martes, 3 de mayo de 2011

Cuentos completos, por Fogwill

Editorial Alfaguara. 458 páginas. Textos originales de 1974-2002. Ésta edición de 2011.

En febrero de 2005 (acabo de consultar mis anotaciones) leí Cantos de marineros en La Pampa un volumen que contenía una novela, Los pichiciegos, y 8 cuentos de Fogwill (Buenos Aires 1941-2010), y, que si no me equivoco, supuso en 1998 la introducción editorial -a cargo de Mondadori- de este autor en España.
Había oído hablar de Fogwill por entonces en suplementos culturales. Recuerdo alguna entrevista en el Babelia de El País, donde Fogwill se despachaba con desparpajo hablando de su mundo literario, sin frenarse ante el ajeno. Fogwill, que se ganó la vida como publicista, era famoso por ser un polemista dentro del, habitualmente, agitado panorama literario argentino. Son famosas sus reacciones iracundas ante al concesión del premio Planeta Argentina a la obra Plata quemada de Ricardo Piglia.

Cuando en 2005 leí el volumen citado, Cantos de marineros en La Pampa, la literatura de Fogwill me pareció técnicamente correcta, pero terriblemente fría. Los pichiciegos no llegó a emocionarme y mi recuerdo de los 8 cuentos es irregular, algunos me gustaron sin grandes aplausos, y otros me aburrieron.

Dicho lo anterior, hace unas semanas, paseando por los puestos de libros de segunda mano de la Cuesta de Moyano, me encontré con estos Cuentos completos de Fogwill, editados por Alfagurara. Ya había visto este libro en otra visita a las mesas de novedades de la Fnac de Callao, y he de decir que me interesó: las ediciones de cuentos completos de Alfaguara me parecen volúmenes valiosos, y tengo en mente leer en el futuro el de los Cuentos completos de Juan Carlos Onetti, y me gustaría también releer en esta edición (en su momento lo hice en la de Alianza) los cuentos de Julio Cortázar. Además el libro de la cuesta de Moyano estaba nuevo, y lo identifiqué como esos libros que las editoriales envían a los medios especializados con la esperanza de que los reseñen, y muchos de ellos son vendidos a los libreros de segunda mano (imagino que por un par de euros) sin haber sido abiertos. El precio en la Fnac era de 20 euros, y el de Moyano 12. Que no sufra Alfaguara, el periodista cultural al que le enviaron el libro no se lo leyó y no hizo la reseña deseada, pero haré yo -de forma más desbordante, más desorganizada- este trabajo en su lugar.

En su breve e interesante prólogo, Elvio E. Gandolfo afirma que “esta es una antología de media docena de autores muy distintos que tienen un solo nombre de marca: Fogwill (…) que contiene seis o siete de los mejores cuentos de la literatura argentina”. Creo, una vez leído el libro, que ambas afirmaciones de Gandolfo son correctas.

Fogwill, antes de que el libro se entregue a los cuentos, escribe una pequeña nota en la que nos dice que en realidad éste no es un volumen con todos sus cuentos, sino con los que él considera que merecen la pena de su producción, cantidad que ha llegado al número de 21. Además nos comenta que el orden cronológico está sacrificado a favor de “un orden de tonalidades y efectos”.

Abre el libro el cuento Dos hilitos de sangre, una extraña historia surrealista sobre alguien que nos narra su experiencia con taxistas bonaerenses a los que les corre un hilillo de sangre por la nuca. Me llamó la atención positivamente el hecho extraliterario de que durante gran parte del relato la calle por la que circulan sea la de Paraguay, donde estaba ubicado el hotel en el que me alojé durante mi visita a Buenos Aires hace dos años. Pese a esta buena disposición hacia un territorio físico y literario reconocible temí que mi impresión no fuese a cambiar desde la lectura de Cantos de marineros en La Pampa, que fuese a pensar que la narrativa de Fogwill era técnicamente correcta, pero fría y en algunos casos aburrida.

No mejoró mis expectativas el siguiente cuento, Reflexiones, otra narración con tendencia al surrealismo y la dispersión, sobre un amor desgraciado.

Las cosas cambian para mí a partir del tercer cuento, Otra muerte del arte, donde se narra una historia, que empieza como una parodia a Horacio Quiroga, y que da pie a varios desarrollos diferentes según la voluntad del narrador. Un interesante juego literario que prefigura en apenas 14 páginas casi toda la narrativa que vendrá después con César Aira. Este relato es casi un juego personal con el discípulo de Fogwill, Aira, quien parece haber recibido la antorcha de la polémica en la literatura argentina. De hecho, Fogwill hace comparecer a Aira en este relato: “Cuando Arturo Aira lo puso al corriente de las distintas variantes que había adoptado mi relato de Pablo, César Carrera me escribió desde Paris (…)” (pág. 45)

Efectos personales, cuarta composición, es un relato corto de apenas 3 páginas, donde se juega a la libre asociación de ideas, y que tampoco ha conseguido conquistarme.

