sábado, 7 de noviembre de 2009

Obras completas I, por Jorge Luis Borges

MI RELACIÓN CON J. L. BORGES
He terminado de leer este libro que en realidad son nueve: tres libros de poemas (Fervor de Buenos Aires, Luna de enfrente, Cuaderno San Martín), tres de ensayos (Evaristo Carriego, Discusión, Historia de la eternidad) y tres de relatos (Historia universal de la infamia, Ficciones, El Aleph). Todos los he leído, desde este momento, al menos dos veces.

Lo compré el año pasado, e intercalándolo con otros, leí hasta quedarme a las puertas de los libros que ya había leído hace más de una década: los de relatos Ficciones y El Aleph. Ahora he leído todo de nuevo y casi de un tirón, con las únicas interrupciones de Rebelión en la granja (por trabajo) y el libro de poemas El canto.

Mi relación con Borges ha sido de cercanía y alejamiento. Lo primero que leí de él fue en el instituto, con quince años, gracias a un profesor de matemáticas que le fascinaba, y nos hizo leer tres cuentos con la excusa de que eso nos ayudaría a entender mejor el infinito. Y aunque su lenguaje no es sencillo, Borges parece un autor muy apto para adolescentes, para esa época de la vida en la que se hacen más importantes las cuestiones metafísicas sobre la concepción del mundo.

Tras esos tres cuentos, asociados a una clase de matemáticas, no volví hasta los diecinueve o veinte años. Entonces me encantaron sus libros de relatos, como Ficciones o El Aleph. Se me empezó a hacer algo pesado en un libro, que creo que era El informe de Brodie. Pensaba que a sus ingeniosas construcciones les faltaba vida. Creaba arquetipos y no conseguía penetrar en la psicología de los personajes, que me empezaron a parecer carentes de vida, que era lo que yo buscaba a mis veinte en los libros: una explicación coherente de los otros y de mí mismo.

Al volver, ya pasados los treinta, lo que más me ha sorprendido de la obra de Borges han sido los libros de poemas, la modernidad de una poesía escrita hace ya casi un siglo. Borges se fija en una calle, un atardecer, y desde ahí hace alguna reflexión filosófica. Es la suya una poesía cargada de reflexión y sentimiento (me ha sorprendido esto en alguien que consideraba de carácter frío y matemático).

Me costó más leer los ensayos. Y supongo que esto en parte se debe a que mucho de lo que leo es en el transporte público (tengo la suerte de vivir a más de hora y cuarto del trabajo y ser por tanto un gran lector de mundo subterráneo), y esas pesquisas sobre la duración del infierno o las traducciones de Las 1001 noches en el tren o el metro, a las siete de la mañana, algún día se me atragantaban. Aunque la verdad es que he disfrutado más de la segunda lectura, sobre todo de Evaristo Carriego (supongo que esto está influido también por mi viaje de este verano a Argentina, y haber pisado el barrio de Palermo del que nos habla Borges). Aquí el autor reinventa la mitología de su barrio, del pobre poeta del suburbio que era Carriego, las descripciones de los juegos de cartas (el truco), las inscripciones de los carros o la historia del tango.

Toda esta primera temática localista, del malevo, el guapo, el cuchillero… dejará de ir teniendo importancia frente a las obsesiones de madurez de Borges: la estructura del tiempo y de la realidad, las series infinitas, como esa fijación por la historia de Aquiles y la tortuga, de la que habla en, al menos, dos ensayos, y vuelve a citarla en más de un cuento.

Quizás, además de sorprenderme con la calidad de la poesía y haber podido entender mejor las ideas de sus cuentos tras leer los ensayos, de lo que más he disfrutado es de la parte más famosa de la obra borgiana: los cuentos. Algunos como Funes el Memorioso, Tema del traidor y del héroe, o El sur, son auténticas obras maestras (no entraré aquí a hablar de argumentos, pues creo que son de sobra conocidos).


