miércoles, 27 de marzo de 2013

Searching for Sugar Man

Aunque este blog se llama Desde la ciudad sin cines, nunca he recomendado una película en él. Hoy es el día.
Ya he comentado alguna vez que en mi tiempo libre no sólo me dedico a leer y escribir. Veo también muchas series televisivas anglosajonas, escucho música, y voy al cine (y me relaciono con otras personas). La verdad es que desde que me aficioné al formato de las series, con episodios de unos 45 minutos de duración, ya apenas veo películas en casa; pero sí lo hago en el cine, al que suelo acudir, al menos, una vez cada dos semanas. Llegué a tener un periodo en mi vida en el que iba hasta tres veces a la semana al cine, cuando estaba buscando trabajo y tenía algo de dinero ganado en un premio de poesía.

Mi novia había oído hablar de un documental, que a mí no me sonaba de nada. Y el sábado pasado fuimos a los cines Verdi de Madrid a ver, en versión original subtitulada, ese documental, que ganó el Oscar en la pasada edición, una película sueco-británica titulada Searching for Sugar Man, que retrata la búsqueda, a finales de los 90, de dos fans sudafricanos -de Ciudad del Cabo- de Sixto Rodriguez. Rodriguez es un artista de la canción norteamericano del que no tienen casi ninguna noticia, y con el que sin embargo han crecido. Las canciones de Rodriguez, nos cuentas a cámara los fans sudafricanos, fueron un soplo de aire fresco en el congestionado mundo del Apartheid. En un país en que no había televisión porque se considera comunista, Rodriguez canta una canción llamada The Establishment blues y uno de los dos fans - Stephen 'Sugar' Segerman o Craig Bartholomew Strydom, no recuerdo cuál de los dos. Esta información la estoy sacando de la wikipedia- nos cuenta que él no sabía lo que significaba Establishment hasta que lo escuchó en aquella canción; o en I wonder Rodriguez habla explícitamente (para la época y el lugar) de sexo. Los discos de Rodriguez estaban prohibidos en Sudáfrica, razón de más, nos cuentan, para que todo el mundo quisiera tenerlos, para que se grabaran en cinta en los años 70 u 80.
Rodriguez es un símbolo en Sudáfrica, pero apenas saben nada de él. Incluso se comenta que tras sólo sacar dos discos se suicidó en el escenario; quemándose a lo bonzo, según unos, o pegándose un tiro en la sien, según otros.


Segerman, cuyo apodo familiar Sugar, se debe a la canción Sugar Man de Rodriguez, y su amigo Strydom deciden buscar a Rodriguez. Y como dos detectives salvajes sudafricanos empiezan a preguntar a las discográficas que distribuyen sus discos en el país, lo que les conduce a la empresa californiana Sussex Records. En Estados Unidos se intentan entrevistar con el que fue el dueño de la compañía en los 70 del siglo XX, un señor mayor que se enfadará bastante cuando los detectives salvajes empiecen a preguntar por el dinero que las compañías sudafricanas le enviaban a su compañía, y del que al parecer nunca supo nada Rodriguez ni su familia. Más de medio millón de discos de Rodriguez se han vendido en Sudáfrica, estiman.
Además como estamos en 1998 y ya existe internet, Segerman y Strydom han creado un foro sobre Rodriguez. En un cartón de leche, como si fuese un niño perdido, estos dos adolescentes cuarentones, han colocado la foto de su ídolo. La foto de un ídolo que piensan que está muerto, un ídolo de juventud misterioso y esquivo.
A través del foro de internet, alguien, que dice ser la hija de Rodriguez, contacta con ellos. Segerman no acaba de creérselo; puede que le estén tomando el pelo. A la una de la noche en Sudáfrica recibe una llamada. Su mujer toma el teléfono. Se lo alcanza: Rodriguez está al aparato. Segerman, un hombre que ha crecido con el sobrenombre de Sugar por una canción de Rodriguez, no puede creérselo. Debe ser un engaño. Toma el teléfono. Lleva décadas escuchando esa voz. Es él. Rodriguez está al aparato.