Me gusta más el quinto, La cola, una reflexión realista, casi en tono de crónica periodística, sobre la muerte de Eva Perón. Aquí ya se anuncia eso que apuntaba Gandolfo en el prólogo: este libro contiene a más de un autor.
Dos relatos consecutivos, Efectos personales y La cola, completamente opuestos en su concepción.

Y con el sexto cuento, Japonés, Fogwill empieza seriamente a conquistarme. Y es curioso porque éste era de los 8 cuentos incluidos en Cantos de marineros en La Pampa, y no lo recordaba con especial placer. Japonés es un cuento de barcos y una historia de fantasmas marineros, muy conseguida en cuanto al manejo de un vocabulario específico (el marinero, en este caso, y esto me ha recordado a los cuentos de Haroldo Conti), la creación de personajes y atmósferas, y un gran desarrollo final.

En general, teniendo en cuenta que el libro tiene 458 páginas, y hay en él 21 cuentos, estos son de extensión larga, de unas 25-30 páginas, llegando a parecer en algunos casos novelas cortas. Una distancia que me suele gustar bastante (pienso en los cuentos largos de Tobias Wolff, Richard Ford o John Cheever)

A Japonés le siguen tres cuentos de intenciones similares: La chica de tull de la mesa de enfrente, La larga risa de todos estos años y Muchacha Punk; los 3 tratan sobre la seducción, sobre el sexo, y está especialmente lograda la composición, como la historia principal se mueve sobre una historia de fondo, donde destacaría el poso político de La larga risa de todos estos años, uno de los mejores cuentos del conjunto, y, como decía Gandolfo, una de las obras maestra de la cuentística argentina.

A estas alturas mis dudas sobre la narrativa de Fogwill se han disipado. Por un lado encuentro acertada (y también pomposa) una de las citas de la contraportada: “La de Fogwill es una inteligencia superior, y por lo tanto un poco inhumana: como si se tratara de la inteligencia de una divinidad o de un alienígena, siempre un poco más allá de la capacidad de compresión del resto de los mortales” (Daniel Link). Y observo esto que apunta Link en una mirada de Fogwill desapasionada, irónica, burlona sobre los personajes, y en muchas ocasiones sobre su propia narrativa, con continuos cuestionamientos sobre la naturaleza de lo narrado; como podemos observar en este párrafo:
“Ahora Alberto odia a Córdoba y al juez; tal vez me odie también a mí. (se refiere al narrador)
Pero la narrativa se ejecuta mediante decisiones lógicas, decisiones sintácticas y decisiones gramaticales” (pág 380, del cuento Sobre el arte de la novela. Éste es un cuento inédito hasta este libro, y es un cuento estupendo, con al menos dos historias diferentes dentro).

En todo caso, hay en el conjunto un cuento que me ha emocionado de veras, Luz mala: la evocación que hace un hombre mayor de su iniciación en el sexo y los misterios de la familia y la vida, con el paisaje de fondo del campo argentino.

Destaco también el cuento político La liberación de unas mujeres, por su ejecución precisa y trepidante.

Me ha parecido muy bueno el cuento de terror Los pasajeros del tren de la noche, donde unos soldados, que podrían estar muertos, regresan a su pueblo.

Recuerdo que cuando lo leí por primera vez en 2005 me aburrió algo el largo cuento Cantos de marineros en La Pampa, pero en esta relectura he apreciado su sabia construcción coral, y su recreación del mito gaucho de la Pampa (la Pampa es para el argentino como el mar para los ingleses, en palabras de Borges). Parecido, recreando un lenguaje preciso, destacaría por similitud, con este cuento, el titulado Música, construido con la jerga propia del hampa uruguaya.

Me han gustado menos el cuento Help a él, una parodia de El Aleph de Borges, donde, en este caso, la sensación de totalidad o de Aleph es alcanzada mediante el consumo de drogas. Una intención parecida sostiene la construcción de Restos diurnos. En estos dos cuentos la confusión atribuida al mundo de las drogas domina la narrativa, y el relato da vueltas sobre sí mismo. Es este otro de los cuento que me ha gustado menos.

