jueves, 14 de abril de 2011

Satán dice, por Sharon Olds

Editorial Igitur. 139 páginas. 1ª edición de 1980, ésta de 2001.

Descubrí la poesía de Sharon Olds (San Francisco, 1942) gracias al libro El padre (1992), publicando en español por Bartleby Editores en 2004. Fue para mí una de las lecturas poéticas más perturbadoras de los últimos tiempos. Me sentí fascinado por aquellos poemas narrativos tan intensos y crudos, acerca de las conflictivas relaciones entre una poeta y su padre, víctima de una enfermedad terminal.
Leí de Olds, un año más tarde, Los muertos y los vivos (1983), publicado también por Bartleby Editores en 2006.
Y ahora me he acercado a este Satán dice (1980), el primer libro de poesía publicado por la autora; y el primero de ella que se tradujo en España, en 2001. Y con este tercer libro ya he leído toda la obra traducida al español de Sharon Olds, una de las más representativas figuras de la actual poesía norteamericana, autora de casi una decena de libros.

Los temas tratados en el primer libro de Sharon Olds casi no difieren de los que iba a tratar más tarde. La poesía de esta autora se caracteriza por la narración de experiencias desde una perspectiva muy íntima, donde el cuerpo humano tiene una importancia global para la representación que se hace del mundo: el cuerpo (sus secreciones, sus cambios…) como esencia a reivindicar del ser humano, como liberación de la mujer. El cuerpo explicará gran parte de las conflictivas relaciones humanas, sobre todo las desarrolladas en el núcleo de la familia, espacio sobre el que Olds suele focalizar los temas de su poesía; adentrándose en un territorio que normalmente suele ser tabú, trascendiéndolo, para así poder hablar de temas no usados hasta entonces en poesía.

Satán dice se divide en cuatro partes.
En la primera, Hija, Olds reflexiona sobre sus padres desde la perspectiva de una niña; y ya en estos primeros poemas juega a unir la historia colectiva con la propia. Así en la página 26 escribe: “y en clase de Historia llegamos por fin / a Auschwitz, en mi ignorancia / creí reconocer / el rostro de mi padre, en el rostro del guardia / que volvía la espalda”. Pues, como nos cuenta en este mismo poema, aunque su familia eran protestante (en el prólogo se apunta que Olds ha declarado que ella fue educada en el “infierno calvinista”), como la mayoría de los nazis alemanes, ella se sentía en sus sueños como una víctima judía.

En la segunda parte, Mujer, la voz poética ya ha abandonado la casa familiar y como mujer nos cuenta sus relaciones con hombres. Una reivindicación de su propia sexualidad que tiene mucho que ver con el movimiento feminista norteamericano; una reivindicación del amor carnal, del cuerpo, de nuevo. En la página 68 escribe: “El amor inventa un cuerpo que no es un objeto”.

En la tercera parte, Madre, Olds ya ha tenido hijos, y nos narra la experiencia de una mujer que pasa a ser madre sin haber resuelto aún los conflictos ocasionados por ser hija. La madre vivirá angustiada por el peligro que acecha a los hijos.

En la cuarta parte, Viaje, la voz narrativa nos habla de un viaje a “esta isla del Atlántico Norte” (pág. 126), y Olds posa su mirada sobre su familia actual y sus pensamientos se confunden con las evocaciones de su propio hogar, “ahí fuera, en el fin del mundo” (pág. 126), contemplando el vaivén del tiempo que plantean las olas.


Voy a reproducir aquí uno de los poemas que más me han gustado, aunque posiblemente no sea de los más representativos del libro:

ESTACIÓN

Al salir del muelle, después de escribir,
me acerqué a la casa,
y vi tu gran cara de notable
a la luz de la lámpara de pantalla de pergamino
color de fuego.

Una elegante mano en la barbilla. Tus ojos
penetrantes me encontraron en el césped. Mirabas
como lo hace el noble a través de una angosta ventana
y tú desciendes de nobles. Con calma, sin
recato me examinaste,
la esposa que se precipita al muelle para escribir
en cuando uno de los hijos está en la cama,
dejándote a ti el otro.

Tu larga
boca flexible como el arco de un arquero,
no se curvó. Pasamos un buen momento
sopesando la verdad de nuestra situación, los poemas
colgaban pesados como furtiva caza de mis manos.


De los tres libros de Sharon Olds que he leído me quedo con El padre, pero Satán dice es también un libro de poemas con mucha fuerza y una gran puerta de entrada a la obra de esta autora. De hecho, el origen de los conflictos que se intentarán desenredar en El padre tienen su origen en Satán dice. Esperemos que se sigan traduciendo más libros suyos a nuestro idioma.

6 comentarios:

  1. Gracias. Había leído éste poema en alguna parte, hace tiempo, y no recordaba de quien era. Misterio resuelto.

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  2. También AMO a Sharon Olds, no había leído éste poema. Saludos. Llegué tras las miguitas de pan que dejó Ana Pérez Cañamares.

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  3. Como la presentas a Sharon Olds dan ganas de leerla, el poema me encantó. Sus libros ya forman parte, a partir de este momento, de mis futuras lecturas.

    Ahora estoy leyendo a Saer por vos, gracias por eso.

    Paso por acá siempre, no soy de comentar pero, creo, ya me leí todo tu blog.

    Saludos.

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  4. Hola:

    J.G.: Los 3 libros de Sharon Olds que se pueden encontrar en España merecen mucho la pena.

    Tomás: me alegro de que el poema te gustase y de que dé la casualidad de que hayas recordado de quien era.

    emma: conozco personalmente a Ana, y voy a caer en un tópico: es una gran poeta y una gran persona. Yo he leído sus dos libros de poesia y me gusta bastante. Tengo uno comentado en el blog.

    Cdlv: creo que sí que habías comentado alguna vez. Gracias por leer mi blog. Que a alguien le interese tanto como para leerlo todo me parece una responsabilidad. Intentaré no decaer.
    Me alegro de que estes leyendo a Saer porque te haya parecido interesante a raíz de este blog. Aún tengo en casa dos de él sin leer, lo haré este año.
    Los argentinos teneis una tradición para mí impresionante. Ahora estoy con los cuentos completos de Fogwill, que me está gustando mucho. Ya comentaré.

    saludos a todos
    David

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  5. De Fogwill leí Muchacha punk, y si, él es genial. Voy a estar atenta a ese futuro post.

    De algún modo me estoy iniciando en el mundo de la lectura, encontré en vos/tu blog un referente.

    Saludos argentinos.

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