miércoles, 7 de abril de 2010

La grande, por Juan José Saer


RBA editores. 446 páginas, primera edición de 2008.

He finalizado hace unos minutos de leer La grande, el último libro que escribió Juan José Saer. Además, quedó inacabado. En principio debía constar de siete capítulos, en los que cada uno narraría lo sucedido en siete días, empezando un martes y acabando un lunes. Saer pudo finalizar el capítulo seis, el del domingo, y escribir una sola frase del séptimo y último. Saer escribía a mano en cuadernos y luego pasaba, o le pasaban, lo escrito a ordenador. El capítulo sexto lo escribió directamente a ordenador tras cinco páginas de cuaderno y ser hospitalizado, y no pudo imprimirlo para revisarlo, se nos dice en el epílogo (poder escribir así de una vez, sin revisar, no puede generar más que envidia y asombro en alguien como yo, que he de revisar un texto veinte veces para que suele mucho peor que este último capítulo de Saer).

En La grande Gutiérrez ha regresado a “la ciudad” (Santa Fe, en Argentina) tras más de 30 en Europa. Allí ha sido guionista de cine y vuelve con el dinero suficiente como para comprar la casa de un corrupto personaje local. El martes que comienza la novela, Gutiérrez sale de su casa en Rincón para visitar a un antiguo amigo al que quiere invitar a un asado el domingo. Le acompaña Nula, un joven de 29 años (la mitad de la edad de Gutiérrez), cuya familia es de origen sirio.
Este paseo constituye las primeras 70 páginas del libro. Saer juega continuamente con el punto de vista de cada personaje sobre lo que le rodea y la visión que tiene uno del otro.

El autor vuelve a retomar su particular universo de personajes. Sé que Nula aparece en su último libro de relatos, Lugar, y desconozco si Gutiérrez nació en alguna obra previa. Aunque se le conecta con los personajes de La pesquisa y Las nubes porque cuando Pichón volvía a París en La pesquisa se cruzó con él en el aeropuerto, además es un antiguo amigo de Tomatis.

Si bien La pesquisa y Las nubes –los otros dos libros que he leído de Saer- tenían un argumento cerrado, La grande dispersa sus contenidos en más de 400 páginas. No estamos aquí ante una novela de trama, sino ante un tratado de personajes.
Nula es un antiguo estudiante de medicina que abandonó esta disciplina para dedicarse a la filosofía, carrera que a su vez sigue sin finalizar porque empezó a vender vinos para ganarse la vida. A pesar de esta ocupación mundana sigue tomando notas para escribir un ensayo sobre el devenir. Este hecho potencia la profundidad de la novela, ya que el lector puede acceder a las notas mentales que Nula va tomando para su trabajo. Quizás en el personaje de Nula Saer evoque sus propios recuerdos como descendientes de emigrados sirios en “la ciudad”.

El concepto de “fragmentariedad” recorre el libro. Saer parece quedar indagar aquí en la imposibilidad de dar explicación a toda la realidad, pese a que su esfuerzo es arduo. Entre sus modelos ya advertí en obras anteriores la admiración por Borges, en La grande queda más patente la asimilación de Marcel Proust o James Joyce. En el paseo de Nula y Gutiérrez en el capítulo 1, ya se nos dice que era como si caminaran por tiempos distintos, uno en el presente y el otro en la memoria. El narrador puede comunicarnos una serie de escenas que no dejan de ser fragmentos sueltos de una realidad más amplia que el lector debe recomponer.

Si bien Nula es el personaje que aparece en más páginas del libro, también en otros capítulos la figura central pasa a ser Tomatis, Gutiérrez o Soldi, quien, con una joven llamada Gabriela, se dedica a entrevistar a Gutiérrez y otras personas para realizar un ensayo sobre las vanguardias literarias de los años 40, 50 y 60 en “la ciudad”. Desde distintas perspectivas se indaga en la figura de Mario Brando, un abogado de buena familia y líder fundador del movimiento poético precisionista, que trataba de unir a la poesía con el lenguaje científico. Uno de los temas del libro será esta recreación de las vanguardias locales y sus patéticas, y a veces siniestras, luchas de poder.

