El palacio de hielo, de Tarjei Vesaas
Editorial Trotalibros. 204 páginas. 1ª edición de 1954; ésta es de
2021.
Traducción de Kirsti Baggethun y Mª Asunción Lorenzo
Ya comenté en la reseña de La
guardia de Nikos Kavadías,
que había empezado a leer El palacio de hielo (1963) de Tarjei Vesaas (Vinje, Noruega, 1897 –
1970), el segundo libro de la editorial
Trotalibros, especializada en rescates. Trotalibros es una editorial
dirigida por el joven Jan Arimany,
que surge de un canal de Youtube del mismo nombre. El palacio de hielo se publicó por primera vez en España en 2007,
en la última etapa de la editorial
Bruguera, que debió quebrar poco después. Estos libros aún es frecuente
encontrarlos en las librerías de segunda mano. Así que la vida comercial de El palacio de hielo, un clásico de las
letras noruegas, fue bastante efímera en España y es un libro que merecía una
segunda oportunidad.
Siss y Unn tienen once años y viven
en un pueblo noruego. Unn ha llegado hace no mucho a este pueblo porque vivía
con su madre en otro lugar y al fallecer ésta ha sido acogida por una tía
mayor, que vivía sola en el pueblo en el que transcurre la narración. Siss es
una chica líder en su clase que, desde el primer día, ha experimentado una
atracción por Unn, a la que siente como alguien cercano. Sin embargo, cuando
empieza la novela aún no ha surgido una posible amistad entre ellas. Siss ha
invitado a Unn a unirse en el recreo a los juegos de los niños de la clase,
pero ella lo ha rechazado y permanece sola pegada a una pared. Los demás
respetan su silencio, su aislamiento voluntario.
La novela empieza el día en el que
Unn invita al fin, en el colegio, a Siss a visitarla en su casa esa tarde. Siss
acudirá allí, horas más tarde, con grandes expectativas, sintiendo que éste es
el comienzo de la que puede llegar a ser una gran amistad. La novela está
contada en tercera persona, pero ‒mediante la técnica del estilo indirecto
libre‒ el autor acerca mucho al lector a los pensamientos de los personajes. De
hecho, en algunos momentos cede la voz narrativa a sus pensamientos.
«Camino de algo apasionante, Siss
pensaba en lo que sabía de Unn, y andaba erguida y terca, procurando mantener a
raya el miedo a la oscuridad», leemos al principio del segundo capítulo, en la
página 13. Estamos en otoño y el invierno se acerca. Aunque ya se está
empezando a hacer de noche, los padres de Siss no tienen ningún problema en
dejarla ir sola a la casa de Unn, ya que no consideran que el pueblo y sus alrededores
boscosos entrañen ningún peligro. El lector siente el miedo de Siss hacia los
bosques oscuros, camino de la casa de Unn, y al no saber hacia dónde se dirigía
la narración, al principio pensé que se podía tratar de una novela de terror, o
con presupuestos cercanos al terror, y El
palacio de hielo me empezó a recordar al Ray Bradbury de La feria de
las tinieblas, que también sitúa su acción en el otoño, se ocupa de niños
que están dejando de serlo y su prosa nos habla de un mundo extraño, repleto de
posibles peligros. «La oscuridad a los lados del camino. No tiene forma ni
nombre, pero el que anda por aquí nota que aparece, que le persigue y le hace
sentir arroyos corriéndole por la espalda.» (pág. 38)
El palacio
de hielo tiene un giro argumental que no me gustaría desvelar, porque quizás esto
pueda estropear en parte la aproximación adecuada del posible lector a esta
notable novela de los países nórdicos. Diré que el tema principal de El palacio de hielo es el de la asunción
del duelo por la muerte de las personas cercanas en la infancia. Es un tema
delicado, que Tarjei Vesaas trata con mucha elegancia. Los personajes
principales de esta novela tienen once años cuando los conocemos y, al
finalizar el libro, no muchos meses después, algo va a haber cambiado
profundamente en ellos, algo que les ha llevado a dejar atrás la infancia, o al
menos una parte muy significativa de ella.
Vesaas da mucha importancia en su
historia a la naturaleza, al paso de las estaciones, que también puede
simbolizar el paso de las etapas vitales de las personas. Así, abundan las
descripciones sobre la naturaleza me muestran su grandeza, su belleza y su
peligro. El gran lago cercano al pueblo (había un lago con estas características
cerca del pueblo natal de Tarjei Vesaas) se encuentra helado al comienzo de la
novela, y en él los niños pueden patinar. Poco después el lago se cubrirá de
nieve, marcando el comienzo del invierno y el fin de la temporada de patinaje.
A este lago viene a dar un río desde una cascada. En otoño parte de la cascada
se congela y el agua fluye por debajo. Esta cascada helada será «el palacio de
hielo» al que alude el título, un lugar de enorme importancia en la trama de la
novela. Un lugar de gran belleza y a la vez terrorífico, un lugar donde la
naturaleza anua su capacidad de fascinación y muerte, el «eros» y el «tánatos».
Un «tánatos» presente de forma explícita en la novela y un «eros» presente de
forma implícita, como la idea de vida que va a florecer en las jóvenes
protagonistas que están dejando de ser niñas.
En la reseña de La guardia (1954) de Nikos Kavadías dije que la decisión de
Jan Arimany de comenzar su editorial Trotalibros con esta novela me parecía
arriesgada y valiente. Lo decía porque Trotalibros es una editorial que surge
de un canal de YouTube, un canal que se relaciona con otros canales que
promueven la lectura de libros LGTBI, literatura de mujeres, libros asiáticos,
antirracistas, etc., y, en este contexto podía chocar la crudeza, no
políticamente correcta, de los marineros de La
guardia. En este sentido, la elección de El palacio de hielo me parece mucho más adecuada a las expectativas
del posible comprador de las narraciones que se ha propuesto rescatar
Trotalibros. El palacio de hielo de
Tarjei Vesaar es un clásico de las letras escandinavas, un libro muy sutil y
poético sobre la infancia, la naturaleza y la belleza cruda y desolada de vivir
y morir, sobre la aceptación de los ciclos de la vida. Sin duda, El palacio de hielo se merecía una nueva
oportunidad en el mercado español. De nuevo, como ya hice al comentar La guardia, quiero desearle desde aquí
una gran andadura a la nueva y elegante editorial Trotalibros.