Esta es la escena clave de la película. Segerman ha encontrado a su ídolo, sus pesquisas de detective salvaje han dado sus frutos; y aún así no acaba de creérselo. Todo parece una broma. El que está al otro lado del teléfono no puede ser Rodriguez, porque para él es como si Elvis Presley estuviese al otro lado del teléfono.
En Detroit, ciudad natal de Rodriguez, la escena también es confusa. Un hombre de unos sesenta años, que en su juventud sacó dos discos de música rock-psicodélica-fokl, un hombre que es hijo de un inmigrante mexicano y que era obrero de la construcción cuando grabó sus discos, un hombre que no tuvo éxito en el difícil mundo de la música, y que volvió a ser trabajador de la construcción, está recibiendo la llamada de alguien cuyo sobrenombre proviene de una de sus canciones, alguien que le está diciendo que el Sudáfrica es más famoso que Elvis Presley. Rodriguez tampoco acaba de creérselo, alguien está gastándole una broma.
Y la idea abstracta del ídolo, del artista, flota entre ambos a través del océano Atlántico.
Rodriguez no es un artista fracasado, es un artista que no encontró su público, aunque éste sí que existe. Rodriguez no es un artista porque nadie compró sus discos en su propio país y tuvo que ser un obrero de la construcción. Rodriguez sí es un artista porque en un país del sur de África sus canciones fueron himnos generacionales.
Y Rodriguez y su familia vuela a Sudáfrica, y no pueden creer que en el aeropuerto les estén esperando cuatro limusinas. Los sudafricanos tampoco acaban de creerse que quien viene a visitarlos sea la leyenda de Rodriguez, y algún periodista piensa que esto sólo puede ser un montaje.
Y Rodriguez, treinta años después de pensar que era un artista fracasado, por fin toca para su público. No le tiembla la voz. Artista y público se han encontrado. Él es un obrero de la construcción en Detroit y también es una estrella de rock en Ciudad del Cabo. Obrero y público no acaban de creerse que él sea en realidad Rodriguez.
Cuando vuelva a Detroit, los amigos del trabajo de Rodriguez tampoco podrán creerse que él es en realidad el Rodriguez que muestran los recortes de periódico que ha traído de su viaje a Sudáfrica.

Hacía mucho que no me emocionaba tanto en el cine. Salí de los Verdi como alucinado. Fui a Malasaña a cenar con mi novia, y al volver a casa encendí el ordenador y busqué a Rodriguez en youtube. Estuve más de una hora, hasta las dos de la mañana, escuchando sus canciones. No me lo podía creer. ¿De dónde salía Rodriguez? ¿Quién es este hombre que se despide de nosotros en el documental, caminando con dificultad sobre las calles nevadas de Detroit, mientras suena su hermosa canción Street boy?

Y la verdad es que he de decir que en muchos tramos de la película pensaba que se trataba de un falso documental. Lo que estaba viendo en la pantalla no podía ser real. Rodriguez no podía ser en Sudáfrica más famoso que Elvis Presley o igual de conocido que The Beatles. La entrada de la wikipedia en inglés me hace ver que tenía razón, que cuanto menos había un poco de manipulación en la película, porque se ocultaba más de un dato relevante (mejor no lean antes de verla la entrada de la wikipedia en inglés sobre la película).

