de autoayuda lo ha publicada también Eterna Cadencia. En su momento no se lo quiso publicar ninguna editorial porque pensaban que era un libro "demasiado elevado" para lo que suele ser el género.
Gracias por tus palabras sobre el blog.
De Colomer he oído hablar bien. A ver si leo Los bosques de Upsala.
Que te vaya bien por Eterna Cadencia.
Saludos
me acaban de avisar de la libreria, acaba de llegar mi ejemplar de El traductor.
ResponderEliminarQué bueno, pues ya me contarás qué te parece. Espero que lo disfrutes.
EliminarSaludas
Es un libro enorme, de los que vale la pena sumergirse a fondo. El pozo anímico de Zevi, su infierno peculiar está muy conseguido, mejor la parte con Romina que la laboral. Es muy cierto lo del sentido del humor, el tipo suelta cada dos por tres alguna frase que nos dibuja algo más que una sonrisa. A mi me ha hecho mucha gracia como nos deja a los españoles, Felipe González incluido.
EliminarUn gran libro, una gran recomendación, de las mejores que has hecho.
Hola detective:
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado.
Lo cierto, es que lo de los Gaitanes era muy gracioso.
Saludos
Hola David:
ResponderEliminarSólo quiero contarte que tu campaña está teniendo éxito, por lo menos en la Central de Callao está agotado. Según me dijeron está pedido y me avisarán cuando llegue.
Hola Sonia:
EliminarBueno, pues a ver si llega de nuevo. Seguro que habían traído pocos.
saludos
acabo de comprar "El traductor" y me dan ganas de leerla. ahora, novela de las mejores de Argentina: "Zama", de Antonio Di Benedetto (por si no llegó a España)
ResponderEliminarHola Liyo:
EliminarEspero que te guste El traductor, y que después de leído te pases por aquí a contarme qué tal.
A Di Benedetto lo reeditaron en España hace no mucho. Un poco antes yo había comprado su novela Zama, en una edición de Alfaguara de los años 80, cuando al parecer Di Benedetto fue popular en España. Como tú dices, Zama es una magnífica novela. Si te apetece leerlo, tengo comentadas 4 novelas de Antonio Di Benedetto en el blog. Sólo tienes que buscar la letra A en el índice.
Saludos
Hola a todos
ResponderEliminarVerdaderamente, El traductor es una joya. La podéis encontrar disponible a través de Agapea. Por cierto, Liyo, Zama se reeditó en España hace un par de años en un volumen de Aleph que incluye también El silenciero y Los suicidas. A través de webs españolas como Todocoleccion se pueden encontrar también otros libros suyos de segunda mano (yo te recomiendo, por ejemplo, los relatos de Absurdos).
Un saludo
Hola Juan Luis:
Eliminargracias por la información.
A ver si leo el llibro de relatos completos de Di Benedetto, que lo tienen en la biblioteca que frecuento.
saludos
Compré esta novela en Buenos Aires, en la librería Eterna Cadencia. Me sedujo la idea de El camino total (que es el libro de auto-ayuda de Benesdra). Este tipo era un clarividente. Basta leer unas líneas para comprender que compite con Saer (especialmente en prosa) y con Di Benedetto ( lo mismo en luctuoso). Comparte con ambos un bagaje filosófico importante, pero quizá Benesdra suena más certero compartiendo sus ideas.
ResponderEliminarHola:
EliminarHubiera sido muy bueno haber podido leer más obras de Benesdra para ver qué camino tomaba.
Quizás Saer tenía más interés que Benesdra en crear el mundo ficción total, con la creación de un espacio en el que mover tantos personajes. Por cierto, esta semana me compré el volumen de sus cuentos completos. A ver si los leo pronto.
saludos
...Es curioso...
ResponderEliminar...Yo la busqué durante años porque había leído a alguien, no recuerdo quién, hablando de ella en un suplemento literario. La conseguí, por fin, en una librería de Buenos Aires en 2007, en Ediciones de la Flor...
...Hace un año que llevo la colección de narrativa de una pequeña editorial sevillana llamada Alegoría, y fue el primer libro en el que pensé para inaugurar dicha colección. Ahí empecé a buscar cómo hacerme con los derechos, y supe que lo iba a reeditar Eterna Cadencia. Cuando me puse en contacto con ellos para explicarles que quería publicarlo en España me dijeron que ellos lo distribuirían también aquí, pero yo en la periferia cultural, fuera de Madrid, no lo he visto y me da pena...
...Yo también estuve una noche hablando con Federico Guzmán de esta maravilla. No sé si es la mejor novela argentina. Yo creo, de hecho, que es muy irregular, y a veces pesada y aburrida. Pero, efectivamente, es encantadora...
...Ahora estoy buscando información sobre Benesdra, porque lo he convertido en personaje literario, y he llegado aquí...
...Un saludo...
Hola Miguel Ángel:
EliminarEste libro sí que se vio por Madrid durante unas semanas. Ahora ya no sé si se puede encontrar, alguna persona que lo buscó me comentó que le estaba costando.
