jueves, 15 de enero de 2015

Unos poemas de María José Mures

La poeta María José Mures me escribió al correo electrónico proponiéndome una colaboración para el blog. Dejo aquí de ella unos pequeños datos biográficos y unos poemas:


María José Mures  nace el 4 de Abril de 1970 en Fernán Núñez, Córdoba, España. Es diplomada en Educación Especial por la Universidad de Córdoba y habilitada en Educación Infantil por la UNED. Es Máster en logopedia “Rehabilitación de los trastornos del lenguaje y el habla” por la Universitat Politècnica de Catalunya. Sus libros editados son:
·         Antes del Amor, Fernán Núñez, 2001
·         Zahorí, Valencia, 2004. Libro de relatos.
·         Cambalache, Madrid, 2005. Libro de poesía erótica.
·         Está incluida en Antología de poetas de Fernán Núñez, 2006.

En  2002 gana el segundo premio de poesía en Alfafar, Valencia. En 2007 gana el primer premio del V Concurso Nacional de Poesía Caños Dorados, con el poemario Entre la espada y tú amor.
Ha colaborado en el libro Romances y Canciones de Amor II, edición patrocinada por la Diputación Provincial de Ciudad Real, 2006.

Blogs:



POEMAS:

Los lados del ecuador

Espera la piedra abierta
con el queroquero en cielo azul.

Un paisaje dentro de otro
¿fractal o matrioska?
La casa que calienta
es la de tus labios
o tu mano investigando
a los lados del ecuador
buscando latitudes.

 

Hilo de Vida
Con un hilo que me dio
hice mi tela de araña,
me dio vida,
a punto del precipicio.

Quiero amarte

Quiero amarte,
decir más es estropearlo
llegar a ti como tú imaginas.

Metida en mí
pero fuera de sí
así quiero amarte
con el gemido de la más valiente.

Cómo decir

Cómo decirte que sin ti...
el mundo...
los mapas...
los mapas del mundo,
los océanos...
la noche...
los océanos de la noche,
mi cuerpo...
la ausencia...
mi cuerpo en tu ausencia,
tu sexo...
mi boca...



Hilo de vida

Con un hilo que me dio
hice mi tela de araña,
me dio vida,
a punto del precipicio.

Tu presencia


En cada gesto
de tu presencia desnuda
robas mi suspiro,
dilatando las pupilas ciegas
que brotan de mis senos.

Yo, sensible de tu presencia
me vierto sobre ti
formando una silueta.
Sin palabras precisas
nacieron sentimientos llenos
que nos envuelven y atan,
sólo el amor del silencia
nos guía esta noche.

No dijimos nada
al oír el grito
de tu cuerpo y el mío.
Callamos...
gritos mudos surgidos
que cubrimos sin prisa
entre sábanas de seda.

                                               Arrabales


Para qué ver subir la luna
en las noches de verano.
Para qué escuchar
el último grillo
rojizo de la aurora.

Para qué pensar
en la voluptuosidad febril
de los arrabales lujuriosos
que nos envolvía.

Derrochamos la semilla de Onán
y me punza la belleza
en tu lánguido recuerdo,
mientras tocan lágrimas
en mi arpa desnuda






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