Y la pregunta que más me interesa es ¿alguien en España había oído alguna vez hablar de Rodriguez? Yo desde luego no. Y posiblemente la historia anterior no me hubiera emocionado tanto si la música de Rodriguez, que era la banda sonora del documental, no me hubiera parecido tan buena.
Duele pensar que Rodriguez no triunfó, en los Estados Unidos de los 70, entre otras cosas, por ser de origen hispano y por ser pobre.
El documental se abre con Segerman conduciendo por una carretera sudafricana cercana a la costa, que al principio yo pensé que era californiana, y en el coche suena Sugar Man, el primer tema del primer disco de Rodriguez, Cold Fact. Sugar Man es un clásico instantáneo, una canción de rock psicodélico setentera que habla metafóricamente de las drogas al nivel del Hotel California de The Eagles. Una canción que los marines americanos destinados en Vietnam deberían haber coreado como un himno, pero que no lo hicieron.
Dejo aquí la letra de la canción y el enlace a youtube:


SUGAR MAN

Sugar man, won't you hurry
'Cos I'm tired of these scenes
For a blue coin won't you bring back
All those colors to my dreams

Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man met a false friend
On a lonely dusty road
Lost my heart when I found it
It had turned to dead black coal

Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man you're the answer
That makes my questions disappear
Sugar man 'cos I'm weary
Of those double games I hear
Sugar man, Sugar man, Sugar man, Sugar man,
Sugar man, Sugar man, Sugar man
Sugar man, won't you hurry
'Cos I'm tired of these scenes
For the blue coin won't you bring back
All those colors to my dreams

Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man met a false friend
On a lonely dusty road
Lost my heart when I found it
It had turned to dead black coal

Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man you're the answer
That makes my questions disappear




Le comparan con Bob Dylan, pero me parece que Rodriguez tiene mejor voz que Dylan. El domingo me compré sus dos discos en la Fnac de Callao, Cold Fact y Coming fron reality, y desde entonces los escucho insistentemente.

Dejo aquí el enlace a Youtube y las letras de dos canciones que no me puedo sacar de la cabeza:

CRUCIFY YOUR MIND

Was it a huntsman or a player
That made you pay the cost
That now assumes relaxed positions
And prostitutes your loss?
Were you tortured by your own thirst
In those pleasures that you seek
That made you Tom the curious
That makes you James the weak?
And you claim you got something going
Something you call unique
But I've seen your self-pity showing
As the tears rolled down your cheeks

Soon you know I'll leave you
And I'll never look behind
'Cos I was born for the purpose
That crucifies your mind
So con, convince your mirror
As you've always done before
Giving substance to shadows
Giving substance ever more
And you assume you got something to offer
Secrets shiny and new
But how much of you is repetition
That you didn't whisper to him too






CAUSE

Cause I lost my job two weeks before Christmas
And I talked to Jesus at the sewer
And the Pope said it was none of his God-damned business

While the rain drank champagne
My Estonian Archangel came and got me wasted
Cause the sweetest kiss I ever got is the one I've never tasted

Oh but they'll take their bonus pay to Molly McDonald,
Neon ladies, beauty is that which obeys, is bought or borrowed

Cause my heart's become a crooked hotel full of rumours
But it's I who pays the rent for these fingered-face out-of-tuners

And I make 16 solid half hour friendships every evening
Cause your queen of hearts who is half a stone
And likes to laugh alone is always threatening you with leaving

Oh but they play those token games on Willy Thompson
And give a medal to replace the son of Mrs. Annie Johnson

Cause they told me everybody's got to pay their dues
And I explained that I had overpaid them
So overdued I went to the company store
and the clerk there said that they had just been invaded

So I set sail in a teardrop and escaped beneath the doorsill
Cause the smell of her perfume echoes in my head still

Cause I see my people trying to drown the sun
In weekends of whiskey sours
Cause how many times can you wake up in this comic book and plant flowers?





Creo que estas tres canciones son algunas de las piezas musicales más tristes y hermosas que he escuchado en mucho tiempo.

Vayan al cine a ver Searching por Sugar Man. Escuchen la música de Rodriguez, el Bob Dylan latino que tenía mucha mejor voz que Bob Dylan.

17 comentarios:

  1. Qué interesante. La verdad es que no he terminado de leer la entrada porque me ha dado miedo saber demasiado. Me apetece ver la peli. Y, bueno, que a Sugar y a su acompañante los llames detectives salvajes pues remite a cosas buenas. Ya sabes.