En Camino, campo, lo que sucede, gente Fogwill vuelve a ser otro escritor, y crea un relato social, casi de corte naturalista, que me ha recordado, como Japonés, a alguno de los de Haroldo Conti.

Me han cautivado las imágenes dibujadas en Lo cristalino, cuento protagonizado por un pintor. Y cierra el volumen una composición de juventud, Memoria de paso, que recrea, desde una perspectiva sudamericana, y con gran maestría, el mito del Orlando de Virginia Woolf.

Como conclusión suscribiré las palabras del prologuista, Elvio E. Gandolfo, y que copio aquí de nuevo: “esta es una antología de media docena de autores muy distintos que tienen un solo nombre de marca: Fogwill (…) que contiene seis o siete de los mejores cuentos de la literatura argentina”.
Tal vez debería releer ahora Los pichiciegos.

24 comentarios:

  1. me has convencido, bien expuesto

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  2. No soy muy dada a leer cuentos, pero tu reseña es adictiva, lo anoto.
    Un abrazo David

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  3. Hola J. G. y madison:

    Este libro merece mucho la pena, la verdad es que no entiendo ese miedo de los lectores de novela hacia los relatos. Un genero que cada vez me atrae más.

    saludos
    David

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  4. Qué suerte, te has llevado a casa una joya ahorrándote 8 euros, así da gusto, la verdad es que siempre es un placer pasear por la Cuesta de Moyano y encontrar pequeños grandes tesoros. No he leído por ahora nada de Fogwill, pero un profesor me lo recomiendo mucho, así que espero este verano encontrar tiempo y disfrutar de su lectura. Cada vez me gustan más los cuentos y me parece genial que leas los de Onetti y Cortázar, este último me encanta. Por cierto, en Semana Santa estuve en Irlanda y, por supuesto, visité Howth. Un abrazo muy fuerte.

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  5. Hola Goizeder:

    Fogwill tiene cuentos realmente buenos, y me alegro de que te interese el cuento, un género exigente y que tiene algunos maestros (Carver, Chejov, Wolff...) que me han dado algunos de mis mejores momentos como lector.

    Espero que disfrutaras de Irlanda y de los acantialdos de Howth, un lugar realmente muy bello.

    un abrazo
    David

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  6. Este es un escritor que resulta interesante incluso antes de leer nada suyo. He visto este tocho, lo he tenido en mis manos. En ese momento decidí iniciar un nuevo período de desintoxicación. Estuve a salvo de comprar libros durante unas semanas.
    Le tengo echado el ojo a Los pichiciegos, que, según contaba él mismo, lo escribió en unas pocas noches con la cocaína rebosándole por los oídos. Veremos que tal me va con su lectura porque al malvado Borges le preguntaron qué opinaba de Fogwill y lo más que dijo fue: "suena a marca de coche". Aún así estoy seguro de que encontraré un nuevo autor al que leer con ganas.

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  7. Hola Arreco:

    Fogwill debía ser todo un personaje. Yo también leí hace tiempo, en alguna entrevista, antes de conocerlo, eso de escribir Los pichiciegos bajo los efectos de la cocaína y me llamó la atención. En muchos cuentos hay personajes de cierto éxito social y con las mujeres que consumen cocaína, que deben ser personajes próximos a Fogwill (creo que le iba bastante bien como publicista)

    Tal vez apreciaría más ahora Los pichiciegos. No sé si releerlo.

    Si Borges dijo eso que apuntas de Fogwill sería curioso ver lo que Fogwill dijo de Borges, que me lo imagino.

    saludos

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  8. Hola, David.

    Creo que los editores seguirán mandando sus libros a los medios especiallizados si saben que, al final, acabarán reseñados en este blog.

    Aún no he empezado el libro, pero ya lo tengo colocado junto a la mecedora y tiene fecha de inicio: he visto cómo temblaba.

    Tengo ganas de atacar los relatos surralistas y los que no lo son. Te he leído. Me convences, como casi siempre. En unos días intercambiaré opiniones con fundamento. No te muevas.

    P.D. Por lo que vienes comentando creo que te convendría la relectura de LOS PICHICIEGOS. Me da que lo ibas a disfrutar de lo lindo.

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  9. Se me olvidaba, puñetas. El otro día daba yo una vuelta por el blog ESTADO CRÍTICO y leyendo la reseña que se hacía sobre el remake del Mallo te encontré, ya que el autor tomaba palabras tuyas en su entrada. A que mola...

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  10. David, la respuesta de Fogwill a Borges fue algo así como: "Borges es mejor escritor pero yo tengo más vista."
    Sinceramente, frente al estilo de cruelad de Fogwill, más hispano, prefiero el estilo cínico, más británico, de Borges.

