domingo, 13 de noviembre de 2011

Basura, por Ben Clark

 
Editorial Delirio. 108 páginas. 1ª edición de 2011.

Lo de leer poesía va por rachas. Puedo estarme meses, incluso años, leyendo prosa y, sin embargo, en algún momento impostergable siento su llamada. Me ocurrió en mayo de 2008: me apeteció leer algún libro de poesía joven española, entré en Internet buscando información y en la página web de algún suplemento cultural destacaban como uno de los mejores poemario de 2006 Los hijos de los hijos de la ira, escrito por un ibicenco, de origen inglés, llamado Ben Clark (Ibiza, 1984), y que en el momento de publicación de su poemario, que fue el premio Hiperión de 2006, contaba tan sólo con 21 ó 22 años. Así que los poemas de Los hijos de los hijos de la ira están escritos cuando Clark tenía 20 ó 21 años.
Los hijos de los hijos de la ira me pareció un poemario de una madurez sorprendente, y me causó una agradable impresión ver cómo el autor se cuestionaba los parámetros bajo los que había crecido («”hijos de la bonanza” nos llamaban», pág. 15) y sentía como propias la angustia existencial y el desamparo de su generación, otra más como cualquier otra.

En mayo de 2011, el poeta mallorquín Javier Cánaves me convocó a la presentación de su nuevo poemario Limpieza y absorción que tendría lugar en Madrid el 2 de junio, publicado con la salmantina editorial Delirio. La presentación tuvo lugar en una agradable librería cercana a la plaza de Tirso de Molina, y como en esto de la poesía nadie es profeta donde no es su tierra estuvimos francamente cómodos y en familia (no llegábamos a las 10 personas). Entre los asistentes se encontraban el editor de Delirio, el divertido Fabio de la Flor (que ofició de maestro de ceremonias) y el amigo de Cánaves, doblemente publicado en Delirio, Ben Clark. Si hubiese sabido que iba a estar allí habría acudido a la librería con Los hijos de los hijos de la ira para que me lo firmara (ya saben ustedes de mis mitomanías), como no lo tenía compré su nuevo libro, Basura (2011) y me lo firmó sobre la barra de un bar de Tirso de Molina.

Y hace unas semanas volví a sentir la llamada de la poesía.

Basura es un poemario que por su propuesta -la denuncia de la sociedad de consumo, analizando su capacidad para generar desechos- me atrevería a englobar dentro de la llamada poesía de la conciencia, de la que ya hablé al comentar el libro Oxígeno en lata de Alberto García-Teresa (AQUÍ la entrada sobre la poesía de la conciencia de la wikipedia). (El editor Fabio de la Flor difiere de esta inclusión en la poesía de la conciencia para Basura, su opinión puede leerle en el primer comentario de esta entrada)

El tomo dolido y lírico de Los hijos de los hijos de la ira ha dado paso en Basura a un desapego desencantado e irónico; el intimismo de aquel poemario se ha transformado en éste en versos expositivos más directos, y a veces cercanos al microrrelato. Pondré un ejemplo (los poemas no van titulados):

Abdullah Samuels quema neumáticos en África.
La nube es negra y densa y el poblado
cierra (cuando es posible) sus ventanas.
Vende hierro.
Lleva así veinte años. Vende hierro.
El gobierno le ha dicho que no puede.
Le ha dicho un periodista que no debe.
Le ha dicho una ONG que se envenena,
que envenena al poblado y a sus hijos.
Pero cada mañana Abdullah Samuels
Se levanta temprano y busca ruedas.
Lleva así veinte años. Vende hierro.

Como podemos observar en el poema anterior (pág. 24) el yo poético de Los hijos del los hijos de la ira se difumina en la creación de personajes de Basura; personajes que a veces son recreaciones de personas reales, relacionadas con la basura, y de los que el autor ha recopilado información en los periódicos o en internet, como los hermanos Homer y Langley Colleyer, habitantes de Nueva York y aquejados del síndrome de Diógenes, a los que se dedica toda una serie de poemas de Basura.

La generación de detritus por parte de las sociedades modernas hace que el poemario nos acerque a cuestiones sociales relacionadas con la soledad y el abandono, tocando así tangencialmente temas como la indigencia o la inmigración. Veamos el poema de la página 42:

Ser inmigrante no es fácil,
pero he comprendido pronto
que si uno se hace pasar
por italiano (aunque es algo
muy odioso para un griego)
los abusos se reducen
casi a la mitad respecto
a que te crean rumano.
Es así. Cuento, además,
con la suerte de saber
que vuestro italiano es más escaso
incluso que el mío.