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  2. Hola Peri:

    Sí, creo que he contado de más sobre la peli y desvelo alguno de sus secretos, pero merecía la pena.
    La verdad es que el documental tiene algo de bolañesco al consistir en una búsqueda de un artista esquivo y posiblemente muerto u olvidado.
    Además he estado, por fin, releyendo Los detectives salvajes, que ya comentaré aquí, y estoy otra vez bajo el embrujo de Bolaño.

    La película es muy recomendable.

    Saludos

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  3. La película veo que te ha gustado y lo cierto es que después de leer tu relato sólo me queda ponerles cara.
    Un saludo Perez

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  4. Hola:

    Sí, la peli merece la pena, aunque creo que he destripado parte de la intriga inicial. Aún así me apetecía compartir la música de Rodriguez con más personas, a las que esta película podría pasarles desapercibida.

    ¿Nos conocemos, no?
    saludos

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  5. Llevo un rato escuchando las canciones que me encantan, es más, me he sorprendido al escuchar la primera: Sugar man, porque al comenzar tiene un leve parecido con la voz de mi hijo (es el vocalista del grupo Pony Bravo).
    Desde que vi los Oscar en la tele tengo ganas de ver el docu.
    Me ha gustado leerte y te agradezco el post. Completo como todo lo que escribes.

    Un abrazo.

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    1. Hola Isabel:

      Dudé al escribir el post si contar todo lo que he contado, porque en realidad he hecho más de un spolier, pero creo que merecía la pena compartir el descubrimiento de este hombre con los demás.

      Gracias por tus palabras.
      Un abrazo

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    2. Hola Isabel:
      Acabo de escuchar una canción de Pony Bravo. ¡Suenan bien!

      un abrazo

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  6. Qué belleza de historia. Qué belleza de post.
    Felicidades, David.

    Pocoyó

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    1. Hola Pocoyó.

      La historia parece increible y emociona mucho.

      Gracias por tus palabras.
      Saludos

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  7. Hola David,

    Ya que preguntas, te puedo garantizar que sí hay gente que conocía a Sixto Rodríguez antes del documental. Yo, por ejemplo, que tengo sus dos discos en vinilo de cuando los reeditó el sello Light In The Attic y desde antes ya los buscaba, pero eran inencontrables o carísimos.

    Rodríguez era ya ligeramente famoso entre los 'connosieurs' musicales por su canción "Sugar Man" que fue sampleada por David Holmes hace diez años en una sesión suya muy potente y porque fue seleccionada por la revista MOJO Magazine como una de las mejores canciones sobre drogas de todos los tiempos.

    Los japoneses y los coreanos (que son los que marcan las modas del coleccionismo en el mundo de la música pop) se interesaron hace años por Rodríguez y ahora parece que todo el mundo ha sucumbido al encanto de este hombre.

    El documental es conmovedor y la música verdaderamente cojonuda. Pero me sigue sorprendiendo el impacto que está teniendo entre la gente que, por regla general, no consume música de forma habitual o lo hace a ciertos niveles superfluos.

    Hay cientos de artistas desconocidos igual o mejores que Rodríguez, solo que no tienen un documental tan "manipulador" (en el buen sentido) detrás... Por un lado da cierto coraje, pero por otro, yo me alegro personalmente de que ahora a todo el mundo le guste Rodríguez, porque la música verdaderamente merece la pena (con independencia de la historia)...

    Abrazos.

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    1. Hola Fran:

      Imaginaba que entre los expertos en música tenía que ser conocido este hombre. Yo, sin ser ningún experto, sí he sido aficionado a la música norteamericana durante bastante tiempo y precisamente me gustaba esa franja de los 60-80, y no me sonaba.

      También es interesante del documentar comprobar la de gente con talento que no tiene éxito en su campo artístico; pero lo más curioso de esta historia es esa evolución del éxito del artista sin que él lo sepa, un caso bastante raro.