Lo mundano y lo profundo se van dado paso en La grande. El paisaje natural de pantanos y riachos de la ciudad se ha visto invadido por la presencia del supercenter, el gran centro comercial que recoge el ocio consumista de toda la región. Saer parece simbolizar en él la vulgaridad de los tiempos modernos.

El estilo es denso, indagador en la realidad y en la mirada de los personajes sobre el contexto que los rodea en función de sus sentidos y el peso de sus recuerdos. El paso del tiempo, el arte, la dictadura, la corrupción, la pobreza… todo parece tener cabida en La grande. Incluso un suceso que se insinuaba en La pesquisa: la evocación de Pichón Garay de su hermano desaparecido en los años de la dictadura, se desarrolla aquí.

El domingo Gutiérrez reúne en su casa a todos los personajes que siguen vivos de las novelas de Saer para comer un asado. El día transcurre caluroso hasta que la noche anuncia la tormenta y la oscuridad. Un hermoso cierre, en el que los personajes parecen despedirse de su creador, quien se funde con la escena hasta desaparecen en una imagen final en la que la alta cultura se mezcla con la vulgaridad, de nuevo, del supercenter.

Siento el vacío satisfecho y triste que deja esta gran novela, de tempo lento, que me ha acompañado durante casi tres semanas.

21 comentarios:

  1. "¿Quién habla de la pintura de Quevedo? Sin embargo, don Francisco pintaba"
    Octavio Paz

    Hola, David. Tenía resquemores con Paz, es aquí donde puedo decirlo sin ningún apuro, por ser muy seguidor de Los Detectives Salvajes, y por ser Octavio abstemio (no te fies de nadie que no se haya emborrachado, al menos, un par de veces), aunque, también he de decir, que antes de cogerle manía por filia al poeta mexicano, me apasionó el Mono Gramático. Como sea, David, me saqué de la biblio el ensayo sobre la poeta mexicana y monja porque no le quedaba otro remedio a su inteligencia, Sor Juana Inés de la Cruz, bueno, no sé por qué te cuento esto. No me senté a escribirte, acabo de poner una foto en el facebook de los tejados de la capital, y de un golpe de ratón he llegado aquí. Te sigo, David. Hablamos en otro momento, voy a seguir con los laberintos de la fe (subtítulo de libro),un abrazo afectuoso..

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  2. Hola, David:

    1.-Contestando a la procedencia: Sevilla

    2.-Tenía la referencia de Saer tras haber leído una reseña suya sobre Zama. Creo que es buen momento para adentrarme en su lectura. A ver qué libros tienen de Saer en la Biblio

    3.-Desde luego, la literatura argentina ha dado grandísimos autores: Borges, Bioy, Macedonio, Di Benedetto, etc, etc

    Saludos!!

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  3. Hola
    David: Yo de Paz leí un libro de poesía que saqué de la biblio y ahora no recuerdo el nombre. Pero el libro me gustó, era una poesía potente. Luego leí de él unos cuentos en un de aquellos pequeños volúmenes de Alianza 100 (por las 100 pesetas que costaba)y no me gustaron mucho. Se notaba que Paz tenía mente de poeta y los relatos no tenían tensión narrativa, eran evocaciones poéticas con lenguaje barroco.

    Lalo: Sí, imaginaba que entre los argentinos, mexicanos y chilenos del foro, por tu forma de expresarte eras de España.