Espero que tengas suerte con la editorial.
saludos
Buena recomendación. Un poco caro, el libro. Pero caerá, seguro. Me recordó un poco El pasado, de Pauls, claro que ésta es la versión establishment y pretenciosa de la historia. ¿Lo has leido? Por otro lado, queria preguntarte por Oswaldo Lamborghini, ¿alguna recomendación?
ResponderEliminarUn saludo.
Dr J.
Hola Dr. J:
EliminarSí, quizás sea un poco caro, pero tiene 670 páginas y el que compré en España tuvieron que traerlo desde Argentina. Tras leerlo, consideré que fue un dinero bien invertido.
El pasado de Pauls lo he tenido en las manos varias veces, lo tienen en la biblioteca que frecuento. Me han hablado bien y mal de él, parece que crea división de opiniones. Quizás me acerque a él, no he leído nada de Pauls y siento interés.
De Osvaldo L. leí El Fiord (hay reseña en el blog, por si te apetece leerla) y la verdad es que no me gustó. Eran 16 páginas que se me hicieron largas.
Saludos
Hola David,
EliminarPrimero quiero decirte que llegué a este blog buscando referencias de "El traductor" de Benesdra. Definitivamente me convenció de comprarlo y hacerle caso a mi ya gurú de lectura que es quien tiene una librería donde vivo en Rosario, Argentina. Me ha parecido un libro "genial", coincido que es muchas veces un ensayo que me ha invitado a investigar sobre tantos temas de política que desconocía. Soy psicóloga y disfruté mucho al descubrir como el autor utiliza en el argumento de esta novela al psicoanálisis para el desarrollo de su historia. Si me permitís el atrevimiento te recomendaría ampliamente "El pasado"de Alan Pauls es una novela embriagadora, escrita de un modo realmente bello, no la dejes pasar. Lo único que podría objetar de "El traductor" es el modo de cerrar la historia, su final, me parece un poco incongruente con la lógica de los personajes, pero: quien soy yo para decir algo sobre semejante novela y semejante autor.
Saludos y muchas gracias por sostener un espacio como este tan amable y generoso para quienes disfrutamos de la lectura.
Hola Carlu:
EliminarMe alegro de que te gustara el libro; como tú dices, es verdad que ese final queda un poco raro teniendo en cuenta la historia leída. Imagino que siendo Benesdra un depresivo crónico, lo que se transmite a su personaje, quiso terminar el libro de forma alegre, porque a él mismo le daba miedo que su personaje (un trasunto de sí mismo) acabara mal.
Ya me han hablado más de una vez de "El pasado" de Pauls. Lo he tenido más de una vez en las manos. Me han hablado bien y me hablado mal, últimamente son más lo que me hablan bien de él. Lo acabaré leyendo.
Muchas gracias por pasarte por aquí, y por el interés.
Saludos
Gracias, David.
ResponderEliminarEl traductor caerá fijo. Es lo más prometedor que he descubierto desde hace mucho tiempo. Y además, nadie se reclama "hijo de Benesdra". No se puede decir lo mismo de los "bolaños", que florecen por doquier. Cosas curiosas.
Saludos!
Dr J.
Ah, El pasado -que no El pesado- está en bolsillo. Merece la pena intentarlo. Lo que Borges hubiera resuelto en un cuento de cinco páginas, aqui se va a las quinientas o por ahi. Yo no lo pude terminar. También hay película. Se deha ver, con Gael Bernal. Sobre todo en versión "download" o by the face.
ResponderEliminarSobre El pasado he oído ya muchas opiniones contradictorias. No sé si lanzarme con ella o con otra novela de Pauls. ¿Alguna recomendación de este autor?
EliminarSobre El traductor: una reflexión de mi amigo Federico Guzman: en los 90 argentino podían sobresalir dos modos de contar: el barroco y profundo de Benesdra y más metaficcional y experimental de Aira. Al morir Benesdra, Aira se convierte en el referente. Si Benesdra hubiera seguido escribiendo libros quizás ahora los jóvenes estarían interesados por una literatura más política y comprometida que por una literatura de juego.
saludos
Hola David...soy argentina y no conocía a Benesdra hasta que hoy en un curso de posgrado lo recomendó la docente. Di con tu blog y sin tenía alguna duda en leer o no el libro, vos me alentaste que lo hiciera. Un saludo y felicitaciones por tu blog. Graciela .
ResponderEliminarAcá te dejo mi blog por si querés pasar...
www.boticaria-graciela.blgspot.com
Hola Graciela:
EliminarBenesdra es uno de esos escritores ocultos maravillosos. E imagino que siendo argentina se disfrutará todavía más. No lo dudes: Lee El traductor, es un libro muy grande. Aprovecha la reedición.
Y por si no lo conoces te comento otra reedición de Eterna Cadencia más que interesante: El desierto y su semilla de Jorge Barón Biza.
Yo ahora estoy leyendo otro libro argentino: Cada vez más cerca de Elvio Gandolfo, que hace el prólogo de El traductor. Un gran libro el de Gandolfo, otro gran escritor argentino. Qué gran tradición la de tu país.
