El escritor y periodista Alberto Olmos ha tenido a bien escribir un artículo para Hotel Z, en el que habla de mi blog y mi canal de YouTube.
Lo
dejo aquí
«LOS
QUE LEEMOS DE VERDAD HEMOS AGUANTADO
DEMASIADO
ALBERTO
OLMOS
Como
llevo muchos años en el mundo de los libros, he visto sobre todo gente que no
lee. Un libro puede circular perfectamente a lomos de la no lectura, y acabar
por siempre no leído en la Biblioteca Nacional. Su editor no lo leyó, porque
contrata las novelas de oídas, por amistad, por amoríos, por tentar a la
suerte; el entrevistador ocasional que lo saca en el periódico no tiene tiempo
(ni ganas) de leerlo, porque para entrevistarlo basta la sinopsis y el dossier
de prensa; el crítico hace lo mismo, pues para poner bien un libro no hay nada
más apropiado que no leerlo; finalmente los lectores lo compran porque lo
publica un editor del que se fían (que no ha leído el libro), porque su autor
es entrevistado en las páginas de cultura de un periódico del que se fían
(nadie en la redacción leyó el libro) o porque el crítico del que se fían (no
lo leyó) lo recomienda. El lector lo deja en las primeras páginas porque
finalmente se fía de sí mismo.
Esta
sobre-abundancia de no lecturas o de lecturas demediadas o de tránsitos
eternamente truncados que caracteriza al mundo del libro me ha llevado estos
días a pensar en un lector de verdad. Su nombre, David Pérez Vega.
Resulta que Pérez Vega, después de años con un
blog de reseñas y varias publicaciones en distintos géneros literarios, abrió
un canal en Youtube donde habla de libros. Hace un mes celebró con una nueva
grabación los tres años del disparate: hablar a solas de sus lecturas mirando a
la cámara de su ordenador. El disparate cuenta con casi 18.000 suscriptores.
Tener 18.000 suscriptores en Youtube deshojando tus
impresiones sobre una novela, y hacerlo en plano fijo y sin cortes ni efectos
de edición de ningún tipo, y siendo, como reconoce el propio David, una persona
tímida y nada pizpireta o estrafalaria tiene —acabemos la larga frase dando el
valor exacto a cierta esdrújula— mérito.
Bienvenido,
Bob, que así se llama el canal
literario, compite con miles de canales sobre temas más apasionantes que el de
pasar una tras otra las trescientas páginas de un libro. Compite con jóvenes
muy guapos o muy guapas y con esas luces LED de colorines obligadas a sus
espaldas mientras gritan, jadean, jalean o ponen morritos a la cámara. Compite
con gente que sabe hacer vídeos, maneja editores o invita a personajes
relevantes a llenarles varias horas de programación doméstica. El hecho de que Bienvenido, Bob vaya camino de
los 20.000 suscriptores, y de que algunos de sus vídeos cuenten con más de
40.000 visualizaciones, me enternece. Es como si la gente, sin
saberlo, supiera que ese tipo de ahí se lee los libros enteros. Sólo ese tipo
de ahí.
Una prueba graciosa sería coger a un crítico a
voleo por una reseña suya cualquiera y pedirle que hablara, de pronto y sin
aviso, de ese libro que acaba de reseñar la semana pasada en el periódico.
¿Creen que ese crítico podría estar, como David, doce o quince minutos seguidos
hablando del libro?
Hace poco me invitaron a
participar en un jurado para elegir los mejores libros de 2022. Éramos doce o
trece jurados. Leyendo sus nombres, pensé en primer lugar en la cantidad de
libros que toda esa gente no habría leído, y en lo gracioso que era que fueran
llamados a proclamar los mejores libros del curso. Después, descubrí que los
libros que optaban al premio serían los que las editoriales decidieran. Se nos
envió una lista que incluía varios géneros. Yo dominaba, si quieren, las
novedades de narrativa, pero no tenía ni idea de ensayo internacional, por
ejemplo. No había tiempo para leerse todos los libros nominados (harían falta
más o menos dos años para leérselos todos), de modo que supuse que lo que se
esperaba de mí era una gran flexibilidad moral. Gracias a ella, podría votar
como mejor libro del año en ensayo internacional uno que no había leído, pero
cuyo autor me caía bien, o cuyo sello editorial me caía bien, o cuya portada me
gustaba, o cuya fama precedente me convenciera. Esto, sumado a otros motivos que no vienen al caso (y que por
supuesto me encantaría contar) me hicieron darme de baja del jurado.