    Saer creo que es el mejor escritor de lo que llevo de curso (como soy profe sigo pensando en los años por cursos).
    Seguramente La grande no sea la mejor forma de empezar con él: todos sus libros están relacionados a través de una red de personajes, y este libro es una despedida de ese mundo. Sería mejor llegar a él tras haber empatizado con los personajes en otras obras. Yo llevaba dos antes y he sentido que debía haber leído más antes de La grande.
    Tiene una primera fase experimental y muy Joyce que no sé que tal estará.
    Su uso del lenguaje es impresionante, en todo caso.
    Espero que si lees algo ya nos comentes.

    saludos

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  4. David, para rememorar las conversaciones del antiguo Foro de Bolaño, un tema recurrente: herederos de RB. Últimamente citan a Patrcio Pron(argentino)como deudor de cierta herencia bolañiana. ¿Lo has leído?¿Q te parece?.Sólo he leído relatos sueltos de él, me gustaron mucho y me anoté su nombre para leerlo con más calma. Espero a que se quede libre su libro en la Biblioteca para terminar de formarme una opinión.

    Por cierto, en la Biblioteca sólo tienen este libro de Saer, La grande, con lo cual, según dices, es preferible hincarle el diente a otros antes que a ese.

    En otro orden de cosas, como han citado arriba a Octavio Paz y LDS, qué buena la parte donde Paz está en Parque Hundido. ¡¡Y qué dolores de cabeza le daba a la pobre Clarita!!(¿así se llamaba la secretaría, no?)

    Saludos

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  5. Hola Lalo:
    No había oído hablar de Patricio Pron, pero tomo nota.
    La grande es el libro de Saer más fácil de encontrar en España porque es su último publicado en 2008. Ya te digo que tiene más sentido leerlo como una despedida de sus personajes, pero en sí mismo es un gran libro.

    Sí recuerdo aquella escena en la que los detectives salvajes persiguen a Paz, era muy divertido. A ver si releo este libro.
    saludos

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  6. Hola, David (un saludo Lalo), estoy ya en las postimetrías del ensayo de Octavio, y lo primero que pienso es que el tipo escribía sin freno, como otros cuando se toman un poco de speed, pero ordenado, no maníatico, ordenado, este señor Octavio era muy ordenado (en eso no se equivocó ni un pelo Bolaño), y, no sé si estoy atendiendo, perdona, estoy bastante borracho, como esa novia de Cánaves en un after un domingo por la mañana, bueno, más bien mediodía en el poema del mallorquín, y, para mí, además, lunes lectivo. Dejemos mis poemas al abismo para otro momento. Tampoco es que me espere el jefe o sepa adónde ir. Y volviendo, David, a Sor Juana Inés y a Octavio Paz, volviendo a esto, ay, te digo que sí, que merece la pena, no sé el número de páginas, leer a Octavio Paz para leer a Juana Inés, claro, que a lo mejor uno no quiere leer a una monja que se metió a monja cuando podía haberse metido a prostituta y haber vivido su entrega poética (¿es la cárcel un problema para el poeta?) igual. ¿Por qué, esta mujer, eligió meterse a monja, con lo pagana y chulesca que era, es lo que se pregunta Paz a lo largo del ensayo, leer a este tipo aunque a veces se pierda, quiero decir, se pierda de lo ordenado que se pone, aunque, ay, Octavio (recuerda a Juan Madero en ese coche rumbo a Sonora), tire de listas, que, si tienen algún interés, no van dirijidas a ti, a mí, se entiende, imagino que a ti y casi seguro que a Lalo. En fin, que pese a todo lo pesado que se pone, te pinta a la monja que parece Livingston en el viaje de su vida por el África negra. No sé, es tan campechano que te sonroja, luego, es tan pesado que, sí, te sonroja de nuevo, pero el tipo sigue erre que erre con su discurso y, al final, a Sor Juana Inés te la llevas en el bolsillo (el del lado del corazón) para toda la vida. No voy a corregir esta misiva, para empezar, porque cuando corrijo quito palabras que me salen a bote pronto pero luego desentonan un montón (entre mis bravucadas) como misiva, pero bueno, como estoy borracho, je je, puede recordar sin ningún problema que había cierto escritor japones, de bien parecido, y ya irme por peteneras y contarte la de aquella vez que yo... Total, que me alegro de tener abierto este canal (quiero decir, que me contestes) y que te mando (a Lalo tmb, a todo el mundo) un saludo afectuoso desde Malasaña, la puta buhardilla con más luz de todo el barrio, ya no sé si de Madrid. Luce el sol y yo me bebo un vaso de vino por vosotros, detectives intempestivos, que seguro que más de una noche habéis acabado pensando en el suicidio, una bonita forma, quieras que no, de irte a dormir, no digo para siempre, me refiero sólo a la idea de dejarlo ya -el juego de la vida-, esta inútil tarea de levantarte y ponerte a repasar el cuento que has escrito sobre tu año, año y medio (hablo por mí, fueron más años, pero da igual) en el Caribe, y quizá uno se de cuenta de que lo de plasmarlo por escrito se parece mucho a lo de contarlo a viva voz, quiero decir, cuentas a viva voz lo que has vivido, contar es el fundamento humano, para qué tnt sufrimiento por el estilo (no sabéis lo que sufro con esto, no es broma, no es ninguna broma, aunque ahora parezca así por el vino que bebo mientras escribo), para qué, sino porque en el fenotipo de cada cual esta la semilla del orden (aquí de nuevo Octavio) dictatorial. Creo que esto no es una carta, es un sincericido, pero como venía diciendo, o tratando de decir, lo que queremos ser, la gran mayoría de poetas, es dictadores de nuestro pequeño laberinto. Y mira, David, Lalo, etc., esto es una pequeñez inconmensurablemente grande, porque sino no estaríamos tnts intentándolo, dia tras día, sobre un hoja en blanco, tratando de saber por qué, para qué, qué coño de poetas, etc. Unabrazo