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  11. Hola

    Peri: acabo de leer el artículo de "Estado crítico" sobre Mallo, que me ha parecido acertado. Me sonroso al verme citado junto a citas de Javier Marías o Vila-Matas. Enlazo ese blog, gracias por comentármelo.

    Arreco: recuerdo que en la charla que estuve donde hablaba Piglia, le preguntaron a este por Fogwill, que había muerto recientemente. Y Piglia dijo algo así que iba a echar de menos la agitación que Fogwill llevaba a la literatura argentina. Y que ahora no vendían las ideas sino el escándalo, y que Fogwill con su mentalidad de publicista haía entendido esto bien y que usaba el escándalo y la polémica para focalizar la atención sobre él.

    saludos

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  12. No, lo que Borges dijo fue que Fogwill era el tipo que más sabía de autos y cigarrillos en la argentina y dicen que Fogwill se puso contento y que fue el turco Saer quien le dijo: "Boludo, quiso decirte que no sos escritor". Después hay otra anécdota que cuenta a Borges le leyeron "muchacha punk" sacándole las partes "picantes" y que Borges dijo que Fogwill era un maestro de la elipsis.

    Bueno, ahora hablando de Fogwill, yo creo que es el único autor de la argentina que tiene fuerza para narrar. Fogwill era un tipo que le daba tremenda importancia al tema de la respiración en el texto y creo que lo consiguió bastante bien. También destaco los diálogos de los cuentos, son de lo mejor que he leído. Lean la novela "vivir Afuera", en esa novela está toda la sociedad argentina de los 90 y los diálogos son estupendos, cualquier argentino que lea esa novela podrá encontrarse a su vecino falopero o a su vecinita la puta etc. Y esto lo consigue mediante los diálogos.

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  13. Hola Gualeguychú:

    Interesante su aportación.
    Estaré atento, a ver si encuentro esa novela, Vivir afuera.

    saludos

    David

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    1. Hola David, como verás sigo entreteniéndome con tu blog. Adhiero totalmente a lo que dice Gualeyguaychú, "Vivir afuera" (Ed. El Ateneo, 1998) es para mí una de las mejores novelas de Fogwill.

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    2. Hola Adrián:

      Encantando de que te quieras pasar por aquí.
      A ver si busco esa novela de "Vivir afuera".

      Saludos

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  14. Hola, David. No te había escrito antes, ya que prefería leer, por lo menos, el único libro de Fogwill que se consigue en Panamá y es una especie de panfleto en letra catorce con el cuento Muchacha punk. ¡Genio! Como comentó alguien por ahí arriba, el uso de la puntuación es de lo mejor, como juega con cada pausa. Te recomiendo un muy buen artículo que escribió Alan Pauls acerca de Fogwill en Radar (la revista argentina, y está online) a propósito de la muerte. El mismo F., a manera de anécdota, había dicho de Pauls cuando ganó el Herralde: "Alan Pauls es un perdedor". Pauls había trabajado para F. en los años 80 en alguna de sus agencias, creo. Además Pauls le rinde homenaje dentro de su novela El pasado, en una especie nouvelle que inserta a un cuarto del texto. De paso te recomiendo, si no la has leído, esta novela, una de las mejores de la Argentina. Un abrazo, David.
    Sergio Bernales

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  15. Hola Sergio:

    Creo que he visto esa edición de Muchacha Punk de la que hablas; me parece un poco excesivo sacar un sólo libro con ese cuento, merecen mucho más la pena los cuentos completos, claro; aunque Muchacha punk es un buen cuento.
    Buscaré ese artículo de Pauls de que hablas. A Pauls he pensado leerlo en más de una ocasión y todavía no lo he hecho. Sobre El pasado he oído un poco de todo, más de una vez la he tenido en las manos. Acabaré leyéndola.

    Y ya que estamos ¿de Panamá hay algún escritor recomendable?

    Un abrazo
    David

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  16. Hola, David.
    Panamá tiene pocos escritores, se destaca por algunos cuentistas y poetas, muy poco leídos, muy poco editados. Lo mejor que he leído en estos años es corazón de charol a-gogó, de Lili Mendoza. Te comparto, manera bastante humilde, una entrada mía en mi blog (¡el cual no actualizo hace mucho!) www.respiracionausente.wordpress.com. Donde escribo algo sobre Piglia, con bastante relación a una de tus reseñas, también sobre Bolaño. Seguimos en contacto, Un abrazo
    pd: pronto compro Acantilados de Howth a través de mi Kindle, me dio mucho gusto saber que está disponible en digital.