EL LENGUAJE EN BORGES
Como reflexión general podría apuntar que el uso del lenguaje de Borges me parece el más luminoso del español de, al menos, todo el siglo XX. Decía García Márquez que a él Borges no le gustaba, pero que lo leía para aprender a escribir (puede que esta cita sea apócrifa), y supongo que estas palabras estaban motivadas en parte por ideas políticas. Considero un error acercarse a un autor tan original como Borges con prejuicios políticos; imagino que esto era lo que le pasaba en el fondo a Sabato en su ensayo El escritor y sus fantasmas.
Las frases de Borges son una maravilla en cuanto a construcción y elegancia. Pensaba que Onetti era un maestro de la adjetivación, pero ahora creo que Borges lo es más, con esa velada distancia e ironía que impone a su visión de la realidad.
Penetrar en el mundo de Borges es hacerlo en una nueva literatura, compleja, rica… Y cuando pensaba que a los personajes de Borges les faltaba vida, opino ahora que me equivocaba, ya que buscaba al personaje donde no estaba: el gran personaje de Borges, su gran creación es él mismo. Ese tipo excéntrico, perdido en el barrio de Palermo, uno de los rincones más remotos de Occidente, con una biblioteca, rodeado de malevos, guapos, cuchilleros, jugadores de truco… tipos que él nunca podrá ser y que no le van a aceptar y creando cuentos sobre laberintos (el mundo es el laberinto para Borges), poemas sobre la repetición de las situaciones, las rayas de un tigre donde se contiene de nuevo el laberinto, el mundo…


J. L. BORGES Y H. P. LOVECRAFT
Este post podría acabar aquí, pero me apetece comentar una idea que se ha ido forjando en mí y con la que me ha resultado divertido especular: la relación que he creído ver entre estos dos escritores americanos: Jorge Luis Borges y H. P. Lovecraft. Ambos asomados a la costa atlántica americana, aunque desde latitudes opuestas.
Uno en Buenos Aires y el otro en Providence, de espaldas al mundo que les rodea y que se dedican a mitificar. Mientras que Borges siente fascinación por el bruto (el malevo, el guapo, el cuchillero…) y el gaucho (el vaquero libre de las pampas, el Martín Fierro), Lovecraft lo hace con el anglosajón puro, el inglés recién importando de las metrópolis europeas, refinado y lleno de referentes arcaicos.
Ambos encerrados en casa, sin intención de salir al mundo a trabajar; algo que finalmente tendrán que hacer: Borges en una biblioteca, Lovecraft vendiendo entradas en un cine.
Ambos reprimidos sexuales: casi no existe en la obra de ninguno una referencia al sexo femenino o al deseo físico.
Ambos creando una obra muy original, aunque paradójicamente estén muy influenciados por otros escritores. Pero en el retorcimiento de sus mitos, su personalidad fluye hasta cotas muy altas.
Ambos tendentes al fascimo. Borges con las dictaturas militares americanas, "Entre la barbarie y el orden, me quedo con el orden", diría, y justificando la esclavitud en América; y Lovecraft despreciando a los inmigrantes, a los que siente como una amenaza frente a su imaginario mundo anglosajón perfecto.

En cuanto a la obra he sentido esa conexión al leer cuentos de Borges como Las ruinas circulares, con ese hombre solo que duerme sobre los restos del templo de una civilización arcana. La influencia del primer Lovecraft me parecía clara, muchos de sus cuentos, como La tumba también se sustentan sobre hombres solos, civilizaciones olvidadas y el poder de los sueños.
Lo mismo he sentido en el cuento de Borges El inmortal, al leer la descripción de una ciudad en la que habitaron los dioses. Eso lo hace Lovecraft en cuentos como Polaris. (De todos modos para estas descripciones de ciudades ignotas Lovecraft se cimentaba en los cuentos de su admirado Lord Dunsany.)
Borges no para de citar libros que no existen, que se pierden en desiertos. Esto lo hace Lovecraft con su Necronomicom y sus tierras de Egipto, por ejemplo.

Ambos están obsesionados con los ritos de religiones olvidadas (mitos crueles, ancestrales...)
Ambos desarrollan en sus cuentos el placer de la pura fabulación: sus personajes pueden tener cualquier nacionalidad y aparecer en cualquier lugar del mundo (un lugar más imaginario que real). Así en el cuento El templo de Lovecraft se nos habla de un capitán de submarino alemán, los protagonistas alemanes o ingleses abundan en la obra de Borges.
Sé que Borges sí leyó a Lovecraft, en algún otro libro de sus obras completas habla de él. Creo (me guío por referencias) que le desacredita como epígono decadente de Poe y rechaza su tendencia hacia la creación de monstruos viscosos.
Supongo que entre dos freaks, uno anglosajón y otro latino, el anglosajón tiene tendencia a ganar a todos los demás en excentricidades. Supongo también que Borges no querría mirarse en ese espejo deformante que se creaba al doblar el ecuador por la mitad y contemplar su otra imagen atlántica.