En los poemas de basura se prescinde de la rima, pero en la mayoría de los versos no de contar las sílabas; como podía observarse en el poema anterior, formado por octosílabos.

En la primera parte del poemario, titulada Historia de la lluvia, me ha dado la impresión de que Ben Clark aún no tenía decidida del todo la evolución temática del libro, puesto que aquí, si bien nos encontramos ya con el retrato de algún personaje, como el capitán Charles Moore -descubridor del continente de plástico del Pacífico-, o Abdullah Samuels -del que hablamos antes-, aún existe una pulsión más lírica e intimista, en la que se va infiltrando también el desencanto. Veamos el poema de la página 22:

Pero si hablo de amor, si llegados a este punto hablo de amor,
es porque todavía me permito cierto engaño;
sobre la tierra fértil y cruel, cuerpo yermo de mercurio,
prometo amar al hijo que no tengo
(y que nunca podré tener)
con el mejor regalo de ese siglo:
permanecer así, materia oscura.

En el poema de la página 21, Clark regresa a Los hijos de los hijos de la ira, con una visión irónica, citando aquí como apertura uno de los versos más representativos de aquel poemario:

«Llovía en todo el sigo XXI»
leíste y sonreí porque te amaba.
«Lo hubiera escrito hoy de otra manera»
te dije y el Retiro era un incendio
de palabras y vasos desechables
y latas de refrescos en la sombra.
«Hoy son libros de viejo y hace apenas
Unos años que…» «¡No! –te interrumpí-.
Lo que importa es que pronto serán sólo materia».


Si bien he leído Basura con agrado, he de decir que me gustó más Los hijos de los hijos de la ira. Y prefiero este poemario porque la suma de la fuerza lírica de cada poema individual me parece superior a la fuerza de denuncia de los poemas de Basura, que actúan más como un conjunto interdependiente.
Teniendo en cuenta la juventud de Ben Clark, su entusiasmo hacia la poesía y su capacidad para reciclarse, es lógico pensar que va a escribir en el futuro, además de los que ya ha escrito, muchos más poemarios interesantes.

Si los poemas de Basura son en general más cortos que los de Los hijos de los hijos de la ira (llegando en algunos casos al poema de un verso, como el de la página 58: “Escribir poco en un país de excesos”), trascribo, para acabar, el que más me ha gustado, que coincide con el más largo (pág. 59, 60, 61):

Nací sin nada y llevo así, sin nada,
unos ochenta y nueve años. Bastante
como para poder desvariar
sobre este banco junto a un Tetra Brick
sin que nadie me escuche ni me crea.
Pero atended –o no; me da lo mismo–.
Hay consenso en creer que tras la Guerra
(que empezará en la costa de Israel)
dominarán las ruinas las manadas
de perros. Las mascotas
adorables de un día crecerán
hasta alcanzar tamaños nunca vistos
(los perros más pequeños serán carne
o quizá incluso esclavos de otros perros).
La basura heredada
será de quien merezca poseerla
(cucarachas y ratas siempre ha habido
y siempre habrá: su mundo es el subsuelo);
la lucha será entonces entre el Hombre
y su fiero mejor amigo. «Es triste»
diríais si estuvierais escuchando
pero yo os diré ahora que es hermoso,
que es un momento bello de la Historia.
Sólo entonces podrá el hombre medirse
con su idioma paupérrimo y ambiguo.
Si los perros actúan como creo
que harán (pues yo soy perro y perro viejo),
esperarán el tiempo que haga falta:
diez años, veinte, treinta, cien ¿quién sabe?
El caso es que algún día los humanos
se encontrarán terriblemente solos
sin saber el motivo.
Vagarán
por las ruinas de centros comerciales,
por escuelas sin techo,
por gimnasios roídos por el óxido,
por piscinas vacías, discotecas
enfangadas y plazas sin palomas.
Se darán cuenta al fin del lodazal
de ismos vacuos y eslóganes que hicieron
y por el cual lucharon.
Y verán los espacios destruidos
sintiendo una nostalgia más antigua
que aquella pantomima de hormigón.
Un arrepentimiento duro y áspero
los sobrecogerá
y por primera vez no habrá poeta
capaz de traducir el sentimiento.
Porque será imposible.
Y saldrán esa noche de las sombras
los perros como ángeles de dientes
y en silencio.
No encontrarán ninguna resistencia.
Y empezará otra cosa para el mundo.
Y empezará otra cosa. Ya sin nombre.