      Ayer estuve en la Central de Callao mirando libros y el hilo musical era la banda sonora de la película.
      Después tomamos algo en Manuela en Malasaña y la camarera le recomendó la película a una pareja que teníamos al lado. Parece que ahora Rodriguez está en todas partes.
      Espero Fran que no sucumbas ahora a ese rechazo que provoca el hecho de lo que pensábamos que era en exclusiva de nosotros ahora es de todo el mundo. A mí novia le pasó un poco con la popularidad de Bolaño, y no sé si tiene mucho sentido.

      Abrazos

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    2. Para nada, David. Todo lo contrario. Como decía en el comentario, me alegro mucho de que Rodríguez sea ahora conocido.

      Puedo ser muchas cosas, pero no me gustaría parecer un esnob, en absoluto... ;)

      Abrazos!

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    3. Hola Fran:

      Ayer mismo, después de salir a la calle y encontrarnos con la presencia de Rodriguez, dos veces, mi novia y yo estuvimos bromeando sobre la idea del descubridor: por ejemplo, en el café Manuela, ponernos a hablar con la camarera y la pareja de al lado y decir algo como: pues yo estuve de mochilero en Sudáfrica en el 96, y me volví a Madrid con los dos discos de Rodriguez, y luego en un viaje a Detroit entré en un bar y había unos obreros de la construcción... Es decir, yo ya conocía a Rodriguez desde hace 17 años y ahora lo reivindico irónicamente...

      De todos modos, estoy ahora escribiendo una entrada donde reflexiono sobre esto de ser el pionero en algo artístico y la rabia que parece dar cuando eso que parecía tuyo se vuelve de todos. Y esto viene a cuento a que he releído Los detectives salvajes hace unas semanas, después de 14 años, y me ha vuelto a fascinar como la primera vez. Y me parece absurdo todo ese movimiento en contra de Bolaño, que está sobrevalorado, etc. Es decir, Bolaño parecía molar cuando sólo lo leía yo, pero ahora que lo recomienda Patty Smith ya no mola tanto..., y me tengo que buscar otro referente personal que sólo lo controlemos unos amigos y yo.

      De todos modos, Fran, no te cortes y danos algún nombre de esos músicos que son tan buenos y no tuvieron suerte. Yo prometo buscarlos.

      Abrazos

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  8. Confieso que me he saltado párrafos de tu post para no saber demasiado de este "searching for sugar man". Lo tengo en mi lista de pendientes y me ha gustado saber que te ha gustado. Y también me ha gustado saber que además de leer y escribir, ves series de t.v., escuchas música, vas al cine y te relaciones con otras personas :-DD

    Abrazos.

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    1. Hola Manel:

      Sí, croe que has hecho bien en saltarte párrafos, quizás he hecho demasiado spoiler. De todos modos, un documental y una música muy recomendables.

      Y no es que sólo lea, escriba, escuche música, vea películas y series y me relacione con los demás, es que además (como diría Harvey Pekar, cuyos comics estoy leyendo ahora) ¡tengo que ir a trabajar!

      abrazos

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  9. Hola David:
    A mí esta peli me ha hecho volver a creer en la posibilidad de los descubrimientos y me ha hecho recordar que el sentido del arte es la necesidad de crear, más allá del éxito.
    Leyendo la entrevista al director en el folleto del cine, me enteré de que la película se hizo con las uñas y casi sin presupuesto, hasta que dio con unos productores que vieron su potencial y le dieron ell empujón final. Otro pequeño milagro.
    Sugar Man es una super obra de arte. Perdón, hablo con el fervor de los conversos.
    Un saludo,
    Sonia

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  10. Hola Sonia:

    Sí, era una película muy inspiradora. Salían de muy buen humor del cine.
    Tengo ganas de ver la anterior película del director, El hombre en el cable, que me han dicho que está muy bien también.

    saludos

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