14 comentarios:

  1. Hola,
    Me ha parecido buenísimo este post.
    La comparación entre Borges y Lovecraft es curiosa, aunque los parecidos son más biográficos que literarios, me parece a mí. Es cierto que la arquitectura de la ciudad de los inmortales en el relato de Borges recuerda a las descripciones de Lovecraft, pero Borges es siempre más elegante y contenido. Borges habría encontrado de mal gusto escribir sobre los seres monstruosos que inventó Lovecraft. Este último tenía una tendencia hacia la serie B que en Borges no existe.
    Pero en cuanto a tipos de escritores, sí es cierto que ambos se parecen. Los dos representarían al escritor que huye de la realidad y busca refugio en el pasado épico, en el terror, en los juegos metafísicos...
    Yo también creo que Lovecraft es más excéntrico y más delirante. Leí una biografía suya escrita por el escritor francés Michel Houellebecq que le retrata como un hombre enfermizo, racista, incapaz de ganarse la vida, que se pasaba semanas sin salir de casa, en pijama, imaginando sus fantasías de terror cósmico... Definitivamente, Lovecraft era más freak.

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  2. Hola:

    Gracias por tus palabras.
    Aunque ya te digo que a mí sí me ha parecido encontrar algunas conexiones en la obra además de en la vida... sobre todo al principio... Pero bueno, al fin y al cabo esto era un juego de espejos deformantes...

    Saludos

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  3. Hola,

    Al final vas a tener razón. He estado buscando en Internet y lógicamente he encontrado información sobre este tema. Un artículo señala que el parecido entre "El Aleph" y un relato de Lovecraft llamado "La lámpara de Alhazred" es increíble.
    Lo cierto es que yo sólo he leído algunos cuentos de Lovecraft y su estudio sobre el horror en literatura, así que no encontraba tanto parecido.
    Es interesante eso de parecerse a alguien a quien rechazas.

    Saludos

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  4. Hola:

    Sí, acabo de buscar yo también por Internet y ya he visto que esto de ser original es muy difícil. De todos modos la conexión a mí me pareció clara.

    He encontrado este interesante texto que relaciona a Borges y a Lovecraft:

    http://elloboylaluna.blogspot.com/2007/09/borges-y-lovecraft.html

    saludos

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  5. Hola:

    He seguido buscando por "la biblioteca de Babel" (otro de los nombres de Internet) y he leído este artículo en inglés:

    http://www.contrasoma.com/writing/borgeslovecraft.htm

    saludos de nuevo

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  6. El gran Borges. El maestro, el personaje, el elitista, el genio.

    Comparto tu apreciación respecto que el gran prejuicio que hay con Borges es el que se ha gestado en cierta parte del, llamemosle, mundo de la izquierda política. Prejuicios que no permiten ver la gran obra construida por Borges, por estar más preocupados de ver y juzgar las acciones y/o omisiones políticas del autor respecto a la política contingente y no tan contingente.

    Salvado lo anterior, es difícil negar que Borges ha escrito tal vez la mejor literatura en español, aun cuando a él le pareciera que el mejor idioma para pensar y, por lo tanto escribir, es decir vivir, era el inglés. Recuerdo su calificación de "poema rústico" para el Cantar del Mio Cid. Asimismo ya sabemos lo que para Borges significaba Cervantes.

    A parte de lo stextos que nombras y que he leído en su mayoría, también he tenido la suerte de adentrarme en los laberintos (el universo es un laberinto, el universo puede estar en una biblioteca que es tal vez el más grande de todos) de "Siete noches" un texto editado por el sello mexicano Fondo de Cultura Económica, que reúne siete conferencias dadas por Borges en Bs. As., en torno a temas como La Divina COmedia, La Cábala, Las mil y una noches, La ceguera,El Budismo, entre los que recuerdo ahora. También encallé en "Literaturas Germánicas Medievales"también por FCE. Qué delicia de erudición, que manera de navegar por las keeningards (no sé si escribe así) nórdicas.
    DEntro de las curiosidades borgianas, tengo también "Borges Verbal" una selección ordenada alfabéticamente por temas y conceptos de citas dichas por el autor en sus innumerables conferecias y/o entrevistas que dio (un dato borgeano indica que Borges ha sido el escritor más entrevistado de la historia. "El humor de Borges", de Roberto Alifano; exquisito también "El libro de los seres imaginarios"; "NUeve ensayos dantescos"; "El hacedor"; "Libro del cielo y del infierno" selección de J.L. BOrges y Adolfo Bioy Casares.

    En fin...

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  7. Hola noseas:
    Me gusta compartir este entusiasmo con Borges. Tengo pensando acabar leyendo sus obras completas. Están bien estas ediciones argentinas de Emecé.