    p.d: sí, el tono negro me suena a depresión primaveral, aunque puede ser Askildsen, el noruego, Nom Pro mundo Rogo

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  7. No estoy tan borracho, recién leo lo que escribí, y debí haber arreglado la parte central, subordinadas que se pierden en el decir, interrogaciones que se abren y no se cierran, espero que entendáis el esfuerzo de darle (no es narcisimo suicida,k aunque de todo hay un poco) aire a nuestros comentarios, el esfuerzo de dejar, tal cual, mis papeles o hojas de maculatura, todo lo que no dura ni un día en un archico del word, para escarnio general,unabrazo (lo de saer, por supuesto, me parece muy acertado, el comentario de el fin de un mundo, o el cierre, me ha llegado, es el tipo de comentarios que necesitas para orientarte con un autor del que tdv no sabes nada), VENGA, ADIÓS, QUE VEO QUE ME REPITO. Lo de la incontinencia verbal es un problema de la infancia, lo de la cocaína, bueno, lo de la cocaina creo que tiene cierta relación, en todo caso, lo de la farla, el mdma, la marihuana, los cigarrillos, el vodka y el vino (va por la segunda botella) con esa misma incontinencia verbal, todo lo que me presiona dentro, de lo cual, por cierto, habla Levrero, al referirse a Philip K. Dick, a Burrough (sic.) y Co. La que se merece un poema, es mi mujer, y, sino estuviese en contra de ponerle títulos a los poemas, al que escribiera hoy, leches, tendría que llamarlo: "Todas las mujeres de Philip K. Dick", porque, ya os lo digo aquí una vez y que sirva de por vida, quien encuentre una mujer honrada (david, hablamos) que no levante la voz,1saludo

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  8. Otro saludo para tí, David. Eres el Malcolm Lowry de Malasaña. Piensa en el lema de la Liga Hanseática

    Saludos

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  9. Hola
    David: sobre leer a los clásicos, tengo que ponerme más. Es posible que me relea en breve El Quijote, y me gustaría ponerme también con relecturas de EL Lazarillo o La Celestina... y leer a San Juan.