16 comentarios:

  1. El editor de Delirio, Fabio de la Flor, en un correo que hemos intercambiado, opina lo siguiente sobre "Basura" y su inclusión por mí en la poesía de la conciencia.
    Su punto de vista me ha resultado enriquecedor y, tras preguntarle, le ha parecido bien que coloque así sus palabras:

    "Difiero contigo en enmarcarlo dentro de la "poesía de la conciencia". Creo que la basura, a lo largo de todo el texto, es un punto puramente estético. Incluso la "denuncia", es también una propuesta estética (no siempre tiene por qué ir acompañada de grandes juicios asertivos ni posiciones morales). Y así, es cierto que la lectura de Basura deja indiferente o a "medio gas". Aquél que intente encontrar en sus páginas un discurso divergente, algún conflicto ético o incluso un leve grito de conciencia, no encontrará un solo término ni una sola idea lo suficientemente firme como para anclar la propuesta. Sin embargo, y es lo que a mí me parece, es un continuo malabarismo para hacer del desecho algo bello o, por lo menos, con la potencia estética necesaria como para obsesionarse con ello. Y me encanta, pues crea justo lo contrario a una tectónica de la conciencia, es decir, desaloja cualquier delirio moral y se queda sólo con lo hermoso de la herrumbre, con el óxido, independientemente de que éste pueda o no significar el paso del tiempo."
    Fabio de la Flor.

    Gracias, Fabio, por tus interesantes palabras.
    David

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  2. Interesante concepto éste de "Poesía de la Conciencia" imagino que se relaciona con la denominada "poesía política" o "de compromiso". Ahora, leyendo lo que dice el editor Fabio de la Flor, me queda la sensación de que "Basura" más bien actúa como "arte del reciclaje", similar a lo que un poeta, fotógrafo y artista visual chileno (Claudio Bertoni) realizara con los desechos encontrados a la orilla de una playa en el Océano Pacífico: zapatos, trozos de madera, semillas, trozos de género, etc, reorganizados y dispuestos de manera tal que rescatara esa "belleza" de la basura como basura,es decir, como vestigio del paso d ela humanidad sobre la tierra, pero también como nueva propuesta estética.

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  3. El poema que trascribes completo no está mal. Pero debería haber corregido endecasílabos cojos como, por ejemplo, “como para poder desvariar” y versos sin sentido como “ángeles de dientes” ¿Qué es un “ángel de dientes”? ¿El ratoncito Pérez?

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  4. Hola noseaszote:

    Sí, el comentario de Fabio hace que me replantee mi comentario inicial.

    Hola José:
    Entre comentar libros de narrativa y de poesía, siempre me ha parecido que los segundos son más difíciles, por todo lo del añadido de subjetividad que tiene la poesía frente a la narrativa.
    No sé si has leído de Clark Los hijos de los hijos d ela ira, que como digo me parece superior a Basura. Sólo puedo hablar de la impresión que me causó. No sé si había endecasílabos cojos o no, procuro no contar las sílabas de los poemas, procuro dejarme llevar por las ideas (ya sé que esto es discutible y hay muchas teorías) o no sé si alli hay más o menos versos con sentido o sin sentido, en todo caso la pregunta iría más allá de un verso con sentido o no ¿tiene sentido la poesía en sí misma? Si tiene sentido el verso "y verán los espacios destruidos" y el otro no... no sé. Aunque en realidad a mí también me pasa que encuentro versos gratuitos en el conjunto de pensamiento de un poema... y en este no lo había percibido; en fin, el arte.

    saludos

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  5. Bueno, ha sido un comentario algo malévolo por mi parte. Un poema no se puede leer verso a verso, sino que tiene que tener sentido en conjunto (aunque sea un sentido emocional, alógico) y, desde ese punto de vista, el poema funciona. Un saludo

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  6. Hola David, ando muy peleado con la poesia actual. ¿Alguna sugerencia por tu parte? Saludos

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  7. Hola
    José:
    El comentario me había parecido gracioso, e imagino que si Ben lo lee le parecerá lo mismo. Pero tengo claro que si uno quiere ridiculizar una obra literaria con la poesía lo tiene más fácil. La obra de pocos autores, incluidos los grandes o consagrados, puede soportar una lectura verso a verso, en la que se intenta ridiculizar uno. En poesía lo sublime y lo ridículo muchas veces se tocan bastante.
    Tirso:
    Yo leo más prosa que poesía y cuando leo poesía me suele gustar la más narrativa que abstracta, así que si te recomiendo algo ten en cuenta que esos son mis gustos (además tengo prejuicios ante la rima, lo que es un problema mío). Entre los poetas modernos en español me gustan:
    Más veteranos: Jaime Gil de Biedma, Ángel González, Miguel D´Ors, José Agustín Goytisolo, José María Fonollosa, Alejandro Céspedes y mi favorito Juan Luis Panero.
    Extranjeros: Jorge Teillier (Chile), Roque Dalton (El Salvador)
    Españoles más jóvenes: Vicente Gallego (sus primeros libros, como La plata de los días), Martín López-Vega, Pablo García Casado, Javier Cánaves, Manuel Vilas, Juan Antonio González-Iglesias, Eva Vaz, Ana Pérez Cañamares…
    Espero que alguno de estos nombres te ayude a encontrar algo que te guste.

