jueves, 10 de abril de 2014

Homenaje a Kurt Cobain: un poema de El bar de Lee

Hace unos días fue el aniversario de la muerte de Kurt Cobain (20-2-1967 / 4-4-1994). Me resultó sorprendente darme cuenta de que ya habían pasado veinte años desde la mañana en que después de salir de marcha con mis amigos (era sábado o domingo) escuché en la televisión la noticia sobre el suicidio del cantante, a quien había estado escuchando la misma noche anterior en los bares de Alcorcón (aquel día habíamos salido por Alcorcón). Como era de esperar lo convertí en un icono generación, y conservo todos sus discos.
La música triste de Nirvana la tengo muy asociada a los tres años que pasé en la facultad de CC. Físicas (1992-1995), años de no muy grato recuerdo.

Una frase me llamó esta semana la atención: Kurt Cobain murió sin haber navegado nunca por internet. Y empiezo ya a entender el tango Volver de Gardel: "que veinte años no es nada", y esto quiere decir que me hago irremediablemente mayor.

Siempre me encantó su chaqueta de lana.


Dejo aquí hoy, como homenaje, uno de los poemas de El bar de Lee, donde hablo explícitamente de Nirvana

MECÁNICA Y ONDAS

Mesas arañadas y resbaladizos peldaños,
me desprendí del examen antes de tiempo,
la mente embotada y el martillero punzante
de una canción de Nirvana en la cabeza,
sin tregua sobre los folios en blanco
(porque el tiempo de Einstein también
fue para mí el tiempo de Nirvana)
…come as you are, come as you are

Angustiado, vertiginoso, con esquinas
de filos muy agudos al girar la vista,
salí al remanso del pequeño parque
entre las facultades de ciencias.
No tomé el metro a casa, fui hasta
Recoletos, quería ver la exposición
al aire libre con las estatuas de Botero.
Adentrándome en el césped, me moví
alrededor de las rechonchas figuras, toqué
curvas de alegres gigantas, despreocupadas
y tónicas.
      En la mañana de febrero
calentaba el sol y la gente y los coches 
pasaban ajenos a los hamiltonianos,
a mi juventud ridícula y a los equilibrios
estables e inestables, más allá de las integrales
de delirantes cambios de ánimo y variable.

Había estado días (meses) inmóvil en la silla
de mi cuarto, sabiendo que no podía aprobar,
pero consciente también de la imposibilidad
de eludir el parvo rito de las horas de estudio.
Me asfixiaba al correr y mis perseguidores
iban a darme alcance: tras el extravío
de las sábanas, por las noches se repetía.
Sobre la silla de mi cuarto chapoteaba
en la seca inutilidad de mis esfuerzos,
peor aún: de mi fingir y mi yo fraudulento.

Pero allí, en aquellos minutos -que retengo
sobre este nuevo folio en blanco
donde pretendo ser yo ahora 
el que examine a la vida, a la que tuve—
con los pies en el césped y el calorcillo
de la mañana invernal, palpando
las voluptuosas curvas de las relajadas
mujeres de Botero, el sol derramado
sobre el rostro, sé que conseguí imaginar
que más allá de la pronta vuelta
a casa, el ¿qué tal? de mis padres
y de nuevo la silla de estudio
y el esfuerzo inútil del impostor,
podía existir para mí, todavía,
alguna clase de equilibrio –aunque
fuese inestable—en algún lugar
                 de las malditas coordenadas del espacio.

4 comentarios:

  1. Mucha angustia juvenil, en l amejor línea "kobainiana".
    Un abrazo,
    Sonia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Sonia:

      Lo cierto es que aquellos años de la facultad de Físicas (92-95) los tengo muy unidos en mi cabeza a la música de Nirvana. La parte de El bar de Lee en la que hablo de mi paso por Físicas se titula "En el tiempo de Einstein", pero bien podría haberse titulado "En el tiempo de Nirvana".
      La angustia del grunge fue una angustia muy mía durante unos años.

      Un abrazo

      Eliminar
  2. Hola! (✿◠‿◠)
    Un poema hermoso. Crecí con su música, sin duda, cuando dejó este mundo perdimos a uno de los grandes.
    Besos.

    ⏃♥ Arya ♥⏃

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Arya:

      Gracias por leer el poema y por tus palabras.
      Hubiera sido muy interesante saber hacia dónde habría evolucionado la música de Nirvana.

      besos

      Eliminar