Me paso por tu blog.
Saludos
Hola David. Muy bueno tu blog. Estoy terminando El Traductor. Sí, se disfruta siendo argentino. Hace mucho, pero mucho tiempo que un libro no me atrapaba así. Coincido en lo que escribiste, y destaco el humor, también me he reido a carcajadas, cada cierta cantidad de páginas claro. Y estaba justo pensando en leer El desierto y su semilla.....Un abrazo grande.
ResponderEliminarGastón.
Hola Gastón:
EliminarMe alegra mucho que este gran libro encuentre a sus lectores. Como te pasa a ti, a mí el libro también me enganchó mucho. Y también me reí mucho.
El desierto y su semilla es otro estilo, pero también merece mucho la pena.
Y, como le recomendé a la mujer argentina llamada Gabriela: el libro de Elvio Gandolfo Cada vez más cerca también está muy bien.
Qué gran tradición literaria la argentina.
Un abrazo
David
A ti, Florencia, por pasarte por aquí.
ResponderEliminarSaludos
Lo acabo de terminar y me alegro de encontrar este blog. El libro es inmenso, en muchos sentidos. Saludos
ResponderEliminarHola Agostina:
EliminarMe alegra que hayas leído este gran libro y te hayas encontrado mi blog. Pásate cuando quieras por aquí.
Saludos
Me lo recomendó un librero amigo en Madrid, lo estoy leyendo, es una obra magnífica, hipnótica.
ResponderEliminarHola Makroll: me alegra que le guste, este libro se merece encontrar lectores que disfruten de él.
EliminarSaludos
Gracias por tu justa y entusiasta reseña de un autor argento al que la historia le dio la espalda, pero el tiempo le dará la razón. Justamente por estos días lo terminé y lo estaba por reseñar, y tu entrada de blog me animó mucho más.
ResponderEliminarTe cuento que acá en Argentina no es más conocido que allá, pero de todas formas circula de boca en boca, y de préstamo en préstamo. Un abrazo
Hola Sofía:
EliminarSé que Benesdra no es un autor muy conocido, pero estuvo muy bien la reedición de Eterna Cadencia y que un nuevo número de lectores pueda acercarse a él. Esperemos que su repercusión crezca.
Hace poco leí otro libro argentino que también merecería más atención: Las Varonesas de Carlos Catania. ¿Lo conoces? Lo tengo comentado en el blog.
Ánimo con esa reseña.
Un abrazo
Acabo de terminar de leer esta novela y¡me ha encantado! No recuerdo cómo llegue a ella, creo que leyendo algún artículo donde la mencionaban. Es buenísima, a pesar de sus partes más áridas. Creo que ya muchos la hemos leído. Un abrazo, Marcela
ResponderEliminarHola Marcela:
EliminarMe alegra mucho comprobar que esta novela encuentra sus lectores. Es un libro inmenso. Debería ser más famoso. Aquí, en España, no es muy conocido, y es una pena.
Un abrazo
David
conseguiste otro lector!
ResponderEliminar“Esto es genial de verdad. No lo van a premiar ni en broma”,;)))
me parece interesantísimo todo lo que contás. me atrapó y dan ganas de leerlo. dios salve a Benesdra
a Mourinho le decían el Traductor peyorativamente
Hola Martín:
EliminarEste libro es muy bueno, y su historia fascinante. Espero que te pueda gustar.
Saludos
David Pérez
Gran novela. Reseña aqui
ResponderEliminarhttps://elultimofragmento.wordpress.com/
Saludos!
Hola Toni:
ResponderEliminarGracias por el enlace. Me paso a leer tu reseña.
Saludos
Gran novela en verdad, la leí esta semana y he quedado más que impresionado. Las referencias que hace a varios autores, incluidos peruanos y clásicos autores judíos como Canetti y Kafka llevan a querer releerlos y es más tal vez entrar un poco a temas de simbolismo relacionados a la cábala. Esta novela es de las que requiere una relectura obligatoria, luego que uno mismo se haya acercado a algunos de los textos que podemos entender que podrían ayudar a una mayor comprensión en si se la novela. Una lastima que Benesdra nos haya dejado tan pronto. Muy buena reseña
ResponderEliminarHola, yo también he pensado en una relectura de este libro, que ya hace unos 5 años que lo leí, y lo recuerdo mucho. Uno de los grandes libros que he leído en los últimos años.
EliminarSaludos
Hola David, excelente el comentario de la novela (voy por la mitad y es monumental). Quisiera aportar que me parece interesante señalar que, si bien el autor era periodista (y una persona ya formada cuando escribió la novela), es destacable el nivel de madurez y calidad de su prosa*. A muchos autores les lleva varios escritos llegar a esa calidad. Una pena tener solo una novela suya. Saludos desde Córdoba, Argentina.
ResponderEliminar* La escena donde narra como se imagina que Romina y Gerardo están hablando de él, pero en la misma oración él responde en primera persona, luego de una coma o un punto la hace responder a Romina y Gerardo en primera persona, luego volver a la tercera es de una destreza técnica impresionante.