Editorial Adriana Hidalgo. 143
páginas. Primera edición de 2012.
En la Feria del Libro de Madrid
de este año, paseaba una tarde por el Retiro con mi amigo el escritor Federico Guzmán Rubio. Éste me propuso
que nos acercáramos a la caseta de la editorial
argentina Adriana Hidalgo para presentarme al representante de la editorial
en España, que es su amigo. Una vez allí, charlamos un rato con el editor, Fabian Lebenglik, que nos estuvo
recomendando algunos de sus libros. Yo acabé comprando éste, titulado Trasfondo,
de Patricia Ratto (Tandil,
Argentina) y La huella del crimen de Raúl
Waleis, publicada en 1877, que es la primera novela policiaca en español.
Las palabras de Lebenglik sobre Trasfondo
lograron convencerme, y además ya había leído una buena crítica sobre esta
novela en El Cultural de El mundo,
firmada por Ernesto Calabuig, de
quien suelo fiarme.
Hace unas semanas recibí un
correo de la editorial Adriana Hidalgo en el que me invitaba a la presentación
en Madrid de la novela Trasfondo, que
tendría lugar en la librería Tipos
Infames de Malasaña. Lógicamente, la editorial no había traído a Patricia
Ratto expresamente desde Argentina para presentar su libro en Madrid,
presentación a la que acudimos unas veinte personas, sino que ella estaba en
España de vacaciones y la editorial le pidió que, aprovechando la ocasión, realizase
una presentación de su novela.
Acudí esa tarde a Tipos Infames
con Federico Guzmán (quien ya había leído Trasfondo
y le había gustado). Fue agradable estar allí, poder escuchar a Ratto
(presentada por Calabuig) hablar de cómo se interesó por esta historia al
escuchar a un veterano de la guerra de Las Malvinas relatar su experiencia, y
cómo se puso en contacto con los marineros de un submarino que participó en esa
guerra, quienes decidieron entrevistarse con ella a pesar de las
recomendaciones negativas de la Armada argentina (la historia no era de la Armada,
era suya, alegaban los marineros); cómo Ratto tuvo que vencer la resistencia de
los marineros cuando sabían que quería escribir una novela sobre su experiencia
y no una crónica periodística, y cómo era la acogida de un libro de guerra
escrito por una mujer.
Fotos de la presentación:
Patrica Ratto, Ernesto Calabuig y Fabian Lebenglik |
Federico y yo con expresión de "muy interesados" |
En Trasfondo, Patricia Ratto novela un episodio real de la guerra de
Las Malvinas: la historia de treinta y cinco hombres que estuvieron en un
submarino treinta y nueve días de patrulla por el Atlántico Sur encontrándose
con barcos y aviones del ejército inglés. Cuando regresaron a puerto, con la
guerra perdida, nadie les esperaba para festejarles: “Se me ocurre que quizá lo
mejor hubiera sido estallar en mil pedazos y no volver, así seríamos víctimas o
héroes, no esta evidencia viva de lo que no funciona, de lo que está mal, del
fracaso”, apunta el narrador en la página 136.
En la página 8 el narrador intuye
que va a pasar algo fuera de lo normal cuando descubre que sus compañeros están
limpiando el submarino de moluscos incrustados en el casco: “Estilo argentino,
agrega, buzos con snorkel, chapa y a raspar, a mano nomás, y a pulmón”, esto le
dice uno de los personaje a otro, y posiblemente en estas palabras, “estilo
argentino”, a la vez irónicas y resignadas, se encuentra condensado el tono de
la novela, en realidad más resignada que irónica. Esta es la historia de unos
hombres enviados a una guerra que, a todas luces, no pueden ganar, con un
submarino en el que no funciona el lanzamiento de torpedos, y que en más de una
ocasión parece un ataúd bajo el agua. Hay una serie de detalles que contribuyen
a una sensación claustrofóbica: los marineros no deben hacer ruido, porque los
barcos o los otros submarinos pueden detectarles; además, en más de una ocasión
el submarino no puede subir con facilidad a la superficie a repostar aire y éste
va acabándose. “Cuarenta centímetros hasta el techo, y después, toneladas de
agua helada, toneladas de océano sobre mi cabeza, sobre las cabezas de los
otros”, señala el narrador en la página 23.
Es notable el trabajo de
investigación que ha llevado a cabo Patricia Ratto para poder describir la vida
dentro de un submarino. Solo documentándose se pueden escribir párrafos con
detalles tan técnicos como estos: “Una gota me cae de pronto en medio de la
cabeza desde un manifold superior: hasta nuestra respiración se condesa y nos
llueve encima” (pág. 31); “Estamos metidos en una napa, una burbuja de agua más
fría que el agua ya bastante fría en que veníamos navegando; se han detenido
las máquinas y el submarino deriva suavemente, sigue la corriente, con nosotros
adentro, y así se vuelve indetectable, los sonidos rebotan en la barrera
térmica de la napa y es como si no existiera, como si se hubiera vuelto de
pronto agua, todo agua: el barco, nosotros, los objetos, el tiempo, sólo agua
en el agua” (pág. 42).
Uno de los grandes puntales de la
novela es la elección de la voz narrativa: un marinero innominado nos describe
a sus compañeros, quienes nunca fijan la vista en él ni le dirigen la palabra.
El narrador describe lo que le rodea de forma aséptica, sin énfasis; y al
principio esta distancia –o frialdad– resulta extraña, poco usual en una novela
de guerra. Sin embargo, la tensión se va filtrando casi de forma inconsciente
en las páginas descritas; y al final se produce un desdoblamiento en el lector:
por un lado quiere saber qué va a ocurrir con esos marineros atrapados en el
tubo del submarino (a pesar de que ya sabe que regresan a puerto) y quién es el
narrador, o al menos dónde está el punto de fuga del narrador, ya que se
percibe algo inquietante o inhumano en la distancia de la voz narrativa.