    Sobre el tema de alcohol y drogas: quizás me meta donde no me llaman porque no te conozco realmente, pero en cierto modo me preocupa cuando lo leo. En realidad sobre ese tema y la escritura, me parece que hay mucha mitología. Yo como decía Sthepen Vizinczey en su decálogo para escribir: ni bebas ni te drogues, para escribir necesitas todo el cerebro que tienes.
    En algún momento corregía con música, también dejé eso. Necesito toda mi capacidad de concentración.

    saludos

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  10. "una línea por cada línea", dijo el escritor cocainómano.
    Sor Juana. tremenda. El Paz ensayista es muy bueno, reaccionario y erudito y todo. Un referente en la rítica latinoamericana, para seguirlo o desplazarlo, pero referente.

    Los hijos del limo, las peras del olmo, El laberinto de la soledad, la doble llama, El ogo filantrópico, entre otros son tal vez sus libros más conocidos.

    Salud por Sor Juana

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  11. Permíteme un entre paréntesis aquí, David...
    (Terminé de leer Mascaró, el cazador americano de Haroldo Conti.Me pareció excelente, incluso más que lo que había leído de él en Bartleby. Estaba en una antigua edición de Alfaguara,supongo que Bart lo reeditará.Trata de una troupe de cómicos, que vagan por ahí en un sinsentido permamnete.Lo mejor, los diálogos delirantes y la plenitud de personajes que se enriquecen página tras página.Hablando de las ediciones viejas de Alfaguara, he descubierto, más bien he redescubierto, una librería de saldos en el casco viejo de Las Palmas de GC.Una maravilla.Miles y miles de libros de los que la gente se quiere deshacer y que son un auténtico maná.Sin ir más lejos, el otro día encontré uno de Rubem Fonseca en esa editorial, Feliz año nuevo.Como ya te dije, me sorprende ver que esos autores ya se publicaban en esa colección hace más de treinta años, y que ahora se les recupera.Corto y cambio)

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  12. Hola a todos,

    Paz ensayista es muy bueno. A mí me gustó Los hijos del limo, y Cuadrivio, sobre todo el estudio que hace de Rubén Darío.
    Paz es muy sesudo, pero su poesía a las piedras, los ríos, los árboles y otros seres inertes me parece muy fría.

    Y dejad que la gente se drogue en paz, que la vida es muy dura.

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  13. Hola:

    Lalo: he leído esta tarde el primer cuento del último libro de relatos de Patricio Pron "El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan". Estaba bien, me ha gustado, y quízás sí le he visto esa influencia de Bolaño de la que hablabas. A ver si leo algo más de él.

    Detective: sí, a mí también me parece que las antiguas ediciones de Alfagura, aquellos libros grises y lilas, tienen cosas muy buenas. El fondo de Alfagura en hispanoamericanos es bastante interesante.

    saludos

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  14. Nadie escribe borracho, pero la gente se emborracha para luego escribir (al día siguiente, etc.), no he leído los comentarios, ahora estoy entre batallas, pero mañana si puedo contesto algo. Lo de escribir borracho, o, cuando se escribe borracho, es, bueno, porque ya se está borracho y no se sabe qué otra cosa hacer, pero no es un plan de trabajo. Hasta otra, un abrazo para todos

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  15. Hola, qué tal. Lo de Octavio Paz que comentáis parece muy cierto, su poesía es fría, su prosa poética es de todo tipo y los ensayos abundan en información, y eso está bien, y además de abundar en información interesante, Octavio la coloca bien, es ordenado, Octavio. Y luego el lenguaje, tan íntimo, tan coloquial, casi una contradicción en el programa, ¿no? Pero, no sé, prefiero no leer nada más suyo. Desde luego, algún día abriré el mono gramático y lloraré, pero no tendrá nada que ver con Paz. Está lloviendo en Madrid, tengo un libro en el tendedero (llevará dos meses), el título (je je) es: "nuestro derecho a las drogas", le tiro fotos y demás y lo veo envejecer (o lo que sea), lo veo envejecer y me imagino mis dientes y el pelo (bueno, el pelo afortunadamente no se me cae), todo mi cuerpo dentro de unos meses o unos años, April is the cruellest month, no sé, no veo mucha diferencia entre cuidarme o quedarme a la interperie (me cuido mucho, por otro lado, esto es todo puro cuento), quedarme a la interperie en una de las cuerdas de la ropa, bien tendido, a lo que venga, de espaldas a Plaza España, como el agua de abril, recitando a T.S. Eliot, ¡cuánta desfachatez!, recintando esto y aquello y viendo atardecer en mi cuerda de la ropa, a la interperie, no sé, no creo que haya mucha diferencia con este teclado y este interior dosméstico, pero esto es todo puro cuento (llega mi esposa, tengo unas patatas a medias y algo hirviendo a fuego lento),unabrazoafectuosoluegomeleoelotropost