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  17. Hola Sergio:

    Pues entro a visitar tu blog. Piglia es una autor que me interesa mucho y del que aún tengo pendientes por leer sus cuentos.
    Sobre Bolaño voy a colgar una entrada sobre Los detectives salvajes la semana que viene. Releí el libro después de 14 años y me ha vuelto a impresionar mucho.

    Si te digo la verdad no sé aún cómo funciona lo del Kindle, yo sigo siendo de la vieja escuela y leo en papel, pero había oído decir que aunque se publique en Amazon España sólo se puede comprar en Amazon España, porque para otro país requiere otras licencias. Si esto no es así me encantaría que me lo contaras. Y si al final te decides a leer mi libro (y puedes hacerlo) espero que me puedas contar qué te parece.
    En todo caso, muchas gracias por el interés.
    A ver si busco en la librería Iberoamericana a esa escritora panameña de la que me hablas.

    un abrazo
    David

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  18. Hola. David.
    De milagro, mientras buscaba una edición de Stoner del NYRB en inglés me apareció sólo disponible la española, junto con tu libro, ya que creo que son de la misma editorial. Lo del kindle es un poco traicionero y los libros desaparecen de la tienda de manera arbitraria y si tu tarjeta no es americana un buen día descubres que no puedes acceder a todo el contenido en español, en cambio si a todo el contenido en inglés (!) es casi como estar perdido en una versión virtual de 1984. En cambio, las editoriales independientes tienen buen comportamiento en el kindle, Libros del asteroide, La bestia equilátera, Impedimenta tienen casi todo su contenido en amazon (por lo menos en latinoamérica, no sé si en España). Básicamente allí leo libros en inglés, sci fi, uno que otro clásico y libros inasequibles en Panamá.
    Un abrazo,
    PD: espero nos mantengamos en contacto, así te sigo contando de mis experiencias lectoras, te dejo mi mail: arquitectobernales@gmail.com. Es bastante difícil encontrar con quien hablar de Piglia, Di Benedetto, Saer por acá. ;)

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  19. Hola Sergio:

    Stoner ha sido hasta ahora el gran éxito de Baile del Sol, la pequeña editorial canaria que también saca mis libros. Es un gran libro, muy recomendable. Tengo una reseña sobre él.
    Entonces, ¿mi novela si se puede comprar allá? Si es así, me alegra saberlo.

    La verdad es que como vivo en Madrid tengo acceso a muchas librerías de primera y segunda mano, y un gran número de bibliotecas, con más libros de los que puedo leer. Entiendo la utilidad del Kindle para llegar a un mercado más amplio.
    ¿Eres lector de ciencia-ficción? Yo crecí con el género. Ayer mismo le decía a mi novia que tenía que volver a leer algo de ese tipo de libros.

    Si te digo la verdad yo tampoco podía hablar de los autores que citas con nadie hasta que no abrí el blog y eso me permitió contactar (vía internet o de forma física) con personas interesadas en estos temas. Los lectores de Literatura existimos pero estamos muy dispersos por el mundo.

    Pues hablamos.
    un abrazo
    David

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  20. Hola, David.
    Si, me gusta la ciencia ficción: leí casi todo lo de Lovecraft (lo tengo casi todo, incluso una bella edición en tapa dura de Los viajes de Randolph Carter, que me regaló un profesor vasco muy querido. La verdad que HPL me cambió la vida; todavía me arrepiento el no haber comprado la biografía de ST Joshi, traducida, que encontré en una librería acá en Panamá. Lo último que he leído (gracias al kindle) fue Hyperion de Dan Simmons. Un libro muy divertido que mezcla la alta literatura con otros libros de género, el policial, el noir, el diario de aventuras.
    Por mi parte también intento escribir, me cuesta mucho pero ahí voy, desde hace años peleando con una novela que no se da, que siempre está iniciando y mutando con cada antojo.
    Un abrazo.
    Sergio.

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    1. Hola Sergio:

      Esa biografía de HPL de la que hablas la he tenido yo en las manos y la he hojeado. Me arrepiento también de no haberla comprado en su momento.
      El libro de Simmons lo he hojeado también hace muchos años, pero era la época en la que yo había dejado ya de leer ciencia ficción, y lo dejé pasar.
      Tengo que volver con la c-f, al menos he de leer algún libro más de Philip K. Dick.

      Suerte con tu novela, al final todo es cuestión de empeño, y de tiempo, que yo este año, por motivos laborales, tengo menos tiempo para escribir y lo estoy echando de menos.

      Un abrazo
      David

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  21. Gracias, por tus palabras, David. Seguimos en contacto. Un abrazo.

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