    saludos

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  8. Bueno, de los que citas yo sólo llamaría poeta a Tellier, a Panero, a pesar de lo monótono que es, y, bueno, a Gil de Biedma por sus poemas póstumos… Uf, creo que mejor que nunca nos reseñemos mutuamente nuestra poesía, so pena de un grave enfrentamiento estético. Un cordial saludo

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  9. Hola José:

    Creo que he dado mi típica lista de poetas para los que normalmente no leen poesía... pero ya te digo que mi gusto poético es tirando a poco poético... me gustan los poetas que cuentan pequeñas historias, y esto es debido a que mi pulsión a la hora de escribir (y de leer) es más de narrador.
    Por si te interesa: al ver tu nombre en mi blog busqué información sobre ti en la red, encontré algún poema, y por lo que recuerdo me pareció que estaban bastante bien.

    También te digo que estas afirmaciones un poco radicales de internet, diciendo que éste o aquel es poeta o no lo es a mí no me gustan mucho. Vicente Gallego, por ejemplo, escribe La plata de los días, yo lo leo, me emociona y me quedo con un gran recuerdo como lector. Así que para mí sí es un buen poeta.
    Entiendo que a otro no le guste, también.

    Por cierto, vas a odiar mi próxima entrada: estoy leyendo Las correcciones de Franzen y me está gustando mucho.
    Soy un lamentable tipo sin criterio: casi todo lo que leo me gusta y me hace disfrutar.

    saludos

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  10. Hola José:

    Tenía curiosidad por saber qué te gustaba a ti y he pensado en preguntártelo aquí, pero he buscado en Internet y he encontrado una entrevista donde citas a autores. Como es público, imagino que no te importará que la copie aquí:

    "Ningún escritor proviene de la nada, aunque supongo que todos nos esforzamos con mayor o menor suerte en demostrar que no debemos nada a nuestros antecesores y, sobre todo, a nuestros contemporáneos; es el resultado de lo que Borges llamaba con razón una funesta superstición romántica: la originalidad. Podría hablar de muchísimos escritores a los que admiro. Por ejemplo, de Baudelaire, pater familias de la poesía moderna. O de los surrealistas: Aragon, Michaux, Desnos, Breton y compañía. Pero centrándome en la literatura a la que, para bien o mal, pertenezco, en la poesía en lengua española tendría que decir que no habría deseado escribir si no hubiera leído a Lorca, Ruben Darío o Quevedo cuando era un adolescente, y que no escribiría igual si no hubiera descubierto unos años después a Cernuda, Claudio Rodríguez, Juan Eduardo Cirlot y Octavio Paz. De los poetas vivos, siento un gran respeto por Olvido García Valdés, Antonio Colinas, Pere Ginferrer, (tanto por su obra en castellano como por la escrita en catalán), Antonio Cabrera, Miguel Florián o Eduardo Moga. Y entre los más jóvenes, mis coetáneos, por así decirlo, me siento especialmente feliz cuando leo a Javier Vela, José Luis Rey, Ana Isabel Conejo, Antonio Lucas y Ana Gorría. Me parecen, todos ellos, autores con una enorme dignidad estética, algo que nos hacía falta tras la ñoñez sentimentaloide de buena parte de la poesía de este país durante los ochenta y noventa."
    (josé Martínez Ros, en una entrevista)

    Interesante lista. he leído algo de Colinas, que me gustó, de Lorca, claro, que me gustó, de Quevedo no paso de lo del cole..., Lo que leí de Gimferrer no me gustó mucho, pero es poco (lo de los novísimos) y de los jóvenes he leído algo de Conejo y Lucas (antologías o poemas sueltos) y me gustaba... ¡¡No tengo estética!!
    A ver si busco a las personas que citas.

    Tengo en casa Casi una leyenda de Claudio, a ver si lo leo pronto.