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  16. Amalfitano, un libro de geometría, publicado en Galicia, un tendedero en Ciudad juárez, perdón Santa Teresa.

    pd.: qué buen poema, David, el posteo anterior a éste. Saludos

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  17. Hola:

    David: estoy de acuerdo con noseaszote, cuando te dedicas a las patatas y no al alcohol y las drogas escribes mucho mejor..., ja, ja

    un abrazo

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  18. Bueno, parecerá extraño, pero me siento como un labrador, a duras penas rescatado del analfabetismo. Le leo a mi mujer 2666. Amalfitano. A mi mujer.. al atardecer. El día después de La Noche de Los libros, fui testigo de cómo la camarera ronca del restaurante cafetería de Fuentetaja se ponía más ronca de lo que estaba para decirme que era la primera vez que les pasaba... que les disculpara... que no tenían pan. Lo recuerdo. Esa tarde, mi mujer y yo, leyendo el libro de Amalfitano, intentamos hacer un pan casero. No quedó muy bien. El pan, hacer pan, estar en el pan, o lo que sea, estar junto a la masa, como quien está junto al árbol, etc, fue una empresa que no estuvo de nuestra parte, o si estuvo de nuestra parte, igualmente nos dejó las tripas vacías. Y de Fuentetaja, tan cerca de la Farmacia Deleuze, el próximo día que salga de flaneur, allí estaré. Llegó el polen, que parece que hoy me invade y no me deja pensar en el libro a la interperie. Tengo el libro de los pasajes de Walter Benjamin para pasar el rato. Lo veía venir, la excusa perfecta, y como me la veía venir, también me saqué una biografía de Juan March, y el libro que escribió Carreré justo después de terminar la biografía de Philip K. Dick. Espero que llueva y hunda el polen, la verdad, para poder pasear, quemar energías. El otro día quedé en Somosaguas sur (un poco walser un poco situacionista parte baroja etc) y nos dimos una vuelta un amigo desesperado, informático (analista de sistemas), flaneur, y yo, a ratos bajo la lluvia a ratos más perdidos que la felicidad misma en sí misma sin necesidad de nada perdida en cualquier parte... Y bueno, ahora está el pesado polen flotando ahí afuera como una amenaza, a ver si llueve,
    unsaludoafectuoso,

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  19. Hola:
    Sí, yo más que llueva deseo que se agosten las plantas y desaparezcan, lo de la lluvia es sólo un remedio temporal, una fuente de más polen en días futuros. Aunque este año parece que la alergia me está dando una pequeña tregua, tengo menos que otros.
    saludos

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  20. Hola David:
    Leí tu reseña sobre La Grande la ultima novela que escribió Juan Jose Saer, y también la mas extensa, comentas que te gusto, en tu experiencia como lector y crítico literario consideras que la novela La Grande reúne todos los requisitos para ser considerada una obra maestra??

    Espero tus comentarios


    Saludos
    Pablo

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    Respuestas
    1. Hola Pablo:

      Sí, desde luego, "La grande" me parece una obra maestra, como casi todo lo que escribió Saer. Diría que si nadie avisa al lector que es un libro inacabado éste no se daría cuenta. Es una de las obras más destacadas del autor, pero creo que para llegar a ella conviene haber leído antes las otras novelas de Saer, o un gran número de ellas, para poder reconocer a los personajes y los resortes ocultos de las historias.

      Saludos

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