Prefiero no desvelar nada más de este tema, porque hacerlo podría arruinar la
lectura. “Todo barco guarda un enigma”, se apunta en la página 129, y vamos a
dejarlo ahí.
Me gustó estar en la presentación
del libro porque, al leerlo unas semanas después, pude darme cuenta de algunos
de los trucos compositivos del mismo: en el libro se describen unos sueños que
tiene el narrador, en ellos ve a sus compañeros en tierra. La vida que se
describe en los sueños es el destino que aguardaba a los marineros reales con
los que Ratto se ha entrevistado, y por lo tanto esos sueños resultan
anticipaciones del futuro.
Sobre la guerra de Las Malvinas
leí, hace ya bastantes años, Los Pichiciegos de Fogwill, y recuerdo que en su momento me
pareció una narración fría: no había en ella ningún personaje con el que
sentirse identificado. Trasfondo
puede resultar también una novela un poco fría, pero al ir avanzando por sus
páginas se siente la claustrofobia real de la situación y uno llega a tener muy
presentes a los marineros principales sobre los que el narrador posa su mirada.
Una vez finalizado el libro, una vez descubierto quién es el narrador, la
emoción o la compasión por él aflorarán en el lector.
La propia autora apuntó en la
presentación que podría haber escrito una novela de 500 páginas, pero decidió
escribir una corta. Quizás me habría gustado leer esa novela de 500 páginas y
saber más de la vida de los personajes, pero desde luego esta novela corta –escrita
con un esmero cuidadoso– es profundamente literaria, con un interesante guiño: el
narrador lee un libro que el lector avezado identificará como La
guarida de Franz Kafka, y se
establecerá una conexión entre el animal que cava túneles en el relato de Kafka
y el narrador.
Ratto consigue trasladarnos a un
escenario poco usual, y desde este lugar esquinado nos habla del drama que fue
la guerra de Las Malvinas para la nación argentina.
A mí, que me gusta tanto la
literatura argentina, este libro me hizo disfrutar. Además es de celebrar que
una editorial tan literaria como la argentina Adriana Hidalgo distribuya sus
libros ahora en España.
Ese regreso a puerto y a su ciudad con la guerra perdida me ha recordado la película "Un cuento chino". El protagonista tiene la misma actitud cuando vuelve de la guerra.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Isabel:
EliminarNo conocía la película. Paso a informarme.
saludos
Curiosamente, leí hace unos años un libro de esta editorial, "Del cielo a casa", que encontré en la biblioteca de la facultad. Era una colección de cuentos de Hebe Uhart, autora recomendada por Andrés Neuman. Un saludo.
ResponderEliminarHola Jesús:
EliminarYo de Adriana Hidalgo he leído también los libros de Antonio Di Benedetto. A Uhart me la recomendó, precisamente, hace poco Elvio Gandolfo.
saludos
Gracias por tu lectura David. Fue un gusto que estuvieras en esa presentación en Madrid, que terminó convirtiéndose en un espacio para el diálogo con los presentes. Saludos
ResponderEliminarHola Patricia:
EliminarLa verdad es que fue una tarde muy agradable la de la presentación. Y me enriqueció mucha la lectura posterior del libro.
Gracias por pasarte por aquí.
saludos
Enhorabuena por tu texto y tu análisis, David. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ernesto:
EliminarGracias por tus palabras. La próxima semana le toca la reseña a "Un mortal sin pirueta". Ya te avisaré.
Un abrazo
Qué miedo me das, David. Espero que los defectos de aquel libro de 2008 te parezcan subsanados en mis nuevos "Caminos anfibios", salgan estos cuando salgan. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ernesto:
EliminarNo te preocupes, aunque no todos los cuentos me gustaron por igual, creo que el nivel del libro estaba bien.
Ya esperamos al siguiente.
saludos
¿Y amigos con talento no tienes?
ResponderEliminarEstimado anónimo:
EliminarSi le digo la verdad le mandé un correo electrónico a Phillip Roth, a Tobias Wolff, a Ricardo Piglia y a Coetzee, con la intención de quedar con ellos y hacer pandilla... que si una vez en Nueva York, que si otras vamos a Sudáfrica, que si la siguiente a Móstoles que conozco un sitio que ya verás... y por ahora no me han contestado; así que no me ha quedado más remedio que hacerme amigo de Federico Guzmán.
A veces nos pasa cuando quedamos a tomar algo y hablamos de libros: nos quedamos por un momento sin palabras y yo le digo: "pero qué poco talento que tienes", él me mira y me dice "Pues anda que tú, güey.", y ya entonces nos partimos de risa...
P.d: ¡Muchas suerte con su novela! ¡Espero que se la publiquen!
Hola David. Ya había visto alguna reseña de esta novela. Luego de leer tu post, hace un par de días, la vi y me la compré, ahora la estoy leyendo. Una gran novela sobre Malvinas que creo que en algún otro comentario te la había mencionado es Las Islas, de Carlos Gamerro.
ResponderEliminarLa película Un cuento chino está bastante bien.
Saludos desde Mar del Plata, ciudad desde donde zarpa el ARA San Luis.
Ezequiel
Hola Ezequiel:
EliminarApunto esa novela de Gamerro. A ver si ha llegado a España.
Un cuento chino la vi en el cine y me gustó bastante. Era una película simpática. Me gustó reconocer algunos lugares de Buenos Aires de mi viaje en el 2009. Llegué hasta La Plata, me quedé con ganas de visitar Mar del Plata, pero ya estaba un poco lejos.
Pues que disfrutes del final de Trasfondo
Saludos