    Imagino lo que pasaría si reseñásemos nuestra poesía: la mía a ti no te iba a gustar, pero creo que la tuya si me iba a gustar a mí. Lo que hace creer que tú eres mejor poeta que yo, si la competencia aquí tiene algún sentido.

    un abrazo
    David

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  11. David, creo que las listas (no solo las vuestras, todas), hechas sin afán belicoso, son complementarias y no excluyentes, aunque en ellas siempre figura alguien que queda bien nombrar pero no hemos leído tanto (o no nos ha sacudido tanto como decimos) y siempre dejamos fuera a alguien que sí leímos mucho (y nos sacudió) pero no queda tan bien mencionar. No es una acusación a vuestras listas, sino una apreciación de lo que suele pasar a cualquiera en esa tesitura de nombrar filiaciones y admiraciones. Luego está el problema de que en la enumeración rápida parece que todos quedan en un mismo plano, y claro, Claudio Rodríguez y Antonio Lucas (que está bien, ojo, no es un ataque)no pueden equipararse, al menos no todavía.
    David, sin que parezca que soy quien para dar consejos (no lo soy), te aconsejo que leas primero "Conjuros" o "Don de la ebriedad" (o mejor, la edición que hicieron en Cátedra con esos dos y ·El vuelo de la celebración")antes de leer "Casi una leyenda". Para algunos, la mejor poesía española de la segunda mitad del siglo XX está ahí. A mí me ponen nervioso esas grandes afirmaciones, pero esta puede que sea cierta. Un saludo.

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  12. Hola Preocupín:

    Mi lista ha sido hecha sin pensar mucho, en un rato del trabajo, suponiendo (no sé por qué) que al decir Tirso que estaba peleado con la poesía actual, quería decir que no leía poesía actual, y, como me suele pasar en mi entorno, le he recomendado una lista rápida de poetas para los que leen prosa porque dicen que la poesía no les llega... lo que seguramente ha sido mucho suponer por mi parte.

    Y la lista de José la he encontrado en Internet y la he puesto aquí yo por curiosidad, y porque me parecía que quizás para Tirso, que es quien ha preguntado, tener otro enfoque le podía resultar interesante. Para mí también es interesante esta lista de José, y no voy a ser yo quien me ponga a pelear por este nombre u otro, cuando lo que me interesa es buscar y encontrar; y me gusta probar con estéticas diferentes.

    En realidad he de decir que tampoco puedo discutir mucho de poesía porque mi conocimiento de ella es mucho menor que el de prosa. Normalmente leo y escribo prosa, y a veces me da por la poesía, leerla y escribirla, y es raro pensar por qué ocurre esto.

    Gracias por tu consejo sobre Claudio Rodríguez, me parece interesante esa edición de Cátedra de la que hablas.
    Tengo también en el estate de inleídos un antología de Valente con la debería ponerme.

    Saludos

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  13. Hombre, muchas gracias por el (inmerecido) elogio, pero me queda muchísimo que aprender sobre poesía y sobre un montón más de cosas. No recuerdo cuando dije o escribí eso, pero seguro que he dicho cosas mucho peores y también más absurdas. Abrazos.

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  14. …de todas maneras, como llevo tiempo ojeando tu blog, creo que este poema de Carver te gustará. http://www.elpais.com/articulo/narrativa/Fotografia/padre/vigesimo/segundo/aniversario/elpepuculbab/20060715elpbabnar_23/Tes?print=1

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  15. Hola José:

    Te lo digo sinceramente: para mí es un orgullo que todo un premio Adonais se pase por aquí y le interesen mis comentarios sobre libros; e imagino que como tu creación se centra más en la poesía que en la prosa has tenido que leer muchos más libros de poesía que yo, y tus gustos o comentarios me interesan. Yo siempre estoy aprendiendo.

    Gracias por el poema de Carver. Ya lo había leído; del Carver poeta he leído los dos poemarios que tradujo Antolín Rato para Visor, y la antología que sacó Bartleby. Carver es uno de mis escritors favoritos, del que he leído todos sus cuentos, algunos varias veces, y en ocasiones en inglés. Y sus poemas prosaicos me emocionan mucho.

    Por cierto, tuve curiosidad y he leído todas tus reseñas de "Estado crítico", me gustan. Al final vas a conseguir que vuelva con Pinchon.

    Seguimos hablando de libros.
    Un abrazo

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  16. Hola! No había vuelto a entrar en este post hasta hoy. Qué bueno ver al Sr. Martínez Ros por aquí, reciba usted un saludo. Gracias por los comentarios, me parecen mucho más interesantes que el poema! Un abrazo a Fabio, mi editor, siempre lúcido.

    B.C.

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