Nadie más se dio de baja. Todos los demás jurados, hombres y mujeres
ocupadísimos y que habrían leído apenas la mitad que yo en 2022 (todos juntos),
continuaron; y votaron y refrendaron lo mejor del año de entre un montón de
libros que no habían leído. Así funciona.
A David Pérez Vega nunca le invitan a votar lo
mejor del año, siendo una de las personas que, con toda seguridad, más novelas
españolas ha leído de entre las publicadas en el siglo XXI. También es probable
que sepa más de literatura latinoamericana que casi cualquier otro lector
español (quizá sólo le supera Jorge Carrión). Pero Pérez Vega no cuenta porque
no es nadie en el mundillo, precisamente porque es un lector de verdad. ¿Qué
tiene de interesante la opinión literaria de alguien que lee los libros
enteros?
Recuerdo unas charlas que tuvieron lugar
hace años alrededor de blogs y literatura, y donde yo estaba invitado y David
también. En su charla participaba un editor, y alguien más que no recuerdo. El
editor estaba incómodo, se le notaba incómodo, como fuera de sitio. Cada vez
que Pérez Vega opinaba, el editor procuraba aplastarlo. No debatía con él, no
surfeaba sus argumentos hasta la feliz ocasión de desmontarlos: directamente expresaba su desprecio por David
Pérez Vega, que no era nadie, pues él era un gran editor, con plaza preferente en Babelia, y no era de recibo tenerlo ahí con un tipo que
escribía en su blog sobre lo que leía.
Por supuesto, cuando se entrega o falla el premio
Nacional, lo fallan personas que no han leído nada, en primera instancia, y
desde luego nada en comparación con lo que ha leído David Pérez Vega o, como es
obvio, yo mismo. Sin embargo, esas personas no sienten la menor vergüenza en
elegir un libro como el mejor del año por todos los motivos imaginables salvo
el que se derivaría, puro y afilado, de su simple lectura. De hecho, todas esas
personas, esos jurados, esos editores divinos, esos periodistas culturales sin
cultura alguna conocida miran con indisimulado desdén la labor y la figura de
David Pérez Vega. Si no es invitado a un cóctel, ¿cómo va importar su opinión
sobre Bolaño?
Según yo lo veo, tendría que ser gente como
David Pérez Vega quien votase siempre lo mejor del año, el premio Nacional, el
premio regional y cualquier otro ranking o reconocimiento que exista en España
para los libros. Pero todo está tan desviado de la virtud que quien no lee
decide qué debe leerse, y, en consecuencia, quien no sabe escribir consigue que
nadie se entere nunca.»
DEJO UN ENLACE A HOTEL Z: AQUÍ
Me alegro mucho por ti, David, te mereces las palabras de Olmos, que son tanto un alabanza a tu labor como un cuchillo en la noche vacua y estulta del negocio de la literatura y los premios literarios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Gonzalo. Un abrazo.
EliminarAtinadísima la reflexión que hace Alberto Olmos sobre el mundillo que rodea a la literatura y que, ¡sin leer!, pone santos literarios de la estación en que en ese momento estemos, pontifican sobre quien es bueno o malo en la cosa, establecen el libro o libros del año, etc., etc. Y luego quienes leen como tú, David, son obviados y resultan hasta molestos para el establishment literario-mercantil. La verdad es que ya lo sabíamos, ¿verdad? Pero en fin siempre es bueno que alguien conocido en el ambiente lo diga de vez en cuando.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, David y a seguir en esa ruta que tienes establecida con tu canal de youtube y tu blog. Yo, creo que ya lo sabes, soy más de blog que de cualquier tra cosa y no frecuento tanto "Bienvenido Bob" como "Desde la ciudad sin cines".
Un muy fuerte abrazo
Hola, Juan Carlos. Muchas gracias por tu apoyo. Saludos.
EliminarGracias a Olmos he llegado a tu blog y a tu canal de Youtube. Saludos de un casi homónimo,
ResponderEliminarDavid Pérez Ugalde
Espero que te guste el contenido. Saludos.
ResponderEliminarGracias a este artículo estoy siguiéndote en Youtube, y disfrutando de cada reseña.
ResponderEliminarHas leído "Un puente sobre el Drina" de Ivo Andric?, no lo conocía, llegó a mi de casualidad y me pareció excelente, uno de los mejores libros que leí el año pasado.
Hola, gracias por el interés hacia el canal.
EliminarNo he leído este libro de Andric, pero sí sé que tiene muy buenas críticas. A ver si en algún momento del futuro puedo leerlo. Saludos.