    Ya volveré con él.
    saludos

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  8. Hola,

    Yo creo que Borges despierta también mucha antipatía, y no sólo por razones políticas. A mucha gente le aburre su erudito mundo interior, simplemente. En cuanto al tema político, supongo que no es lo mismo juzgarle desde España que desde la propia Argentina, teniendo en cuenta que estaba encantado con la dictadura miliar y que incluso acudió a Chile a recibir una medalla de Pinochet...

    Una puntualización sobre Borges y Cervantes. Es cierto que Borges encontraba que el etilo de Cervantes era algo torpe, comparado con Quevedo. Pero luego cambió de opinión y defendía que en literatura era más importante crear símbolos, como hizo Cervantes al crear al Quijote, que simplemente escribir bien.
    La verdad es que no hay que fiarse mucho de sus opiniones. Yo creo que decía cosas para provocar. Supongo que ahora estaría encantado de saber que después de muerto hay personas discutiendo sobre él.

    He leído muchos libros de las entrevistas que dio (que es cierto que fueron muchas, me imagino que se aburría en casa). Me quedo con las que concedió a Charles Charbonnier (que tb entrevistó a Lévi-Strauss)en la editorial Siglo XXI y a Osvaldo Ferrari (en Grijalbo).

    Saludos

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  9. Hola Spleen:

    Recuerdo uno de los ensayos de Borges, hablando de la traducción. Allí defendía a Cervantes diciendo que El Quijote aguataba la traducción a cualquier idioma porque Cervantes había creado unos personajes con fuerza imperecedera, que trascendían a las meras palabras...

    El viernes, hojeando libros en La Casa del Libro de Gran Vía, me fijé en un estudio de Alan Pauls sobre Borges, donde llamaba la atención sobre la fuerza que tiene la voz de Borges como icono para los argentinos, y también como paradoja, siendo Borges un autor tan literario...
    También hojeé el diario que Bioy Casares escribió sobre su convivencia con Borges. Muchas anotaciones empezaban con frases como: "Hoy Borges estuvo comiendo en casa...". Borges como un gorrón social...
    Las facetas y la literatura de Borges parecen inacabables...

    Saludos

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  10. La impresión que tengo es que Borges admiraba a Cervantes, de hecho lo realizado pro Borges ya estaba inaugurado por el Manco de Lepanto. La ficción es el gran tema de ambos, me parece. Si en mi posteo anterior se entendió como que Borges criticaba a Cervantes, es error mío, lo rectifico:
    Borges admiraba a Cervantes y al gran Quevedo.
    Rústico le parecía el Cid, comparado con las sagas germánicas (Borges era germanófilo)

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  11. Hola,

    Noseaszote, perdona por haber malinterpretado tus palabras sobre Cervantes.
    Y estoy de acuerdo con Borges en eso de que el Cantar de Mío Cid es algo rústico (aunque esa impresión se debe sobre todo al lenguaje medieval: "Andábalos catando", para decir "los estaba mirando", en fin...). En realidad creo que ese adjetivo, "rústico", o sus equivalentes más explícitos, "pueblerino", "cateto", sirven para definir varios periodos de la literatura española.

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  12. LLego demasiado tarde con mi comentario, ya que he descubierto tu magnifico blog recientemente y estoy excavando en sus antiguedades. Queria aclarar el repudio del estilo Lovecraftiano por parte de borges pero el respeto por sus invenciones. Para corroborarlo, no hace falta mas que leer el relato de Borges There are more things, contenido en su libro de arena. Es un claro homenaje a lovecraft que borges se permite aclarar desde el epilogo.

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  13. Hola Anónimo:

    Después de haber especulado sobre esta idea Borges-Lovecraft busqué información en internet y encontré todo un ensayo que lo proponía. Pero como ya escribí en algún lugar de este blog no existe mayor placer sobre el conocimiento que el que uno adquiere por sí mismo.
    Hace no mucho pensé seguir con Borges, a ver si leo el volumen II de sus obras completas.

    Muchas gracias por tus comentarios hacia el blog. Siempre es una gran satisfacción que alguien me escriba algo como lo que tú me dices sobre querer explorar el blog, y poder pensar que el tiempo que le dedico es importante porque, además de resultar una reflexión personal sobre lo leído, mis palabras le interesan a alguien.

    saludos

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  14. Borges es sin duda el mejor escritor latinoamericano, a veces me alejo de su obra, pero luego vuelvo, reniego de él y lo admiro, pero esa "relación" que ve con Lovecraft se aplicaría mejor entre Borges y la literatura en general, simplemente da a entender que no tenia vida fuera de esta

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